Apoyada de la puerta, pasé los dedos por mis labios y recordé una y otra vez aquel beso suyo. Me alarmé y él corazón no dejó de latirme rápido y a la vez encantado de que Joey me haya besado; mi cabeza pensaba y pensaba en ese beso y se me retenía el aliento.

_ ¿Por qué? ¿Por qué rayos me besó?... ¡Ay Ines, por favor solo fue un beso!

Miré desde la pequeña ventana de mi oficina a todos los clientes, era como si lo estuviera buscando y no viéndolo, volví a pensar en él y en el beso que me había dado anoche.

Nerviosa, me senté en mi escritorio, y recordé lo que había hecho por mí, que me había salvado de esos ruines ladrones y se me oprimió el aliento y pecho.

De pronto me levanté del escritorio, me asomé a la puerta y mi corazón quedó casi sin aliento.

Miró a la gente; fue como si estuviera buscándome y no hallándome, se sentó en una mesa.

<< ¿Qué hace él aquí de nuevo? >>

<< ¿Por qué has regresado otra vez aquí? >>

Sentado en aquella mesa, esperaba solo a verme y yo sabiéndolo, me armé de valor y salí de mi oficina.

Mirándome, sus ojos se posicionaron fijos en mí. Yo lo miré y solo tuve en mente el beso que me había dado y él sonrió perdidamente.

_... Hola

_ Hola Inés

_ ¿Qué estás haciendo aquí? – me miró fijo –

_ Quería saber cómo estás con lo que pasó ayer – lo miré aún más nerviosa, solo teniendo su beso conmigo y mis mejillas ardieron –

_... Bien, gracias...

_ ¿Segura? ¿Tu presión no ha vuelto a subir?

<< ¡¿Por qué se preocupa tanto por mí?! >>

_... No, ya estoy mejor. Gracias por tu preocupación

_...

Me sonrió, yo lo miré y sin evitarlo lo encontré tan guapo así con esa camisa azul marino, abotonada, y debajo de ella, llevaba puesta una remera blanca, y el corazón se me aceleró de la nada. Traté de evadir aquello y él se levantó de la mesa, lo que a mí me extrañó.

_ Entonces ¿Ya te sientes mejor?

_ Eh... si, como te dije ayer, mi presión está bajo control

_ Ok. Veo que tienes mucha clientela el día de hoy

_ Así es – dije nerviosa –

_ En ese caso, será mejor que me vaya. No te quito más tú tiempo – lo miré – Adiós Inés. Vendré entonces en la semana entrante para lo del contrato...

De pronto sentí que no quería que se fuera...

<< Se irá. Joey se irá... >>

Me sonrió un poco melancólico, se volteó para marcharse y yo no pude más.

_ ¡Joey espera! (se giró y me miró) Bueno, yo quería agradecerte otra vez por lo que hiciste por mi ayer, ya sabes...

Sonrió tierno y se me acercó, lo que más nerviosa me puso.

_ No hay de qué pequeña – acarició sin evitarlo mi pálida mejilla y yo lo miré con el corazón casi en la garganta –

_ De verdad no quería que te pasara nada Inés

_... Joey...

Solo susurré aún sintiendo su mano en mi mejilla y él me miró idiotizado, recordando quizás aquel beso.

_ Será mejor que ya me vaya

_... Ok – volvió a sonreírme –

_ ¿Te gustaría ir a cabalgar conmigo uno de estos días? – le sonreí –

_ Sí, claro que sí

Me sonrió fascinado y yo sonriéndole, ya no podía resistirme a sus tiernos encantos de hombre.

Al otro día...

Nerviosa y ansiosa, solo anhelaba verlo. El corazón me latía rápido y mi único pensamiento era él.

<< ¿Qué es lo que me está pasando contigo Joey? >>

De pronto lo vi acercarse a mí con un lindo caballo y mi corazón estalló de alegría y nervios.

Joey me sonrió perdidamente enamorado y tomó mi mano con cariño, lo que más hizo estremecerme.

_ Hola Inés – le sonreí con vergüenza –

_ Hola Joey – volvió a sonreírme y yo miré el caballo –

_ ¿Y qué tal? ¿Te gusta?

_ Es hermoso ¿Puedo acariciarlo?

_ Claro, adelante

Nerviosa, me acerqué más a él y al caballo y haciéndole cariño, Joey me observó con destellos.

El caballo tranquilo, me pareció fantástico y fascinada, acaricié su azabache pelaje y sin darme cuenta, Joey me miró fijamente.

<< Eres realmente hermosa Inés >>

De pronto notó que yo estaba usando su bufanda azul y sonrió perdidamente.

<< ¡Oh dios! >>

<< Está usando mi bufanda... >>

_ Es muy bonito este caballo – sonrió –

_ Así es. Es un pura sangre

_ ¿Un pura sangre? ¿Y cómo se llama?

_ Volantín

_ Jejeje que tierno nombre – sonrió con más destellos –

_ Veo que si te gustó mi bufanda – lo miré nerviosa –

_... Eh si, jejeje. Me protege del frío – me miró intenso –

_...

_ Y bien ¿Te parece si cabalgamos juntos este lindo caballo por todo el campo? – le sonreí con nervios y él volvió a sonreírme –

_ ¿En serio sabes andar a caballos?

_ Jejeje, por supuesto ¿Qué? ¿A caso no me crees? – acaricié al caballo –

_ Sí, claro que te creo

_ Entonces no se discuta más. Ven, toma mi mano...

Lo miré a los ojos y él me miró fijo, con destellos; le di mi mano, él la sostuvo y la apretó fuerte y con cariño.

Nos miramos sin decirnos nada por un breve instante y yo sin evitarlo, me sentí inmensamente feliz.

_ Bien, yo me subiré primero ¿Ok?

_ Ok – volví a sonreírle –

Joey se subió al caballo, acomodó una pierna de cada lado y yo mirándolo, estaba aún más nerviosa. Él me miró y me acechó con sus intensos ojos celestes.

_ ¿Estás lista?

_ Si

_ Sostiene mi mano y yo te ayudaré a subir

_ Ok...

Le dije por mecanismo y aún más nerviosa, volví a tomar su mano y él sonriéndome, me jaló hacia él y en un abrir y cerrar de ojos me sentó delante suyo.

Con el corazón en la garganta, Joey colocó sus manos en mi cintura y yo más me estremecí. A él le fascinó aquel dulce y cercano contacto y sin evitarlo sonrió perdidamente.

<< Es tan delgada y frágil >>

Me volteé y me encontré otra vez con esos intensos ojos celestes acechándome y él sin dejar de hacerlo, pude sentir su respiración muy cerca de la mía.

_... Perdóname si te tomo así, es que es para que no te me caigas...

_... No, tranquilo...

_ ¿Estás cómoda?

_... Si... comencemos

_... Ok...

Movió el látigo y empezamos a cabalgar despacio y con cuidado por aquel campo.

_ ¡Oh! – exclamó al caballo –

Yosumida en sus pasos, miré como avanzábamos por el inmenso campo y Joeycontrolando el paseo, me sonrió y yo sin darme cuenta, me sentí increíble y disfruté de aquel paseo junto a él a caballo.

_ Esto es increíble. Si que sabes montar a caballo

_ Jejeje ¿Ves? Te lo dije

_ Jajaja

_ ¿Quieres ir más rápido?

_ Sí, claro

Sonrió y condujo al caballo un poco más rápido y yo más que feliz, me encantó sentir la brisa del viento en mis mejillas.

Ambos cabalgando más rápido por todo el campo, el viento jugaba con nuestros cabellos, la bufanda de Joey se movía en mi cuello y él sin soltarme de la cintura, tenía el control del caballo. Se sentía tan pleno y maravilloso.

Por todo ese mágico momento había olvidado aquella estafa y sonriendo, me miró perdidamente enamorado.

Pasamos por una cerca, el caballo la saltó y yo me fui un poco hacia adelante; agaché la cabeza con miedo y Joey me sostuvo fuerte.

_ Tranquila, nada te pasará – volteé a mirarlo –

_... Gracias

Me sonrió tierno y yo me perdí en sus profundos, maduros e intensos ojos celestes y él sin dejar de cabalgar, no se resistió más, tomó mi mano y me miró locamente enamorado. Ambos casi reteniendo nuestros alientos nos acercamos en extremo y nos besamos.

Besándonos, él me aferró más a sus brazos y pecho, jugó con mis labios y lengua; en aquel imborrable y rico beso, hizo estremecerme por completo, lo que desató aún más lo que ya sentía por él.

<< ¡Cielos!... Oh Joey. Cuanto ya te amo... >>

<< Tus labios hacen que te ame aún más de lo que ya te amaba mi bella Inés... >>

Al cabo de besarnos, Joey me sonrió tierno y yo más me derretí por él.

_... Nos acabamos de...

_ Sí, eso hicimos. Y volvería a hacerlo Inés

_ Oh Joey...

_ Quiero volver a hacerlo, siempre y cuando tú me lo permitas...

Le acaricié su mejilla y a él le fascinó. Sonrió más tierno y apoyó con cariño su mano junto a la mía en su mejilla.

_ Mi bella Inés

_ Joey...

_ Shuuu. No digas nada y solo disfrutemos este pequeño momento

_ Ok...

Le dije en susurros y sin más volvimos a besarnos y nos abrazamos como si solo de eso dependiéramos...