Algo nuevo que leer
Una vez más en una de mis furtivas visitas a la tierra he podido recabar un montón de libros, interesantes páginas repletas de historias, he de admitir que si algo bueno debo decir de los humanos es que su literatura es valiosa y muy adictiva.
Voy desechando uno a uno los libros que ya he leído, apilándolos a un lado de los controles, también descarto alguno que otro libro con un título poco atractivo a mi modesto entender de la cultura humana.
Y me espera ahí, al final de todos aquellos libros, uno bastante antiguo, de hojas amarillas y desgastadas, con una sola palabra escrita en letras doradas que resaltan de la cubierta como título, "Hamlet"; de inmediato lo tomo y en menos de cinco minutos, toda la historia se queda flotando en mi memoria, admito que es una gran desventaja el hecho de asimilar las cosas de manera tan rápida que le quita cierta emoción.
La fascinante historia me había dejado profundamente confundido, es bien sabido por toda la galaxia la complejidad que representan los humanos, sobre todo por su impulsividad, su manera de dejarse llevar por sus emociones y pasiones, de hecho siento un poco de envidia, quisiera formar parte de alguna de sus atrayentes historias, cambiar el destino de un personaje o ser yo mismo el propio protagonista.
— ¿Y por qué no?, por una vez podría ser yo quien forme parte de ellos, podría por una vez dejarme llevar por mis impulsos ¿no? — le hablo al vacío de la nave en voz alta.
Sin dudarlo más, tomo el libro entre mis manos y me adentro en aquella máquina de luces parpadeantes que me ha llevado por tantas épocas a conocer todo el mundo terrestre literalmente, introduzco el año pidiendo mentalmente que me lleve exactamente a donde deseo sabiendo que probablemente la poca información que tengo no sea suficiente.
Cierro los ojos y me dejo llevar a través del tiempo, lo he hecho tantas veces, pero aún así sigue produciéndome la misma sensación, esta vez es un poco más aguda ya que nunca antes se me había ocurrido viajar por la ficción de un libro.
El silencio me indica que he llegado a mi destino, abro los ojos y una leve neblina me impide divisar el lugar donde me encuentro, bajo cuidadosamente de la máquina y mis pies tocan el frio piso de tierra, me encuentro en un granero o algo parecido. Cuidadosamente intento tomar una forma adecuada para no levantar sospechas.
Camino sin rumbo durante un tiempo, hasta que estoy completamente seguro de que me encuentro en Elsinor, pero ¿en que momento exactamente?, debo llegar pronto al castillo y descubrir en que punto de la historia en caído.
A lo lejos se observa el castillo, tan magnifico como solo se podría soñar en estas épocas. Me acerco lentamente a la entrada fuertemente custodiada por guardias y espero a que la noche cubra con su manto negro el lugar para tomar la forma de alguno de los guardias y entrar sin levantar ninguna sospecha.
Observo discretamente las decoraciones y como los sirvientes se retiran para descansar dejando paso a la tranquilidad de la noche, me escabullo por entre los pasillos esperando encontrar aquella gran puerta que me conduzca a los aposentos del rey o a los de su hijo, deduzco que si el rey Hamlet hubiera muerto, todo su pueblo le lloraría o al menos murmurarían sobre él, pero ni un solo cuchicheo a llegado a mis oídos en el camino.
Lo veo, llevando un pequeño frasco, se aproxima la muerte estoy seguro. Sin hacer ningún ruido voy tras de aquel que creo que es el asesino que pondrá fin al reinado de Hamlet, comenzando así la historia que aún conservo entre mis ropajes.
Al doblar la esquina de aquel pasillo, me recargo sobre el antes de mirar porque una luz ilumina la oscuridad del castillo, un leve rechinido me indica que la luz proviene de una puerta, me asomo con cuidado y la veo, supongo que es la reina quien le abre las puertas del dormitorio dejando entrar a Claudio.
— Es la noche — murmuro asegurando que este es el fatídico día de la muerte del rey.
La luz se desvanece dejando un pequeño hilo de luz que pasa por la entrecerrada puerta, leves susurros se oyen del otro lado de la puerta, una conversación entre ambos que ni mis hábiles oídos pueden descifrar.
El ruido se detiene y ya veo acercarse el fin, me inclino por la rendija de la puerta, Claudio se acerca al rey, quien duerme plácidamente con el frasco destapado, rápidamente empujo la puerta de una patada gritando a viva voz:
— !TRAIDOR, GUARDIAS!
Empuño la espada de guardia y le apunto directamente a la yugular, del susto Claudio deja caer el veneno de sus manos, mientras la sorprendida Gertrudis se encarama al lado de su esposo fingiendo sorpresa por mi entrada y el rey despierta exaltado por la escena.
Aprisa llegan demás guardias armados y el joven Hamlet al oír mis gritos, "debo escabullirme deprisa antes de que me descubran", les entrego a Claudio sin decir nada más y la confusión me ayuda a escabullirme por entre los sirvientes curiosos que se han reunido afuera de la habitación.
Cambio de forma al llegar al pasillo y me cubro un poco el rostro caminando naturalmente mientras me cruzo con varios sirvientes llegando a la escena. Al fin logro salir del castillo sano y salvo , me dirijo nuevamente a mi lugar de llegada para regresar a donde pertenezco entre tanto no puedo evitar pensar "¿Cómo cambiara la historia con mi intervención?".
Me devuelvo justo como llegue y como si de un sueño se tratase, abro los ojos y me encuentro nuevamente en mi nave, sin poder esperar bajo a toda prisa de la máquina, me siento y abro el libro para releerlo, esta vez en mucho menos tiempo que antes con la desesperación de conocer lo que sucedió después.
Una vez he terminado, dejo el libro junto con los otros y me recargo en el asiento observando las mágicas estrellas que me rodean sonriendo un poco, no se decir bien si la historia es mejor ahora o tal vez lo fue antes, creo que las tragedias combinan mejor con algunas cosas y el amor con otras, solo puedo decir que me alegra que el príncipe Hamlet conociera el amor y viviera feliz durante muchos años, aunque algunas tragedias no siempre pueden evitarse...
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