9 - 1955
De repente, los ojos de Marty y Mileva se encontraron dentro de un establo, luego de chocar con el. Solo se escuchan los suspiros de los dos adolescentes. Estaban asustados, y todo había pasado en un santiamén : los libios, el Doc asesinado... Eran sentimientos horrendos los que pasaban por la mente de Mileva y McFly.
- ¿Donde estamos? - pregunta al aire Marty, ahora bajando del auto, dentro del establo.
- Querrás decir "cuando estamos" - le corrige Mileva, a la vez que ella también baja del auto. Los dos se miran y Marty no sabe que decirle. Acababa de perder a su padre.
- Millie...
Un disparo de escucha y Mileva se agache en el pasto, y Marty se tambalea al escuchar ese ruido. Rápidamente, Mileva sube al auto al igual que Marty, y este lo arranca a más no poder, rompiendo finalmente el granero y conduciendo sin parar y sin mirar atrás, mientras escuchan como el viejo, quién era de apellido Peabody, les seguía disparando.
Marty no soltó el acelerador en ningún momento, el siguió conduciendo hasta que llegaron a la carretera. Ninguno dijo palabra, Mileva está sumida en sus pensamientos al igual que su compañero. En un momento, Marty apretó el freno y esto hizo que Mileva se asustara.
- Oye, ¿que te pasa? - le reprocha Mileva, observando con desdén a Marty. Este no le hace caso, solo se baja del auto, en el medio de la carretera desconocida, y se dirige hasta el cartel de la derecha.
- "Viva en la casa del mañana" - lee Marty el cartel, y ve lo que sería la construcción de su futuro barrio : Lionel Estates.
Mileva se baja del auto, y se para al lado de Marty.
- ¿Que es eso?
- Es... Es el barrio en donde vivo - lo que dice Marty hace que Mileva lo observé extrañada. Eso era imposible. Pero nada era imposible con una máquina del tiempo.
- Marty - dice Mileva, y él le presta atención, aún pensando en el Doc Brown -, acabamos de viajar en el tiempo.
- ¿Estas... segura? - pregunta McFly, aún sin creerselo.
- Segurísima - la chica mira otro cartel a lo lejos, pero puede leer lo que dice - Hill Valley está a tres millas, según ese cartel.
- ¿No será un truco?
- No lo creo Marty - dice la chica -. Hagamos esto - los dos se miran a los ojos -, conduzcamos hasta Hill Valley y averigüemos cuando estamos.
Marty asiente y los dos se suben al auto. McFly gira la llave pero el auto no arrancaba, el motor estaba ahogado. Mileva abre los ojos como platos, y suspira profundamente. Marty trata de girar la llave de nuevo, pero el auto sigue sin encender.
- Demonios, ¿por qué no arranca? - se queja el adolescente.
- Se acabó el plutonio - dice Mileva, con pesar, bajándose del DeLorean.
Marty también se baja, y apoya sus manos en el techo del auto, y observa a su "amiga". Ella observa la carretera de brazos cruzados, seguramente pensando que hacer. El chico, al mirarla, piensa en como perdió a su padre. No la ve llorar. A pesar del poco tiempo que la conoce, sabe que puede ocultar sus sentimientos muy bien. Ella es fuerte.
- Son tres millas - dice Mileva, mirando al horizonte -. No nos hará mal caminar, ¿verdad, McFly?
Los dos se dan una mirada y Marty le sonríe.
- Bien.
Los adolescentes empujan el auto hasta atrás del cartel de Lion Estates para poder ocultarlo. Seguramente volverían por el cuando obtuvieran alguna clase de ayuda. Los dos comenzaron a caminar por la carretera, ahora sin sus trajes radioactivos, con sus mochilas colgadas en sus espaldas. El Sol calentaba como mil rayos, pero ellos seguían caminando. Ninguno hablaba. No se dirigen la palabra hasta que Marty habla.
- Lo siento - dice Marty -, por el Doc.
Mileva le da un vistazo a su compañero.
- No hace falta que lo sientas - dice Mileva, ahora pensando en como perdió a su papá -. Yo lo siento.
- ¿Por qué?
- Por no haberte dicho que el era mi padre... Yo...
- Oye, no te preocupes por eso - dice Marty, ahora agarrando los hombros de ella -. Fue pesado al principio, pero por lo menos ya lo sé, y me alegra que seas su hija.
Mileva le sonríe a Marty, y el igual. Todo iba a ser como antes. O eso creían.
*********
La canción 'Mr.Sandman' cantada por The Chordettes comenzaba a sonar cada vez más fuerte cuando los dos adolescentes de 1985 se adentraban en el centro de Hill Valley. Todo era tan distinto ante los ojos de Mileva y Marty : la ropa que llevaba la gente, los vestidos de las mujeres, la música, los anuncios, los autos, las construcciones. Era algo tan ajeno a ellos. Épocas distintas. Mileva mira a su compañero con los ojos abiertos, el chico solo corrió hasta uno de los botes de basura para sacar un periódico que un señor, anteriormente, había desechado. Marty abrió el periódico, leyendo en primer lugar la fecha : noviembre 5 de 1955. El chico saca la vista del periódico para mirar a su compañera : ella solo miraba fascinada el lugar, no parecía preocupada como el.
- Millie, ¿te das cuenta de lo que acaba de pasar?
La chica deja de admirar Hill Valley para mirar a su amigo. Su rostro demostraba preocupación y seguramente McFly desbordaria de locura.
- Marty, primero que nada tienes que calmarte - dice ella, agarrándolo de los hombros.
- ¡¿Como voy a estar calmado?!
- ¡Ssssshhh! - chistar Mileva, ahora notando que la gente los miraba extrañados. El adolescente también lo nota. - Lo se, McFly, pero debemos idear un plan - la chica observa el panorama, y su vista termina en un café en la esquina -. Debemos actuar natural, ¿okey?
- Está bien, pero - dice Marty, ahora rascándose la nuca - ¿que vamos a hacer?
Los dos adolescentes entran al café de Lou, y Marty se queda observando extrañado las distintas cosas de la epoca : una rocola grande, una barra con decoraciones cuadraticas, mesas con asientos parecidos a sillones coloridos, ventanales grandes y música ambientada a la época. El dueño del café, Lou Carruthers, observa a los dos adolescentes, pero le presta más atención a Marty.
- Oye, tú - Marty le presta atención a Lou, quién es el que habla - ¿Qué hiciste, acabas de bajar de un barco?
- ¿Cómo? - pregunta McFly.
- ¿Por qué usas ese salvavidas? - le pregunta a Marty, por el echo de que usa su campera-chaleco roja, pero luego Lou le da un vistazo a la chica - Y tu, ¿acaso te disfrazaste de un muchacho?
Mileva se mira su propia ropa. Para 1955, no era común que una chica usará pantalones de jean tiro alto con tiradores negros. La chica se acomoda su campera de cuero marrón, junto con su mochila negra, y cierra los labios, sin decirle nada al camarero. No lo entendería, señor, piensa la joven Brown.
- Sólo... Solo quiero usar el teléfono - dice Marty, mirándose con Mileva
- Está junto al servicio - les indica Lou, apuntando a la parte trasera del lugar.
Los dos adolescentes caminan hasta la parte trasera, junto al teléfono. Mileva toma el directorio entre sus manos y encuentra la lista de personas con apellido 'B'.
- ¿Estás segura que el doc...?
- Segurísima - le responde Mileva a su amigo, ahora encontrando el nombre de su padre en el directorio. Encontró: "Brown, Emmett L, científico. '1640 Riverside Drive". Marty agarra el teléfono para comenzar a marcar el número, pero Mileva lo detiene, agarrando su mano.
- Será mejor ir a su casa, nos creerán locos - le susurra Mileva a Marty. Este asiente y mira hacia abajo, viendo cómo Mileva no suelta su mano. Ella nota eso y la suelta inmediatamente. Los dos chicos se sobresaltan cuando el reloj electrónico de Marty empieza a sonar, captando la atención del camarero. Marty golpea el reloj un par de veces para que se apague, a la vez que Mileva arranca la página del directorio sin que nada le importase. Los dos adolescentes salen de la cabina y caminan hasta la barra, ahora dirigiéndose hacia Lou.
- ¿Sabe dónde está - comienza a preguntar Marty, con una mirada sorpresiva de parte de Mileva. Debían evitar hablar con la gente de esta época, eso ella lo sabía muy bien. Muchas películas de Terminator - la calle Riverside---?
- ¿Vas a ordenar algo, jovencito?
- Sí, quiero un postre. - lanza Marty, y Mileva solo se lleva la mano a la frente. Debían irse de aquí lo más rápido posible.
- ¿Un postre? ¿No quieres nada de tomar? - pregunta Lou, algo extrañado.
- Sí, deme una soda dietética. - pide Marty, y Mileva lo agarra del brazo.
- Marty, no es momento de... - susurra, pero Lou la interrumpe dirigiéndose a Marty.
- Tengo sodas, pero no sé a qué te refieres.
- Sólo deme algo que no tenga azúcar - habla Marty, cansado, ahora sentándose frente a la barra. Mileva lo imita, sentándose a su lado.
- Algo sin azúcar, bien. ¿Y tu novia no va a pedir nada?
Inmediatamente las mejillas de Mileva enrojecieron y Marty solo titubeó con sus palabras.
- Eeeh... Ella... Yo.. no.. - Marty suspira y niega con la cabeza.
- Lo mismo que el, gracias - dice Mileva, apoyando sus codos en la barra.
Lou, luego de dos minutos, les da una taza de té a cada uno. Marty se lleva una mano a la cabeza y mira el café, pensando en el lío que se había metido gracias al doc y a Mileva. Era increíble que en verdad estuvieran en 1955. Mileva pone una mano sobre el hombro de Marty, tratando de reconfortanlo. Sabía que era difícil para el chico, l no entendía mucho de ciencia, pero Mileva si. Budcar al Doc, a su padre, de 1955 les iba a ser de mucha ayuda en este remolino de ideas.
- ¡Oye, McFly!
Marty y Mileva giran sus cabezas hacia el dueño de esa voz. Un chico alto, rubio y fuerte entra al café junto a sus tres amigos gorilas. Mileva alza una ceja ante el muchacho.
- ¿Qué estás haciendo? - pregunta el rubio, ahora adentrándose en el Café de Lou. Marty abre los ojos como platos al ver al rubio, y abre la boca sin darse cuenta. Era el.
- ¿Biff? - susurra, y Mileva mira a su amigo extrañada. ¿Quién era ese tipo? Ella no lo sabía, pero el menor de los McFly si. Era Biff Tannen, el jefe de su padre, a quien hostigaba todo el tiempo que podía. Lo odiaba con toda su alma de adolescente.
- ¡Oye, te estoy hablando, McFly, insecto irlandés! - grita Biff, ahora acercándose a los chicos, con Marty pensando que se dirigirá hacia el, pero Biff se dirigió hacia otra persona. Un chico pelinegro, quien sentado al lado de Marty, se dirige hacia Biff.
- Oh. Hola, Biff; hola amigos. ¿Qué tal? - habla el pelinegro.
Marty se queda helado. Sentado a su lado está su padre, su atontado padre, pero rejuvenecido. El menor de los McFly traga saliva fuerte, no podia creerlo. Su padre estaba a su lado, ¡joven! Esto no podía ponerse peor. Mileva mira la escena sorprendida, Biff no hablaba con Marty, sino con el muchacho que también se hace llamar McFly, ¿acaso era su pariente?
- ¿Ya terminaste mi tarea, McFly? - pregunta Biff, insistente e imponente.
- Ah... bueno, yo pensé que la fecha de entrega era el Lunes... - comienza a titubear George, pero Biff comienza a darle golpes en la cabeza con su puño, como si estuviese golpeando algo hueco, mientras decía :
- ¿Hola, hola, hay alguien en casa, eh?
Hasta que luego deja de darle golpes.
- Piensa, McFly, piensa. Necesito tiempo para copiarlos. ¿Sabes qué pasaría si yo entregara mi tarea con tu letra? Me expulsarían de la escuela, y tú no quieres que pase eso ¿verdad?
George titubea ente lo que dice el matón, entonces este lo agarra de la camisa, amenazandolo con golpearlo.
- ¡¿O sí?! - pregunta Biff.
- No, por supuesto que no, no quiero que pase eso - miente George, ahora agachando la cabdza.
Marty y Mileva observan toda la escena son palabra alguna. Estaban atónitos, más Marty. A Mileva no le gustaba como maltrataba Biff al pobre e inocente de George McFly. El chico no se defendía ni un poquito. No se habían dado cuenta, pero Biff y su pandilla habían notado la presencia de los adolescentes futuristas.
- ¿Qué estás viendo, Cabeza de Mono? - pregunta Biff a Marty, pero este no dice nada de la sorpresa de que Biff se hubiera dirigido a el. Cuántas veces le ha dicho esa frase en 1985, cada vez que el rubio iba a su casa.
- Oye, Biff, mira el salvavidas de este individuo, el tonto cree que se ahogará - comenta un compañero de Biff, tocando el chaleco rojo de Marty, Mileva le frunce el ceño ante la acción -. Y esta chica en realidad parece un chico, que ridícula.
Biff y su pandilla, hasta George incluido, comienzan a reírse con burla hacia los dos adolescentes. Mileva iba a contestar, pero Marty le agarro la mano fuerte para tranquilizarla. Sabía que ella era impulsiva, y no querían armar un lío ahí, y en esa época. Ella pensó en ello, y se calmó.
Todos dejan de reír y Biff mira a George.
- Sí, ¿qué pasará con mi tarea, McFly? - pregunta nuevamente el rubio, y eso hace que George dejará de reirse, para obtener un semblante asustadizo.
- Ah, ah, de acuerdo, Biff - asiente George -, la-la terminaré esta noche y te la llevaré mañana a primera hora, ¿eh? - le asegura, ahora tomando su té.
- No tan temprano, los Sábados me levanto tarde - le avisa Biff -. McFly - dice, ahora mirando el zapato de McFly -, tu zapato.
George mira hacia abajo, como todo un ingenuo, y Biff lo golpea con la palma en la quijada, ganándose la burla de Biff y los amigotes que lo acompañan.
- No seas tan crédulo, McFly. No quiero volver a verte, ¿eh? - le advierte en voz alta Biff, apuntando a George desde lejos, para luego salir del café junto con sus amigos, para conducir lejos de allí.
- Está bien, entiendo, adiós, adiós - les decía George, ahora tranquilo, comenzando comenzando a comer su cereal y seguir leyendo su revista. Marty se le queda mirando fijamente, aún tratando de creer que era su padre el que estaba sentado junto a él. Mileva mira de reojo a Marty, como tratando de decirle "Deja de mirarlo así, es como si lo acosaras".
Pero Marty no lee pensamientos, así que siguió observando a su padre adolescente. Este nota que Marty lo mira constantemente, y deja inmediatamente de hacer sus cosas para mirar a Marty, con rostro molesto.
- ¡¿Qué?! - exclama George, aunque no fue una pregunta. Marty aun tenía los ojos muy abiertos ante la presencia de su padre.
- ¿Eres George McFly? - pregunta Marty, tratando de mantener el habla ante el pelinegro.
- Sí, ¿Y quién eres tú? - pregunta, ya harto, George, dejando su revista a un lado.
- Yo soy-
- ¡Nadie! - exclama Mileva, ahora campeando la atención de los dos McFly - Solo... venimos de visita a Hill Valley, ¿verdad? - dice Mileva, abrazando a Marty por los hombros, fingiendolo todo. Marty estaba tenso, eso Mileva lo sabía.
Antes de que Mileva siguiera hablando, uno de los empleados del Café se acerca a los adolescentes con su trapeador, pero ahora hablándole a George.
- Oye, ¿por qué dejas que esos muchachos te molesten de esa forma? - le pregunta el empleado a George, tomando su hombro con suavidad.
- Porque son más fuertes que yo - dice George, ahora comiendo una cucharada de su cereal, sin mirar al empleado de Lou.
- Tienes que defenderte, amigo; respetarte a tí mismo. ¿No sabes que si dejas que la gente te pisotee ahora, lo seguirá haciendo por el resto de tu vida? - le dice el empleado a Geroge, dejando el trapeador a un lado y poniendo sus manos en sus caderas - Mírame a mí - dice, ahora señalandose a sk mismo, con su ropa de camarero -¿crees que pasaré el resto de mi vida en este basurero?
- Cuidado, Goldie - le advierte Lou, quién pasaba por la barra.
- ¡No, señor! Voy a hacer algo de mi vida, iré a la escuela nocturna y algún día voy a ser alguien importante - asegura el camarero llamado Goldie, con aires de orgullo. Mileva abre los ojos como platos al ver con atención al camarero, y apunta hacia su dirección emocionada.
- ¡Sí, será alcalde de la ciudad! - exclamó Mileva, sin dejar de apuntar al camarero.
- Sí, voy a- iba a decir Goldie, hasta que se dio cuenta de lo que Mileva había dicho.
- Puede ser - dice Goldie, ahora mirando a Mileva con aprobación - ¡Esa es una buena idea!, puedo ser alcalde, ¡sí!
- ¿Un alcalde negro?, quiero ver ese día - opina Lou, ahora limpiando una taza. Mileva lo mira con desdén.
- Que sea de tez negra no significa que no pueda hacer lo que le plazca - escupe Mileva, y Marty la mira con los ojos abiertos.
- ¡La chica tiene razon! - dice Goldie, tomando por los hombros a Mileva, esta solo se ríe ante la reacción del camarero. Goldie ahora se acerca a su jefe - ¡Espere y verá, Señor Carruthers, yo seré alcalde, seré el hombre más poderoso de Hill Valley, y voy a limpiar esta ciudad!
- Bien - dice Lou, ahora dándole una escoba en la mano al moreno -, puedes comenzar barriendo el piso.
Su jefe se aleja de allí, dejando a Goldie con aires de esperanza. Marty y Mileva miran la escena divertidos.
- El Alcalde Goldie Wilson - imagina el camarero en voz alta, y con una sonrisa -, me gusta ese título.
Marty toma su taza de café, luego voltea hacia George, pero no está. El chico comienza a desesperarse, hasta que ve a su padre alejándose del Café en su bicicleta. Maety se levanta rápidamente de su asiento y corre hacia fuera del Café, y ahora Mileva solo puede mirarlo desde el otro lado de la ventana.
- ¡Papá! ....eh, ¡George! eh, ¡tú, el de la bicicleta!
- ¡Oye! - grita Mileva desde dentro del café, levantandose de su asiento. Ella nota que Goldie y su jefe la miran extrañados. Rápidamente, Mileva estrecha la mano del joven camarero, quién iba a ser futuro alcalde de la ciudad - ¡Encantada de hablar con usted!
Mileva se aferra a su mochila y sale del Café para perseguir corriendo a Marty, quién no iba a parar hasta alcanzar a George.
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