01. Santeria.

En una noche oscura y llena de misterio, Min YoonGi, con el corazón palpitante y la mente llena de anhelos, se aventuró hacia el lugar donde Kim Namjoon, el hombre misterioso, practicaba el vudú y la brujería.

El camino hacia su morada estaba lleno de árboles retorcidos y sombras danzantes, creando una atmósfera mística que envolvía a YoonGi en una sensación de intriga y temor.

Finalmente, llegó a una pequeña cabaña oculta al final del camino. La luz de las velas parpadeantes iluminaba la entrada, y el aroma a hierbas y especias impregnaba el aire. Namjoon lo recibió con una mirada profunda y penetrante, como si pudiera leer los secretos de su alma.

—¿Qué te trae a mi humilde morada, joven enamorado? —Indagó Namjoon con una voz profunda y serena, sabiendo perfectamente a lo que el chico venía.

YoonGi titubeó un momento, pero finalmente se armó de valor. —Estoy enamorado de alguien, pero siento que me ignora. Quisiera que me ame y que no pueda resistirse a estar conmigo. —Explicó con su corazón acelerado al sólo recordar a Park.

Namjoon asintió con comprensión y se adentraron en su santuario. El lugar estaba lleno de estanterías repletas de libros antiguos y objetos místicos.

En el centro, una mesa de madera tallada los esperaba para el ritual. El brillo de las velas llenaba la habitación con destellos mágicos.

—Te entregaré un vudú que te ayudará a atraer a Jimin. —Aseguró, YoonGi se sorprendió pues este brujo había adivinado el nombre de su amado. —Pero ten en cuenta que la magia debe utilizarse con responsabilidad y respeto por el libre albedrío. —Advirtió Namjoon con solemnidad mientras preparaba el vudú.

YoonGi asintió, mostrando determinación en sus ojos, con su latente pasión por Jimin que seguía ardiendo dentro de su corazón.

Namjoon le mostró el pequeño muñeco de tela y le explicó cómo cargarlo con su energía y deseos.

—Mientras lo haces, debes concentrarte en lo que realmente deseas, pero recuerda que toda acción tiene consecuencias. —Advirtió Namjoon nuevamente.

Con el corazón latiendo con fuerza, YoonGi siguió las instrucciones de Namjoon, enfocándose en su amor y deseo por Jimin.

El ambiente se llenó de una energía intensa y misteriosa mientras el ritual cobraba vida.

—Ahora el vudú está cargado con tu intención. Recuerda, YoonGi, el destino es caprichoso y la magia puede sorprendernos. —Finalizó en voz baja.

YoonGi agradeció y después de pagar abandono la cabaña, sosteniendo con cuidado el muñeco vudú de Jimin entre sus manos.

Su corazón latía con una mezcla de emoción y ansiedad, sin estar seguro de lo que el destino le depararía ahora que había recurrido al poder del vudú para conquistar a su amado Jimin.

Pero seguro de que estaba más cerca de obtener el corazón de Park.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top