XIX. El Diablo Que Conoces.

𝕰𝖑 𝕯𝖎𝖆𝖇𝖑𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖈𝖔𝖓𝖔𝖈𝖊𝖘

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Devon notó como la respiración de Rose se volvió más calmada unos minutos después de que cayó sobre su pecho, rendida.
Luego escuchó su risa cantarina resonando en sus oídos, automáticamente dibujando una sonrisa en su rostro.

―Te amo, Dev...― murmuró ella con una voz extremadamente dulce.
Se acurruco mas en su pecho, restregándose en él como si fuera un cachorrito.

― Lo sé, Rosie... Lo se― Ella se levantó un poco sobre el cuerpo de su novio y comenzó dar pequeños besitos en su cara― y tú eres mía, ¿cierto? ― preguntó mientras la tomaba de las mejillas, la pelirroja asintió varias veces, demasiado emocionada.

― Me alegra que lo sepas― susurró antes de quedarse dormido.

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―Espero que sean muy buenas noticias, de verdad. ― se quejó Sam mientras se rascaba la cabeza.
Scorpius rodó los ojos y arrastró de nuevo a su prima por todo el castillo.

―Necesitamos tus ojos, Sam, por favor, ya cállate. ― Sam gruño de nuevo y se tiró en la silla de la biblioteca sin siquiera mirar a su hermana o a Blake.
Albus salió de detrás de una de las estanterías con un libro en la mano y sus gafas puestas.

― Aquí no hay nada. ― informó el ojiverde con la voz cansada, Blake dejó caer la cabeza sobre la mesa.

― ¿No nos meteremos en problemas por estar en la sección prohibida? ― Albus hizo un gesto negativo con la mano.

― El tío Neville me dio permiso.

― Bien y... ¿qué hago aquí?

― Scorpius descubrió una poción anoche... pero no podemos encontrar nada sobre ella, sólo tenemos el nombre. ― La rubia frunció en entrecejo.

― ¿Cómo es que sabes siquiera que existe?

― La vi en el libro ― Scorpius apuntó el tomo sobre la mesa. ― Pero la página estaba arrancada. ―soltó un susurro mientras se masajeaba el puente de la nariz― Samy, necesito que hagas eso con tus ojos... ya sabes, el hechizo extraño que usabas para estudiar más rápido...

Sam sonrió de lado y lo tomó de la mano.

―No tienes que llamarme "Samy" Lo haré, Scorp.

Albus dejó caer uno de los enormes libros sobre la mesa, polvo saltó por todos lados, haciendo que ella tosiera, al igual que su hermana. Le dijo el nombre del hechizo, Sam asintió lentamente, luego abrió la primera página y movió su dedo un par de veces.
Una chispa blanca floto de este y lo pasó por todas las páginas lo mas rápido que podía.

― Aquí no hay nada.

Sin decir nada, otro libro cayó sobre la mesa con un ruido sordo.

― Esto será largo―suspiró la rubia mientras repetía la acción.

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Los ojos de Rose se abrieron de par en par.

Lo primero que vio, o de lo que fue consiente, era de que no estaba en su habitación.

Los recuerdos la inundaron, la golpearon tan fuerte, que tuvo que dar una bocanada de aire para poder calmarse.

Se encontraba confundida, tal vez demasiado. Su cabeza daba vueltas, como si hubiera estado dormida mas de la cuenta, su cuerpo dolía, no sentía las puntas de los dedos y veía borroso.

Todo era como un sueño, tragó saliva. Se tomó la cabeza con las manos, pensando en todo lo que había pasado en los últimos días; sin entender una mierda.

Sin poder evitarlo, las lagrimas se acumularon en sus ojos, ardiendo, queriendo salir. Le dolía el pecho, las ganas de llorar estaban insoportables y necesitaba respirar, no podía.
Pudo jurar que escuchó su corazón romperse en mil pedazos, y dolía. Mierda, sí que dolía

Se levantó de golpe y comenzó a caminar por la habitación, no había nadie y ella estaba casi desnuda, en la cama de Devon.

Dev.

Recordó el vagón.

Recordó lo que le dijo.

Recordó que terminó con él.

Recordó a Scorpius.

― ¿Qué ha pasado?― preguntó al aire. Lo necesitaba, tenía miedo, jamas había sentido tanto miedo en toda su vida, lo quería de vuelta, de seguro él la odiaba.

Sostuvo con fuerza la sábana sobre su pecho y caminó a la puerta.

Cerrada.

Las orbes azul zafiro de la pelirroja se posaron en la nota que había en la mesita de noche.
Comenzó a temblar.

"Volveré en unos momentos, no te vayas. ―Dev"

Cayó de rodillas sin poder evitarlo, su corazon estaba roto.

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―Esto es aburrido... ¿podemos si quiera comer algo? ... ¡Auch!― gruño Blake cuando Lea le dio una colleja en la nuca. ―¡Sólo tengo hambre, mujer!

― Cállate Blake, ya casi acaba. ― el moreno la miró con enfado y dirigió su vista a la rubia.
Seguía pasando su dedo índice por todas las páginas, y ya iba por el quinto libro.

Scorpius también la miraba con la vista fija en su dedo, como Albus.

―¿Acaso sólo piensas en comida Blake...? al menos...―Sam dejó de hablar, deteniéndose en una página. Abrió los ojos y leyó.

Segundos después, miró a los chicos.

― Lo encontré.

Casi como si de un rayo se tratase, Scorpius saltó sobre su prima y el libro que sostenía.
Sam hizo una mueca cuando Scorpius se puso sobre su hombro para leer.

" Vinculum Cariatis" ― leyó lentamente la ojiverde. Frunció el ceño hacia Albus, quién tragó en seco.

― Vinculo de Amor. ― tradujo con pesar. Scorpius apretó el puño sobre la mesa volviendo sus nudillos mas blancos de lo normal.

―Continua, Sam―pidió su hermana, dándole una mirada rápida a Scorpius. Sam asintió y se acomodó mas en la silla.

― "Vinculum Cariatis, es una poción/hechizo de magia oscura, extremadamente peligrosa si no se realiza con cuidado y precisión. El Vinculum Cariatis será efectiva solamente si se realiza correctamente, ya que no se garantiza el efecto esperado si esta no se lleva acabo completamente. 
Vinculum Cariatis bien realizada provoca que el mago o bruja hechizado sienta una increíble dependencia ante el mago o bruja que lo realiza. También el estar totalmente de acuerdo, en cualquier momento sin importar qué, con la otra persona


Sam se detuvo un momento, miró a Scorpius, quién no se movía ni un apiste. Se aclaró la garganta y continuó.

El hechizado puede presentar los siguientes síntomas: Ojos notablemente más claros que su color natural, cambiando constantemente dependiendo de cada cuando se le administre la poción. Momentos de lucidez en donde el hechizado pierde los efectos de la poción si esta no se realizó correctamente...


El silencio reinó en la habitación, silencio que se rompió con el golpe que Scorpius dio en la mesa de madera. Lea dio un pequeño salto.

― Lo voy a matar― Albus fue mas rápido, y mucho antes de que el rubio saliera corriendo, lo tomó del brazo, mirándolo amenazadoramente.

― Créeme, no más que yo, pero ahora debemos ser mas inteligentes que esa rata. Ya una vez fallamos, no podemos hacerlo de nuevo o MacGonagall no sólo nos matará, si no que nos expulsará. ―Scorpius tragó en seco. Pero asintió.
Y Albus estuvo seguro que le costó una vida mantenerse calmado en ese momento, pero también supo que lo hacia sólo por ella, por Rose.

― Aún no entiendo como es posible que no funcionara la poción de MacGonagall.― dijo Blake con la mano en la nuca. Sam también frunció el ceño.

― Porque fue mas listo que nosotros, o nosotros muy tontos―respondió Scorpius― La poción que usamos fue para detectar Amortentia. El maldito esta usando magia oscura con Rose, y quien sabe desde cuando.

―Quisiera poder decir que lo sé,  pero no tengo idea ―dijo Albus llevandose una mano a la barbilla ―, podría decir que desde que apareciste,  que Rose jamás lo amó y toda su relación fue una mentira... pero no lo sé. Y sabes cuánto odio no saber.

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La puerta de la habitación se abrió abruptamente, por ella entró Devon, Rose no estaba por ningún lado.

Eso lo cabreo más.

― ¡Rosie! ― Nadie respondió. soltó un gruñido y buscó en toda la habitación.
No estaba, por lo menos, no ahí.

―Maldita sea, Rose te dije que no te fueras.― dijo al aire, dando vueltas. Caminó al baño y tocó la puerta, mas nadie contestó.

Se quedó viendo su celular unos segundos, cuando sintió un peso sobre su espalda, era Rose

― ¡Boo!― exclamó la pelirroja mientras se reía torpemente. Devon se relajó notablemente y la tomó por los muslos, sonrió.

― Casi me matas del susto, Rosie. ― ella se bajó y le pasó los brazos por los hombros, sonriendo de lado.

― Ese era el chiste, tonto. ¡Duh!― El pelinegro volvió a sonreír. Alzó la mochila que llevaba con él― Te traje tu favorito― Sacó la botella de té.

Rose la tomó con cuidado, como si fuera una reliquia que se fuera a romper con sólo un toque.

Lo miró a los ojos.

―Gracias― luego lo besó. Un corto y casto beso en los labios. Devon se sintió extraño.

Rose dejó la botella, de nuevo, con extremo cuidado, sobre la mesita de noche. Y caminó por la habitación, tarareando una canción que el no reconoció..
Estaba extraña, demasiado tal vez. 

― ¿No la quieres? ―la pelirroja volteó abruptamente, con los ojos mas abiertos de lo normal. Sonrió débilmente.

―No tengo sed ahora, Dev. ¿Podemos hacer algo divertido? Escuché que Fred y los chicos irán a Hosmade, hace mucho no vamos con ellos.

De nuevo actuaba extraño. Posiblemente el efecto de la poción se estaba yendo. No podía arriesgarse, tenía que sacarla cuanto antes de ahí o ellos vendrían a por él.

| 𝙵𝚕𝚊𝚜𝚑 𝙱𝚊𝚌𝚔 |


《― Lo voy a matar― La carne se le puso de gallina por primera vez en mucho tiempo.

Lo habían descubierto y ahora todo se iría a la mierda por culpa del maldito Malfoy.

Apretó los puños y se acomodó más detrás del estante, necesitaba escuchar mas.

― Créeme, no más que yo, pero ahora debemos ser mas inteligentes que esa rata. Ya una vez fallamos, no podemos hacerlo de nuevo o MacGonagall no sólo nos matará, si no que nos expulsara. 

Devon tenía que ser rápido, un paso adelante de ellos era lo que lo había rescatado la última vez.
O mas bien, fue sólo suerte.

Pero ahora no tendría suerte, si la quería, debía conseguirla él mismo.

Pero la suerte no se hace, Devon.

|𝙵𝚒𝚗  𝙳𝚎𝚕  𝙵𝚕𝚊𝚜𝚑  𝙱𝚊𝚌𝚔|


― Rose, tengo que llevarte a un lugar, ahora― La pelirroja volvió a verlo con los ojos azules bien abiertos.

El cuerpo de ella se tensó. Hizo un puchero.

― Pero quiero ir a Hosmade con los chicos.

― No discutas conmigo, Rosie. Vamos, será divertido. Solos tú y yo― la tomó de la cintura, estaba tensa, pudo ver como sus manos temblaban ligeramente y el latido de su corazón era ligeramente mas rápido. Respiraba con mas frecuencia.

Fue entonces cuando cayó en cuenta.
Sus ojos azules, que estaban clavados en los suyos, no sólo estaba desmesuradamente abiertos, si no que eran de un azul oscuro, casi zafiro.

Vio a su alrededor, su baúl estaba mal cerrado, y las cosas sobresalían de este. Luego posó su mirada de nuevo en su novia. Estaba temblando más fuerte.

― Rosie, tenemos que irnos― ella tragó en seco. Sonrió apenas.

― Quiero ir a Hosmade― repitió. Con ese tono petulante que ella usaba cuando le pedía algo a sus padres, o a quién sea.
Devon apretó el agarre sobre ella.

― De acuerdo, pero, por lo menos bebe tu té, no has comido nada en toda la mañana. Es tarde

Le tendió la botella, Rose la miró unos segundos, con una mano temblorosa la aceptó.
Miles de ideas cruzaron por la mente de la Weasley, pero en ese momento, no sabía cual de todas tomar.
Asi que, hizo lo que su instinto le pidió.

Mirándolo a los ojos todavía , lo empujó con todas sus fuerzas. Devon, algo impresionado trastabillo hacia atrás, Rose lanzó la botella hacia él, pero se hizo a un lado y esta se estrelló contra la pared, mojando todo el piso.

La pelirroja corrió tan rápido como le fue posible hacia la puerta, la abrió y salió corriendo por el pasillo.

Iba a bajar los primeros escalones, cuando algo la golpeó en la cabeza tan fuerte que vio estrellas, su nuca ardió y dolió como el infierno.

Lo último que vio fueron los pasos de Devon, acercándose a ella. Luego, todo se volvió negro.


No me odien, yo los amo.

:))

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