Capítulo 5: Dolor, explicación, buenas noches
Las lágrimas del rubio de ojos amatistas no paraban de bajar por sus mejillas, al igual que sus pequeños sollozos que trataba de callar pero no lo lograba, las alas del chico se doblaron un poco como si estuviera en una pose de descanso, los tentáculos ensangrentados se dejaron caer al suelo de manera lenta, el chico parecía un niño pequeño que había perdido a sus padres en el supermercado o en algún lugar público grande.
El pelirrojo no sabía que hacer, ver a su amigo llorar y sin parar de decir que es un monstruo, simplemente le estaba destrozando por dentro. Se acercó de manera lenta hacia él, arrodillándose a su altura, pasando su mano derecha en su hombro, como si tratara de decirle que todo estaría bien, pero no funcionaba muy bien, ya que los sollozos aumentaron más, la única opción que tuvo era abrazarle con mucha fuerza, manteniendo la cabeza del rubio en su pecho, observó como las alas y los tentáculos comenzaban a desintegrarse.
Pudo sentir los brazos del mayor corresponderle el abrazo con algo de fuerza, también sintió las lágrimas del chico en su pecho, su cuerpo temblar, su respiración agitada, ¿por qué tuvo que sufrir las consecuencias el rubio que él mismo?, el pelirrojo no podía hacer nada en ese momento más que mantenerlo protegido entre sus brazos, con un fuerte nudo en su garganta y los ojos ligeramente cristalizados, le estaba contagiando el dolor emocional que estaba pasando en ese momento el de ojos amatistas.
—Aoyama, todo va a estar bien— comenzó a hablar el pelirrojo con un tono entrecortado, no pudo evitar sentirse culpable de todo el sufrimiento que estaba pasando su ex-compañero de clases —te sacaré de esto, encontraré una cura, volverás a casa con nosotros, ¡te voy a salvar, Aoyama!
El menor no pudo evitar sentir un poco de alivio al escuchar las palabras de su compañero, las lágrimas volvieron a acumularse en sus ojos y a resbalar por sus mejillas, controlando sus impulsos salvajes de morderle en el hombro y arrancarle algo de carne, por esa razón estaba llorando. Tenía hambre pero no quiere lastimar a nadie ni quería perder su humanidad, no sabía que hacer en ese momento.
—P-Por favor... aléjate de mí...— susurraba el chico con la voz muy entrecortada, tratando de separarse de su amigo —n-no quiero hacerte daño... p-por favor...— suplicaba derramando más lágrimas, el pelirrojo solo aguantaba las ganas de llorar junto a él, solo lo aferró más a su cuerpo.
—No, no me alejaré de ti, no me harás daño... lo sé porque eres una de las personas más puras de toda la clase 1-A, y sé que no le harás daño a alguien— Kirishima se separó un poco para verle a los ojos, con la misma sonrisa que siempre poseía en su rostro para animar a alguien, se quitó parte del traje que cubría su hombro, dejándolo al descubierto, desconcertando al chico más bajo —come, Aoyama, no pasa nada, todo va a estar bien— los ojos del rubio cambiaron de color, humedeciéndose cada vez más por las lágrimas, negando repetidas veces con la cabeza.
—¡N-No, no quiero y no puedo!, ¡s-seré un monstruo si t-te muerdo!— exclamó Aoyama con mucha desesperación en su voz, cubriéndose la boca de inmediato al sentir como el hambre le estaba atacando, preocupando al contrario —Kirishima... n-no quiero lastimarte... ¡no quiero, no me obligues a comerte!, ¡p-por favor!— exclamaba con los ojos muy cerrados, sintiendo como el más alto le sujetaba por los hombros, como si tratara de tranquilizarlo.
—No me vas a lastimar, Aoyama, y no serás un monstruo— la voz del chico era muy tranquilizadora, abrió los ojos lentamente para mirar el rostro de su amigo, estaba llorando de manera silenciosa, el dolor emocional que tenía él podía sentirse cuando esta cerca de él —te lo juro, todo va a estar bien... todo va a estar bien...
El chico de cabello rubio hizo una expresión de dolor y angustia mezcladas, sujetando al menor por los hombros, los sollozos se volvieron más fuertes por parte suya, las lágrimas no paraban de caer por sus mejillas, para luego caer al suelo, antes de abrir la boca y dar una potente mordida en el hombro del pelirrojo. Él solo soltó un fuerte quejido de dolor, pero no hizo nada por separarlo, después de todo, se había ofrecido para ser su alimento, lo abrazó con mucha fuerza con su brazo derecho, como si le estuviera diciendo que no se detuviera, sin parar de susurrar que todo iba a estar bien, sintiendo como le arrancaba un pedazo de carne de su hombro.
El rubio mayor había despertado de aquella noqueada que recibió por parte de aquel tipo extraño, observó con mucha preocupación aquella escena de ambos menores, Tamaki de igual manera no paraba de mirar esa escena con mucha preocupación, aunque eso desapareció al ver como el rubio menor se separó un poco del pelirrojo. Observaron que los ojos del chico habían vuelto a ser normales, pero no dejaban de derramar lágrimas gruesas de dolor y desesperación, se podía escuchar perfectamente sus casi gritos de tristeza y angustia; los tres chicos se preguntaron, ¿por qué alguien quien no le hizo daño a nadie, tiene que sufrir tanto?
—¡L-Lo lamento, Kirishima!, ¡lo lamento tanto...!
—Ya veo... esa droga les arrebata su quirk original y les pasa otro quirk— comenzó a analizar la situación el héroe profesional, estaba hablando con un señor mayor de 60 - 70 años de edad, quien tenía los ojos cerrados al igual que un traje de mesero y una sonrisa amable en su rostro —el quirk de la villana Flesh Eater...
—Lamentablemente si, el quirk de Flesh Eater permite que una persona tenga unas células llamadas RC, fluye como la sangre pero es muy solido como un diente humano, que pueden ser conseguidas al ingerir carne humana— el señor explicaba de manera cordial y calmado, sin borrar esa sonrisa de su rostro, Kirishima estaba justamente a lado del rubio menor, mientras la peli-morada trataba la herida de su hombro —estas células permiten al usuario fuerza bruta, velocidad y reflejos, resistencia a varios tipos de armas, regenerar heridas, incluso a crear lo que se llama Kagune, que es lo que ustedes presenciaron con Tsukiyama-kun y Aoyama-kun— el pelilila recién mencionado solo sonrió de manera divertida, mientras que el menor mencionado trató de ocultar su cabeza en la cobija que Minami le había traído.
—Es como un tipo de arma, un método de defensa... ¿no es así?— preguntó el pelinegro con un tono muy serio, sin dejar de mirar de reojo al rubio de ojos amatistas.
—Si, algunos de los infectados los usan para pelear entre sí, otros para asesinar a personas inocentes para poder alimentarse, pues tristemente, éste quirk no nos permite alimentarnos de la comida que antes solíamos disfrutar, a excepción del café, agua, jugos y cualquier bebida alcohólica— el señor caminó hacia el menor afectado, no paraba de acurrucarse en la cobija, mirando el suelo como si estaba siendo regañado —hemos intentado hacer lo posible de no asesinar a la gente, pero es imposible, somos catalogados como monstruos por practicar el canibalismo, a pesar de que nos duele cometer este acto, Aoyama-kun me recuerda mucho a Kaneki-kun y Minami-chan— ambos mencionados miraban de reojo al mayor, haciendo una leve mueca de tristeza —ellos al principio detestaban la idea de que se volvieron en "monstruos", se negaban a comer, bebían solamente café pero llegaron a arrancarnos brazos, piernas y partes de los hombros.
—Eran unos idiotas maricones, pero de cierta manera los comprendía— habló Touka con un tono muy serio, antes de poner ambas manos por los hombros del rubio menor, estando detrás de él —sé que ustedes tres vinieron a buscarlo, pero no pueden llevárselo, sería peligroso que hiciera algo muy estúpido como devorar a alguien mientras estén dormidos— miró al pelirrojo sin evitar fruncir levemente el ceño.
—P-Pero... ¡¿acaso no hay una cura para esto?!, ¡debe de haber una!— exclamaba Kirishima un poco molesto por la situación de su amigo, este se había sorprendido un poco, y todos los presentes se le quedaron viendo —Aoyama está sufriendo, ¡él nunca había hecho nada malo!, ¡me salvó de aquél dardo!, ¡yo debería estar sufriendo en lugar de él!
—¡Kirishima, cálmate un poco!— FatGum trató de tranquilizar al menor, pues se había levantado de su lugar mientras encaraba a los "infectados" de la sangre brillante.
—¡Es que no puedo, FatGum!, ¡no pude salvarlo!, ¡no soy un héroe!— el de dientes puntiagudos no paraba de culparse a sí mismo debido a la gran desgracia de su amigo, soltó un leve quejido debido a la herida de su hombro izquierdo.
—Kirishima...— el mencionado miró a al rubio, quien miraba hacia la nada, tratando de ocultar todo su cuerpo en aquella cobija reconfortable, pero había hecho algo que hace tiempo no hacía, sonrió de manera leve pero sincera, antes de mirar al pelirrojo —le agradezco que se preocupe por mi, mon ami, no te eches la culpa por lo que sucedió— los demás infectados sonrieron un poco debido a sus palabras, al igual que el héroe profesional y el miembro de los 3 Grandes de UA —pueda que no haya una cura y que, lo más probable, nunca regrese a la academia, pero puedes venir a visitarme, dudo que los demás les dejen, así que procura llevar tu celular, mon ami.
—Aoyama— susurró el pelirrojo con un poco de sorpresa, antes de acercarse un poco a su amigo y pasar su mano derecha a su hombro, con los ojos cristalizados —¿por qué tú?, después de todo este tiempo que te hemos dejado solo... ¿por qué te pareces un poco a Midoriya?, joder, Aoyama...— se mordió un poco su labio inferior para luego asentir ante sus palabras —prometo visitarte cuando pueda, ¡no es de hombres abandonar a un amigo!— trató de sonreír de manera animada, no lo logró al 100% pero llenó un poco de alegría al chico mayor, quien volvió a sonreír de manera leve.
—Tsk, dejen de hacer sus cursilerías, que voy a explicar la situación del niño— habló el chico de cabellos purpúras azulados con el ceño muy fruncido pues detestaba demasiado ver ese tipo de escenas —el niño pasará por un entrenamiento más duro que el de UA, controlar un Kagune es muy complicado, los sentimientos negativos como la desesperación, el miedo y la ira son un factor peligroso para activar el Kagune de manera descontrolada.
—Si, se necesita bastante tiempo para lograr controlar el Kagune, varios de nosotros lo aprendieron en un año y medio, en cambio yo lo aprendí en varios meses— habló Minami con un tono animado en su voz, antes de cambiar a un expresión muy seria —el problema es que Aoyama-kun tiene un Kagune Doble.
—¿Kagune Doble?, será más complicado entonces...— susurró Kaneki con un tono de preocupación e hizo una pose pensativa.
—Si es así, debemos acudir con una mujer que conocemos quien posee este Kagune Doble— sugirió el pelinegro de tatuajes con un tono pensativo, antes de ladear la cabeza hacia sus compañeros.
—¿Hinami?, ella está trabajando con la policía del distrito 22, dudo que tenga tiempo para ayudarnos con Yuga, ya saben que esta tratando de buscar una cura para regresarnos a la normalidad— habló Kaya con un tono neutral, mirando al menor, quien estaba escuchando atentamente todo lo que estaban hablando.
—Por muy obvias razones no podemos pedirle ayuda a Flesh Eater, ella también posee un Kagune Doble— habló Yomo con un tono neutro y una expresión inexplicable en su rostro.
—¿Qué se debe hacer ahora?, no vamos a perder el tiempo en buscar a una maldita persona para ayudar al mocoso— Nishio se acomodó los lentes con una expresión de desagrado en su rostro.
—Creo que estaría bien que entrenara primero uno de sus Kagune— todos dirigieron la mirada hacia el pelinegro menor, quien no paraba de mirar la nieve cayendo por la ventana —no conozco mucho de eso, pero creo que sería mas fácil empezar por una cosa, luego por la otra, y si Aoyama lo desea, buscar ayuda de alguien más para ayudarle a controlar sus dos Kagune al mismo tiempo— miró sus manos por unos instantes, antes de cerrarlos en forma de puños.
—Concuerdo con Amajiki-kun, seguiremos hablando de esto mañana— habló el señor con un tono amable y calmado, colocando sus manos en cada hombro de los dos menores estudiantes de UA —si los tres lo desean, pueden pasar la noche aquí, mañana pueden retirarse a sus trabajos correspondientes, no podrán salir en estos momentos por la actividad peligrosa de pandillas de Ghouls, como nos llamamos ahora.
FatGum, Suneater y Red Riot se miraron entre sí, el más chico del trío sonrió de manera amplia, pidiendo con la mirada a ambos mayores para que aceptaran la amable propuesta del señor mayor. El rubio mayor sonrió de manera muy amplia, antes de asentir, el pelinegro sonrió de manera leve mientras ocultaba su cara con su capucha de su traje de héroe, animando más al pelirrojo, podía estar con su amigo esa noche. El rubio menor sentía como la de cabellos púrpuras masajeaba sus hombros, estaba tenso debido a los sucesos de ese día, solo quería dormir un poco tranquilo, agradeció internamente al amable señor que haya explicado todo al héroe profesional y a darles un techo esta noche.
No sabía ni que pensar en ese momento.
—Aoyama-kun, debes cenar, bambino, así no tendrás un ataque de hambre en la noche~— habló Tsukiyama con una voz un poco animada, entregando un plato de carne humana y un tenedor, el menor tragó salivó al ver el platillo.
—Otra razón más para que el niño no se acerque a ti, estúpido— dijo Ayato con un tono de enojo, pues detestaba demasiado la actitud del pelilila mayor, éste le había dedicado un sonrisa muy falsa —hijo de perra, primero le perturbas, tratas de matar a sus amigos, y ahora le perturbas con la carne, ¡¿quieres que te arranque las entrañas?!
—Ayato-kun, cálmate por favor— habló el albino menor con un poco de nerviosismo en su voz, no le gustaba las peleas que tenían sus amigos.
—Dejen que el niño coma, por favor— regañó Touka con un tono severo, pues el mencionado había agarrado el tener y trataba de meterse el pedazo de carne a la boca, y lo hizo, haciendo una mueca rara en su cara, llamando la atención de todos —¿qué pasa?
—Es muy amarga, no es mi estilo...
La hora de dormir llegó, todos estaban exhaustos después de las explicaciones, intentos de asesinatos -por parte de Ayato, Tsukiyama y Nishio- y varias risas extrovertidas -por parte de Kirishima y Minami-, después de todo, todos cenaron, el señor de apellido Yoshimura les dio de cenar a los tres chicos no infectados waffles y un poco de chocolate caliente, a pesar de ser un "ghoul" recuerda a la perfección los platillos que solía hacer cuando era un humano normal, con su quirk de subir los niveles de serotonina a una o varias personas con tan solo sonreír, de manera literal.
Kirishima acompañó a Aoyama a su habitación, acordaron dormir juntos después de contarle todo, de las pesadillas, alucinaciones, desde que fue traído por Kaneki a Anteiku, las alucinaciones dejaron de aparecer, cosa que le calmaba un poco, pero no quería tener una pesadilla de ella nuevamente, no lo podía soportar, quería dormir como anoche lo había hecho. El pelirrojo había entendido todo aquello, y había accedido a la petición del rubio, si era una forma de ayudarlo a dormir, lo haría, sin importarle nada, después de todo, lo único que podía hacer era eso.
Al llegar a la nueva habitación del tercer mayor -en edad- de la clase 1-A, ambos se adentraron y comenzaron a mirar la habitación, para el de ojos amatistas, era muy parecida a la habitación de la castaña oscura, el mismo color de las persianas, mismo color de paredes, la cama al parecer era un poco más grande que la de la chica, hizo una leve mueca de comodidad al volver a cubrirse con aquella frazada de hace rato. El pelirrojo se sentó en aquella cama con mucha confianza, sin dejar de mirar en los detalles del dormitorio, dirigió la mirada hacia el mayor, quien parecía estar muy concentrado a conseguir algo de color, claro, era invierno y estaba nevando.
—Aoyama, ven— le pidió Kirishima con un tono tranquilizador, el contrario le hizo caso y se sentó a su lado —cuando hallamos la cura y te la damos, ¿volverás a casa?— le pregunta con un tono curioso, mirándolo de reojo.
—Oui, es lo más probable, mon ami~— el chico volvió a sonreír de manera leve, cubriendo su cabeza con la cobija —merci, por haber aceptado mi petición.
—No hay problema, amigo, es de hombres ayudar a sus amigos en lo que sea— Eijirou no pudo evitar sonreír de manera amplia al escuchar el agradecimiento de Yuga, éste volvió a sonreír de manera un poco más amplia, con un ligero rubor en sus mejillas —será mejor que vayamos a dormir, FatGum ya avisó a UA que nos quedaremos a dormir aquí, no sabremos a que hora nos iremos.
—Esta bien, Kirishima...— aquello le había entristecido un poco al mayor, pero no podía obligarlo a quedarse, tenía que asistir a UA después de todo.
Ambos se metieron debajo de las tres cobijas que tenía la cama debido al clima, el rubio le había dado la espalda al pelirrojo, dando su cara contra la pared, mientras que el pelirrojo miraba su espalda, era bastante diferente a la suya, era muy delgado a comparación de él, no pudo evitar hacer una mueca al recordar las veces que sus compañeros y él mismo lo ignoraban o lo pasaban de alto cuando hacía o decía algo, esto era la única forma de remediar todo el tiempo que estuvo muy solo, decidió abrazarlo por el pecho del más bajo, sorprendiéndolo demasiado por su acción.
—Buenas noches, Aoyama...
Yuga tragó un poco de saliva al escuchar su voz muy cerca de su oído, pudo atinar a sonreír un poco, cerrando sus ojos en el proceso, no se arrepentía por pedirle que durmiera con él, después de todo.
—Bonne nuit, mon ami...
Eijirou sonrió levemente mientras cerraba los ojos lentamente, ambos cayeron en un profundo y cómodo sueño, ¿por qué nadie le tomó fotografía a esto?, nadie lo sabe.
Espero que les haya gustado este capitulo, traté de hacerlo lo más detallado posible, estaba inspirada, a decir verdad.
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