Parte tuya
Y ¿Si Dios no existiera?
¿Quién te habría creado?
Para ser el perfume
fragante de mi piel.
¿Quién podría pensarte?,
tan perfecto a mis ojos,
y endulzarme la boca
con tus besos de miel.
Soy costilla arrancada,
del centro de tus huesos,
soy el adobe blando
del barro de tu ser.
Soy tu mitad ausente,
tu alma confidente.
Tu destino obligado,
¡simplemente mujer!
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