[11] Detectives por el día

Mientras Brooke y Teddy recién iban hacia la feria del pueblo, los demás se encontraban en la playa descansando. Algunos tenían una resaca horrible, en cambio otros radiaban energía.

—¿Alguien tiene una aspirina? —preguntó Cory.

Su cabeza palpitaba al igual que un corazón y el brillo intenso del sol no ayudaba en nada. Estaba completamente arrepentido de haber bebido tanto la noche anterior.

—Yo tengo —contestó Kyle, quien bebía como si nada, una cerveza helada.

—¿No tienes resaca? —preguntó Vanessa sorprendida.

—No puedes tener resaca, si nunca dejas de beber —respondió con una sonrisa— Bueno británico, ¿Vas a querer la aspirina o no?

—¡Por supuesto! —exclamó.

—Entonces sígueme, la tengo en la cabaña.

El castaño dudó un segundo si acompañarlo o pedirle que la fuera a buscar él solo. De todas formas no dijo nada y se fue caminando detrás de Kyle.

Se sintió un poco atraído por su espalda tan tonificada y sus glúteos bien trabajados. Para ser una persona buena para los vicios, tenía un cuerpo hecho por dioses.

—Parece que Brooke debe estar todavía durmiendo —comentó el rubio abriendo la puerta de la cabaña.

El lugar se encontraba en completo silencio, ni siquiera se podía ver una mosca volar alrededor de la habitación principal.

—La pobre perdió su dignidad anoche —agregó Cory riendo.

—Igual que tú —contestó el otro— Tengo las aspirinas arriba, ya vuelvo.

Subió las escaleras con prisa y de manera cautelosa para evitar despertar a su amiga. El británico quedó solo en la primera planta mirando el lugar.

De pronto notó un libro abierto en el sillón y recordó que Teddy lo estaba leyendo en la mañana. Se preguntó dónde podía estar, ya que no fue a la playa y tampoco habían señales de vida en la cabaña.

Kyle volvió con las pastillas en la mano, solo que esta vez bajó las escaleras sin ser tan silencioso como antes.

—Brooke no está aquí —dijo el rubio.

—Tampoco Teddy.

Ambos se miraron sorprendidos y a la vez de manera pícara, ya que se le ocurrían muchos escenarios de lo que pudo haber sucedido.

—¿Habrán ido a un motel? —se preguntó Cory arqueando las cejas.

—Lo dudo, no está con... ¿Heather?

—¡Es sospechoso y quiero saber más! Amo el drama, es como estar dentro de una telenovela —exclamó Cory con los ojos brillantes.

—Me gustaría verte en televisión —agregó el rubio.

Aquel comentario estremeció un poco al castaño, ya que sabía que su intención era coqueta. No supo que responder y solo sonrió con nerviosismo.

—Toma, la aspirina —dijo Kyle entregándosela lentamente.

—Gracias —contestó con una sonrisa.

Se miraron con ternura, mientras el rubio seguía teniendo su mano sobre la del otro. Su corazón palpitó fuerte y deseó que en algún momento pudiese besarlo sin pensar en la existencia de ese albino de tres metros.

—¿Vamos de vuelta, si? No quiero que Nolan se ande imaginando cosas extrañas —dijo Cory.

Caminaron de vuelta hacia la playa con todos los demás. Cory se sentó al lado de su novio y le dio un corto beso en su mejilla mojada. Por el otro lado, el rubio se puso al lado de Darren quién leía un libro bastante grueso.

—Oye —le susurró.

—¿Qué quieres? —contestó Darren sin despegar la vista de su libro.

—Brooke y Teddy no están en la cabaña —dijo en voz baja para que el resto no escuchara.

—Sospechoso, ¿no?

—¿Quieres ser detective por un día? —preguntó Kyle arqueando las cejas.

Darren cerró el libro con una sonrisa medianamente maligna, le resultaba divertida la idea de encontrar a sus dos amigos con las manos en la masa.

Se pararon con la excusa de que irían a comprar cervezas al pueblo para que no hubieran sospechas. Tomaron las llaves de la motocicleta de Kyle y estaban listos para irse.

—¿Dónde deberíamos partir? —preguntó el rubio colocándose su casco.

—Brooke no es muy fan de los bares, ¿tal vez fueron a comer algo juntos?

—Si, pero esta lleno de restaurantes pequeños frente a la playa. Los hubiéramos visto al pasar por allí...

Se quedaron pensando en alguna cosa que pudo haber dicho alguno de los dos sujetos los días anteriores.

—¡Ayer les dije sobre la feria del pueblo! —exclamó Darren.

—Suena a una cita mágica —se burló el otro— ¿sabes cómo llegar?

—Si, Linda me mostró un folleto.

Kyle se subió a la motocicleta rápidamente, el castaño se le sumó sentándose en el asiento de atrás, pero no pudo evitar sentirse incómodo.

—Esto se ve y siente tan erróneo —comentó riéndose.

—Mientras no sienta tu miembro en mi trasero, todo estará bien.

Comenzaron a andar y Darren se afirmó fuertemente de su amigo. Le daba un poco de risa la situación, como si ambos fuesen pareja.

Llegaron al lugar, el cual estaba repleto de gente para la hora del día. En esos momentos las personas recién se iban de la playa de vuelta a sus cabañas, pero la feria tenía un montón de vida.

—Dudo que los encontremos, son demasiado promedios —dijo Kyle peinándose frustrado.

—Pensemos como ellos, ¿Adónde irías si fueses Brooke?

—Al lugar más romántico que haya en la feria...

Ambos comenzaron a mirar hacia todos los lados intentando elegir un lugar, por desgracia, todos los sectores eran perfectos para una cita absurdamente romántica y cliché.

—¿Rueda de la fortuna? —sugirió Darren— para partir con algo.

—Suena bien —respondió.

[...]

Brooke y Teddy bajaban de la rueda de la fortuna junto al oso gigante, aquel pequeño momento que tuvieron en el juego mecánico los dejó con un poco de escalofríos a ambos.

—No puedo creer que haya podido estar allí arriba —dijo ella mirando con asombro la altura de la rueda.

—Eres valiente —agregó Teddy.

La rubia lo miró confundida, no sentía que era apropiado que le dijera cosas tan halagadoras. Se sentía extraña consigo misma y la situación en sí.

—¿Estás bien? —preguntó él.

—Si... es sólo que... —se quedó sin palabras al ver los ojos azules brillantes del chico. Tenía que admitir que eran una gran distracción.

El silencio una vez más los acompañaba, y sus ojos estaba fijos en el otro. Ninguno parecía respirar, como si el tiempo se hubiera detenido allí mismo.

«¿Debería besarlo?» se preguntaba Brooke. Su corazón latía con mucha fuerza, sus sentimientos por él volvían a aparecer con una gran rapidez.

—Tus ojos son demasiado brillantes —susurró ella sin poder quitarles la mirada de encima.

—No siempre están así, solo en ocasiones especiales.

—¿Esta es una ocasión especial? —preguntó la rubia.

Teddy desvió su mirada hacia sus labios un par de segundos y luego volvió a los ojos de la rubia. Para ella era una señal, ¿debía tomar la iniciativa o esperar?

—¡Brooke! —exclamó Darren.

Ambos se asustaron por escuchar a uno de los chicos, la burbuja mágica en la que se encontraban se había reventado en un segundo.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Kyle cruzando los brazos.

—Poniéndonos al día —respondió la rubia nerviosa.

—Por un momento pensé que era una cita —comentó Darren.

—¡No! Para nada —dijo Teddy.

—¿Y ese oso?

—Regalo de ex-novios, es una tradición en mi familia —contestó Brooke rápidamente sin pensarlo.

Todos se quedaron en silencio mirándose confundidos. La situación para Teddy y la rubia, era realmente extraña, porque ambos sabían en el fondo que eso si era una cita.

—Nosotros ya vamos de vuelta con los otros, ¿Vienen? —dijo Darren— creo que Heather te estaba buscando.

Teddy se activó en dos segundos, había olvidado la completa existencia de la chica pelirrosa.

N/A: se viene maratón porque hace mil que no actualizo y me siento inspirada❤️

¿Qué opinan de #Breddy?

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