× Despertando ×
¿Cómo había acabado en tan mal estado?
Lo último que recordaba era ir en un carro con sus amigos. Y el no estaba ebrio.
Despertó en medio de un jardín a media noche, la luz de la luna fue reconfortante para el, bostezo sin sentir sueño y se sentó en la banca en donde antes dormía.
– Que carajos... – Miro a los lados confundido, no había más que una anciana jugando con una niña, un perro haciendo guardia y un señor sentado en la banca enfrente de él.
Parecía un jardín de algún hospital.
– ¿Eres nuevo? – Se levantó asustado y se dió la vuelta viendo a un chico heterocromatico.
– ¿Nuevo? ¿¡Qué coño quieres decir!? – La poca gente que se encontraba ahí los empezó a mirar y alejarse. – ¿Qué hago aquí?
Bajo el volumen de su voz al ver que los ancianos se sorprendieron.
– Estás en un hospital, me toca darte la bienvenida. – Se acercó al rubio y se sentó en la banca subiendo los pies y cruzandolos como niño pequeño. – Gracias a ti ya no soy el nuevo.
– ¡Vete a la mierda! – Bakugō salió corriendo dentro del hospital, cuando intento abrir las puertas de vidrio para entrar su cuerpo traspaso el cristal y cayó al suelo. – Uh...
– Escucha, podemos hacer esto por las buenas o por las malas. – Hablo de nuevo el chico tras de él, Bakugō se dió la vuelta rápido y retrocedió arrastrándose por el piso.
– ¿¡Qué mierda fue eso!? ¿Cómo llegaste tan rápido?– Se tallo los ojos y golpeó sus mejillas. – ¡Una ilusión! ¡Una jodida ilusión!
Se volvió a parar ignorando al joven frente a él y salió corriendo por los pasillos del hospital, había veces que se encontraba con pacientes y enfermeras las cuales atravesaba al igual que la puerta, eso lo asustaba más a cada vuelta que daba, su respiración se aceleraba si es que aún respiraba.
Y cada pensamiento lo asustaba más. Quería dejar de pensar.
Una vez vio la puerta al final del camino se sintió aliviado, solo tenía que salir y verificar que era una pesadilla.
Con toda velocidad corrió hacia la puerta y se estrelló contra ella como toda escena cómica y cayó al suelo.
No pudo salir.
– Ugh... Mierda. – Dejo su cuerpo caer al suelo y miro al techo confundido. Al instante la puerta principal del hospital se abrió dejando entrar a un doctor. Intento salir de nuevo y no pudo.
– No puedes salir cuando la luna está. – Dijo el chico tras de él, Bakugō comenzó a hartarse de este. Recargo su cabeza en la puerta y suspiro.
– La luna siempre está arriba.
– Entonces no podrás salir hasta que salga el sol. – Se cruzó de brazos.
–¿¡Quien mierda dice eso!? – Se dió la vuelta furioso y se acercó al heterocromatico. – ¿¡Qué mierda está pasando!? ¿¡Por qué no puedo tocar nada!?
Aquel chico seguía igual de serio y quieto en su lugar dándole igual el berrinche que tenía el rubio frente a él.
– Antes que nada debes tranquilizarte.
– ¿¡Tranquilizarme!? ¿¡Cómo quieres que me tranquilice!? – El chico se quedó callado igual y retrocedió unos pasos esperando que el nuevo se tranquilizara.
Al no tener opción Bakugō se recargo en la pared más cercana y paso sus manos por su cara y pelo desesperado y buscando tranquilizarse lo cual hizo después de unos minutos.
– ¿Y bien? ¿Qué mierda está pasando? – Lo miro fijamente y el mayor lo miro con lastima.
– Estás en coma.
.....
¿Por qué soy así? :'v
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