Capitulo 4
Hola de nuevo. Osdejaré los comentarios al final, como siempre. Y pasaos por tumblr.
VOLVEREMOS A VERNOS– CAPITULO 4
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Pero, incluso cuando Bilbo pensaba que aquello solo podía serproducto de un sueño, Thorin seguía allí, besándolo, sujetando surostro entre las amplias manos, oyendo su respiración, notando sucalor dando contra su cuerpo, con el sonido de su chimenea de fondo ytambién el sonido de los grillos que cantaban en la puerta de sucasa.
Si aquello era un sueño, era el sueño más vivido que había tenidoen su vida. Y, aun sin creérselo del todo, rodeó el cuello de estecon los brazos, dejándose conducir hacía él, aunque solo fuera porla idea de que desaparecería en cualquier momento, dejándole losbrazos vacíos y un nuevo pozo oscuro en su corazón, que parecíacrecer día a día.
Sin embargo, eso no pasó. Thorin no se esfumó ni desapareció desus brazos, si no que hizo más profundo el beso, haciendo que Bilbosolo abriera la boca para buscar aire, sintiendo como la lengua delenano se internaba en su boca, devorándolo como no recordaba habervisto o leído sobre ello nunca. Jadeó sin remedio cuando sintióaquella invasión, rindiéndose sin querer en sus brazos aun más,olvidando incluso que su puerta estaba por completo abierta,dejándolos a la vista de cualquiera.
Las manos de Thorin se movieron por su cuerpo. Una aprisionó sunuca, manteniéndole quieto en el lugar mientras lo devoraba y laotra descendió hacía su cintura, arqueándole para él, haciendoque sus cuerpos se rozaran e hiciera imposible para Bilbo contener ungemido cuando la dureza del enano dio con la suya, haciendo que sucadera se sintiera débil ante el contacto.
-¿La cama?- preguntó el rey bajo la montaña, liberando los labiosdel hobbit durante unos segundos.
Por unos momentos, el mediano no pudo ni siquiera pensar, tratando detomar aire por los labios entreabiertos, contemplando a Thorin comosi este aun fuera solo una visión, notando como sus dedos picabanpor el deseo de aferrarse a él y no soltarlo jamás y su corazónsaltaba de una manera como nunca antes había sentido.
Pero el enano no podría aguantar mucho más, no cuando llevabatantos meses resolviendo todos sus asuntos para poder ir al encuentrode Bilbo, deseando tener a este entre sus brazos, oír su voz,deleitarse con su sonrisa a pesar de que una voz en su cabeza lepedía calma, que tentara a este poco a poco antes de hundirse en éldefinitivamente, que lo hiciera desearlo tanto como lo hacía él.
Acercando la boca al oído del hobbit, volvió a murmurar:
-¿La cama?.
El cuerpo de Bilbo volvió a temblar en sus manos, como si laspalabras hubieran sido una caricia física, haciendo que el enano nopudiera evitar dejar salir una traviesa sonrisa de medio lado alsentirle, notando que tentarle no iba a tardar tanto como creía.
-Al....al.....al final de.....el pasillo- consiguió murmurar elhobbit, notando como su aliento se había quedado atascado en algúnpunto entre sus pulmones y su boca, notando como la mano que Thorinhabía mantenido en su cintura había empezado a recorrer suscaderas, encontrando el cierre de su pantalón y paseándose porencima de aquella parte de su cuerpo que se encontraba absolutamentepreparado para sus atenciones.
No fue difícil para Thorin coger a Bilbo entre sus brazos, oyendocomo este gemía contra el hueco de su cuello cuando le cogió porlas nalgas para levantarlo del suelo y pegarlo aun más a él,dirigiéndose al cuarto de semejante manera, sin ni siquierapreocuparse por cerrar la puerta o quitar la bolsa que había traídocon él de la entrada.
-Si supieras las veces que he querido tenerte así- le murmuró esteal hobbit, disfrutando del nuevo estremecimiento que recorrió supequeño cuerpo, sabiendo que él era el culpable de semejantereacción.-Ni siquiera sé como permití que salieras de Ereborn.
-Thorin- rogó Bilbo, pidiéndole que dejara de hablarle al oído.
El efecto que causaba su voz en su cuerpo era peor que sus manos puessus palabras podían acariciarlo por dentro de su piel como sus manosjamás podrían hacerlo. Además, están estaban teñidas por laexcitación, lo que lograba que una de aquellas caricias se dirigieradirectamente hacía su entrepierna, tensándolo hasta limites que nisiquiera creía posibles. De seguir hablándole de aquel modo, nisiquiera iba a necesitar tocarlo para que llegara a su limite.
Sin embargo, aun sabiéndolo, Thorin fue tan malvado como para seguirhablándole, continuando con aquellas sensaciones electrizantes quele recorrieran.
-No pensé que tus labios pudieran ser tan suaves y firmes.¿Mepermitirías besarlos durante toda la noche?.¿Y el resto de tucuerpo?. No sabes lo que me gustaría hacerlo.
Y, como para añadir credibilidad a sus palabras, mientras dejaba almediano en el suelo de su propia habitación, dejó que sus enormesmanos lo recorrieran, logrando que la camisa de este saliera de suspantalones hasta poder tocar de aquella débil manera un poco deaquella suave piel clara.
Bilbo volvió a sorprenderse a sí mismo cuando aquella simplecaricia le arrancó nuevos gemidos, sintiendo como si su cuerpoentero temblara a la espera de aquellos dedos, de los besos queThorin había dicho que quería darle.
Y la sensación creciente de calor solo aumentó cuando a sus manosThorin sumó sus labios, acariciando su cuello, oyendo con deleitelos gemidos que el pequeño hobbit no pudo evitar proferir,retorciéndose entre sus manos como un gato nervioso, tratando deacallar su voz de cualquier modo posible.
El enano se tomó aquello como un reto, así que, mientras ledesnudaba, besó y mordió cualquier porción de su carne que dejóal descubierto, obligándolo a gemir de nuevo y aun más alto,dirigiendo sus manos hacía los pantalones de este, oyendo como Bilbosoltaba una exclamación de sorpresa al notar estos caer al suelo,dejándole completamente desnudo ante el rey de la montaña.
Trató de taparse, avergonzado, todo aquello que sus manos pudieranabarcar, pero Thorin apartó estas, haciéndolas a los lados con lassuyas propias, contemplando toda aquella piel clara que ahora sehabía coloreado por entero de rosa.
Si el deseo no hubiera estado corriendo por su sangre como untorrente, aquella visión lo hubiera provocado y el roce de suspropios pantalones se sintió como una tortura mientras aunaprisionaba las muñecas del hobbit entre sus manos, notando que suautocontrol pendía de un hilo y todos sus instintos clamaban que lotumbara en la cama y lo tomara cuanto antes.
-Thorin.....¿por qué me miras así?- le preguntó Bilbo,retorciéndose con nerviosismo.
No había ninguna postura que pudiera poner para ocultar su cuerpo delos ojos del enano y, a pesar de la vergüenza, tampoco era que lodeseara.
Aquellos ojos claros recorriéndole eran como dos brasas sobre supiel. Allí donde le miraba se endurecía para él y el hobbit solodeseaba que soltara sus manos para poder abrazarlo, colocarlo denuevo piel contra piel y perderse en la sensación de sus labios.Quería no pensar en nada más que en ellos dos en aquel momento, enaquel cuarto. Incluso cuando aquello no pudiera estar bien visto.
Pero, aunque Thorin soltó sus manos, no fue para estrecharlo contraél, si no que, con las facciones oscurecidas por el deseo, lo colocócontra la pared, quitándose la camisa y los pantalones en bruscostirones y colocó los brazos a ambos lados de la cabeza de Bilbo,inclinándose hacía él hasta que tuvo sus labios cerca de unosoídos rojos por la vergüenza de la intimidad de aquel momento.
-Tocame- ordenó el rey, con la voz enronquecida.
Se sentía tan encendido que sabía que no podría contenerse devolver a tocar al hobbit. Tenía que desquitarse un poco antes depoder volver a ponerle la manos encima.
-¡¿Cómo?!- exclamó Bilbo, sonrojándose más.
No había querido mirar, pero estaba claro a qué parte se referíaThorin con aquella orden. El portento de este pendía entre ellos deuna forma que le era imposible ignorarlo. De igual modo que el suyotambién clamaba por atenciones.
-Tocame o te juro que no podré contenerme- volvió a susurrarle aloído.-Deseo tocarte por todas partes, besarte en todos los lugaresde tu cuerpo. No sabes cuantas ansias de ti llevo dentro, lo que mehe imaginado durante cada noche, retorciéndole debajo de mi cuerpo.O como se sentiría tenerte entre mis brazos hasta que llegara eldía- siguió susurrándole.
Bilbo tembló contra la pared sin poder evitarlo. Todo su cuerpopareció reaccionar ante aquellas palabras y su corazón latía contanta fuerza que pensaba que acabaría saliendo de su pecho. Laexcitación y la alegría hacía que le temblara la piel y dejó queThorin tomara su muñeca hasta colocar su mano sobre el miembro deeste.
Estaba tan endurecido y encendido que saltó en el lugar, pero al oírel jadeó que escapó de los labios del enano ante el contacto, algoparecido a la osadía se apoderó de él y comenzó a acariciarlo,observando como aquel rostro se tensaba, tratando de acallar losgemidos que parecían querer salir de la garganta de este, con susmejillas sonrojadas mientras tenía sus ojos fijos en la mano deBilbo, como si no se creyera que hubiera obedecido.
Inclinándose más sobre Bilbo, tomó el miembro de este en una manoa su vez y oyendo como este ya no podía mantener en silencio susgemidos, contemplándose el uno al otro mientras se acariciaban,perdiéndose en la mirada del otro.
-Thorin......no.......no aguantaré mucho.......más- le avisó elpequeño hobbit mientras nuevos estremecimientos lo hacíanretorcerse contra el cuerpo de este.
-No, aun no. tenemos que llegar juntos- le susurró este,mordisqueando su oído, notando como su propia respiración se habíahecho pesada e irregular.
Ni siquiera se creía de que fuera realmente suyo aun, de tenerlo deaquella forma entre sus brazos, de que pudiera tocarle de aquel modo,de lamer su cuello y oír sus jadeos, de ver como su pecho subía ybajaba entre jadeos, con su piel sonrojada por él. El hobbit nisiquiera podía imaginar como atesoraría aquel momento en su memoriapara siempre, del mismo modo que atesoraba todo aquello que estabarelacionado con él.
-Pero.....yo......- jadeó este, tratando de acelerar sus cariciaspara que este fuera clemente y le proporcionaba el alivio quenecesitaba.
-¡Dioses!.¿Por qué siempre me tienes en tus manos de esta forma?-preguntó Thorin, sin esperar respuesta, mientras mordisqueaba laclavícula de Bilbo, llegando hasta el pezón que estaba preparadopara él, notando como su propio cuerpo buscaba unaliberación.-Vamos. Dejate ir. Hazlo conmigo, Bilbo.
Este no necesitó más alicientes. Notando como su cuerpoconvulsionaba, su mente se quedó totalmente en blanco mientras seretorcía contra Thorin, incapaz de respirar, de ver o sentir otracosa que no fuera su mano o su boca sobre él, del mismo modo quesintió como este también temblaba junto a su cuerpo.
Cuando consiguió tomar aire de nuevo y abrir los ojos, Thorin yahabía permanecido mirándole. Más concretamente, a sus labios,lanzándose sobre ellos como si nunca tuviera suficiente de él, comosi lo que acababan de hacer no hubiera sido nada más que el inicio.
El hobbit ni siquiera supo en que momento lo tumbó sobre la cama.Solo se aferró a él y se sintió flotar por un momento, como si lagravedad hubiera dejado de afectarles debido a su pasión, como si elmundo entero se hubiera reducido a ellos dos.
El peso de Thorin sobre su cuerpo lo hizo gemir de nuevo, apretandolos hombros del enano cuando notó como este empezó a explorarle consus dedos en su baja espalda.
-No te pongas tenso. Relajate. No te haré ningún daño- le aseguró,inclinándose sobre él hasta depositar un suave beso contra suslabios, dedicándole una sonrisa.-¿O es que no confías en mi?.
-¡Por supuesto que sí!- exclamó este en el acto.
-¿Lucharías por mi?- preguntó, sabiendo que aquello ya lo habíahecho, inclinándose de nuevo sobre Bilbo poco a poco, observandoaquellos ojos brillantes, aquel cabello ondulado desparramado contrala almohada, aquellos labios hinchados por sus besos, aquella suave ydeseable piel sonrojada.
-¡Claro que sí!.
-¿Morirías por mi?- volvió a preguntar, notando como surespiración volvía a hacer de nuevo pesada ante cada afirmación deeste.
-¡Sí!- aseguró Bilbo sin dudar.
Y Thorin no pudo resistirse más.
Quería tomarlo, aprisionarlo de tal forma que nunca más escapara desus brazos, que nunca se encontrara a una distancia donde sus manosno pudieran atraerlo hacía su cuerpo. Quería absorberlo por cadaporo e impedir que alguien más lo viera, que nadie imaginara loadorable y comestible que podía lucir cuando lo tenía debajo de él,en como podía complacerlo con el simple hecho de abrazarlo otocarlo.
Quería monopolizarlo de tal forma que al mundo entero le quedaraclaro que era suyo y solo suyo, que cada una de sus sonrisas fueranpara él, que solo se refugiara en sus brazos y cada lágrima fueraconsolada en su hombro, tranquilizándole.
Besándole con ansias, nadó en su boca, aferrándose a las sábanaspor temor a dejar marcas en su piel, perdiéndose en su sabor, en sutextura. Si alguna vez había probado algo tan delicioso su hobbit nopodía recordarlo. Ni el más exquisito de los vinos podría perderlode tal forma como sus besos ni alocarlo tanto y hacerlo temblar deesa forma como cuando sintió como Bilbo respondía a sus besos a sutímido modo, apretando las manos que tenía sobre sus hombros ysacando las caderas hacía adelante.
No necesitó más invitación que aquella.
Se fundió en él con un jadeo ahogado, sintiéndose débil de prontocuando su cuerpo y su calidez le rodeó, oyendo como Bilbo gemía enel interior de su boca.
El momento fue tan apoteósico que ni siquiera se atrevió a moversedurante unos instantes, absorbiendo aquella sensación por toda supiel. Nunca imaginó poder sentirse unido a otra persona de un modotan profundo como si, con aquel acto, hubieran acabado de unir suscorazones y no solo sus cuerpos.
Alzando el rostro, contempló como Bilbo jadeaba, pareciendo tanperdido en el momento como él mismo, solo abriendo los ojos cuandoThorin liberó sus labios.
El enano no pudo evitar besas sus mejillas, sus párpados, frente ybarbilla. Incluso besó la punta de su nariz, tratando de absorberlopor entero.
-¿Estás bien?- logró preguntarle.
Pero Bilbo solo fue capaz de asentir, dedicándole una sonrisa.
-Si te hace sentir mejor, aférrate a mi porque voy a empezar amoverme ahora- le susurró Thorin, notando en su propio cuerpo elestremecimiento de este.
Mover las caderas se sintió la acción más natural del mundo y,cuando el pequeño hobbit gimió bajo él, solo pudo volver a devoraraquellos labios mientras ambos se entregaban a aquel acto de uniónfinal.
Aunque el mundo se hubiera acabado en aquel instante, aunque reinosenteros hubieran caído, los bosques desaparecerían, los ríos sesecaran y el mismísimo sol dejara de brillar en el cielo, aunque lasestrellas se hubieran precipitado contra el suelo y todas lasmontañas se hubieran derrumbado, mientras Thorin tuviera a Bilbo ensus brazos, el mundo seguiría funcionando, sus gemidos hubieran sidola única música que sus oídos hubieran querido escuchar y sualiento el único aire con el que quisiera que sus pulmones sellenaran.
Findel capitulo 4.
Otrocapitulo más que se suma a los que ya están y aun me quedan porcrear. Espero que os haya gustado.^^
Perohay asuntos que, como siempre, quisiera comentar. Elrey trasgo dice que solo hay aberraciones, mutaciones y desviacionesen su reino.¿Eso significa que son todos gays?. Porque no hay ni untrasgo mujer. O no lo parecen. Sé como se crean los orcos, pero norecuerdo que mencionen como se reproducen estos. Los orcos son elfosdeformados por la maldad de Morgol. Entonces.....¿los trasgos sonenanos deformados por lo mismo y por eso también se encuentran bajotierra?. Si aparece en alguno de los libros, decidme en cual.
Otrotema que me resulta curioso: ¿Lleva Thorin escrito en la cara sunombre o algo?. Porque, nada más verlo, todo el mundo sabe quiénes, incluso cuando se supone que no se han visto en la vida.¿Llevaalgo distintivo?. Porque, si es así, no lo han descrito.¿Es suporte, el color de ojos, la forma de su nariz, su barba, el aire derealeza que parecen tener todos aquellos destinados a gobernar?. Nome lo explico.
Yuna vez más me gustaría hablar de uno de los personajes que más megustan del Tolkien.
¿Alguienmás se ha dado cuenta que cuando Gollum esta en su lado másinocente, se le agrandan las pupilas y cuando sale la mala, se leencogen?. Frodo, que estuvo tanto tiempo con él, debería habersefijado en eso. Al menos, habría visto venir su traición. Y Bilboestuvo lo suficientemente cerca de él como para notarlo cuando saliauna personalidad u otra. Aunque en el libro se dice que en la cuevade Gollum no había luz alguna y Bilbo caminaba en la oscuridad.
Esosson los temas de los que hablaré por el momento, pero tengo máspensados para los siguientes capítulos.
Siencontráis otras series o películas que Richard Armitage haya hechoque no sean ''Robin Hood'', ''El Hobbit'', ''El capitánAmérica'', ''Norte y Sur'' y ''Sparkhouse'', os rogaría queos pusierais en contacto conmigo si podéis pasármelas, porque buscopor todas partes y no encuentro más trabajos suyos ni en español nisubtitulado en español y empieza a ser un poquito frustrante.
Esperono hacer un desastre ahora que no me quedan muchos capítulos parallegar a un final, que os siga gustando mientras lo escriba y noshablaremos en los reviews.
Manteneossanos y hasta pronto.
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