Capítulo 3


Nelly se encontraba sentada en su cama mirando fijamente con el ceño fruncido hacia un espejo que tenía colgado en la pared. En él se reflejaba un cuadro que Maddy pintó, era un lindo unicornio de color rosa.

Nelly se preguntaba si lo que estaba mirando bien, lo cual dudo ya que era de noche, las linternas daban muy poca luz y aparte ella tenía sueño. Pero ella no podía creer lo que estaba viendo.

Se puso de pie con una linterna en mano y se dirigió frente al espejo. El cuadro que Maddy había pintado se encontraba en la pared aún lado del espejo. Nelly llevó la linterna hacia el cuadro en la pared y lo observó con atención, luego lo miró en el reflejo del espejo, repitió el acto unas cuantas veces para confirmar si no estaba loca.

El cuadro en la pared tenía un unicornio color rosa con un cuerno amarillo y el fondo azul cielo. Este unicornio estaba de pie mirando hacia abajo mientras que el del reflejo del espejo era del mismo color y se miraba exactamente igual pero esté tenía alas.

¿Cómo era eso posible?

Se preguntó Nelly.

—¿Qué haces?

Nelly salto del susto.

Era su amiga Sally la que había hablado.

—Pensé que estabas dormida.—dijo Nelly.

—Me despertó la luz de la linterna.

—Lo siento.

—Por cierto, sobre tu sueño, lo que dijiste hace unas horas.

Nelly no sabía a donde iba a llevar esa platica.

—¿De qué ibas a vivir?. Si tu sueño de vivir en una casita con jardín en el campo con animales, ¿de que ibas a vivir?

Nelly se lo pensó por un momento.

—Pues, viviría de mi alrededor. Me adaptaría a la naturaleza.—la respuesta de Nelly no contestaba mucho la pregunta de Sally.

«Comería vegetales y frutas de mi cosecha, cuidaría de mis animales y en mi tiempo libre leería, tejería, o haría productos de belleza con ingredientes naturales.

—Qué aburrido—pensó Sally, nunca le diría eso a su amiga, jamas hería los sentimientos de Nelly.

Sally se limitó a sonreír antes las palabras de Nelly.

Nelly no le dijo nada sobre el cuadro de unicornio y el espejo. Se fue a la cama que se encontraba entre la de Sally y Andrea. Las mujeres tenían su propia habitación y los hombres también, no había mucha privacidad pero tenían cortinas que separaban las camas.

....

—Nelly, ahora ya sabes; debes de esperarnos hasta que lleguemos nosotros.

Advirtió Luis.

—¡¿Qué?!

Gritó Nelly.

—Creo que no escucho por el cubrebocas, Nelly, enciende el auricular.—dijo Pablo, unos de sus compañeros de la casería de Nitres.

—¿Otra vez seré la carnada?

—Eres tú o un conejo, tú decides.—comentó otro de sus compañeros de la casería de Nitres, Marco.

—¡No! Pobre del conejo, en ese caso mejor yo.

Luis, Sally y Nelly eran parte de los cazadores o exterminadores de los Nitres por así decirlo, porque no los mataban. Sin embargo, Lock, Christopher y Maddy salían sólo a conseguir comida o cosa de utilidad en la casa, ayudaban a las personas necesitadas que sufrían de hambre o que estaban heridas. Mientras Juan y Andrea se quedaban de casa cuidando de ella, no querían que ladrones saquearan sus pertenencias y comida.

Lamentablemente algunos sobrevivientes eran ladrones o por el tiempo se convirtieron en uno, a ellos no les importaban si eran niños, mujeres o personas mayores a quiénes le robaban la comida, lo único de les importaban a ellos era sobrevivir.

....

—Estoy segura que los Nitres me van a tomar de tonta por estar paseando por las calles como si no hubiera peligro suelto por todas partes—comentó Nelly por su auricular.

—Nelly...

—Ya sé, me callo.

Nelly dió un ligero toque a su reloj y una pequeña pantalla apareció, presionó la opción de detector de movimientos cerca a ella. No había nada. Luego reviso la cantidad de puntos que tenía y empezó a pensar que se podría comprar.

Nelly recordó cuando tenía catorce años he igual tenía dinero y estaba buscando como gastarlo, si en ropa, comida o ahorrarlo. Al final lo dividió en tres partes, una para comprar ropa, la otra parte para comida y la otra parte la ahorro.

Ella extraña tener esa edad, era divertido y feliz recordar cuando era adolescente y niña. Cuando el virus y las bestias no existían. Revisó en su galería de fotos para entretenerse. Nelly constantemente se preocupaba por sus amigos y familiares, se preguntaba si seguían vivos y que sería de ellos.

—Nelly...

Fue lo único que escucho decir de Sally ya que lo demás se distorsiono.

—Sally no te escucho, ¿qué dijiste?

—Ponte alerta, detectamos movimientos.

—Ya vamos hacia a ti—aviso Luis.

Nelly sacó una flecha y la sostuvo en su arco con firmeza. Ya tenía claro que no debía de herir demasiado a las bestias, esta vez sólo lo hería en las patas o cara y no en el pacho donde podía morir desangrado.

Luego de unos largos segundos Nelly escucho ruido, se dió cuenta que no era de un Nitre sino de un auto. Este llegó a toda velocidad pasado aun lado de Nelly.

—¿Es de los nuestros o son ladrones?—cuestionó Nelly, confundida.

—¡ladrones!

—Entonces irán por los Nitres.—dedujo Nelly.

—¡Vamos! Rápido antes de que nos gane.

Nelly corrió en dirección por donde pasó la camioneta hace unos segundos. Mientras corría una camioneta llegó a su lado, Marco le abrió la puerta y le dió la mano para que pudiera entrar, aún en movimiento.

Nelly salió por el quemacocos del auto para poner disparar flechar.

—¡Me siento como en una prosecución!—gritó con emoción Pablo.

—¡Los veo! Están a la izquierda—gritó Nelly.

Luis aceleró y dió vuelta a la izquierda.

Sally buscó a los Nitres en el radar.

—Hay Nitres en menos de tres kilómetros—comentó Sally.

La camioneta de los ladrones se detuvo gracias a las flechas de Nelly que poncharon los neumáticos. Ella y sus amigos tomaron la adelantara.

—Pienso que es mejor ir a por los Nitres que esperar que ellos vengan a nosotros.—comentó Nelly sonriente ante la selección de adrenalina que sentía en ese momento.

—Si, pero es más fácil que el ratón vaya por el queso.—dijo Marco.

—¿Acabas de decir que soy el queso?—dijo Nelly.

Luis detuvo la camioneta y todos voltearon hacia enfrente donde en un par de metros tenían a dos Nitres.

La parte trasera de la camioneta tenía una especie de catapulta lanza redes eléctricas.
Pablo posicionó la catapulta y calculó la distancia. Lanzó la red capturando a un Nitre.

—Nelly, Sally encárguense de los ladrones que están por llegar.—ordenó Luis.

Ambas salieron de la camioneta y se esconden entre las plantas para atacar.

—Nelly, a lo lejos hay unas ocho personas, todas armadas.

Ambas dispararon hacia ellos hiriéndoles las piernas y/o hombros.

—Listo, ahorramos tiempo.—avisó Nelly.

Estaban apunto de subir a las dos bestias a la camioneta y salir corriendo cuando dispararon en los neumáticos del auto y a Luis en el hombro.

—¡Vamos! ¡Vayan por las bestias!

Gritó un hombre y en cuestión de segundos aparecieron más hombres.

Nelly y Sally iban a empezar a disparar hacia los hombres antes que llegaran a la camioneta. Pero un Nitre se libero y fue a atacar hacia los ladrones. Fue una escena tráumate. Extremidades volando de un lado a otro, unos en el aire y otros en el estomago de la criatura. Algunos ladrones heridos huyeron. Mientras tanto Marco intentaba cambiar el neumático y Pablo trataba la herida de Luis.

Nelly y Sally quedaron perplejas ante la escena por unos segundos. Luis les habló para preparar otra red para el Nitre suelto.

—¡Listo! Neumático nuevo.

—¿Pero quién va a conducir?—preguntó Sally.

—¡Yo!—se ofreció Nelly.

—No.—dijeron todos al mismo tiempo.

—¿Porqué no?

—Saber manejar un auto en Mariokart, no se significa que sepas manejar.—explicó Luis.

—Entonces, yo—comentó Pablo.

—No, yo puedo conducir.—le dijo Luis.

—Luis, tú estás herido. No tienes que mover ese brazo.

—Pero puedo mover el otro y también puedo mover perfectamente todo mi cuerpo.

—Ya tengo al otro Nitre—aviso Sally, mientras miraba como se retorcía ante la gran descarga eléctrica.

—Yo manejo y punto—habló Luis.

Sally subió con los chicos pero Nelly se subió a la cajuela, cuidando a los Nitres y para disparar.

La camioneta se movía de un lado para otro como si fuera un bote en el océano. Nelly se sujetaba donde sea y mantenía el equilibrio.

Los ladrones los empezaron a seguir y era un problema, tenían que perderlos. Tomaron un camino diferente para perderlos, fueron al centro de la cuidad, ahí era un laberinto y era perfecto.

—¿Todo bien Nelly?—preguntó su amiga Sally.

—Si, todo despejado, aunque con un poco de náuseas.

Nelly escucho una moto a lo lejos, volteó hacia todos lados y alcanzó a ver que esta subió a una rampa y la persona que conducía cayó encima de Nelly.

La persona encima de ella intentó acuchillarla pero Nelly se lo quitó de encima a tiempo. Nelly esquivaba sus ataque pero no regresaba ningún golpe, estaba tan acostumbrada en atacar a distancia que no sabía como atacar de enfrente con golpes.

Nelly intentó dar un puñetazo pero esté le toma de la muñeca y la detiene, luego prosiguió en dar una patada pero también las detenía.

A la velocidad que iba la camioneta y la mala pavimentación ambos cayeron al suelo, encima de uno de los Nitres inconscientes. Nelly fue rápida y tomo la navaja que tenía guardada en uno de sus bolsillos y atacó a su oponente. Nelly tenía intenciones de encajarla en cualquier parte pero el auto frenó en seco y terminó en encajarle la navaja en la garganta. Abrió los ojos asustada, fijos en la persona que tenía aún la navaja en la garganta viendo cómo moría desangrada.

—¿Nelly?

La llamaron sus amigos preocupados por el auricular.

—¿Eh?—pronunció Nelly.

—Que bueno que te encuentras bien. ¿te caíste del auto?

—¿Nelly?

Estaba muerto.

Había matado una persona.

Nelly permaneció en shock por unos segundos, un sonido le llamó la atención, era su reloj, estaba recibiendo puntos. ¿Pero de quién?

Nelly volteó a ver el reloj de la persona fallecida y sus puntos estaban disminuyendo mientras que los de ella aumentaban.

Nelly estaba confundida.

¿Qué estaba pasando?



Autora: Hola, espero que les esté gustando la historia :)

Aquí el diseño de los relojes "Reltil":

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top