XIV. Dos contra uno.
𝕯𝖔𝖘 𝖈𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆 𝖚𝖓𝖔
La champaña pasaba fácil, más en ese momento, sentía las mejillas calientes, y aunque estaba sentada, la habitación comenzaba a moverse sin que ella lo pudiera impedir.
Cuándo estuvo apunto de llevarse otra copa a los labios, la mano de Louis se posó en su pierna, ella lo miró al mismo tiempo que él le quitaba delicada y despiadadamente la copa de cristal.
―¿Qué ocurre contigo? -gruñó Rose en voz baja.
―Normalmente no soy yo el aguafiestas... Pero si continuas bebiendo de esa manera, no soportaras mucho tiempo sentada en esa silla. ―Le susurró su primo en voz baja. Rose bufó.
―Sé cuidarme sola, chico veela. ― A pesar de que eso intentó ser un insulto, Louis soltó una risotada que fue ahogada por el barullo de sus primos.
―Ay Rosie, ven, come esto... ―le empujó un plato de patatas y un vaso de agua ―Tienes que quitarte la borrachera antes de que la tía Angelina lo noté... sabes que tiene un sexto sentido para detectar alcohol en la sangre.
La pelirroja se quedó mirando un momento el plato
Y luego de segundos comenzó a comer, Louis tenía razón, a su lado racional aún le importaba su dignidad y si continuaba bebiendo, la perdería rápidamente.
...
El jueguito de "Me miras, te miro, otra vez" terminó justo cuando Rose se puso de pie bruscamente y salió a tropezones del comedor murmurando algo sobre ir al baño.
Scorpius esperó al rededor de tres minutos para levantarse también.
― Excúsenme, debo ir al baño.
La señora Weasley le sonrió en forma maternal, indicándole donde estaba el baño.
El Slytherin siguió las indicaciones de la matriarca, subiendo las escaleras hasta el segundo piso y caminando hasta la puerta del fondo.
Al llegar, escuchó como Rose se movía de un lado a otro detrás de la puerta, lo cual interpretó como su entrada.
Obviamente, no tenía pestillo.
― ¡¿Qué demonios haces aquí?! ― exclamó Rose mas que sorprendida, si no nerviosa. Scorpius volteo a verla algo confundido y cerrando la puerta tras de si.
― ¡Tú me dijiste que viniera! ― Ella frunció el ceño.
― ¿Yo cuándo te dije tal cosa? ―chillo. El rubio la miró de soslayo.
―Con tu jueguito de "Te miro, me miras... ahora sígueme al baño para que pueda acabar la jodida tensión sexual. " ―El tono en que lo dijo, si bien fue un poco infantil, sonaba en verdad convencido de su teoría.
Rose lo miró unos momentos, seriamente. Hasta que soltó una carcajada.
―No me puedo creer que enserio creyeras eso...
La expresión del rubio era de completo asombro. Pero sólo duró unos cuantos segundos, porque enseguida la cambió a su típica mirada de "Mira lo guapo que estoy, joder"
―Bien... ―comenzó, con voz ronca―Puede que no hayan sido tus intenciones exactas, ― se acercó a ella, pasándose la lengua por los labios― pero no me vas a negar que también lo sientes.
―Sentir ¿qué?― bufo ella cruzándose de brazos. Scorpius sonrió de lado y pasó las yemas de sus dedos por los brazos desnudos de Rose, poco a pocodesarmó su pose.
― Esto, la tensión, Rose. ― acercó su rostro para susurrarle al oído. ― No me digas que no lo sientes también.
Escuchó como ella pasó saliva fuertemente, sintió como dejó caer sus brazos a los costados, laxa.
Scorpius siguió respirando cerca de su cuello, provocando que su piel se erizara. Rose dejó caer la cabeza en el hombro del ojigris, rendida.
― No puedo hacer esto, Scorp... ―sus palabras murieron en su garganta cuando él la tomó de la barbilla y acercó su boca lo suficiente como para besarla, pero sin hacerlo.
―Sí que puedes... ―acarició sus labios con los de él― Ves que fácil es.
― Lo es, demasiado. ―aceptó― Pero no puedo, sabes que no. ―Rose sabía lo que él hacia, era una especie de tortura, demasiado sensual para ser llamada así.
Entonces, la "tortura" acabó. Él se separó de ella.
― ¿Por qué me besaste y ahora no quieres?
―Tú me besaste. ―corrigió ella.
―Tú correspondiste.
―Y después me quité. ―rebatió.
―Parecías estarlo disfrutando.
― ¡Por supuesto que sí!― Al ver la sonrisa de la serpiente, se arrepintió de haberlo dicho― Luego recordé que tengo un novio... al cual amo.
Él alzó una ceja y frunció la boca.
― Haré como que te creo, Rose. ―Le acomodó el collar que llevaba puesto, luego puso un mechón de pelo detrás de su oreja ―Aunque primero empieza por creértelo tú.
Luego le dio un ligero beso en la mejilla y salió del baño dejándola con la respiración acelerada y un lío en la cabeza.
.
Cuando el reloj marcó las 2:00am finalmente se rindió, dejó de dar vueltas en la cama y se levantó con extremo cuidado para que su prima, Dominique no se despertara.
Bajó las escaleras lentamente, intentado no hacer ruido ya que sabía que algunos de lo que dormían ahí esa noche, por ejemplo, James, tenían el sueño demasiado ligero.
El fuego aún relampagueaba en la chimenea que estaba en la biblioteca, lo cual extrañó a Rose.
Pero no duró mucho cuando se encontró a Scorpius sentado frente al fuego con su celular entre las manos.
Pensó en irse, pero el ya la había escuchado entrar, ahora sólo la estaba esperando para que se fuera a sentar a su lado. Rose no supo porqué, si eran las copas de mas, la luna o las estrellas, pero quería estar ahí, definitivamente quería ir.
― ¿Tampoco puedes dormir o sólo estas esperando a Santa Claus? ― le dijo en cuanto estuvo a su lado, ella rodó los ojos.
― Eres tan gracioso. ― respondió ella, sarcástica. Scorpius sonrió.
―Gracias, me lo dicen todo el tiempo. ― ella sonrió y negó con la cabeza un par de veces, luego volteó al frente y suspiró.
― ¿Qué te ocurre?― se encogió de hombros sin dejar de ver el fuego.
― Quisiera saberlo... pero no lo sé.
― ¿Esto es por el beso?―- Rose juntó los labios y medio asintió, medio negó haciendo una mueca.
― Un poco, sí... pero, no lo sé, es todo, en realidad. ― frunció el ceño. ―Es como si no supiera nada de lo que ocurre en mi propia vida, como si me hubiera desconectado por completo de mi misma.
Scorpius alzó una ceja.
― ¿Qué prefieres, trastorno de personalidad múltiple o crisis existencial? ― Rose se volvió a reír, esta vez sí volteó a verlo acercándose mucho a él y lo tomó de las mejillas.
Frunció los labios en algo que parecían morritos.
― Hablo en serio, es que... ahora, quiero besarte Scorpius Malfoy, de verdad que quiero.―miró sus labios mientras decía esto, mas no se acercó demasiado. ―Pero no puedo, o mas bien no debo, lo sé.
― Te contradices demasiado, pelirroja.
― Es que... son como destellos de lucidez.
― ¿Cuándo quieres besarme, o cuando no?― La ojiazul sonrió.
― Ese es el problema, no lo sé, no se si besarte sea lo correcto.
Scorpius suspiró, Rose hace mucho le había quitado las manos de las mejillas y le había tomado las manos.
― ¿Yo te gusto, Rose?― asintió. ― ¿Y quieres besarme?―repitió el gesto. Él rubio rodó los ojos.― ¿Entonces por qué mierda no lo haces ahora? Bésame, Rose.
― Tengo novio, Scorpius.
― Déjalo
Abrió la boca para decirle algo, no sabía qué exactamente, tal vez darle una lista de todas las razones por las cuales no lo haría, decirle cuanto quería a Devon, cuan lindo era.
Pero no se le ocurrió nada que decir, ni siquiera quería decir las palabras, era como cuando no tenías ganas de hablar, cuando estabas tan cansada por la mañana que ni siquiera querías abrir la boca.
Cuando el silencio era tan perfecto que no querías romperlo.
Así que no lo hizo, no dijo nada, solamente asintió, con una sonrisa, y fue cuando pensó, que si ya lo había besado una vez, podría hacerlo de nuevo.
Rose aún no puede recordar que le sucedió, si fue un impulso suyo, la luna, las estrellas, algún cometa o los ojos de Scorpius, pero terminó rompiendo cualquier distancia, para poder besarlo ahí.
Scorpius sonrió entre el beso, tomándola de la cintura, y empujándola un poco para que callera de espaldas en la alfombra. Rose pasó sus brazos por su cuello y enredó sus piernas en la cintura del ojigris.
Soltó una risita cuando sintió a Scorpius respirar en su cuello.
― Esto esta mal de todos los puntos en que los veas. ― suspiró Rose mientras tenía a Scorpius sobre ella, literalmente, y besaba su cuello. Lo sintió sonreír.
― Si quieres que pare, lo haré.― luego de decir eso, la mordió. Ella soltó un gritito pero no lo quitó.
― No...― gimió.―sé que está mal, pero no puedo pensar ahora.
― ¿Quieres que te diga por qué esta mal? ― ofreció él, aún besando su cuello.
Antes de que respondiera la beso de nuevo, con desesperación, metiendo su lengua en la boca de ella provocando que Rose hundiera sus dedos en la espalda del Slytherin.
―Bien sí... hazlo, pero no tienes que detenerte.―Las manos de Scorpius pasaban por todo el cuerpo de la Ravenclaw.
― Bueno... primero, tienes novio. ― dijo contra su boca. ― Segundo, estamos en la casa de tus abuelos... ― Rose también besaba su cuello ahora, provocando que a Scorpius se le erizará la piel. ― Tus padres o primos... podrían venir y...―fue su turno de gemir. ― Carajo, Rose, no puedo pensar.
La pelirroja soltó una risita que el rápidamente calló con un beso.
―Pues no pienses entonces.
.
La mañana de navidad todos los Weasley y sus invitados se encontraban despiertos para cuando amaneció, excepto por dos adolescentes que se habían quedado despiertos hasta tarde.
La señora Weasley arrugo la nariz cuando vio que faltaban.
― ¿Dónde están Rosie y Scorpius?
― Rose esta dormida. ― respondió Dominique cruzada de brazos.
― Scorpius igual.― dijo Albus algo extrañado.
― Bien, vayan a por ellos, es hora de abrir los regalos. ―
Los nietos de la mujer asintieron para luego salir corriendo escaleras arriba.
― ¿Tu crees que...
― ¿Estuvieron juntos anoche? Sí.―dijo Albus con una sonrisa de lado, su prima lo imitó y se adentró en la habitación donde dormía su prima, Albus hizo lo mismo en la habitación de enfrente.
― Vamos, dude, tienes que despertar. No quieres ver a mi abuela molesta.―advirtió el muchacho de ojos verdes.
Scorpius soltó un gruñido y se puso la almohada en la cabeza.
Albus rodó los ojos.
― Scorpius...―otro gruñido― Malfoy, ponte de pie― otro mas.
Albus resoplo y se cruzó de brazos.― Malfoy, si te levantas ahora, no voy a preguntar que hicisteis Rose y tú anoche.
Y justo como esperaba, el platinado se paró como un resorte al escuchar aquello.
― ¿Cómo supiste eso?
.
―Vamos Rose, arriba, la abuela Molly se va a enfadar. ― suplicó Dominique mientras movía la pierna de la joven. Pero la pelirroja ronco en respuesta.
―¡Rose! ― ella gruño. Dominique entrecerró los ojos.― Arriba, y no haré preguntas de porqué Scorpius y tú se durmieron hasta tarde.
Al igual que el mencionado, la pelirroja se paró de golpe, viendo con los ojos muy abiertos a su mejor amiga.
―¿Qué? ¿lo sabes?
La rubia sonrió.
―Scorpius y tú son los únicos que no bajaron. ― se encogió de hombros.―Es lógica nada mas.
.
Unos minutos después, los cuatro bajaron las escaleras de la mansión Weasley. Abajo ya estaban todos abriendo los obsequios y comiendo las galletas que Lily había preparado.
― Aleluya.―exclamaron los gemelos Scamander al verlos llegar. Lyssander se acercó a Rose y le pasó un brazo por los hombros, le entregó una caja negra con un lazo plateado.
― Esto es para ti.
―Gracias Sander... ― Él negó con la cabeza.
―Oh no, este no es de mi parte, lee la tarjeta. El mío está allá.―apuntó debajo del árbol y se alejó.
Rose sostuvo la caja entre sus dedos y leyó la tarjeta.
"Con todo mi amor, para mi Rosie. Feliz navidad.
―Dev."
Miró la caja, y releyo la tarjeta. Soltó un suspiro y sintió como su estómago se revolvía.
.
Rose estaba sentada en medio de él y Albus mientras abrían los regalos.
Hasta ahora había recibido el famoso suéter de lana por parte de la señora Weasley, una escoba nueva por sus padres, guantes nuevos por parte de Albus. Y Algunos libros.
Justo a mitad de la mañana, Rose puso una mano sobre la suya y articulo un "Sígueme" señalando con la cabeza las escaleras. Seguido de esto, ella subió rápidamente, Scorpius esperó unos segundos para luego escabullirse detrás de la chica.
Esta lo estaba esperando a la mitad del camino.
― ¿Qué ocurre?― Rose sonrió de lado.
―Quería darte tu obsequio en privado. ― Lo tomó de la mano y lo arrastró hasta la habitación que compartía con Dominique.
Una vez adentro la pelirroja abrió el armario y sacó una caja rectangular. Estaba forrada en terciopelo verde y en letras plateadas decía su nombre.
―No quiero ser un cliché preciosa, pero de verdad no tenías porque darme nada.― Rose sonrió.
― ¿Tú me compraste algo.? ― inquirió la chica. Scorpius rodó los ojos.
―Sí, pero...
―Entonces cállate y ábrelo. ―Negando con la cabeza y una sonrisa en el rostro, obedeció.
Adentro había una especie de bolígrafo de plata con detalles parecidos a escamas de serpiente.
El rubio levantó la cabeza para verla a los ojos.
― Es increíble. ― Rose arrugo la nariz, gesto que hizo que Scorpius quisiera besarla hasta morir ahí mismo.
― Tomalá. ― pidio ella. El platinado lo hizo. Un halo de luz recorrió el bolígrafo, y este se deslizó por su mano como si de una serpiente se tratase para después enrollarse en su dedo índice, formado una pequeña serpiente, sus ojos eran dos esmeraldas que resplandecían.
― Por Salazar...!
fue todo lo que dijo él, antes de tomar a Rose y besarla como había estado esperando hacerlo desde que la vio bajar esa mañana.
Rose se reía entre besos mientras acariciaba su cabello.
― Espero que te haya gustado...
― Es el regalo mas increíble que recibí hoy. ― le respondió una vez dejó de besarla.
― Y mira.―Rose alzó la mano y le mostró su brazalete al Slytherin.―Va a juego con mi brazalete.
El de ella, en lugar de ser una serpiente era un águila con las alas bastante largas que daban vuelta por toda muñeca de la chica, y el lugar de esmeraldas, los ojos del águila eran un par de zafiros.
― ¿Ahora somos de esas parejas? ― inquirió el platinado. Las mejillas de Rose se encendieron y bajó la mirada.
―¿Somos una pareja? ― preguntó mordiéndose el labio.
―No lo sé, ¿lo somos?
Rose pensó en Dev, en el regalo, la relación y todo el tiempo juntos.
Dolía dejarlo todo atrás. Tanto tiempo y buenos momentos, pero también sabía que ya no se sentía bien, era distinto, no era ella misma, y tampoco olvidaba como la hacia sentir Scorpius. Sabía muy bien que no tener una razón para quedarse, era una buena razón para irse.
Se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja y lo miró con una sonrisa de lado.
―Lo seremos, Scorp.
¡¡Feliz día del orgullo a Slytherin!!💚🐍
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