A la mañana siguiente...

Dormida plácidamente en su pecho, Joey me miró, acarició mi cabello y pensó en aquello; en que habíamos hecho el amor y se tornó serio. Se levantó decisivo de mi lado y yo desperté.

Fue lo primero que recordé, sonreí y lo vi vistiéndose.

_ ¿Ya es tarde? Hola mi amor ¿Qué tal dormiste?...

Él volteó a mirarme. Me miró serio e indiferente, lo que a mí me extrañó y preocupó.

_... ¿Qué pasa? ¿Por qué estás mirándome así?

_ Se acabó Inés. Has caído en mi trampa y ahora tendrás que casarte conmigo, si no quieres problemas

_ ¿Perdón? Pero ¿De qué me estás hablando? – le pregunté temerosa, no asimilando lo que acababa de decirme y él me miró fríamente, lo que más me alarmó –

_ Todo esto fue una mentira. Tú fuiste solo un juego para mí y caíste como yo quería – se me rompió el corazón –

_... No, no es verdad lo que estás diciendo

_ Tú cafetería es una de las más privilegiadas y cotizadas de la ciudad. Mi banda y yo estamos casi en la ruina, y bueno queríamos algo de tu fortuna para poder seguir grabando discos y todo eso...

_ No, no es posible

_ Tenía que enamorarte y ahora que lo conseguí, tú en tu torpeza y ceguedad firmaste el contrato para darme una sucursal y ser socio, lo que jamás pasará en verdad, porque solo quiero tu dinero

_ ¡Joey!

_ Ahora ya no puedes hacer nada Inés. Toda tu fortuna, incluida la cafetería, están a mi nombre

_ ¡¿QUÉ?!

_ Pero si te casas conmigo, no quedarás tan desamparada después de todo

_... – lo miré con desilusión. No podía creer todo lo que me estaba diciendo –

_ Si Inés. Debes casarte conmigo, porque de lo contrario si no lo haces, te dejaré en la calle. Ahora todo, incluida esa cafetería, me pertenecen – me quise morir –

_ ¡Maldito! ¡Eres un hijo de puta!

Me le tiré encima y comencé a golpearlo y él fuerte, me tomó bruscamente de las manos.

_ ¡Quieras o no, todo tu dinero es mío y si no te casas conmigo será mucho peor para ti!

_ ¡O sea que esto, todo lo demás, fue una vil mentira tuya!

_ Si, así es ¿O qué? ¿A caso de verdad creíste que yo estaba interesado en ti?

_ ¡Desgraciado! ¡Eres un infeliz!

_ ¡Ya quieta! – me dijo molesto y yo me solté de sus manos –

_ ¡Solo te reíste de mí! ¡Te reíste de mí y de mis sentimientos!

_...

Él firme, solo me miró y se sintió podrido por dentro.

_ ¡Maldito! ¡Pero esto no se va a quedar así! ¡Tú y tu amiguito Alán se las van a tener que ver con la justicia!

_ Yo no haría eso si fuera tú. Toma en cuenta que soy famoso y si quiero, puedo sobornar a todos los jueces del mundo para que a mí me alaben, mientras que a ti jamás te tomarán en cuenta – se me cayeron las lágrimas de desilusión y dolor –

_ Infeliz ¡Cómo pudiste! ¡Te odio!

_ No me importa. Lo único que me interesa es que aceptes y te cases conmigo, porque de lo contrario, tu vida será una miseria – pensé en mi padre y en la cafetería y la angustia me sobre colapsó –

_... ¿Cómo me pude equivocar tanto contigo? No eres más que un mentiroso y poco hombre

_ Como sea. Ahora vístete y lárgate – lo miré aún más desilusionada –

_...

_ Y recuerda. Tienes todo el día de hoy para aceptar mi proposición

_ Jamás aceptaré el casarme con un poco hombre y mentiroso como tú

_ Pues quieras o no lo harás. Piensa que solo así podrás acceder a la mitad de lo que antes te pertenecía tu dinero, incluida tu amada cafetería

_... ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Me arrepiento de esto, de todo esto y de haberte conocido!

Le grité y me alejé de él rápidamente con la sabana envuelta en mi cuerpo y con el corazón destrozado.

Él desecho, se sintió destruido y podrido por dentro. El peor hombre de todos y dando un suspiro, recordó mis frías palabras y se le llenaron los ojos de lágrimas; pero ya no había vuelta atrás. El contrato ya era un hecho.

Desquiciado y atormentado bebió rápidamente una copa de vino. Se sintió todo un fracasado y volvió a pensar en aquella estafa y en mí y en mis ojos tristes.

_ Así es la única forma en que estarás a salvo mi amada Inés...