Capítulo 4: Disculpa y monstruo

A la mañana siguiente, Aoyama abrió los ojos muy cansado, recordando lo que había sucedido anoche, cuando se había encontrado con aquel tipo amable y de cabellos blancos, dándole palabras de apoyo y el menor se había desmayado del cansancio. Luego recordó la pesadilla que tuvo, no pudo evitar sentir un fuerte nudo en su garganta recordando aquellas imágenes de su "anterior futuro", no quería creer que eso le iba pasar si no fuera disparado con aquella droga; pero al sentir como aquella mujer le estaba apretando el cuello, una melodía hizo que se desvaneciera, calmándolo al instante.

Sintió unos brazos en su cintura, como si alguien lo estuviera abrazando, se sorprendió al olfatear el ambiente, olía mucho a café, al igual que a pastelillos y, extrañamente, a flores. Se sentó en esa cama en la que había amanecido, mirando a su derecha, una chica de cabellos castaños, probablemente de su misma estatura y misma edad estaba durmiendo plácidamente, sin soltar la cintura del joven.

¿Una... chica?— pensó el rubio un tanto sorprendido, antes de moverla un poco para poder despertarla, ésta comenzó a abrir un poco los ojos, bostezando ligeramente y tallándose los ojos, debido a la luz que entró por la ventana —buenos días...

Oh, buenos días, muchacho desconocido de UA~— susurró con una gran sonrisa la castaña, sorprendiendo un poco al rubio, ella se levantó de la cama, dejando al chico sentado —eres nuevo, por lo que veo y por lo que dijo Kaneki-senpai, será mejor que bajes cuando te laves la cara, el baño está al final del pasillo en la puerta que está a la derecha— avisó mientras sacaba algo de ropa de su ropero, y salía de la habitación —Tsukiyama-senpai te prestará algo de ropa, nos vemos abajo~

Después de que la muchacha cerró la puerta, dejando al rubio en la habitación, él comenzó a mirar nuevamente a su alrededor, parecía que estaba en un departamento, pues el espacio era pequeño como para que fuera la habitación de una casa mediana. Se levantó de la cama, estirando sus brazos haca arriba, y bostezando un poco, buscó con la mirada sus zapatos, al encontrarlos, se los colocó con algo de lentitud, y salió de la habitación con lentitud, recordó que aún tenía la ropa ensangrentada de anoche, necesitaba ir con ese tal Tsukiyama del que hablaba la chica extraña de cabellos castaños.

Con la mirada buscaba algún indicio de vida por el pasillo, caminando un poco rápido hacia el final del pasillo, dirigiéndose al baño, tuvo mucha suerte de que no había nadie en el lugar, necesitaba lavarse la cara por lo menos. Abrió el grifo del lavabo, mojándose la cara con agua fría, se había estremecido un poco, pero ya no le importaba tanto, ahora estaba en un lugar donde, lo más probable, haya gente igual a él, con aquél gran problema de no comer nada más que carne humana y la anulación permanente de su quirk.

Las lágrimas nuevamente no tardaron en aparecer, derramándolas por sus mejillas al sentir nuevamente esa presión en su pecho, apretó la camisa de su pecho con su mano derecha, con la otra se cubrió la boca, intentando callar sus leves sollozos. Limpió un poco su rostro con una toalla, sacando el celular que tenía desde hace unos días sin usar, tenía tanta suerte de que no se había descargado por completo, logró ver que tenía unos mensajes y llamadas perdidas por parte de su amigo Midoriya, al igual que llamadas perdidas de sus padres, mordió un poco sus labios, reprimiendo un sollozo.

P-Perdónenme, Izuku... mamá, papá...— murmuró en un tono entrecortado, respirando hondo ya que trataba de tranquilizarse, antes de ver los mensajes de su amigo.

"¡Aoyama-kun, ¿dónde estás?!, Aizawa-sensei y los demás te están buscando, ¡yo te estoy buscando!", "Aoyama-kun, ¿estás bien?, por favor, contéstame el celular.", "Regresa a casa, por favor, ¡todos te estamos extrañando!", "Aoyama-kun, te salvaré si algún villano te secuestró, ¡tenlo por seguro!".

Nuevamente las lágrimas comenzaron a bajar con más rapidez, abrazando con fuerza su celular, cayó de rodillas al sentirse tan inútil, quería regresar con ellos pero a la vez no, no quería lastimarlos, no tenían la culpa de que él se volviera en un monstruo, su única alternativa era alejarse de ellos hasta volver a ser una persona normal, como él siempre lo deseó desde que entró a UA.

Si, ese era el nuevo propósito de Aoyama.

En la academia de héroes, el peliverde caminaba de un lugar a otro, con su celular a la mano, como si estuviera esperando una llamada, hace cinco días que no sabía nada de su amigo rubio, la escuela no ha recibido noticias de la policía ni de la agencia de Endeavor, no tenían ni idea del paradero de Yuga Aoyama, y todos los de la clase 1-A estaban muy preocupados por él.

Deku-kun, él estará bien, ¡ya verás que la policía lo encontrará!— exclamó Uraraka tratando de animar a su amigo, quien hizo una mueca de preocupación en su rostro.

Uraraka-san, entiendo que trates de animarme, pero no puedo evitar estar preocupado por él— la expresión de Midoriya seguía igual, la castaña sabía que le estaba afectando mucho la desaparición del rubio de ojos amatistas —desde que nos dijo que perdió su quirk, estaba muy decidido en protegerlo hasta el día que su quirk volvería, pero ahora que se fue... ¡no quiero imaginarme lo que le está pasando ahora!— sus ojos comenzaron a cristalizarse un poco, apretando un poco el celular en su pecho.

Midoriya-kun, sé lo que se siente— habló Iida colocando una mano en su hombro, mirándolo con un poco de tristeza —me siento culpable por no cumplir mi deber como el representante de la clase, que es cuidar a sus compañeros de clases— sus dos amigos le miraron con tristeza, no solo él se sentía culpable, sino la mayor parte del grupo.

Tsk, ¡ya dejen de hacer sus caras largas, bastardos!— exclamó Bakugou molesto y con el ceño muy fruncido, de sus manos comenzaron a salir pequeñas explosiones —¿creen que la policía esté haciendo algo al respecto?, ¡no jodan, ni ustedes tienen ni idea de donde está!, ¡¿cómo la policía o los héroes profesionales sabrán en donde buscar?!— todos los presentes miraron hacia el rubio ceniza, tenía razón, no tenían la menor idea de donde podría iniciar la búsqueda, y pareciera que el chico explosivo quería que ellos mismos lo buscaran.

D-Debe de haber un lugar donde empecemos a buscar...— susurró el peliverde mirando la pantalla de su celular, estaba apagada por un momento, hasta que la pantalla se prendió ya que estaba entrando una llamada, los ojos del pecoso se abrieron al ver de quien se trataba —¡g-guarden silencio, es él!— la clase 1-A se sorprendió ante las palabras del chico, quien contestó la llamada y lo puso en altavoz —¿alo?

Izuku, soy yo...— la voz apagada y entrecortada de Aoyama se hizo presente, aliviando a varios de la clase, alarmando a muchos por el tono de voz —lamento no haberte contestado, estaba descargado mi celular...

¡Aoyama-kun, ¿estás bien?!— fue la primera pregunta que se le ocurrió al pecoso, estaba sumamente preocupado por su amigo, quería saber si estaba bien y en donde estaba —¡¿dónde estás?!, ¡la policía ha tratado de buscarte!

Izuku... por mi voz... ¿se nota que estoy bien...?— todos se quedaron completamente en silencio debido al leve sollozo que sonó después de hacer la pregunta, las chicas solo hicieron una expresión de tristeza —solo te hablaba para decirte algo... no voy a volver a UA por un tiempo indefinido...

¡¿Cómo que no vas a volver, estúpido afeminado?!— explotó el rubio ceniza con mucho enojo, haciendo pequeñas explosiones con sus manos —¡¿que no sabes que estos bastardos están preocupados y llorando por tu maldita desaparición?!, ¡de seguro te fuiste por cobarde, maldito!

¡Cálmate, Bakugou!, ¡¿no escuchaste cómo está?!— exclamó Kirishima con el ceño fruncido, alejando al chico del teléfono —¡no lo estés lastimando más de lo que está muy lastimado ahorita!

¡Aoyama, tienes que volver!, ¿por qué no vas a regresar?, ¿es por nuestra culpa?, ¡si es así, lo lamento mucho!— exclamó Sero con una expresión de preocupación en su voz, Todoroki también se había acercado al teléfono.

No es por eso...— el rubio había escuchado las palabras del rubio ceniza, no le había afectado tanto, pero aún así, no quería responder la pregunta del pelinegro, pero debía hacerlo —no volveré... porque me convertí en un monstruo... no tienen una idea de lo que estoy pasando ahora mismo... solo quiero morir y dejar de ser un estorbo para todos...— todos escucharon los leves llantos del chico quirkless, Midoriya se le había encogido el corazón, quería ir a abrazarlo y decirle que todo estaba bien —no quiero lastimar a nadie, por esa razón, buscaré la forma de regresar a la normalidad... estaré bien por ahora, hay personas que están pasando lo mismo que yo...— el de cabellos bicolor se quedó callado ante esa declaración del contario, suspiró de manera pesada.

Aoyama, escúchame atentamente— casi todos dirigieron la mirada hacia Todoroki, quien tenía su típico rostro inexpresivo —lo que diré es por parte mía y de toda la clase... lo lamentamos, Aoyama, debimos estar contigo siempre, todos te pasábamos de largo, cuando no lo merecías, he de admitir que te veía como alguien quien no tenía futuro, pero desde lo que pasó en el campamento en adelante, supe que eres digno de ser un héroe— el de ojos amatistas abrió los ojos ante el pequeño discurso del bicolor, derramó más lágrimas después de esas palabras —te vamos a buscar y te vamos a ayudar, solo dinos donde estás e iremos de inmediato para allá— su tono de voz sonó muy serio.

N-No se en que parte de Tokyo estoy...— susurró Aoyama un poco temeroso, en la línea parecía que estaba caminando algo rápido o algo parecido, y escuchó como abría una persiana —es un edificio de cinco pisos... y parece que en el segundo piso es una cafetería, huele mucho a café y panes...

¿No sabes en que distrito estás?— preguntó Kaminari uniéndose a la conversación, pues creía que había visto ese edificio —creo que ya se en donde estas...

¿Kaminari?— preguntó Ashido un poco desconcertada al ver la expresión seria del rubio eléctrico.

¿Las persianas con verdes oliva, las paredes de color marrón claro y de madera?— volvió a interrogar el rubio de ojos ámbar con un tono serio, había desconcertado a casi todos pues él siempre era bromista, energético y un poco coqueto con las chicas.

Si... ¿sabes donde estoy...?— preguntó el rubio con la voz un poco temblorosa, como si tuviera miedo de algo, o también podría ser por el clima frío que se estaba presenciando en la ciudad.

Si, estás en Anteiku, una cafetería del distrito 20 en Tokyo, la habían cerrado cuando los asaltos, violaciones y asesinatos aumentó por esos distritos— comentó el del quirk eléctrico en una pose un poco pensativa, antes de dar un suspiro pesado.

Eso significa que... ¡los villanos lo tienen secuestrado!— exclamó Kirishima un poco alterado al pensar en aquello, antes de recibir un fuerte zape en la parte trasera de la cabeza.

Será mejor que vayamos allá, pero los profesores no nos dejarán ir, ese es el problema— explicó Todoroki sin ninguna expresión en su rostro, ya no podían romper nuevamente las reglas como lo hicieron en Kamino.

¡Hoy iré con FatGum, puedo pedirle que vayamos a esa zona!— exclama el pelirrojo con un tono de determinación en su voz, el peliverde suspiró de manera aliviada —¡espérame ahí, Aoyama!, te vamos a rescatar, ¡ten eso por seguro!

O-Oui... merci— fue lo único que dijo el rubio, pues se había cortado la llamada, se le había acabado los datos para llamar a alguien —oh no, duré mucho tiempo hablando...— pensó un poco sorprendido al ver la carga de su celular, lo tenía casi el 94% de carga, ahora lo tenía el 43%.

Oh, así que llamaste a tus amigos, bambino~— el de ojos amatistas abrió sus ojos al escuchar una voz detrás de él, volteó lentamente la cabeza hacia atrás, logrando ver a un hombre pelilila en un traje elegante europeo, ojos morados oscuros, sonriendo un poco curioso —¿quieres que les de la bienvenida, Aoyama-kun~?

--¡Este es el distrito 20!-- habló con algo de fuerza el héroe FatGum, siendo seguido por sus dos compañeros, Red Riot y Suneater, habían llegado a una de las zonas más peligrosas de Tokyo.

--Debemos buscar esa cafetería, ¡ahí debe estar Aoyama!-- exclamó Kirishima con un tono de desesperación, quería regresarle ese favor al rubio de haberle salvado de aquél dardo.

--T-Tranquilo, Kirishima, lo vamos a encontrar-- trató de tranquilizarlo Tamaki, pero este se había puesto más nervioso al ver el estado de la zona en donde se encontraban, se veía bastante tétrico a decir verdad --¿e-en serio hay gente que vive aquí?

--Es lo más probable, veo departamentos con luces prendidas-- habló el mayor con un tono serio, mirando hacia los lados para verificar que nadie estaba siguiéndolos --¡bien, muchachos!, es hora de rescatar al niño, solo esperemos que esté a salvo.

Los dos estudiantes asintieron ante las palabras del héroe profesional, antes de caminar por varias secciones del distrito, habían encontrado de todo, basura por las calles, ratas comiendo restos de comida humana, varios cuervos comiendo aquellos roedores, incluso charcos grandes de sangre, cosa que alarmaron más a los hombres, ¿qué se esperaban de una de las zonas más peligrosas de Tokyo? 

Después de un buen rato, tratando de buscar aquella cafetería, la encontraron, parecía estar en buen estado, ya que no tenía ningún rastro de daños externos, la banqueta principal estaba limpia, no ocurría nada raro con ese lugar. Los tres hombres vieron como abrieron la puerta de la cafetería, dejando ver a un hombre muy bien vestido con una máscara parecida a una luna creciente, ya que solo le cubría ambos ojos pero no su boca, nariz ni la mejilla derecha. Detrás de aquél hombre, estaba el chico perdido de UA, un poco atemorizado, pues no sabía las intenciones del joven más alto, solo dio una mirada de miedo hacia su compañero pelirrojo para dar a entender que no estaba bien.

--No le hiciste nada malo, ¿verdad?-- le pregunta el de dientes puntiagudos con un tono serio, endureciendo sus brazos en forma de advertencia.

--Oh, tranquilo, bambino, nunca le haría nada a alguien quién es exactamente igual a mi y a mucha gente que vive en estos distritos~-- habló el hombre mayor a los estudiantes de la academia de héroes con un tono amistoso, haciendo una postura elegante, al chico del quirk de endurecimiento le recordó a Aoyama --es una pobre alma que no puede vivir en la sociedad donde el alimento principal es de tu misma raza, un verdadero infierno.

--¿Alimento principal es...?, no es bueno bromear del canibalismo-- habló el miembro de los 3 Grandes de UA con un tono muy serio, mirando ligeramente la expresión del menor.

--Sabía que una persona que no fue víctima de la sangre brillante no entendería nuestra situación-- el de cabellos lilas comenzó a sonreír de manera macabra, el rubio menor pudo jurar ver algo comenzando a sobresalir del saco blanco de aquél hombre, una gran mancha de sangre apareció en su omóplato derecho, y lo que pareciera ser una extraña formación espiral con la punta afilada de color lila por el exterior pero rojo en el interior comenzaba a enroscar el brazo derecho del hombre --esta droga nos convierte en monstruos... ¿no quieren hacer la prueba, héroes~?

En vez de que las cosas comenzaran a salir bien, salieron peores. El héroe profesional abrió los ojos al ver aquella estructura extraña que salía del cuerpo del hombre de cabellos lilas, los dos menores que estaban a su lado estaban bastante desconcertados, jamás en sus vidas habían visto algo parecido. El rubio menor solo podía escuchar un fuerte jadeo por parte de esa persona que pareciera que sufría lo mismo que él, supuso que le dolía demasiado esa zona donde estaba la base de aquél espiral.

El enmascarado comenzó a correr a una gran velocidad hacia los tres hombres, la punta del espiral violeta se hizo más larga y ancha, como si se transformara en una espada bastante ancha, trató de hacer un fuerte corte hacia FatGum, quien por suerte esquivó el ataque, pero recibió un fuerte golpe en la cabeza, que lo dejó noqueado en el suelo. Tamaki usó sus dedos para convertirlos en tentáculos, para retener la espada gigante del hombre, pero no sirvió de mucho ya que fueron cortados con mucha facilidad, no se había dado cuenta que el hombre corrió a una gran velocidad hacia el pelinegro, ando una fuerte patada en el estómago, lanzándolo a varios metros lejos de él.

--¡Senpai!, ¡FatGum!-- exclamó Kirishima preocupado por el estudiante mayor, antes de endurecer sus brazos nuevamente y dar un fuerte golpe a la espada extraña del de cabellos lilas --¡solo entréganos a Aoyama!, ¡es lo único que pedimos!

--Ohh~ Aoyama-kun no puede retirarse por el momento, bambino-- el pelilila empujó con demasiada fuerza al menor, que solo tropezó con una bolsa llena de basura y cayera al suelo --quizás por tu culpa él no quiera regresar a su escuela, ¡vaya que lo metiste en problemas!-- preparó su espada grande para lograr clavarselo en la cara, sin borrar su sonrisa maniática --bona notte, bambino... serás la cena del día de hoy~

Aoyama abrió sus ojos al ver la escena que estaba presenciando, un sentimiento de angustia comenzó a crecer dentro de él, estaba sintiéndose inútil en ese momento, si entró a la academia de héroes fue por algo más, ¿no?, ¡para convertirse en un héroe!, no podía quedarse quieto de brazos cruzados mientras un tipo extraño estaba a punto de asesinar a su ex-conpañero de clases. Logró sentir una gran presión en la mitad de su espalda y en sus hombros, mientras varias lágrimas comenzaban a caer de sus mejillas, sosteniendo su cabeza con algo de fuerza.

--Aléjate...-- el de cabellos lilas detuvo su acción, mirando de reojo al menor, quien no dejaba de sostenerse la cabeza --¡no te dejaré que lo mates!-- exclamó con sus ojos de diferente color, sintiendo un gran dolor en sus hombros y en la mitad de su espalda, provocando que los dos chicos que estaban presentes y conscientes de sorprendieron tanto.

Aoyama poseía dos alas grandes, que parecían de un ángel, con la diferencia que pareciera que estaban en llamas rojas con púrpura, sangrando en la base de las alas de fuego. De su espalda, sobresalían tres tentáculos escamosos de color púrpura brillante, parecían colas a decir verdad, ya que se movían de una forma muy extraña. Dos de esos tentáculos perforaron ambos hombros del atacante, quien soltó un fuerte quejido de dolor, el menor lo alzó para luego empujarlo con fuerza hacia una pared cercana a su costado izquierdo.

El pelirrojo estaba sorprendido a más no poder, jamás había visto al rubio actuar de esa manera, menos con esa expresión de ira y angustia mezcladas, se levantó con algo de cuidado para observar con detalle aquellas cosas que sobresalían de su cuerpo, escuchando los pequeños sollozos del mayor.

--Lo siento, Kirishima...-- Yuga pasó su mano derecha a su rostro, tratando de retener sus lágrimas, cayendo de rodillas al suelo --soy un monstruo...

Lamento haber tardado mucho en escribir este capítulo, mi mente se bloqueó demasiado, quizás es porque faltan dos o tres semanas de clases.

¿Que les pareció?, si, tiene doble Kagune, tipo Hijami Fueguchi.

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