13 - Protección
Marty y Mileva pudieron llegar a la casa de George, pero no lograron convencerlo de invitar a Lorraine al baile. La chica Brown esta mas nerviosa de lo normal, todo el plan salía mal cuando daban cada paso. Ahora los dos estaban en la mansión Brown, tomando un chocolate caliente que el Doc había hecho.
- ¿Asi que ese es tu plan? ¿Asustarlo? - dice Mileva, entrecerrando los ojos.
- Funcionara, te lo aseguro. Darth Vader en tu habitación en la noche asusta a cualquiera - dice Marty, optimista y confiado de que su plan funcionaría. El iría en una hora a la casa de George para ejecutar su plan.
- Si tú lo dices - dice Mileva, ahora recostando su espalda en el gran sillón, al lado de McFly.
- Oye - cuando Marty habla, ella le presta atención -, te lo repetiré : lo lograremos.
Mileva sonríe ante lo que dice su amigo. Él tenía esperanza, algo que ella no debía perder. Asiente y, sin importarle, apoya su cabeza en el hombro de Marty, recostándose. El adolescente no lo esperó, pero de todas formas, envolvió el cuello de Mileva con su brazo con calidez. Cada día que avanzaba, la relación entre el McFly y la chica Brown se fortalecía más.
- ¡Marty!... ¡Marty!, ¡Mileva! ¡Marty!
Esos gritos hicieron parar de caminar a los dos chicos de 1985. Ellos miraron hacia atrás y se encontraron con George llegando hacia ellos, agitado por correr. A Mileva le pareció gracioso, pero solo le expresó una sonrisa. Hoy en la escuela lo habían buscado junto con Marty, pero no lo habían encontrado. Para la suerte de Mileva, Lorraine no estuvo persiguiendo a Marty hoy.
- Hola, George, no fuiste a la escuela, ¿dónde estuviste todo el día? - pregunta Marty a su padre.
- Ah, me quedé dormido. Oye, necesito su ayuda, chicos. Quiero invitar a Lorraine pero no sé cómo hacerlo.
- ¡eso es genial, amigo! - dijo Mileva, a la vez que se acomodaba sus tacones, los que le resultaban incomodos.
- De acuerdo, actúa con aplomo; ella está en la cafetería... ¿Cómo se abre? - esto último lo pregunta a la vez que trata de forzar la tapa de su gaseosa de vidrio.
George toma la botella y la abre con un destapador que está en una de las bombas de la estación, dejando a Marty como un idiota.
- Ah... ¿qué te hizo cambiar de parecer? - le pregunta Mileva a George, a la vez que los tres caminan hasta el café de Lou.
- ¡Anoche - habla George, aterrado - Darth Vader vino del planeta Vulcano y me dijo que si no invitaba a Lorraine al baile, me derretiría el cerebro!
Mileva no pudo evitar no mirar a Marty con complicidad al ver que su plan había funcionado. El chico de los 80's sonrió a la chica sin que George lo viera.
- Ay, qué bueno, pero, ¿qué te parece si mantenemos eso en secreto, eh? - le sugiere Marty a su padre y él asiente, a la vez que Mileva lanza una risa.
- De acuerdo, ven. Allí está ella - Marty, desde afuera del local, apunta a Lorraine, quien está dentro del café tomando malteadas con sus amigas.
- Ya se... - dice George, nervioso.
- Ahora entra e invítala.
- No sé qué decirle....
- Dile lo que sea, George - dice Marty, cansado -, lo que sea natural, lo primero que te venga a la mente.
- ¡Nada me viene a la mente! - exclama George, sin entender.
- Cielos, George, no sé cómo vine al mundo - susurra Marty, frustrado por la inutilidad de su padre. Mileva se tapó la boca ante lo que dijo Marty.
- ¡¿Qué, que?! - pregunta George.
- Nada, nada... nada. Oye, dile que el destino los ha unido; que ella es la chica más hermosa que has visto en el mundo - dice Marty, para luego mirar a su amiga Mileva. Ella se sintió nerviosa ante su mirada, pero asintió con la cabeza.
- Tambien dile que tu amor late más que la intensidad de mil soles - sugirió la muchacha, ante las atentas miradas de los dos adolescentes -. Bueno, eso es algo exagerado, em.... - la chica se quedó pensando un momento - Dile que... ay, no soy buena para los piropos, muchachos.
Marty mira a George y ve que él está escribiendo en una libreta.
- ¿Qué estás haciendo?
- Estoy escribiéndolo, es muy impresionante - exclama George, aún escribiendo en su libreta las cosas que había dicho Marty.
-Sí, sí. Ven - dice McFly 80's, tomando por el hombro a su padre -. Asegúrate de hacerlo bien.
George camina hacia adentro del café. Él medita, pero Marty y Mileva entran detrás de él y lo empujan para que siga. Hay adolescentes por todas partes, y la música de ambiente está siendo tocada por la rocola del lugar. George va hacia el mostrador, decidido.
- ¡Lou, dame un vaso de leche - dice, dejando el dinero de golpe en la barra y mirando a Lorraine - con chocolate!
Lou le manda una, y ésta se resbala hacia la mano de George por la barra. George toma el vaso sin mirarlo y le da un gran trago; luego se limpia con la manga y, con su libreta frente a él, va hacia donde está Lorraine, sentada con sus amigas tomando batidos. Marty y Mileva se sientan frente a la barra, los dos vestidos con ropa de los clásicos 50's. A Mileva aún le molestaba usar vestidos.
- ¿Lorraine?, mi densidad... me ha fundido a tí.
Lo que dice George llega a los oídos de Marty y Mileva, esta última se golpea la frente con la palma de su mano, y Marty se tapa la cara con sus dos manos.
- ¿Qué? - pregunta Lorraine, sin haber entendido lo que había dicho.
- Oh... Lo que iba a decir era... era...
George comienza a tartamudear, pero Lorraine lo interrumpe :
- Un momento, ¿No te he visto en algún lugar? - pregunta Lorraine, ahora con una sonrisa.
- ¡Sí!, sí, soy George, George McFly, soy tu densidad... Quiero decir... tu destino.
Lo que dice George hace que Lorraine suspire, como si estuviera encantada de lo que había dicho McFly.
De repente, la música se detiene, en el mismo momento en el que Biff y su banda entran al Café. Biff, haciendo una recorrida con la mirada, puso sus ojos en George.
- ¡Oye, McFly!
Sentados en uno de los bancos de la barra del café, Marty y Mileva miran a la entrada para ver a Tannen y sus "soldaditos".
- No puede ser - susurra Mileva, ahora parándose de su asiento. Antes de ir hacia Biff, Marty la agarró de la mano para que se quedara con el.
- Espera - le dice Marty, para ver la escena entre Biff y su padre.
La mano de Marty agarrando la suya ponía nerviosa a la joven, pero no se lo diría.
- Te dije que no quería que vinieras aquí... - Biff hace una pausa, y aún George le da la espalda - Te costará caro. ¿Cuánto dinero traes?
- Bueno - dice George, ahora acercándose a Biff, con miedo - ¿Cuánto quieres, Biff?
Biff empieza a caminar hacia George y Lorraine, pero Marty mete el pie en el camino y Biff cae. Mileva le golpeó el hombro a su amigo con la mano que tenía libre. Se había metido en problemas nuevamente. Él se levanta y ve a Marty, imponiéndosele.
- Ahora verás, torpe - dice furioso Tannen, para luego mirar a Mileva y sonreír maliciosamente - Me llevaré a tu novia, para divertirme un rato, así verás quien manda.
Cuando Biff estaba por tocar la cintura a Mileva, esta lo empujó por los hombros.
- No me toques, simio - le dice Mileva, molesta.
Todos las personas del lugar prestaron atención a la escena, impresionados. Nunca habían visto a una mujer insultar a Biff de esa forma tan vulgar. Biff miró a Mileva, a punto de explotar de la rabia, ahora agarrando con fuerza el brazo descubierto de la muchacha.
- ¡Sueltame, asqueroso!
- Ahora veras, ramer-
- Oye, oye, Biff, ¿Qué es eso? - dice Marty, ahora apuntando algo detrás de Biff.
- ¿Que? - Biff voltea hacia esa dirección, y Marty le da un gran golpe en la cara, molesto por todo, por molestar a su padre y por pasarse de listo con Mileva, esto último le hacía hervir la sangre. Marty mira a su amiga y le dice rápidamente :
- Ve a lo del Doc, ¡pronto!
Luego de eso, se abre camino entre la banda de Biff, empujándolos, mientras la música empieza de nuevo a sonar en el lugar.
- ¡Deténganlo! - gritó Tannen, ahora corriendo hacia afuera con sus amigos.
En aquel momento, todos los adolescentes del Café de Lou comenzaron a salir del lugar para ver la persecución. Mileva estaba por salir, pero recibió un empujón de una desesperada Lorraine, quien gritaba el nombre falso de Marty. Mileva rodó los ojos, ahora al lado de George.
- Vamos - le dijo ella a George, y este, tímido, la siguió hasta la salida, pero para irse de la escena rápidamente - ¡George, espera!
Pero ya era tarde, McFly se había escapado nuevamente. Mileva niega con la cabeza y maldice a Marty por este nuevo embrollo. Sus ojos se centran en el recién mencionado, quien arriba de una patineta de madera, huye por las calles del centro, con el auto de Biff pisándole los talones. Marty hace una maniobra increíble que hace que Biff, sus amigos y su auto chocarán con un camión de estiércol. El estruendo del choque se escuchó en todo el centro, y las exclamaciones de risas de los adolescentes del lugar se oían a todo volumen. Mileva también se burló de Biff, quien estaba lleno de estiércol en la cara y en el cuerpo, al igual que sus amigos matones. Pero dejó de reírse cuando vio a Marty huir por una calle. La muchacha se sacó los tacones para correr hacia el, con el dolor del concreto en sus pies.
- ¡Tonto! - le gritó Brown, ahora alcanzándolo.
- ¿Que? - se queja Marty, ahora caminando junto a ella.
La muchacha suspira.
- Debemos hacer algo para que George se defienda, Marty, no siempre estarás ahí para defenderlo.
Marty lo pensó, y ella tenía razón. No podía estar defendiendo a George incontables veces, su padre debe demostrar que es un hombre decidido que está dispuesto a defenderse y a proteger a Lorraine. Como lo hizo el con Mileva hoy. Eso era proteger a alguien.
- Tienes razón.
Mileva miró a Marty, ahora sonriendo sin mostrar los dientes.
- Aunque...
Cuando Mileva comienza a hablar, Marty la mira a los ojos.
-... el golpe que le diste a Biff... - Mileva mira a Marty y sonríe- y lo del estiércol fue genial. Gracias.
Marty ríe junto a ella.
- ¿Quieres? - Mileva le extendió una dona a su amigo.
Marty miró la dona y luego a Mileva, quien lleva una mirada risueña. La chica la había comprado en el Café de Lou, antes de que todo se fuera al demonio. El chico le sonrió y partió a la mitad la dona. A pesar de las estupideces que hacía, Mileva estaba ahí para el.
- Gracias - agradece McFly, ahora comiendo de su dona partida a la mitad.
Mileva no dijo nada. Solo tuvo un leve sonrojo en las mejillas y se llevó la dona a la boca para morderla, a la vez que los dos se encaminaban a la Mansión Brown, en silencio.
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