XVIII. ¡Deja en paz a mi muñeca!

¡𝕯𝖊𝖏𝖆 𝖊𝖓 𝖕𝖆𝖟 𝖆 𝖒𝖎 𝖒𝖚ñ𝖊𝖈𝖆!










Miró una vez mas a su prima, ella le regaló una sonrisa tímida, él se la devolvió.
Albus le dio un golpecito con su codo, indicándole con la cabeza que caminara. Scorpius soltó un suspiro, vio como Lea articulaba un "Suerte"  para después marcharse a paso lento por las escaleras.
Scorpius tomó el pomo de la puerta y entró.

La escena simplemente les helo la sangre.

Rose estaba sentada en una de las sillas del despacho, con los ojos inyectados en sangre, la nariz roja y no paraba de lloriquear.
A su lado estaban Hugo y Lily.

Cuando Malfoy se acercó mas, diviso a Devon sentado en el sofá con cara de póker, James y Fred estaban a cada lado de él, cruzados de brazos e inexpresivos.
MacGonagall miraba la escena con expresión confusa y las manos entrelazadas sobre el escritorio.

―Muy bien, ya que están  todos aquí... Podemos comenzar.

―¡Basta, esto es ridículo!― Saltó de pronto Devon, intentando tomar a Rose de la mano, pero sus primos lo impidieron.

―Tiene razón―Sollozo Rose―No entiendo porqué hacen esto...  Devon jamás me lastimaría

Rose respiraba pesadamente y hablaba como si hubiera corrido un maratón―Sólo quiero estar cerca de él, al igual que siempre.  ― Se giró a la directora, con ojos suplicantes, le tomó la mano.

―Por favor, Minnie, sólo quiero estar con Dev.

Devon se pasó una mano por la nuca mirando a la chica con expresión preocupada. Se le notaba desesperado.

―Esta bien, Rosie... déjalos― La aludida volteó a verlo bruscamente, su labio tembló como el de una niña pequeña y su ceño se fruncio.

Asintió pesadamente.

MacGonagall entrecerro los okos, sin decir palabra, y se puso de pie.

―De acuerdo, señorita Granger, será rápido, sólo necesita beber esto, comprobaremos si está siendo hechizada por la poción Amortentia, si es asi, usted...―Apuntó a Devon ―Será castigado, señor Macalister.

El castaño asintió, lanzándole una mirada asesina a Scorpius.

―¿Qué hace este aquí? ―Inquirió el Ravenclaw apuntando a Malfoy con la barbilla.

―Está con nosotros― Respondio Dominique a la defensiva, poniéndose frente al rubio.
Él le puso una mano en el hombro, sonriendo. Devon bufo.

La poción era transparente, ligera como agua, aunque con algunas burbujas verdes que salían a la superficie de vez en vez.
Rose la miró torciendo el gesto.
Puso sus dedos alrededor del frasquito que le ofrecía la directora y cerró los ojos, movió la cabeza hacia atrás y se bebió toda la poción como si fuera un chupito. 

Siete pares de ojos se enfocaron en ella por algunos momentos, esperando que algo pasara.
Albus se acercó a su prima y le pasó un brazo por los hombros.

―¿Cómo te sientes?―Inquirió, Rose frunció el ceño y se encogió de hombros.

―Exactamente igual que hace unos minutos

Se paró de pronto y tomó la mano de Devon, lanzando miradas asesinas a sus primos.

―Vámonos, tenemos cosas que hacer―Devon tomó a Rose de la barbilla y sonriendo, la besó.

―¿Podemos irnos?―Preguntó el Ravenclaw a la profesora MacGonagall.
La bruja abrió la boca dos veces, y la volvió a cerrar.

―Oh, sí... bueno, en vista de que nada malo ocurre aquí― Miró severamente a todos los Weasley―Pueden irse.

Cuando Rose y Devon salieron por la puerta, la directora miro a todos los presentes, cruzandose de brazos.

―Estaré encantada de escuchar una excusa creible por lo cual me han hecho someter a la señorita Granger a esta prueba...

―Porque ella está siendo hechizada por Devon. ―fue todo lo que dijo Scorpius, los demas chicos se limitaron a bajar la mirada.

Minerva solto un suspiro de frustración y se acomodó las gafas.

―Entiendo que el comportamiento de Granger no ha sido el mas... común. ―musito la bruja. ―Pero no por eso significa que esté siendo hechizada. Voy a dejar pasar este incidente,  y no saldrán mal parados.

Los adolescentes se relajaron considerablemente.

―Pero no quiero que se repita. ¿Me han oído bien? ―todos asintieron, MacGonagall se dio la vuelta. ―Pueden retirarse.

.

Scorpius y Albus caminaban con la cabeza gacha.
Tenían aquella sensaciónde derrota en sus estómagos, abatidos.

―Supongo que es todo...― suspiró James.

―Tal vez sólo estaba hormonal después de todo― Dijo Hugo.

Lily asintió, los gemelos Scamander caminaron al lado de los Weasley, igual de sorprendidos.

―¡Y una mierda!― Gruño Scorpius llevándose las manos a la cabeza―Hay algo mal aquí.

Lily puso su mano en el hombro del chico.

―Oye, sé que ella te importa, pero... ya viste lo que ocurrió ahí, no la están hechizando.

―¿Y me vas a decir que te lo crees? ¿En serio creen que ella actúa así por su cuenta? ― Se estrujo el cabello, desesperado de aquella situación― ¡Vamos, ella es tu prima, la conoces de siempre!

Lily frunció los labios, volteó con sus primos, quienes tenían su misma expresión.

―Igual que a Dev...―Titubeo Lily―No es capaz de esto. Ahí esta la prueba.

―¡¿Y qué hacen aquí, entonces?!

Albus lo tomó del brazo, le lanzó una mirada que Scorpius no supo interpretar.

―Vámonos, ya fue suficiente

Scorpius se detuvo de golpe, algo en su voz lo hizo seguirlo. Sin siquiera preguntar.

.

― ¿Qué fue lo que ocurrió?― Preguntó Blake levantándose del sofá.
Lea se reincorporó en la cama mientras veía como Albus entraba seguido de Scorpius, quien cerró la puerta de un golpe.

― Nada, eso es justo lo que ocurrió.

Blake y Lea miraron a Albus, buscando una explicación.

―Es Rose, al parecer Devon no esta haciendo nada con ella.

―¿Nada?―Los Slytherin negaron.

―¿Ni un hechizo? ¿Ni una poción? ¿Nada?

―¡Nada!―Gritó el platinado comenzando a moverse por todo el lugar.

Lea, Albus y Blake lo miraron fijamente. La puerta se abrió dejando a Sam entrar, pero Scorpius ni se inmutó.

―Hay algo mas aquí.

―Pues sea lo que sea, será mejor que lo descubras. Y rápido― Comentó Sam mientras se tiraba en la cama al lado de su hermana.
Los chicos la miraron con el ceño fruncido.

―¿Por qué?―Inquirió Lea. Sam miró a Scorpius,  nerviosa.

―Porque acabo de ver a todos los Weasley ofrecer disculpas a la feliz pareja...

.

Las posibilidades de Scorpius cada vez se sentían mas lejanas, y al igual que su paciencia, se iban agotando con cada hora que transcurría sin saber que rayos hacer.

Había estado pensando que algo muy malo en realidad pasaba con Rose desde el momento que entró por aquellas puertas del brazo de Devon, otra vez.

No tenía sentido, en lo absoluto.
Creía conocerla lo suficiente como para saber que no sería capaz de hacerle aquello; por lo menos, no en sus cinco sentidos. Y Albus lo confirmaba, siendo la persona más cercana a Rose.

El problema es que nada de eso importaba, no importaba en los absoluto si no podían probarlo. Y ya habían quedado como unos completos maniacos al ir con MacGonagall sin razón, aparentemente.
Además de que ahora era más complicado, estaban solos. Al parecer el hecho de que Devon pareció "Inocente" fue suficiente para los demás, y no vieron con claridad lo extremo del asunto.

―Estoy muerto―Suspiró Albus mientras se tallaba los ojos―Me iré a la cama, Scorp.

Su mejor amigo simplemente asintió, sin quitar la vista del enorme libro sobre la mesa, Albus ordenó los pergaminos y puso el libro sobre la otra pila.

―También deberías dormir un poco... luces...

―¿Cansado? ¡Nah!―Le interrumpió.

―Iba a decir de la jodida, pero eso también sirve―El rubio movió ligeramente los hombros y sonrió de lado.

―No iré a dormir, Al. No ahora.

El ojiverde se le quedó mirando unos segundos, luego sonrió.

―Bien, nos vemos.

El pelinegro se dirigió a las escaleras con pasos pesados, mientras que Malfoy daba vuelta a la página del viejo libro y se detenía a leer detalladamente cada letra, palabra o título.

Después de voltear la polvorienta página 19 veces más, gritó de frustración.

No había nada que explicara qué ocurría con la chica. Y el hecho de que estuviera todo en latín, no ayudaba. Traducir no era su fuerte, aunque dominara perfectamente el idioma.

" 𝐁𝐨𝐜𝐚 𝐜𝐞𝐫𝐫𝐚𝐝𝐚... 𝐄𝐥𝐞𝐠𝐢𝐫 𝐭𝐮𝐬 𝐬𝐮𝐞ñ𝐨𝐬... 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬..."

Leía  en su mente, mientras que pasaba una página más, del que, de hecho, era el último capítulo del gran tomo.
Sus ojos subían y bajaban por la página, ansiosos, rápidos pero precisos. Se tallo los ojos una vez mas, y volvió a su lectura, listo para rendirse.

Hasta que...

Las orbes grises se detuvieron unos segundos, pasaron una y otra vez por las mismas palabras.

"𝑽𝒊𝒏𝒄𝒖𝒍𝒖𝒎 𝑪𝒂𝒓𝒊𝒂𝒕𝒊𝒔"

―Vínculo...―frunció el ceño―Vínculo de amor.

Todo cae en su lugar finalmente... o algo así haha

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