14 - "Me tienes a mi".
—Dios mío. Me descubrieron, no sé cómo, pero me descubrieron. ¡Sálvense, chicos!
Esa voz hace que Mileva y Marty se miren a los ojos. Los dos entran con cautela al laboratorio de Doc, para ver que él está viendo un video en la grabadora. Se estaba viendo a sí mismo, pero al Doc de 1985, el Doc que murió frente a los ojos de su hija y amigo.
- Dios mío. Me descubrieron, no sé cómo, pero me descubrieron. ¡Sálvate, chicos! - se repite nuevamente, ya que el Doc de 1955 retrocede el video.
Antes de que Mileva lanzara lágrimas, Marty habló.
- Doc.
El Doc Brown voltea, y al voltear desconecta la cámara de la televisión.
- Oh, hola, chicos... No oí cuando llegaron... Ehm, es un aparato fascinante, esta unidad de video - dice el científico, tocando la video-grabadora.
Mileva estaba callada, mirando a su futuro padre. El recuerdo había vuelto, el recuerdo de aquella horrible noche del tiroteo. Suspiró y se alejó de los dos hombres para ir a cambiarse aquel maldito vestido. Necesitaba una remera y pantalones tan pronto como podía.
- ¿Le sucede algo a tu novia? - pregunta el Doc, preocupado, luego de ver como la chica entraba a su habitación.
- No es mi novia - se excusa Marty, negando con la cabeza, pensando en que mentira decir para que el Doc no pregunte por Millie -, pero.... bueno, ella quiere volver a casa, por eso esta algo.... deprimida, ¿entiende?
- Ya veo - asiente el Doc, con las manos en sus caderas.
Marty suspira con pesadez. Debía decirle la verdad al Doc de todo lo que sucedería, ya no podía seguir ocultándolo. Contó hasta tres en su mente, para luego hablar :
- Doctor, hay... hay algo que no le hemos dicho de la noche en que filmamos esa....
- Por favor, Marty, no vayas a decirme, ningún hombre debe saber mucho de su propio destino - pude el Doc, hablando con rapidez, haciendo ademanes negativos con las manos.
—Sí, tiene que saberlo... Pero, Doctor, por favor- Marty insistió, pero el Doc lo agarró de los hombros, con desesperación.
—Lo entiendo, si sé demasiado de mi propio futuro pondré en peligro mi existencia como tú lo hiciste con la tuya.
Lo que dice el Doc hace que Marty recapacite. Tenía razón. El no sabía que eventos podría desencadenar.
- Tiene razón.
- Ahora, a-ahora - dice el Doc, quitándose la cámara de las manos-, cuando Mileva esté bien, quiero mostrarles a los dos mi plan para enviarlos a su tiempo.
- Bien, Doc, gracias.
Marty dejó de hablar con el Doc para ir hasta la habitación de Mileva. Toco la puerta con dos golpes, esperando a que ella contestara.
- Pasa.
Marty abre la puerta y la ve a ella, sentada en la cama, de espaldas a él. Ya no lleva un bonito vestido, tenía puesto una camisa a rayas abotonada, con unos pantalones sueltos color marrón claro. El muchacho se acercó hasta donde estaba ella, y sintió cómo se le estrujaba el corazón. Mileva estaba sentada como indio, con sus manos en cada rodilla, con lágrimas escapando de sus ojos. El muchacho se sentó a su lado, y no hizo más que pasar su brazo por el cuello de ella, atrayéndola al pecho de él. Fue entonces donde Mileva comenzó a llorar más. El adolescente acarició el corto cabello de su amiga con lentitud, tratando de calmarla y consolarla. El recuerdo de su padre siendo asesinado volvió a su mente y todo lo que parecía esperanza había desaparecido, a excepción de Marty, quien estaba allí para poner su hombro como apoyo.
- No se que voy a hacer cuando regresemos... - dice Mileva entre sollozos - Ya no tengo padre. Mis tíos me odian. No tengo a nadie.
Marty cerró los ojos con fuerza, al pensar en ello. Ella había quedado huerfana. Entonces, el chico susurró :
- Me tienes a mi.
Los ojos de los dos adolescentes se conectaron, y ella se aferró a él en un abrazo, como si se estuviera ahogando y él la rescatara. El también correspondió. Se sentía bien. Los dos tenían esa sensación. Se sentían bien uno con el otro, hombro con hombro, apoyándose mutuamente.
- Ah, chicos, ya están aquí - dice Doc al ver a Marty y Mileva saliendo de la habitación -. Síganme. Es por ahí.
Marty es el primero en caminar hasta el laboratorio, dejando al Doc y a Mileva detrás. Ella estaba por seguirlo, pero el científico la detuvo.
- Oye, niña, ¿te encuentras mejor?
La chica miró a los ojos a su "padre", y le inundaron unas ganas increíbles de abrazarlo. Lo extrañaba demasiado. Pero el no era su padre, no aún. Así que forzó una pequeña sonrisa.
- Estoy bien, Doc, gracias - Mileva asiente con la cabeza. Ella le dio la espalda al Doc y caminó hacia el laboratorio con el científico siguiéndole los talones.
En el laboratorio, sobre una mesa, había un gran modelo a escala del Centro de Hill Valley. La torre del Reloj resplandecía de un color blanco. Los adolescentes y el científico se acercaron a ella.
El Doc les pasó a explicar cómo los haría volver al futuro : un cable se colocaría desde la punta de la Torre del Reloj hasta dos postes de luz con electricidad potente, y cuando caiga el rayo en la torre, pasará la corriente por el cable al momento en el que el DeLorean viaje a 88 millas por hora. "No suena tan dificil" piensa Mileva a la vez que observa el plan para regresar.
- Oigan, a propósito ¿qué pasó con tu padre? ¿La invitó a la fiesta? - pregunta el Doc a Marty.
- Creo que sí - dice Marty, dubitativo.
- No lo sabemos en realidad, Doc - se sincera Mileva, ahora sentándose arriba del capó del DeLorean.
De repente, se oye que alguien toca la puerta. Doc camina hasta la puerta para ver quien es. Cuando voltea a ver a los chicos, su cara es de horror.
- ¡Ah! ¡Es tu madre, te siguió hasta aquí! - susurró Doc, haciendo que Marty se altere y Mileva suspiró - ¡Rápido, cubramos la máquina del tiempo!
Marty, Mileva, y Doc tapan rápidamente la máquina del tiempo con un cobertor gris. Mileva se mira cómo está vestida y mira a los dos hombres.
- Ahora vuelvo.
Lorraine no debía verla de esa forma, delataría qué hay algo extraño en ella. Rápidamente, se puso el primer vestido que encontró, junto con unos zapatos bajos, y volvió al laboratorio. Y ahí estaba Lorraine, encantada de ver a Marty.
- Bueno... Yo pienso que un hombre debe ser fuerte... - dice Lorraine acercándose a Marty. Este retrocede cada paso -... y que debe defender su propio honor... y proteger a la mujer que ama... ¿No lo crees?
- Hm, Sí - dice Marty con nerviosismo, al ver la cercanía con su madre.
- ¿Que tal, Lorraine? - habla Mileva, apareciendo en el lugar.
- Oh, hola, am.... - Lorraine trata de recordar el nombre de la chica.
- Millie - dice Mileva, para no tener que decir su extraño nombre - ¿Que haces por aquí?
- Hablaba con Marty para que me llevara al baile del encanto bajo el océano, ¿no es increíble?
Lo que dice Lorraine hace que Mileva se quede helada. Ella mira de reojo a su amigo, sin poder creérselo.
- Claro, me parece genial - finge Mileva, con una sonrisa falsa.
- Bueno, tengo que irme - dice Lorraine, pero antes de abrir la puerta, mira a Mileva - ¿aún no tienes vestido para el baile?
- No - dice la muchacha, y es verdad : aún no tenía vestido para el Baile de la escuela. No le interesaba, pero tenía que ir para ayudar a que se completara el plan para volver a casa.
- Entonces ven conmigo, también veré alguno para llevar.
Mileva parpadeo un par de veces, repitiéndose esa pregunta. Ahora lo piensa bien : sería bueno acercarse a Lorraine para hablarle de George. Podría funcionar. Miró al Doc y a Marty, quienes estaban mudos ante la situación.
- Claro, ¡vamos! - exclama Mileva, haciendo sonreír a Lorraine - Espérame afuera, iré a buscar dinero.
Lorraine se despidió del Doc y Marty y salió del laboratorio, a la vez que Mileva agarraba dinero que el Doc les proporciona. Marty fue hasta su amiga, pasándose una mano por su cabellera.
- ¿Que estás haciendo?
- Confía en mi, Marty - dice Mileva, ahora frente a él -. Es una buena estrategia, iré con ella y le hablaré sobre George, trataré de hacer que se interese en el, ¿okey?
- Admito que es buen plan - dice Marty, ahora viendo como su amiga camina, dificultosamente con sus zapatos, hasta la puerta. Antes de salir de allí, miró al Doc y a Marty y dijo :
- Deséenme suerte.
Lorraine y Mileva habían llegado al centro de la ciudad. La chica guía a Mileva hasta una tienda de ropa, con mucha emoción, y entraron allí. Directamente las dos fueron hasta la sección de vestidos. Lorraine buscaba y buscaba entre las prendas colgadas, y Mileva también trata de interesarse en lo mismo.
- Asi que, iras con Marty al baile - Mileva sacó el tema de conversación que quería.
- Ay, si, estoy tan emocionada - dice Lorraine, agarrando uno de los vestidos- El es tan guapo, y valiente, ¿no te parece? Es un sueño increíble.
Mileva no podía culparla. Tenía razón. Marty podía ser un sueño para cualquiera, hasta para ella misma. Niega con la cabeza para sacar esos pensamientos.
- Si, es cierto pero, ¿no te has fijado en George McFly? - le sugiere Mileva - El es guapo también, y es tierno.
- ¿George McFly? Ah.... - comenzó a decir Lorraine, algo extraña - es un chico algo atento, pero no parece el hombre que busco. Pero Marty si lo es. Tu lo conoces hace mucho tiempo, debes saber cómo es - dice ahora con una sonrisa a Mileva -. Cuéntame.
- Pero Lorraine, George...
- ¡Pero mira que hermoso! - Lorraine agarra un vestido color rosa claro y se lo muestra a Mileva - ¿qué opinas?
Aunque no le gustará usar vestido, sabía que ese vestido era precioso. Mileva sonrió sincera.
- Es precioso - Asiente -. Deberías llevártelo.
- Ahora, ¿que decías de Marty? - pregunta nuevamente Lorraine.
- Bueno, Marty es un buen muchacho... si necesitas ayuda, él te la brindará... pero a veces es algo tonto - Mileva ríe -. Pero es bueno. Pero te lo advierto - ahora mentiría para que Lorraine dejara de interesarse en Marty -, es muy mujeriego, a veces se parece a Biff, no lo soporto.
Mileva dejó de hablar al ver un vestido en uno de los percheros. Lo sacó con lentitud, y lo admiró : color celeste, como el vestido de Cenicienta. Había visto aquella película de niña, una de sus películas favoritas de Disney. Nunca había visto un vestido tan bonito, era como salido de una película de princesas.
- Creo que ya encontré mi vestido.
Las dos chicas salieron de la tienda, con sus nuevos vestidos guardados en una caja cada una. Mileva y Lorraine reían hasta que la amiga de Lorraine, Babs.
- Hola chicas, ¿y compraron sus vestidos? - pregunta Babs, mirando las cajas de las dos chicas.
- Si, son los dos hermosos, ¿verdad, Millie?
La pregunta de Lorraine hizo reír a Mileva.
- Cierto, son preciosos.
Lorraine sacó su vestido de la caja para mostrárselo a Babs, y luego está también miró el de Mileva, quien solo abrió la caja para que viera el color. En realidad esto no era lo que esperaba, no pudo convencer a Lorraine de interesarse en George, no había forma si Marty estaba todo el tiempo en la cabeza de aquella muchacha.
- ¡Mira lo que tenemos aquí! Qué bonito vestido, Lorraine.
Esa voz hace que las tres muchachas se den vuelta y miren a Biff, quien ahora se acerca a Lorraine.
- Aunque te verías mejor si no usaras nada - dice Tannen, quien trata de levantar el vestido que traía puesto Lorraine. Ella se aparta de él y comienzan a caminar rápidamente lejos del matón.
- Biff, ¿Por qué no vas y brincas de un edificio alto? - dice Lorraine, algo que hace reír a Mileva. La chica si que sabía defenderse.
- Escucha, Lorraine. Hoy es el baile de la escuela; y ya que mi auto está arreglado, supuse que te daría la oportunidad de ir con el chico más apuesto de la escuela - dice Biff, aún siguiendo a las chicas por detrás, en la vereda.
- ¿Sí? Pues estoy ocupada, Biff - le dice Lorraine.
- ¿Haciendo qué?
- Lavándome el cabello.
- Ah, eso es tan gracioso como una ventana abierta en un barco - se burla Biff, tratando de ser gracioso. Mileva lo miró con incredulidad, riéndose de él.
- Es "una ventana en un submarino", idiota - le corrige Mileva, ahora dejando como un inútil a Biff.
Biff estaba por contestarle a Mileva, seguramente de una manera ruda, pero Lorraine habló.
- Escucha, Biff; ya tengo pareja para el baile.
Lo que dice ella hace que Biff no se lo crea.
- ¿Quién, el bestia de George McFly? - pregunta Tannen, enojado.
- Oye, cuidado en cómo hablas de George, simio - defendió Mileva al padre de Marty.
- Voy a ir con Calvin Klein, ¿entiendes? - le dice Lorraine, segura de si misma, como si quisiera refregárselo en la cara.
- ¿Calvin Klein? - Biff agarra a Lorraine de los hombros y la gira para que lo vea a la cara - ¡No, no lo entiendo! Irás conmigo, ¿oíste?
- ¡Quítame las garras de encima!
- ¿Entonces cuándo vas a terminar de entenderlo? ¡Eres mi chica! - le ordena Biff, con superioridad, apegando su cuerpo contra el de Lorraine.
- Biff, Ni aunque... ¡Ni aunque tuvieras un millón de dólares! - le grita Lorraine, para tratar de empujarlo, pero el no la suelta.
- ¡Déjala en paz, imbecil!
La voz de Mileva hizo que Biff la mirara, pero no pudo ver venir el puñetazo que la chica Brown le dio en la nariz. Eso hizo que Lorraine se soltara, para que las tres comenzaran a correr por la calle, huyendo de Biff, quien había quedado atónito y molesto por lo que había sucedido. Tannen se llevó una mano a la nariz, que sangraba muchísimo. Mileva se sacó los zapatos para correr con más velocidad y con menos dificultad, a la vez que reía con Lorraine y Babs, la última llevaba el vestido de Mileva en la caja.
- ¡Sí lo serás!, ¡Tú me perteneces! ¡Así va a ser! Te vas a casar conmigo, Lorraine ¡Algún día serás mi esposa! - le grita Biff desde lejos. Mileva se dio vuelta y le alzó el dedo de en medio de sus manos. En su interior piensa en lo que le dice ella a Marty : "no llamar la atención". Pero ahora entendía a su amigo : era imposible no fastidiar al bravucón de Tannen.
- ¡Vete al cuerno, ESTUPIDO! - le grita Mileva desde lejos, haciendo reír a Lorraine y a Babs.
- ¡Me las pagaras, maldita! - ahora Biff le grita a Mileva - ¡Tu y ese Calvin Klein!
Las muchachas corrieron rápidamente tres cuadras hasta llegar a la Casa de la Corte, la torre del Reloj. Se sentaron las tres en un banco y tomaron aire.
- Eso fue increíble - exclamó Babs, acomodándose el vestido.
- Si - ríe Lorraine, ahora mirando a Mileva, quien seguía riendo -. Eso fue genial, gracias, Millie. Aunque las mujeres no deberíamos pelear así...
- No digas eso, Lorraine - le dice Mileva, haciendo que Lorraine y Babs le presten atención -. Nunca deben dejar que las maltraten. Siempre defiéndanse, no importa como sea. Sean fuertes, independientes, chicas.
- Eso tiene sentido... - dice Lorraine -. Yo jamás estaría con un abusivo como Biff.
- Tampoco yo - opina Babs, asintiendo.
- Eso - dice Mileva, tocándole el hombro a Lorraine -. Les servirá para... - Mileva sonríe - el futuro.
- No tuvo caso - dice Mileva, entrando a la casa del Doc.
- Hasta que al fin llegas - dice Marty, mirando a su amiga - Tardaste mucho.
- ¿Quien eres? ¿Mi padre?
Lo que dice Mileva hace que Marty cierre la boca. Era cierto. El no era nadie para decirle a qué hora venir o no.
- Perdona - se disculpa Marty, levantándose del sillón, acercándose a ella - ¿Como te fue?
- No se como describirlo - cuenta Mileva, ahora acostándose en el sillón de la sala, dejando la caja del vestido en la mesa -. No pude hablarle casi nada de George, la mayoría del tiempo parloteaba sobre ti.
Marty se sentó al lado de ella, haciendo que los pies de Mileva quedaran arriba de las rodillas de el.
- ¿Como te fue a ti con George? - le pregunta Mileva, ahora jugando con sus manos.
- Fue dificil. Pero creo que funcionará.
- Todavia no me dijiste el plan - se queja la Brown, mirando a Marty.
- Bueno, yo iré con Lorraine al baile, nos estacionaremos y ella se pondrá furiosa conmigo - le explica Marty, ahor rascándose la nuca. Mileva deja de apoyar sus piernas sobre las rodillas de Marty para sentarse a su lado.
- ¿Qué planeas hacer?
- Ella se molestará porque trataré de sobrepasarme con ella y.... George irá a su rescate - a Marty se lo veía nervioso, eso Mileva lo sabía. El debía seducir a su propia madre. Eso ya era algo peligroso y algo turbio. La chica Brown puso una mano en el hombro de su amigo, y sonrió
- Tranquilo - le dice ella -, será difícil. Pero funcionará. Si George pone fuerza de voluntad, lo logrará.
- Lo se.
Los dos se quedaron callados. Pero no era un silencio incómodo. Era un silencio bonito que a ninguno molestaba. Marty miró a su amiga y luego a la caja que estaba sobre la mesa.
- Asi que elegiste vestido.
- Ah, si, fue algo complicado, sabes que no soy muy de los vestidos - rie la chica, y Marty la imita.
- ¿Puedo ver...? - pregunta Marty alargando la mano para abrir la caja, pero ella agarra la mano del adolescente para que no lo abriera.
- Claro que no - dice Mileva -. Ya lo verás dentro de unas horas.
- Seguramente te quedará bonito. De hecho, todo te queda bien.
Lo que dice Marty hace que ella lo mire a los ojos. El también los tenía sobre ella. Pero dejan de mirarse cuando el Doc aparece en la sala. El científico ve a los dos adolescentes algo extraño y luego sonríe de lado.
- Bien muchachos, ¿están listos para el baile?
Mileva y Marty se miran entre ellos y la chica asiente al Doc.
- Listos para volver a casa.
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