Mi presentación desastrosa

Me siento muy tonta en la postura que acabo de adoptar, me he levantado como para acercarme a saludarla. Estoy muy nerviosa, acabo de dejarme en evidencia de la manera más absurda posible. Ella me está mirando fijamente por lo que acabo de hacer. Estoy temblando un poco. Antes de hacer más el ridículo, decido que quizás sea buena idea acercarme a saludarla, al fin y al cabo, ya me he dejado vendida. Si me acerco, al menos, mi actuación tendrá cierta coherencia.

Camino hacia ella sin saber muy bien qué hacer. Se incorpora un poco en un gesto amable, todavía más sonriente que en su estado anterior. Se comporta de manera muy amable, por lo que mi nerviosismo baja un poco. A pesar de ello, torpemente, al colocar mi mochila para andar, tiro el libro al suelo, que sale disparado hacia sus pies deslizándose por el pulcro suelo de la terminal justo antes de que me diera tiempo de saludarla. ¡Mierda! Todavía me siento más idiota. Ella deja de mirarme y se inclina a recoger el libro anticipándose a mi gesto de interceptarlo. Se queda mirándolo con curiosidad. Ese gesto no sé por qué me hace sentir todavía más insegura. Después se incorpora y me lo extiende.

—¡Qué bonito! "El chico fantasma" —dice comentando el nombre del libro.

Yo muy nerviosa le contesto casi balbuceando.

—Sí... Es muy bueno. Quería tenerlo para mí.

—¿Quién lo ha escrito?

—Se llama Camila Vera, pero la conocen como Umbrella182016

—¿Es un seudónimo? —me pregunta con curiosidad.

—Más o menos. Es una escritora de Wattpad.

—¡Ah sí! He oído hablar de esa app. No la uso, pero es muy conocida.

La forma de hablar de la chica es rara. No debe de ser de este país, pero utiliza muy bien mi idioma. Su aspecto físico también la delata, es completamente diferente a las personas que solemos ver por aquí. Tiene la piel oscura y los ojos de un color también oscuro, que no aprecio a ver bien la tonalidad porque le brillan mucho, con mucha vitalidad. Me fijo que tiene una mochila grande a su lado, parece que es su único equipaje. Tiene pinta de ser alguien que viaja bastante ligera, con pocos atuendos. Como las personas que hacen peregrinaciones o excursiones. Su forma de vestir no es nada exuberante, ni llamativa. Se la ve cómoda, al margen de cualquier valor estético muy exagerado. Estoy segura de que en la ciudad no me la he cruzado. Por su forma de vestir, tiene toda la pinta de que no ha pasado mucho tiempo en los sitios más comerciales de la ciudad, que es los que yo frecuento con mis amigos de aquí.

—Es muy bueno —intento decir para mantener el flujo de la conversación. No me siento del todo bien si esto se transforma en un absoluto silencio.

—Parece bonito —me dice mirándome con mucha alegría mientras me lo entrega. Es tan amable que dan ganas de darle un abrazo. Su forma de decir bonito es un tanto graciosa, parece una palabra frecuente de ella.

Es una chica muy curiosa, tiene mucha facilidad para hablar y mucha energía pero, sin embargo, es muy discreta. Se la ve muy enfrascada en sus cosas de una manera sincera, como si tomase las riendas de su vida con tanta fuerza que la tiene bajo su control. Mismo su manera de comportarse tiene mucha clase. Sorprende que alguien tan aparentemente anodino esconda a alguien tan extraordinario. No quiero decir que parezca aburrida, pero con su forma de comportarse es una chica que estoy convencida que no es el éxito de las fiestas. De hecho, me parece muy bonita y con ese comportamiento que luce, está todavía más radiante. Pero no es la clase de chica a la que todos mirarían, eso sin duda.

—¿Tú escribes también? —le pregunto con motivo de lo que ella hacía en su libreta.

—Oh sí. No. Bueno más o menos. Alguna vez he escrito algo, pero ahora mismo estaba apuntando cosas que tengo que acabar. He dejado muchas cosas pendientes de ordenar —contesta mirando a su libreta. Sus frases se interrumpen a sí mismas a veces, ahora noto que realmente no es de aquí. Aun así, me entiende a la perfección. —A lo mejor un día publico algo en Wattpad, ¿por qué no? Podría ser divertido.

—Oh qué bien. Cuando lo hagas estaría bien leerlo. —Tan pronto digo eso, me sonrojo.

—¡Claro que sí! Podrías ser mi primera lectora.

Esa última frase me resulta muy emocionante. Nos quedamos mirando una a la otra. Ella hace un gesto corporal como dándome espacio para que me sienta cómoda y me siente, por lo que me acerco al asiento de al lado y me dejo caer en el borde, no llego a estar del todo relajada como para sentarme con naturalidad a su lado. Es más, estar a su lado me hace estar un poco inquieta, es una situación muy extraña para mí. Ella se rota un poco más para que esté cómoda a su lado, al mismo tiempo para poder hablarme de frente.

—Vaya cosa mala el avión —dice riéndose. Es una expresión extraña pero entiendo que quiere decir que el retraso ha sido una faena—. Ahora tenemos que esperar un rato largo aquí hasta que salga.

—Sí. Es un rollo. —Le doy la razón de forma hipócrita, en realidad me estoy empezando a alegrar de que el avión no venga pronto.

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