[12] John Mesa
El sol ya casi caía por completo y ya estaban todos de vuelta en la cabaña. Habían pedido un montón de sushi, así que todos vagaban esperando a que llegara la comida.
Teddy y Brooke fueron los últimos en llegar, lo cual despertó sospechas en todos los individuos de la cabaña. Sobre todo en Heather, quien una vez más veía a esos dos escabullirse.
—Oye, te extrañé —dijo la del pelo rosa abrazando al chico— ¿Me trajiste un oso?
—No, es de Brooke, solo se lo estoy sosteniendo —respondió Teddy con una sonrisa nerviosa
La cara de desconcierto de Heather incomodó un poco a los chicos en la sala, pero rápidamente volvió a sonreír sin darle importancia a la situación.
—¿Dónde estuvieron? —preguntó Vanessa curiosa.
—Fuimos a comer comida... —dijo la rubia rápidamente.
—Brooke tenía antojos de comida china, ¿no es cierto? —agregó Teddy— así que la acompañé.
—¿Era muy lento el servicio? —se burló Cory, sabiendo que ambos estaban mintiendo.
Los dos se quedaron sin palabras y se fueron en caminos separados con la vaga excusa de que estaban cansados. Por otro lado, Heather siguió rápidamente al castaño por las escaleras hasta su habitación.
Teddy ya se encontraba acostado en la cama de dos plazas, con los zapatos tirados por doquier y los ojos cerrados. Parecía dormido, pero en su mente se preguntaba; ¿qué hubiera pasado si Darren y Kyle no los hubiesen encontrado?
—Ted —musitó ella cerrando la puerta. El chico solo gruñó en forma de respuesta— andas extraño.
Se puso arriba de Teddy abrazándolo por la espalda y haciéndole ligeras cosquillas en las axilas. Él reaccionó dándose vuelta y colocándola abajo suyo.
—¿No he hecho nada malo o si? —preguntó ella haciendo pucheros.
—Para nada.
—¿Entonces? Deberíamos divertirnos como siempre; ir a una disco, bailar, beber y después algo un poco más... erótico —sugirió Heather, susurrando en su oído la última parte.
Teddy se sintió un poco incómodo, por un lado tenía hartas ganas de salir a divertirse con ella como suelen hacer. Aún así, no quería tener relaciones sexuales después de como se sintió con Brooke en la feria. En el fondo todavía creía que algo quedó pendiente entre ellos dos.
—Estoy un poco cansado, eso es todo —mintió sentándose en el borde del colchón.
—¿Y no estabas cansado cuando saliste con Brooke? —preguntó ella arqueando una ceja.
—Se que te invité para que nos divirtiéramos juntos y, perdón que no te esté prestando casi nada de atención.
Heather sonrió y le dio un beso en la mejilla. Le pareció sincera su respuesta, tal vez el reencuentro con los otros le revolvió la cabeza.
—¿Quieres ver Heathers? Puedo traer tostadas con huevos revueltos y jugo de naranja —sugirió con un tono persuasivo.
—Me encanta esa película, y amo que tengas el mismo nombre —contestó sonriendo.
—Es un plan, iré a hacer tostadas.
Se levantó contenta de la cama y se dirigió hacia la cocina para preparar lo prometido. Sabía que algo extraño pasaba con Brooke, pero intentó dejar de pensar en ello por esa noche.
[...]
Brooke entró a su habitación con las mejillas rojas de vergüenza, tenía que dejar de hablar cuando tuviera nervios. Dejó al oso gigante en su cama y no pudo evitar mirarlo con ternura. Desde hace años que había querido uno, en especial cuando veía películas románticas y soñaba que su novio le daba uno. Ahora estaba frente a ella, pero no sabía que pensar sobre que lo hubiese recibido por parte de Teddy.
—Tan confundida que me tienes —le dijo al oso simulando que era el chico— llevamos solo tres días aquí y ya te has metido en mi cabeza.
Se acostó mirando el techo de la cabaña, no podía parar de repetir la imagen de cuando ambos estuvieron apunto de besarse en la rueda de la fortuna y al bajarse. Dos beses en un día no podía ser casualidad, ¿o si?
Dio vueltas por la habitación intentando decidir si se estaba imaginando cosas o realmente ambos tuvieron un momento.
«Él dijo que era una ocasión especial» pensaba una y otra vez.
—Te ves demasiado inquieta, ¿tomaste un latte descafeinado? —preguntó Vanessa sorprendida con la puerta semi-abierta.
—No, solo estoy pensando en si dejé el horno encendido —mintió.
Vanessa sentó a la rubia en su cama y se puso delante de ella con los brazos cruzados.
—Brooke —musitó— no hay hornos en nuestra habitación —se sentó junto a ella— tu puedes decirme todo.
—Esta bien —suspiró— es Teddy.
—¿Qué pasó? ¿Se pelearon?
—No, lo que pasa es que... no te lo dije, pero él es mi exnovio.
—¡Dios mío! —gritó ella— me dijiste que era tu vecino, John Mesa, el militar que se fue a Irak hace tres años. No un chico homosexual que iba en tu escuela y solía ser tu mejor amigo.
—Era un tema delicado cuando te lo conté, lo siento por mentirte.
—Debo admitir que ahora la historia de John Mesa suena bastante sospechosa.
Ambas rieron un poco con lo de la situación. La historia de John Mesa fue una historia estúpida que inventó cuando la pelirroja le preguntó por relaciones pasadas.
—Okay, entonces te reencontraste con tu ex-mejor amigo y exnovio. Suena a telenovela, ¡Me encanta el drama!
—¡Vane! Es algo serio, cálmate.
—Perdón, es que ahora entiendo porque Heather me preguntó sobre ustedes dos.
Brooke quedó impactada con las palabras que había dicho su amiga, ¿Heather estaba teniendo sospechas? ¿Acaso estaba celosa? Una pequeña sonrisa se le formó al saber que la chica sentía celos hacia ella. Sin embargo, necesitaba más detalles, tal vez Teddy le había contado muchas cosas sobre su relación pasada.
—¿Cuando fue eso? ¿Qué te preguntó? —interrogó la rubia.
—Si alguna vez lo habías mencionado o hablado de su relación.
—¡Esta celosa! Le debe gustar Teddy, estoy segura.
—¿No son novios?
—No, son amigos con derechos.
—¿Y tu quieres competir con ella por Teddy o qué?
Brooke se quedó en silencio pensando en la pregunta de Vanessa, ¿Se la jugaba o no? Por un lado, estaba la probabilidad de que él también haya tenido sentimientos encontrados y logre ganarle a Heather. Aún así tenía miedo, ¿y si no han madurado lo suficiente? ¿si perdía contra la otra? ¿qué pasa si Teddy no le gusta de vuelta?
—Oye —murmuró la pelirroja— no todo es calculable, así que deja de comerte la cabeza. Tienes que simplemente creer en el destino.
N/A: mi último año de escuela esta bien loco y recién esta partiendo. Tengo que dividir mi tiempo entre escuela, novio, médico, preuniversitario, familia y hobbies. Lo bueno, es que ando un poco inspirada, así que aprovecharé de escribir harto!!!
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