Ya no...
Kanon:- Me daré un baño corto e iré a descansar. - Anunció y fue en dirección al cuarto de baño.
Él sólo asintió y esperó a que saliera y se durmiera para poder ir a la habitación de enfrente. Entró sin tocar, ya que no pretendía tener su permiso. Lo encontró con una toalla atada a la cadera y mirándose en un espejo.
Radamanthys:- ¿Qué te ocurre? - Preguntó con calma, pero seriamente.
Minos:- Wyvern... ¿aún tienes el descaro de preguntar eso? - Se volteó acercándose a él. - Sólo mírame. - Extendió sus brazos para que lo observara, cada marca que le había hecho la noche anterior. - No tienes idea de lo mucho que me cuesta mantener la compostura y no decir nada. - Lo miraba con odio.
Radamanthys:- Sé que un simple "Lo siento" no es suficiente para reparar el daño hecho, pero... - Hizo una pequeña pausa. - Dime qué quieres que haga y lo haré. - El peli plata arqueó una ceja se volteó dándole la espalda.
Minos:- Ve hasta Yomotsu y lánzate al vacío. - Dijo seriamente y con odio, pero en broma.
Radamanthys:- Ja, ja. Muy gracioso. - Él era el único que podía distinguir cuándo hablaba en serio y cuándo no.
Minos:- Tú no puedes darme lo que quiero. Si Aiacos y Kanon se enteraran de esto, tendríamos problemas mayúsculos. - Ahí comprendió inmediatamente lo que el noruego decía.
Radamanthys:- Ambos están dormidos y ninguno despertará ni que se les caiga el techo encima. Ya los conoces. - Grifo volteó inmediatamente sorprendido por las palabras del danés para encontrarse con éste a escasos centímetros de su rostro. - ¿Quieres que te haga recordar las sensaciones de anoche? - Un escalofrío excitante recorrió el cuerpo del ariano al recordar el movimiento del escorpiano en su interior.
Minos:- Calla. - Apartó su mirada de él. - Es peligroso. - Su boca decía que no, pero el rubor en sus mejillas afirmaba todo lo contrario.
Radamanthys:- Sabes que me encanta el peligro. - Ronroneó a su oído.
Minos:- Yo... - Le costaba hablar y mantenerse firme. - ... ya no... - El rubio no lo dejó decir ni una sola palabra más. - Ya no puedo resistirlo... - Se dejó llevar por él. - Ya no puedo negarme... - Le quitó su bata de seda al menor acariciando con descaro su bien formado tren superior y su enorme espalda. - Ya no puedo detenerte... - El escorpiano lo llevó hasta su cama y le quitó lo único que cubría su completa desnudez.
Radamanthys:- Ya no puedo detenerme, esto es demasiado. - Se quedó unos segundos observando la ansiosa erección que había provocado en el peli plata y cómo éste lo miraba.
Se arrodilló hasta quedar entre sus piernas y avanzó lentamente hasta estar a centímetros de su miembro.
Minos:- Ya no quiero detenerte. - Arqueó su espalda e hizo hacia atrás su cabeza al sentir la tibia lengua del danés acariciar la punta de su pene. - ¡Mmm...! - Se tapó la boca para que no lo oigan mientras seguía retorciéndose de placer.
Radamanthys:- Ya no quiero detenerme. - Engulló de un solo movimiento el miembro del mayor succionándolo eufóricamente.
Minos:- Si sigues así no resistiré por mucho tiempo. - Susurró tratando de mantener un volumen bajo en su voz.
Radamanthys:- Para eso está toda la noche. - Sonrió y siguió con su felación.
Minos trataba de mantener un volumen bajo en su voz, pero la rudeza de Wyvern no se lo permitía. Sentía su interior como un volcán y se dejó ir al no poder aguantarlo más.
Minos:- Aagh... - Cubrió rápidamente su boca ahogando un gemido que habría despertado a medio castillo.
Radamanthys:- Ahora es mi turno... - Se puso de pie y Grifo retrocedió un poco abriendo sus piernas para darle a entender que tenía su consentimiento para proceder. - Esto no terminará bien... sólo espero que la Señorita Pandora no se entere de esto. - Dejó caer sus pantalones y su ropa interior liberando a su "amigo" que estaba muy ansioso y animado. - ¿Es esto lo que quieres? - Preguntó vía cosmos mirándolo fijamente a los ojos.
Minos:- Deja de hacer preguntas estúpidas y ven aquí. - Respondió de la misma manera y Wyvern se lanzó sobre él volviendo a tomar posesión de sus labios.
El noruego lo abrazó por el cuello y rodeó su cadera con sus piernas. El danés acariciaba su cuerpo siguiendo la forma de éste hasta llegar a su pierna y volver a subir para apretar su glúteo. Los gemidos del peli plata eran callados por los besos de su compañero que no se detenía. Llevó sus dedos hasta la boca de Grifo y lo miró por escasos segundos.
Radamanthys:- Chúpalos. - Ordenó para ver qué tantos deseos de hacerlo tenía y grande fue su sorpresa cuando éste empezó a chuparlos eufóricamente. - Eso es... - Ronroneaba a su oído excitándose aún más. - Ya no aguanto... - Quitó sus dedos y los llevó a la entrada del mayor jugando con el primero para relajarlo.
Siendo muy consciente de sus acciones, metió el primer dedo viendo a su compañero retorcerse como pidiendo más. Lo hacía entrar y salir hasta que ya lo sintió más relajado para poder meter el segundo. No pudo hacer mucho ya que estaba demasiado ansioso, por lo que hizo algunas tijeras no más y lubricó su miembro posicionándolo en su entrada.
Minos:- Hazlo. - Dijo como súplica y esperó su intromisión.
Rada asintió y se introdujo en él. Se sentía demasiado apretado, sensación que extrañaba desde que Kanon se convirtió en mujer. Se mordió el labio inferior haciendo hacia atrás su cabeza y cerró sus ojos inspirando profundamente. Grifo notó eso y luego de unos pocos segundos, movió su cadera para que comenzara a moverse. Wyvern sintió su movimiento y comenzó a embestirlo lentamente. El noruego empezó a soltar leves gemidos que nuevamente fueron callados por los besos del rubio.
Las embestidas iban cada vez más rápido y más violentamente. El danés tomó el miembro de su compañero empezó a masturbarlo haciendo que éste acabe primero. El peli plata arqueó su espalda separándose del menor, tensando su mandíbula y conteniendo un grito que de seguro despertaría a más de uno.
Radamanthys:- ¿Estás bien? - Se atrevió a preguntar.
Minos:- Sí... pero... - Hablaba agitado. - Aún quiero más. - Rada se sorprendió al oírlo, pero no tardó mucho en planear su siguiente maniobra. - Acábame... - Esa sóla palabra hizo que se le prendiera fuego la cabeza y salió de su interior.
Radamanthys:- Voltéate. - Le indicó haciendo círculos con la punta de su dedo índice apuntando hacia abajo.
Minos sólo asintió y obedeció sin decir nada. Su mundo desapareció y empuñó las sábanas al sentir la nueva intromisión del menor. En esa posición sentía de otra manera.
Minos:- Es... tan... profundo... - Susurró arqueando su espalda y levantó una mano como si quisiera agarrarse de algo. - Si...gue... - Dijo entrecortado y sintió al rubio apoyarse en su espalda.
Radamanthys:- Este... - Hizo una pequeña pausa. - ... es el fin del camino. - Susurró a su oído y dio una profunda embestida.
Minos:- ¡Mmngh! - Abrió los ojos como platos y apenas logró taparse la boca para que no lo oigan.
Entre las feroces estocadas y su tono tan seductor y excitante, su amigo volvió a despertar y necesitaba atención. Atrapó rápidamente una de sus almohadas y se cubrió el rostro, pero eso hizo que cayera sobre la cama apoyando su pecho en ésta. Radamanthys mantenía sus caderas en alto para seguir embistiéndolo y él sentía cada vez más profundas las entradas. Tomó su asunto entre sus manos para poder bajarlo y empezó a masturbarse. Las sensaciones eran demasiadas, estaba colapsando, su vista se nublaba y todo se ponía blanco. Sus ojos se cristalizaron al sentir que llegaba su orgasmo y enterró su cabeza en la almohada mordiéndola y arañando sus sábanas mientras sentía los espasmos. El interior contraído del ariano y la velocidad de sus embestidas, lograron hacer que el danés acabe. Gruñó apretando las nalgas del noruego y haciendo hacia atrás su cabeza.
Esa habitación era una total locura y estaba en llamas.
Salió de su interior y se dejó caer a un lado de Grifo respirando agitado. Éste, por su parte, se desplomó así como estaba. Sus piernas le fallaban, pero sólo era cuestión de dejarlas descansar un poco.
Radamanthys:- Si alguien se entera, estaremos muertos. - Se volteó para verlo a los ojos.
Minos:- Soy muy consciente de ello, pero ya no puedo ocultarlo. - También se volteó quedando frente a frente.
Radamanthys:- Esto no es sano... -
Minos:- Oh, vamos, por favor, no puedes decir eso. - El rubio lo miró sin entender y él frunció el seño. - Somos jueces del Inframundo, hello~o...? ¿Desde cuándo lo que hacemos es sano y tiene sentido alguno? - Preguntó susurrando como si estuviera gritando.
Radamanthys:- Ya, fiera... calma, calma... - Puso sus manos al frente para que le baje a su espuma y rio un poco.
Minos:- Debes regresar. - Le quitó la vista de encima. - No deben verte aquí. - Dijo muy seriamente.
Radamanthys:- Es verdad, pero primero... - En un rápido movimiento lo volteó hasta estar boca arriba y se posicionó sobre él tomándole ambas manos y llevándolas sobre su cabeza. - ... necesito saber si te gustó. - Ronroneó a su oído y lo miró malicioso.
Minos:- Hmph... - Sonrió de lado. - Claro que sí, idiota egocéntrico. - Dijo con tono de broma mirándolo con picardía. - Pero ahora vete de aquí. - Insistió.
Radamanthys:- Está bien. - Lo soltó y se puso de pie comenzando a vestirse.
Minos:- Radamanthys... - El aludido volteó a verlo luego de colocarse su bata aún sin arreglarla.
Radamanthys:- ¿Sí? - Preguntó con curiosidad fingida mientras lo veía ponerse de pie y caminar hacia él.
Minos:- ¿Esto se repetirá? - El danés no dijo nada, sólo lo tomó por detrás del cuello y lo atrajo hacia sí para poder besarlo.
Radamanthys:- ¿Eso responde tu pregunta? - El noruego se quedó en silencio y asintió mirando el suelo con una tímida sonrisa mientras acariciaba sus labios con sus dedos índice y medio. - Perfecto. Vístete, debo regresar. - Se acomodó bien su bata y, antes de salir, respiró profundamente y soltó lentamente el aire para poder calmarse y poner su típica, clásica y ya bien conocida seria expresión.
Al salir, se encontró con quien menos se quería encontrar en todo el maldito castillo de Hades. Lo miró con molestia y comenzó a cruzar el pasillo para poder ir a su habitación. Ese ser lo miró raro y se dispuso a tocar la puerta, pero antes debía saber por qué demonios el cejón salió de la habitación de SU novio.
Aiacos:- ¿Qué diablos hacías en la habitación de Minos? - Preguntó seriamente.
Radamanthys:- Sólo hablaba con él y por si te interesa, hablábamos de ti, idiota inmaduro. - Volteó hacia él y lo señaló con su dedo índice.
Aiacos:- Pero... ¡¿Por qué tú?! - Reclamó.
Radamanthys:- Eso es fácil de contestar. - Sonrió y volvió a darse la vuelta para tomar la perilla de su habitación. - Porque soy quien mejor lo conoce y porque a ti no te quiere ver ni en figurita. Así que NI lo intentes. - El nepalí desistió de lo que iba a hacer y volvió a su habitación.
Wyvern entró a la suya y al cerrar la puerta, todo estaba en paz y tranquilidad. Kanon dormía como un tronco (¿Cuándo no...?) y él se acostó a su lado para poder descansar. La abrazó por detrás y se quedó profundamente dormido. Minos no tardó ni cinco segundos en caer en ese mismo estado... estaba exhausto.
La cosa sería lo que pasaría al día siguiente...
Y hasta aquí llegó el capítulo de esta noche...
Hi, hi ☺️ ¿Cómo están?
Por suerte, esta vez no tuve lagunas tan feas y logré terminarlo en poco tiempo 😁
Espero les haya gustado el primer lemon Yaoi que redacto después de... (Se pone a contar con los dedos.) Mucho tiempo 😅 y no se la agarren con Rada y el pastor inglés.
Voten, comenten y compartan 😊 Muchísimas gracias por leer este fic y espero sacar el próximo capítulo pronto.
Nota personal:
¿Saben? Yo soy más del Heavy Metal, pero este capítulo me hizo recordar un pedacito de una canción de "Rodrigo Bueno" (obviamente, cuarteto), un cantante cordobés…:
🎵Dejo a mi esposa, tú dejas tu marido
Para matarnos en un cuarto de hotel...🎵
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Ahorita sí...
Nos leemos 😁
Love you! ❤️
Bye! 😘
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