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—¿si?– conteste mi teléfono.
— Bonnie, ¿eres tú?— la voz del Doc sonó a travez del teléfono.
— ¡Si! Hola Doc, no lo he visto, ayer fui a su casa por la lleve bajo el tapete pero no estaba.— le explique mientras me llevaba una cucharada de Kellogg's a mi boca.
— Te necesito en el centro comercial Twin pines hoy a la una y quince de la madrugada, hice un gran descubrimiento y necesito la ayuda de tuya y de Marty.
— ¿a qué hora dijo?— mis ojos y boca se abrieron de la sorpresa haciendo que la leche cayera a mi plato de nuevo. Desde su lugar mi madre me miró y frunció la cara en señal de asco.
— A la una y quince, ¿algún problema?. — mire a mi madre de reojo en la cocina.
— No, ninguno.
—bien.— iba a colgar cuando lo detuve.
— ¡Espere!, ¿Einstein está con usted?, no lo mire ayer.— pregunte recordando la comida enlatada hasta el tope en la casa del Doc.
— Si, esta conmigo. — hizo una pausa— una cosa más, dile a Marty que no use el amplificador... Mejor yo le llamo, hasta la una y quince Bonnie.—se despidió colgando.
Me quede un momento procesando la información.
— ¿no vas a ir al escuela?, es tarde.— mi madre apuntó el reloj de pared.
— Maldicion— murmuré.
Le daba a mi patineta lo más rápido que podía. Las calles por la mañana eran menos transitadas, lo que me daba oportunidad de sugetarme de la parte trasera de los autos.
Cruce una calle cerca del relog de la ciudad y me sujeté de una Jeep azul.
En seguida a mi lado apareció Marty.
Le sonreí y el a mi. Sin embargo el conductor de jeep no compartió nuestra sonrisa solo negó con la cabeza.
— ¿Te llamo el Doc?— me pregunto.
Asentí rápidamente.
— Tiene que ser algo muy interesante si quiere que estemos ahí en la madrugada.
— si, ¿te dijo a ti que es?— pregunte mirando su perfil.
— No, ya sabes cómo es— se encogió de hombros.
El Jeep giro en una calle un poco precipitado haciendo que mi patineta chocara con la de Marty. Por suerte solo fue eso ya que nos logramos estabilizarnos rápido.
— Lo siento— dije aún cuando sabía que no fue mi culpa.
— Eso es lo que me gusta de ti Bonnie — dijo sonriendo sin dejar de ver al frente. — Eres muy amable.
— ¿Eh?
— Hoy mi banda tocará en el gimnasio, Si estás libre podrías ir a darme ánimos, —le sonreí — también estará mi novia Jennifer.
Mi sonrisa se apago un poco pero no lo noto— ahí estaré.
Nos soltamos del jeep y patinamos en dirección al escuela.
En la estrada del escuela no había ningún estudiante por lo cual entendimos que era muy tarde.
— nos vemos en la madrugada.— dijo caminando enfrente de mi.
— nos vemos.—me despedí.
Antes cuando éramos más pequeños solíamos ser muy amigos, ya que era su vecina, jugábamos y pasábamos tanto tiempo juntos que los dos aprendimos a andar en patineta al mismo tiempo, pero al mudarme nos distanciamos. Ahora él tiene una banda. Y a Jennifer. Las únicas ocaciones que pasamos tiempo es cuando estamos con el Doc, pero no me quejo tenemos todavía el humor de cuando éramos pequeños. Pero normalmente en la escuela solo nos saludamos cuando nos vemos de lejos.
Al subir las escaleras me dejo pasar primero, hizo una inclinación graciosa y yo le agradecí flexionando las rodillas, ambos reímos.
Cuando abrí la puerta Jennifer salió chocando hombro conmigo. Ella era muy hermosa, aún de cerca. Le sonreí pero ella no hizo nada solo le dijo algo a Marty jalándolo del bazo. Me pareció oirá decir algo pero no preste atención.
Caminaba sigilosamente en los pasillos, mire en ambas direcciones antes de escabullir me al aula cuando alguien jalo de mi chaqueta hasta atrás.
Era el profesor cabeza de rodilla.
— Señorita Song.— me sonrió — tercer reporte— extendió el papel amarillo en mis narices y lo tome.
Iba a decir algo más pero escuchamos voces al final de pasillo sin soltarme me jaló hasta ahí y nos encontramos con Marty y Jennifer.
— ¿El Doc?— el profesor sujeto a Marty de la espalda como a mí.— estás diciendo que aún tienes una amistad con el doctor Brown, ¿Mc Fly?
Por fin el profesor me soltó. Le entregó un reporte a Jennifer.
Y el cuarto a Marty en esta semana.
No es que estuviera muy al pendiente de su vida... ¿O sí?
El profesor nos tomó de los hombros a mí y a Marty— Es el cuarto para Marty y el tercero para usted Bonnie— dijo con cara de preocupación falsa. — les daré un consejo. El Doctor brown es un verdadero demente, si lo frecuentan terminaran en problemas.
— si señor.— Dijo Marty en tono fastidiado
— ¡oye!, tienes un grave problema de conducta Mc Fly.— el profesor pareció exaltarse — Eres holgazán, me recuerdas a tu padre cuando estudiaba aquí.
Marty pareció enojarse pero no dijo nada.
— ¿puedo retirarme profesor?— dije intentando romper el hielo.
Me ignoro y siguió con Marty— me enteré que tu grupo se inscribió para la audición del baile. — siguió regañándolo
Me estaba retirando sigilosamente y antes de girar a un pasillo escuche a Marty contestarle a el profesor
— la historia puede llagar a cambiar. — le dijo Marty sin temor alguno.
La frase me gusto.
Por la tarde entre clases llegue al gimnasio justo a tiempo para escuchar a la banda de Marty. Me quede en la entrada observando. Marty se anunció con su grupo y comenzaron a tocar. Pero no puede escuchar mucho ya que los callaron.
"Demasiado ruido" les llamaron.
Me retire rápidamente, seguro despues tendré tiempo para decirle que lo lamento por su banda.
Camine hasta mi casillero para sacar mi patineta al cerrarlo me encontré con Terry recargado en el casillero de al lado.
— Hola— lo salude acomodando libros dentro de mi mochila.
— Te invito al baile.— soltó sin más.
— No gracias— cerré mi casillero y me pude mi mochila para huir por los pasillos.
— ¡Vamos Bonnie!, es mañana por la noche y es claro que McFly no te va a invitar...
Coloque un dedo sobre mis labios en señal de que se callara. El solo rodo los ojos.
Yo sabía que Terry tenía razón, Marty tiene a Jennifer, pero no pude decir que debo ir con él solo porque Marty no me invitó, como mujer no quiero caer en el estereotipo de "mejor esto que nada".
Las siguientes clases no mire a Marty ni siquiera en la cafetería, donde casualmente Terry invitó a otra chica frente toda la escuela, la chica acepto y él se giró hacia mi guiñándome un ojos y desvíe la mirada.
Salí del escuela con mi patineta en la mano. Acomode mi mochila me subí a la patineta. Me sugete de una camioneta que anuncia al candidato para Mayor de la ciudad a Goldie Wilson. Honesto, decidido y integró, la verdad es que creía en el. Si pudiera votar, lo haría por el.
— ¡Salve la torre del relog!— una mujer mayor me asusto provocando que cayera de mi patineta.— ¡El alcalde quiere remplazar ese relog!, ¡hace treinta años cayó un rayo sobre el y no funciona desde entonces!— saque un dólar de mi bolsillo y lo metí el bote que movía. La mujer me sonrió medio una hoja y se fue .
Me levante y comencé a darle a mi patineta otra vez.
Me sugete de una camioneta de un vecino quien me saludo del asiento del conductor, y de un momento a otro Marty está a mi lado.
— ¿vas a ir al baile mañana?—pregunte en tono casual.
—Si,— su sonrisa se engancho— iré con Jennifer, lo tengo todo planeado, le pedí el auto a mi padre, después iré a acampar con mis amigos.
Asentí con la cabeza.— por cierto té vi en el gimnasio, lamento lo que pasó.
Su rostro mostró enfado.— ¡ellos no saben lo que nos gusta a nosotros!, —su mirada cambio a decidida.— pero algún día Bonnie, algún día seré famoso.
— No lo dudo, siempre te apoye, ¿recuerdas?, jugábamos a que dabas conciertos y yo era tu público.
— Tienes razón, tú y Jennifer lo han hecho.
Nos quedamos en silencio por un momento hasta que el volvió a hablar— deberías venir a cenar a mi casa, dejaran salir a del la carcel a Joey con libertad condicional.
— No quisiera interrumpir una reunió familiar...
—¿Bromeas?, Mi madre te adora y me ha preguntado desde hace semanas por ti.— me miró convencido— podrías quedarte en mi casa a escondidas hasta la una de la madrugada para ir con doc, sirve que no me quedo dormido...
Mi madre hoy quedaba tiempo extra por lo que no creí que se molestara con la familia de Marty...— Esta bien.
Marty vive en Lyon estates, en el camino patinando bromeábamos e intentábamos tirarnos mutuamente, olvidando casi por completo lo que le habían dicho a su banda en el gimnasio, todo iba bien... Hasta que llegamos a su casa.
Una grúa estaba frente a su casa y el auto de su padre se encontraba destrozado.
Tape mi boca con una mano de la impresión y Marty se llevó las manos al cabello.
Abre la puerta y entramos a su casa, el señor MC Fly estaba intimidante mente siendo regañado por Biff.
— No puedo creer que me hayas prestado tu auto sin decirme que tenía un punto débil, pude haber muerto— se quejó Biff dramatizando.
El señor Mc Fly le respondía tartamudeando, la verdad era un poco penoso. El señor Mc Fly nos noto y nos dio un saludo breve.
Marty tenía cara de fastidio.
Cuando venía a casa de Marty más seguido esto siempre pasaba, y por lo visto sigue pasando. Le di un pequeño abrazo a Marty para animarlo pero Biff no se callaba.
— ¿Mi seguro?, tú seguro va a pagar los daños, ¡mira esto!— digo mostrando su saco— la cerveza se derramó en mi chaqueta cuando el otro auto me golpeó, ¿Quién pagará por esto Mc Fly?. ¿Y dónde están mis informes?.— el señor Mc Fly seguía siendo muy blando. Biff lo seguía intimidando, burlándose y tomando lo que quería de la casa de Marty.
Al tomar una cerveza Biff nos miro sin vergüenza alguna en su rostro — ¿Qué están viendo cabezas de mono?,
Saluda a tu madre de mi parte— lo último fue dirigido hacia Marty.
El padre de Marty era un cobarde. Y todos lo sabían. Pero que él lo aceptara lo hacía aún peor. Por eso cuando Biff salió sabía que el señor Mc Fly se disculparía con Marty. Iba a ser incómodo estando yo ahí. Lo vi en su cara de incomodidad.
— sabes, mejor vengo otro día.— le sonreí, el asintió y salí de ahí.
***
Cuando llegue a caso cene la comida que mi nade ma había guardado en el refrigerador e hice mi tarea, para entonces faltaba unas horas para irme así que mire el televisor, a las doce en punto estaba impaciente por lo que
me cambie de ropa. para ir con el Doc.
Una blusa de tirantes para después sobre esta una sudadera de una talla más grande que la mía, para pantalones todos estaban por lavar por lo que me pise un overol. Para terminar me coloqué mis Nike.
Llegue temprano por lo que solo había una camioneta grande donde se transportaban mudanzas.
Mire a Einstein y me movió la cola acercándose, lo acaricie.
— llegas temprano— me saluda el doc.
— si,— sonreí avergonzada — sabe que mi mayor defecto es la impaciencia.
— Deber trabajar en ello Bonnie, por cierto, te iba a pedir que fueras por mi cámara de video, pero ya que estás aquí le llamaré a Marty, toma —me entrego una cámara instantánea. — te diré cuando usarla.
Seguí acariciando a Einstein y le tome una foto.
Unos minutos después lejos divise a Marty llegar, me salido con una mano ya que en la otra tenía la cámara de video.
Cuando llegó hasta donde estaba yo Marty también acaricio a Einstein.
—¿Todo bien?— pregunte dudosa.
El suspiro y antes de responder la parte trasera del camión de carga bajo y salió un DeLorian, reconocí rápidamente la marca porque un tío tenía uno igual.
El doc salió de él con una pluma y papeles en las manos.
—¡Doc!— le llamo la atención Marty.
— ¡Marty!, ya están los dos aquí, bienvenidos a mi experimento. Es el importante, el que e esperado toda mi vida. — presentó abriendo los brazos.
—increíble— susurre.
Comenzamos a mirarlo por todos lados, este DeLorian parecía estar modificado ya que tenía unos tubos y cables que le rodeaban.
— ¡Es un auto DeLorian!— Marty estaba realmente emocionado.
Ambos miramos al doc con cara de curiosidad.
— tengan paciencia, sobre todo tu Bonnie,– nos detuvo.— en un momento contestare su preguntas, ahora retrocedan. — nos jalo hacia un lado.— Marty comienza a grabar y Bonnie, tú toma fotos.
El Doc se posicionó derecho y comenzó a hablar.— Buenas noches, soy el Doctor M. Brown, me encuentro en el estacionamiento del centro comercial, el la madrugada del 26 de octubre de 1985, es la una punto dieciocho horas y este es el experimento número uno. — fue por Einstein y lo subió al DeLorian. Le abrocho el cinturón. Y le colgó un cronómetro.— El relog de Einstein está sincronizado exactamente con el mío— Marty seguía grabando y yo tome una foto. Cerró la puerta.— observen
El doc movía el DeLorian a control remoto.
— ¡No me grabes a mi!— se quejó el doc— ¡al auto!, ¡al auto!.
Daba unas piruetas el auto y me pregunté si Einstein sentía feo. Doc nos jalo al centro del estacionamiento y hablo.
— Si mis cálculos son correctos, cuando ese vehículo llegue a la 88 millas por hora, les asombrará lo que verán.— aplasto unos botones a su control remoto y el auto comenzó a acelerar sin moverse.
Avanzó hacia nosotros. Me recorrí la sensación de querer quitarme de ahí pero cuando lo intente el Doc me sostuvo en mi lugar.
— Esperan — nos detuvo.
El auto se dirigía directo hacia nosotros. Trague grueso. Comenzaron a salir luces cegadoras. Tome una foto y después me prepare para el impacto.
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