▶VEINTE◀

06/02/19

"Mañana les traigo su capítulo"

"Es una promesa"

▶VEINTE◀Publicada-17/02/19

Creo que ni más vuelvo a prometer algo :v

¡Solo lean :'3!

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—Me pregunto que habrá pasado luego —mencionó Nya mirando hacia la gran puerta, como si esperara que alguno de los tres ingresara —Además que Lloyd seguía con Harumi.

—A mí me caía bien, pero entre ellos dos ya no les iba viendo mucha conección —dijo Skaylor.

—Ya veremos como les va, pero no hay que meternos en eso —Kai miró hacia el azabache —¿Y Seliel? No falta mucho para que dé la siguiente categoría y tienen que practicar.

—Ya le llamé, pero no me contesta, no creo que se haya olvidado —Cole ya tenía su "vestimenta" puesta, se trataba de un baile moderno por lo que tenía un pantalón jean y algo que parecía una chaqueta negra sin mangas.

—¡No lo hice! —les llamó la atención y se dieron cuenta de que iba llegando, con un short jean y una chaqueta negra que se iba a quitar cuando sea momento de bailar, teniendo debajo un top del mismo color que dejaba ver un poco de su abdomen.

—¡Seliel y...! ¿papá? —efectivamente, el señor llegaba detrás de ella.

—Nos encontramos en la entrada, de ninguna manera me iba a perder esto —dijo este con una cámara en mano, la pareja se rió.

—¡Alumnos de la categoría de baile! ¡tienen diez minutos! —avisó el director mediante los altavoces.

—¡Vayan a practicar! —dijo Jay dándole un leve empujoncito a su amigo que luego de despedirse se fue con la pelirrosa a practicar en un aula.

Pasó el tiempo, ya cada quien iba posicionándose a un lado de ese espacio el cual había otorgado para bailar. Fueron saliendo pareja por pareja los cuales eran evaluados por los profesores de arte y la misma maestra acargo, esa que simplemente les pidió que la sorprendan.

—¿Nerviosa? —el azabache se sentó a su costado al ver como respiraba hondo y soltaba suspiros en intento por calmarse.

—Algo... —respondió viendo a la pareja que se estaba presentando —Espero que nos vaya bien.

—Tú eras la más emocionada para hacer esto, ¿qué ocurre? —ella solo le respondió con un "Nada" —Seliel ¿algo te incomoda de la coreografía?

—No ¿por qué preguntas eso?

—Es que siempre que la practicábamos te veía muy callada y... muy extraña si me permites decirlo... ¿qué ocurre? —colocó una mano sobre su hombro, iba a decirle algo, pero se volvió a escuchar la misma voz de hace rato por los altavoces.

—Pareja número "015" —llamó, ellos vieron sus papeles que coincidían.

—Luego hablamos —los dos se levantaron de la banca y Seliel se quitó la chaqueta colocándola a un lado para luego ir en frente con Cole.

Al igual que el resto, los que más aplaudieron fueron sus amigos a excepción de Lout quien ya había empezado a filmar. Le entregaron el micrófono a Seliel ya que debían dar una pequeña descripción de su baile, canción y demás. La profesora con su misma expresión de seriedad, colocó ambos codos sobre la mesa viendo atentamente.

—Buenas Noches, mi nombre es Seliel Briceño y él es Cole Bucket, los dos les vamos a presentar una danza con la temática de la violencia de género —el jurado se mostró algo sorprendido, las coreografías ya vistas, no les otorgaron un tema en específico como ellos. Tomó aire antes de seguir hablando —la canción que elegimos para interpretar la coreografía, se llama "Love The way you lie", esperamos les guste.

Seliel dejó el micrófono a un lado y dió unos paso en frente, Cole al contrario retrocedió.

La música comenzó a sonar.

Todo los presentes, aplaudieron fuertemente  e incluso se levantaron de las bancas para seguir con el acto, al igual que los jurados. Cole se acercó a Seliel y le tendió la mano, ella se levantó y sin previo aviso, lo abrazó escondiendo su rostro en el pecho del azabache.

—Creo que nos salió bien —dijo este viendo como hasta su profesora tenía un poco los ojos vidriosos.

—¡Vaya que Seliel sabe gimnasia! —dijo la azabache entre aplausos, alzando un poco la voz por todo el sonido de las palmas.

Una vez que terminaron, la misma profesora tomó la palabra.

—Haber... —dijo ella secandose un poco los ojos —Espectacular, es lo único que puedo decir.

—Gracias, ya pueden dar paso a la siguiente pareja —habló otro de los profesores, aunque sabía que ya no era necesario seguir viendo las demás coreografías, era política del colegio hacerlo.

—Les gustó Seliel ¿oiste? ¿Seliel? —la separó un poco para ver como es que también tenía sus ojos llorosos —Seliel ¿te lastimaste? ¿estás bien?

—Vamos Cole —lo jaló un poco para que se fueran de la vista de todos.

—¡Dime que pasa! ¿Te duele algo?

—¿Está todo bien? —llegó Zane y el resto del grupo al fijarse como estaba la joven.

—Déjennos solos por favor —pidió, ellos se alejaron, salieron de la cancha sin decir nada más.

—¿En serio? ¿ahora quién más se va a ir? —replicó el pelirrojo.

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—¡¿QUIEREN EXPLICARME?! —gritó un rubio muy exaltado a sus padres, teniendo a la peliblanco asomada por la puerta de la casa muy preocupada.

Los mayores se miraron entre sí pensando en una respuesta que dar a su hijo.

—Lloyd cálmate, por favor —rogó Harumi acercándose y sosteniendole por los hombros por detras.

—¡Tú lo sabías! ¡Nunca me dijiste nada!

—¡Porque pensé que ibamos a seguir siendo pareja por siempre y eso no sería problema! —decía con la voz quebrada.

—¡Hablen ustedes! ¡¿Es verdad?!

—¡Si! ¡Si es verdad! —respondió su padre ya perdiendo la paciencia.

—¡¿Desde hace cuando?!

—¡Desde hace mucho! ¡un mes! ¡un mes después de que se conocieran planeamos el matrimonio! No te desquites con ella, hijo —respondió ahora su madre.

—¿Desde hace cuánto lo sabías? —pregunto ahora muy serio de expresión pero su enojo se notaba en cada palabra que pronunciaba.

—Antes de venir aquí... una semana antes de hacerlo —dijo con pena y agachando la mirada.

—Maldita sea —se quejó en silencio —Vete, por favor, no hablaré de esto contigo ahora.

—Lloyd...

—Harumi —pronunció su nombre para darle a entender de que no quería escuchar más, ella se despidió con um ademán de sus padres y se fue de la casa —¿Les vale mi opinión?

—No digas eso...

—¡Pues así es, mamá! ¡Les valió mínimo el que yo supiera que ustedes ya tienen una vida hecha para mí!

—¡¿Y por qué te quejas tanto?! ¡¿Ella no es tu novia o qué?! —habló ahora su padre.

—¡Era! —dijo sin remordimiento esa palabra —Ya no siento lo mismo...

—¿Por el compromiso? No te pases Lloyd —ya les estaba dando un dolor de cabeza a Misako, ella no estaba de acuerdo con el matrimonio pero sabía que era lo que les convenía.

—No, hay otra razón pero ¿saben qué? A ustedes no les va a importar como toda mi vida —dió la espalda y comenzó a subir las escaleras con fuerza.

—¡Lloyd!

—Ya déjalo, tiene que asimilarlo —le indicó Misako a su esposo invitándolo a sentar en uno de los muebles.

°•°•°•°•°

Por otra parte, una joven castaña estaba recostada en su cama jugando como si dibujara algo en su almohada. Había apagado su celular luego de escuchar como varios mensajes de sus amigos le llegaban, no tenía ganas de responder, tenía que asimilar también el hecho de cómo después de ese beso, Lloyd se haya ido sin más y aparte de que tuviera novia.

Se sentía mal por solo pensar que él le había sido infiel a Harumi... con ella misma.

—Ey —su puerta se abrió dejando pase a su hermano que se acercó para sentarse a un costado de la cama —No me dijiste nada allá abajo.

—No tenía ganas —vió como iba a abrir la boca pero interfirió antes —No, nadie me pegó, insultó u otra cosa digna de que le des una golpiza.

—Entonces ¿qué pasa? Andas más callada de lo normal.

—Es por Lloyd —mencionó así de simple —No me hizo nada malo pero tampoco sé si considerar que sea bueno.

—¿Qué te hizo?

—¿No gritaras? —asintió aún muy atento de lo que dijera —Me besó.

—¡¿Qué?! —se levantó de golpe —¡P-pero él tiene novia! Hasta donde yo sé, ¡tú me lo dijiste!

—¡Ya sé y por eso digo que no sé que pensar! ¡y dijiste que no gritarías!

—¡Eso no importa! —gritó por última vez y dió un suspiro para calmar sus sentidos y volverse a sentar sobre la manta —Haber... ¿quieres que lo mate?

—¿Qué? ¡No! ¡ugh! —se tapó el rostro con su almohada —Largo, tengo que pensar con que cara lo veré el lunes.

—Yo también... —susurró.

—¡Daniel! —le tiró la almohada.

—¡Ya va! ¡ya va! —se fue retirando de la habitación, sonará tonto pero Daniel fue la única persona en esos años a quien podía contarle lo que le pasaba, por eso ya era una costumbre que haya hecho lo mismo.

Cada quien, en su cuarto y tirado en su cama, observando el simple techo y notando como de su ventana se podía apreciar el cielo nocturno.

—¿Por qué es tan complicado? —dijeron los dos, como si de dos almas afines se tratará. Por algo sus caminos están y estuvieron destinados.

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