002
Al día siguiente lo primero que escuché en televisión fue.
"Dynamight vuelve a casa."
Era la única noticia que pasaban en televisión, como si no hubiera nada mas con que cubrir la hora de noticias de los canales de televisión.
Me encontraba sentada en la sala con una bolsa de palomitas, en toalla, recién bañada y una mascarilla de extracto de coco.
"Algo tranqui", diria la juventud.
Pero tengo 26 años no voy a decir eso, bueno solo en mi cabeza de vez en cuando.
Paso mas tiempo con adolescentes de lo que debería.
De repente mi celular sonó, me levante del sofá para buscarlo entre la mesa de la sala de estar, que estaba cubierta de revistas y libros que no me habia tomado el tiempo de acomodar desde hace una semana.
Cuando finalmente lo encontré, leí la pantalla era un número desconocido, lo conteste.
— ¿Bueno? — Era la voz masculina de un chico del qué inmediatamente relacione con bakugou.
Pero no era así, era Izuku Midoriya, mi Jefe.
— ¿Ochako? ¿Estás ahí? — Me pregunto después de que no hubiera respuesta de mi parte.
— E-em si, soy yo. ¿Qué ocurre? —
— Lamento tomarte por sorpresa, tome el teléfono de Sero para llamarte, necesito que me hagas un favor. —
" Parecía que solo para eso me llamaban" pensé para mi misma.
—Si, claro ¿qué pasa? —
—Tengo que viajar a Hyogo con Asui por cuestiones de trabajo ¿Te molestaría cuidar a Kimoro por un día? —
Me sentía como la asistente del héroe número uno y su esposa, al parecer ellos también me veían de esa manera.
— seguro. —
Pero no podía rezongar, ellos habían sido muy amables en acojerme en su empresa, después del accidente en 2030 qué cambio mi vida.
— Genial, recogelo a las seis de la escuela, mañana a primera hora iremos por él. —
— de acuerdo, yo me encargo con cuidado. —
Nos despedimos y colgó.
Horas más tarde me dirigí al taller mecánico para recoger mi auto, para después pasar por el pequeño Kimoro a su escuela, me estacione cerca de ahí y me baje para dirigirme al lugar, me quedé parada enfrente de la escuela y espere a que el pequeño saliera.
Cuando finalmente salió, le sonreí y el a mi no era la primera vez que haya tenido que venir conmigo en otras ocasiones similares también tuve que cuidar de él.
Era pequeño, orejón, de ojos grandes, lleno de pecas y un cabello ondulado verdoso.
Era adorable.
— ¡Hola Ochako! — Me saludo agitando su pequeña mano.
— Hola Kimoro, tus papás me... —
—te mandaron por mi para que me cuidaras, de acuerdo. — me interrumpió con una sonrisa irónica, no pude evitar reír.
Se encaminó al auto y yo lo seguí, al llegar ahí abrí la puerta trasera para que subiera, cuando lo hizo la cerré y me dirigí a mi asiento para encender el auto y avanzar.
—¿podemos ir por un chocolate caliente? —
— Seguro, a mi también se me antoja uno. —
Manejé hasta la cafetería más cercana, me estacione cerca y lo ayude a bajar del auto para después dirigirnos al establecimiento.
Al entrar al lugar pedimos dos chocolates calientes, cuando me los entregaron se sentaron en una de las mesas del establecimiento a degustar del mismo.
—Ochako.—
—dime. —
—Hoy en la escuela hablamos sobre las familias. —
—¿Así? ¿Y que te contaron? —
— Qué hay muchos tipos de familias... Aveces hay mamá, papá y hijos, aveces solo mamá y papá, también Papá y hijo o mamá y hijo también hay papá, papá y hijo, también mamá, mamá y hijo. —
—Eso está muy bien. — tomé un sorbo del chocolate.
— ¿Cuál es la tuya? — me miró con ojitos curioso
Yo me quede pensativa, ¿Mi familia? ¿Mis padres? Aunque hace tiempo que solo los veo en navidad y año nuevo, aparte de ellos, nadie. Pero los tengo a ellos y eso es reconfortante para mi.
— Soy yo, mi mamá y mi papá. —
El niño me escuchaba mientras bebía su chocolate, en ese momento empecé a observar como se juntaba una multitud de gente que llamo la atención mía y de Kimoro.
Me causó un cosquilleo en la piel, decidí que lo mejor sería salir de ahí antes que la multitud aumentará, tome la mano del pequeño Kimoro tratando de mantener la calma.
Al salir del establecimiento me percate que a quien la gente recibía con tanto aprecio era nada más y nada menos que a él... Katsuki Bakugou.
El se veía tan radiante, con una enorme sonrisa encantadora y genuina, me quedé tan sorprendida por su aparición qué no me di cuenta en que momento me encontraba en la multitud, cuando reaccione gire mi cabeza hacia bajo buscando al pequeño Kimoro, se me bajó el azúcar al darme cuenta que no se encontraba conmigo.
Me altere, comencé agitar la cabeza de lado a lado tratando de encontrar donde estaba el pequeño.
— K-Kimoro!! — Grite con todas mis fuerzas con una voz temblorosa.
Camine con pasos lentos e inseguros hacia adelante buscando con la cabeza abajo al pequeño, comencé a agitarme, mis respiraciones eran cada vez más rápidas, mientras más me adentraba a la multitud menos sentía que podía respirar en algún punto podría jurar que ya no estaba viendo bien.
En algún momento me tropecé y choque con una enorme figura que ya no pude distinguir porque todo se comenzó tornar borroso en mi vista.
— ¿¡Ochako!? —
Fue lo último que escuche antes de desvanecerme.
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