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Biff lo ignoro y siguió esperando mi respuesta. Al no contestarle frunció el ceño.— No me gustan las mudas. — se alejó para atormentar otra vez al joven George.
— harás mi tarea Mcfly, ¿no quieres que me corran del escuela?...— al no recibir respuesta lo sugerí de un hombro con fuerza.—¿o sí?.
—de acuerdo Biff, la haré esta noche y te la llevare mañana a primera hora.
— No tan temprano, los sábados me levanto tarde.— indicó y golpeó al joven Georgia en la cara por una estupida broma.— no seas tan crédulo McFly.
Al irse miramos al padre de Marty con detenimiento, no había cambiado mucho, solo le agregaba mentalmente una cuántas canas, arrugas y sus lentes gruesos.
Se giró hacia nosotros cansado por el acoso visual.— ¡¿qué?!
—Estas igual...— dije y frunció el ceño.
— ¿Eres George McFly?— pregunto Marty.
— Si, ¿quiénes son ustedes? – exigió con fastidio.
Antes de contestar un rostro conocido hablo —¿porque dejar que esos muchachos te molesten de esa forma?— pregunta indignado.
George se encoge de hombros.— porque son más fuertes que yo.
— ¡Tienes que defenderte amigo!, ¡respetarte a ti mismo!
Una vez enfrente de nosotros su rostro encargo en mi mente, aún cuando lucia más joven y vestía ese uniforme, ¡era Goldie wilson en persona!.
—No sabes si dejas que la gente te pisotea ahora lo seguirán haciendo por el resto de tu vida.— siguió Goldie hablando mientras que George tenía una batalla de miradas con Marty. —¡mírame a mí!, ¿crees que pasaré el resto de mi vida en este basurero?
Yo negué motivada por su platica.
—¡No señor!, voy a hacer algo de mi vida, iré a la escuela nocturna y algún día seré alguien importante.
— ¡alcalde de la ciudad!— dijimos con admiración Marty y yo.
—¡si!, voy a...— Goldie comprendió las palabras y las medito.— puede ser... ¡Esa es una buena idea!
—¿un alcalde negro?— pregunto el señor anterior.— Quiero ver eso...
— Espere y verá, ¡Yo seré alcalde!, y voy a limpiar esta ciudad.
Nos distraigamos ante los comentarios de Goldie cuando George aprovechó para irse, miramos hacia los lados y pasó por la carretera con su bicicleta. Marty no se espero y salió tras el, yo saqué dinero de un bolsillo por suerte y lo deje en la barra para salir tras de ellos.
—¡Papa!, ¡George!, ¡Tú el de la bicicleta!— grito Marty.
Unas cuadras después lo perdimos pero Marty no se rendía tan fácil.
—¡Mira ahí!— apuntó a su bicicleta.
—¡mira tú ahí!— Apunte a su papa trepado en un árbol espiando con unos binoculares.
En esa dirección una chica se estaba en ropa interior, cruce los brazos de indignacion.
— Es un Mirón malicioso.— agregó Marty a mi lado.
Antes de poderle lanzar algo a su padre la karma lo azoto tirándolo de un árbol.
Un auto se aproximaba y parecía ser inminente el impacto.
—¡Papa!— sin poder hacer nada más que observar Marty lo salvó recibiendo el, el impacto.
Solté un chillido a correr a su lado. Coloque su cabeza en mis muslos y la revise, aún con las manos ligeramente temblando por el susto me di cuenta que no se había hecho daño en esta. Pase las manos por su cabello y bese su frente agradeciendo al más allá.
–¡Espera un momento! ¿Quién eres tú?— pregunto el señor del auto a George quien salió huyendo con su bicicleta, jamás me había parecido tan cobarde como en ese momento. —¿Eres su hermana?— se dirigió a mi, solo asentí sin dejar la cabeza de Marty. — No te preocupes mi esposa es buena con este tipo de cosas, aunque no lo creas a pasado más de una vez...
Al notar que sus palabras no me reconfortaron mejor llamó a su esposa. —¡Estela!, otro de estos chicos salto frente a mi automóvil!, ¡ayúdame a llevarlo a casa!.
La señora estela salió de la casa rápidamente y entre los tres acostamos a Marty en el sillón de la sala.
—¿Qué ocurrió? — pregunto la señora estela.
— Un chico estaba en medio de la calle y este otro chico lo "salvó".— explicó su esposo.— Ella es su hermana.
La señora ahora me miró a mí con extrañeza.— ¿cuál es tu nombre?
— Me llamo...
Los dos adultos me miraban impacientes por una respuesta.
—¡madre!, ¿puedo cenar en casa de chuck?, harán donas'
Nos giramos a la entrada donde se encontraba un niño pequeño.
—¿donas?, ni hablar, cenaremos todos como familia.
El Niño iba a comenzar a protestar cuando su mirada topó con la mía.— ¿Quién es?
— Mi nombre es Bonnie.
Los padre y hasta su hijo me miraron con extrañeza, como si yo fuera sido la que atropellaron.
— Bien, Bonnie,— dijo mi nombre con duda.— llamáremos a sus padres...¿cuál es el numero?
— ¡No!... Tienen, es decir, realidad no creo que sea necesario...— comencé negando. — en cuanto mi hermano despierte nos iremos.
Sonidos de rápidos golpes contra el piso se hicieron escuchar, estaban bajando las escaleras. — madre iré con sandie....—La chica de cabello ondulado y vestido morado nos miró con confusión. — ¿Tenemos invitados?
— No Lorreine, Tu padre atropello a otro chico...
Deje de escuchar después de eso. ¿Acaso la había llamado Lorreine?. Me acerqué caminado hacia ella.
La chica retrocedió un paso con cara de confusión.
¡Era ella!, ¡la madre de Marty!, ¡y era delgada!.
— un gusto, me llamo Bonnie.
— Un gusto.— me sonrió amable.
— Sera mejor que descase en tu cama si estás por salir.
— No hay problema.— la sonrisa de Lorreine se agrando.
*****
Era extraño ver cómo la familia se las arreglaba para hacer su vida.
Los juguetes de los tios de Marty eran muy sencillos. El abuelo trataba de arreglar la señal de cable de un "viejo" televisor. La abuela de Marty compraba la soda únicamente en envases de vidrio. Lo sabía bien porque estaba ayudándole en la cocina mientras que la tía aún pequeñas de Marty estaba sentada jugando con muñeca.
— ¿se acaban de mudar no?— comenzó la abuela.— ¿de dónde?
— Si, de New York...— siempre había querido conocer New York...
— ¿por eso tu hermano usa el salvavidas?.
Reí con nervios.— si...
—¡acabamos muy rápido!, gracias por tu ayuda Bonnie, mi hija Lorreine últimamente está en las nubes por lo del baile...¿dónde se habrá metido? Iré a buscarla en la piso de arriba.— me informó antes de salir de la cocina.
Camine hasta un corral de bebe donde estaba el tio más pequeño de Marty.
Joey. Sonreí con gracia. Hasta de pequeño estaba dentro de las rejas.
— Se bueno, pequeño Joey.— dije inclinándome hasta el. — un gusto conocerte finalmente.
—¿Bonnie?. Ven, tu hermano despertó.
Camine hasta ellos y intercambien una miraba con Marty.
— Bueno ya que conoces a Lorreine te presentaré a los demás; El es Milton, ella es sally, él es Tony y dentro del corral esta Joey. — Dojo pasando por todos sus hijos.
Marty se acercó al bebe-tío Joey.
— Ah, tú eres el tío Joey, será mejor que te acostumbres al encierro.
Reí ante su comentario. — Le gusta estar así.
— ¡si! Le encanta estar en su corral, llora cada vez que lo sacamos, así que lo dejamos adentro todo el tiempo.
Yo y Marty volvimos a intercambiar miradas.
— Bueno Marty espero que te guste la carne mechada.
— Mire señora nosotros solo...— me miró dándome a entender que saliéramos de la casa pero le negué rápidamente.
Lorreine me ayudo y lo sentó aún lado de ella.
Estábamos en 1955, era de noche y estaba lloviendo, era probable no encontrar al Doc a la oscuridad de la noche por no mencionar que no teníamos que comer.
—¡listo!, ahora miraremos el televisor mientras comemos. — toda la familia se alegró y yo les sonreí.
— Es nuestro primer televisor, mi padre lo recogió hoy. ¿Ustedes tienen televisor?— pregunto ansiosa la madre de Marty.
— Si, tú sabes que tenemos ...dos...— susuro Marty dándose cuenta que estaba hablando de más.
—¡Deben de ser ricos!— exclamó el tío Milton de Marty.
—Cariño te están engañando, nadie tiene dos televisores.
Nos quedamos todos en silencio. Miramos el programa de comedia. Intenté recordar el nombre, me parecía conocido.
—¡Ese episodio ya lo mire!, es cuando se viste de un hombre del espacio, es un clásico.
— No lo puedes haber visto antes, es nuevo.— explicó Milton.
Mire a Marty con cara de que cerrara la boca.
— lo mire en una repetición....
—¿Qué es una repetición?— siguio Milton.
— ¿Señora usted sabe dónde está la calle River side? — interviene antes de que se le soltara algo más.
— Esta del otro lado de la ciudad.— hablo el señor.— una calle después de Mapple al este.
Marty sacó el papel con la dirección y Lorreine se le acercó, que digo, se le recargo a un lado.
— Una calle después de Mapple está la Avenida de Jonh F. Kennedy.
—¿Quién rayos es Jonh F. Kennedy?
Golpe mi mano contra mi frente.
— ¿Estás bien querida?— me pregunto la señora Estela.
Le sonreí como respuesta. Seguro se a de estar preguntando qué clase de retraso tenemos su nieto y yo.
— Madre, si ellos son nuevos en la ciudad, ¿no crees que deberían pasar la noche aquí?, después de todo papa casi lo mata con el auto.
— Es cierto Marty, deberías pasar la noche aquí, somos responsables por ustedes.
Asentí con gusto, no quería pasar la noche bajo la fría lluvia.
— No, no se preocupe...— mire mal a Marty.
—¿Y dormirá en mi habitación?.— hablo Lorreine.
Frunció el ceño.
Se estaba comportando extraño, puede que le tenga afecto y sentir el lazo que tienen como madre y hijo... O tal vez...
— Disculpen.— se levanto de un salto Marty.— Nos tenemos que ir.
Me pare de la mesa, agradeciendo a la familia por todo y salimos rápidamente.
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