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Naruto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.
Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.
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El poder lo era todo.
Mientras que en los humaos su sociedad se basaba en la mente más audaz obtenía la victoria, en el inframundo era diferente.
El fuerte era respetado, el débil era pisoteado.
La supervivencia del más fuerte.
Naruto tenía en claro como vivían aquellos de la especie de Rias Gremory, como aquellos gusanos retorcidos vivían aplastando y consumiendo al débil.
Por ello esa que su sociedad no avanzaba, en la debilidad yacía el progreso, por ello los humanos en 500 años habían logrado lo que ellos no pudieron ni siquiera en 10 000 años.
La sociedad demoníaca siempre habían dependido de los humanos su tecnología, su medicina y su progreso era lo único que había echo que los demonios no fueran trogloditas matandose con palos en estos momentos.
Incluso el recurso humano había sido explotado por los demonios, cientos de reencarnados cada año se unían a las filas demoníacas inflando los pocos números que habían quedado cuando la estupidez demoníaca los habían llevado a casi a la extinción.
Los humanos más codiciados era dos tipos humanos, uno con una línea de sangre humana especial (como él) y humanos con Sacred Gear (como Issei).
Lo que asqueada a Naruto era que para los demonios, los humanos eran objetos, podían hacer lo que quisieran con ellos y si se rompían podían desecharlos a placer.
Si Rias no hubiera sido su maestra hubiera asesinado al que le había reencarnado en esta vil y putrida raza como castigo por hacerlo demonio.
-Muy bien bola de huesos caducados, iré directo al grano...-Habló Naruto con una sonrisa en sus labios.
-¡Nosotros somos tus superiores! ¡Muestra respeto!-Grito uno de ellos mientras que sus aura estallaba con brutalidad.
Pero para Naruto la presión generada simplemente fue una mota de polvo en sus hombros, alzó su ceja preguntándose que diablos estaba internado hacer ese pequeño insecto clase alta.
Oh como amo decirse eso en su mente, se sintió como Vegeta de Dragón Ball.
-No seas tan insípido esqueleto, además no le debo nada a ninguno de ustedes ni a nuestro supuesto líder Lucifer, el único que importa y el único que seguiré órdenes de de yo mismo así que será mejor que te calmes o se te van a hacer arrugas-Hablo Naruto mientras que se tocaba con dedo pulgar su pecho con una enorme sonrisa.
La docena de hombres se les pusieron los ojos rojos de furia al oír a este pequeño bastardo burlarse de ellos tan a la ligera.
Ellos eran el consejo interno Gremory, administraban las ramas secundarias, repartición de tierras y las disputas entre ellos, a los ojos de Naruto el consejo mas corrupto que había conocido.
Zekram era como una patada en las bolas pero Naruto le daba ese bastardo algo, y era que era abierto en su forma de ser y era que su clan siempre iba a hacer su prioridad, no había familia o lazos que fueran suficientes para doblar el oscuro corazón de ese ser milenario.
Te podía decir a la cara todo lo que pensaba de ti y nunca lo veías bajar su cabeza excepto por protocolo.
"Por favor evite provocar una pelea con los nobles ancianos del consejo Lord Naruto"
Una voz femenina hizo a Naruto sonreír nervioso al sentir la mirada de la misma clavada en su nuca, lentamente observó de reojo a su espalda.
-Oh Gray, cuanto tiempo ha pasado-Sonrio Naruto con una sonrisa en sí boca viendo a la mujer peliplata.
-Por favor deje de hacerse el desconocido y le pido que deje ese estupido apodo a mi persona-Hablo Grayfia y Naruto pudo ver el tic en la ceja de la misma ante aquello.
-Lo que sea, lo que sea, sigues siendo la misma hermosa mujer-Hablo Naruto mientras que observaba a la mujer mientras le guiñaba el ojo.
Grayfia suspiro al ver que Naruto seguía siendo el mismo, había pasado un año desde que había estado en el inframundo.
Ella conocía perfectamente la situación de Rias, también que incluso la nobleza de la misma no era bien recibida en el inframundo.
El mundo demoníaco estaba hundido en machismo y patriarcado, para los demonios hombres, las mujeres eran trapos que ellos podían utilizar a su conveniencia no teniendo a los ojos de ellos derecho alguno.
Las únicas diablesas que eran respetadas eran las de noble cuna hijas de ramas principales de pilares debido a que contaba con el apoyo político y militar de sus padres que muchos velaban por sus propios intereses.
Pocas eran las excepciones a la regla, y cuando lo eran, eran diablesas tan fuertes que dejaban en ridículo a cualquier hombre en el inframundo en poder.
De no ser por el mismo Naruto, Rias hubiera tenido un 'accidente' trágico, justo como Cleria, después de todo Kuoh había adquirido un puesto similar a un lugar de ejecuciones debido a que una línea de ley pasaba por encima suyo haciendo imposible investigaciones mágicas.
El poder era política.
Y Naruto tenía mucho de eso.
Incluso con sus 17 años ya superaba a toda la raza demoníaca consideradose un Super-demonio de manera no oficial, el primer demonio el alcanzar el grado 'supremo' antes de los 10 años considerándose un prodigio entre prodigios y sobre todo el primer humano en poderse igualar a Sirzechs Lucifer.
Esto se mantenía en secreto ya que podía generar una ola de violencia debido a que los oprimidos sabrían que había uno de los suyos que se comparaba al diablo más fuerte por lo que levantaría en armas contra sus esclavistas.
La versión oficial decía que Naruto era un clase Suprema pero no rozaba ni siquiera la Clase Maou, aunque todos los líderes de los pilares conocían la verdad de aquello.
Muchos pilares intentaron enlazarlo con sus hijas pero todos fueron rechazados, el mundo demoníaco se había vuelto loco al saber que un demonio Clase Suprema servía a la lisiada del Clan Gremory que solo era Clase Alta debido a su estado de heredera de su clan, algo inaudito para ellos ya que Naruto pudo haberse ido sin embargo prefiero seguir sirviendo a Rias.
-Ese alago no servirá de nada y menos siendo usted el responsable, Sirzechs-sama me ha enviado a vigilar que no haga nada inapropiado como matar a un noble-Habló Grayfia aunque internamente se quejaba de tal orden.
Los demonios sentían un escalofrío pasar por su espalda a la mención que ese niño podía tener la intención de matar a uno de ellos.
Rias era intocable y su posición como próxima cabeza era porque Naruto así lo quiso, todos aprendieron a no meterse con él cuando explotó la cabeza de uno de los ancianos Gremory por llamar a Rias "Zorra lisiada" desde ahí todo acto violento o palabras eran medidas debido a que no querían tenerle de enemigo.
¿Quien quería tener una potencia que rivalizaba con el mismo Sirzechs como enemigo?
-Cierto, cierto, es un honor que el Lucifer tome tantas molestias para mi, me siento alagado, aunque no puedo negar que no se me cruzara por la mente, bueno seguiré con mis palabras...-Hablo Naruto mientras que Grayfia suspiraba al saber que era verdad.
Naruto observó a los doce ancianos reunidos en aquella enorme mesa mientras que sus ojos brillaban.
Naruto y el consejo llevaban una relación de perros y gatos pero para evitar mancharse sus manos de sangre Naruto decidía seguirles el juego por ahora.
Cada paso que daba Rias o decisión tomada era informada a medias por Naruto al consejo, más que nada por si mataban a un caído o ángel que el consejo Gremory pudiera evitar otra guerra entre los panteones.
-Bueno, nos hemos echo con el Dragón Rojo....-Habló Naruto con una enorme sonrisa en su rostro.
Grayfia abrió sus ojos mientras que sus labios se separaban ligeramente, por primera vez en muchos meses dejó ver sus sentimientos en el trabajo.
Los ancianos se pusieron morados no de furia, sino de miedo por lo dicho por Naruto quien decidió continuar.
-Bueno, todavía es un niño, pero tiene potencial, hemos decido comenzar su entrenamiento...-Habló Naruto antes de ser interrumpido por un anciano.
"¡MATALO!"
Fue el chillido horrorizado de aquel hombre mientras que Naruto sentía sus tímpanos casi ceder de dolor.
"ES UNA ABERRACIÓN"
"DENTRO DEL INFRAMUNDO NO SERA BIEN RECIBIDO"
"BASTARDO QUE INTENTAS HACER"
Grayfia vio la espalda de Naruto mientras que no lo dijo pero también exigía una explicación.
Valak.
La cuidad perdida.
Hace exactamente 200 años el señor de Valak, Adreus Paimon había reencarnado al usuario de la Longinus Boosted Gear, la prisión del Dragón de la perdición carmesí Draig Goch.
El inframumdo había celebrado aquello, por primera vez en su historia una Longinus había sido adquirida por ellos, por fin Dulio Gesualdo había dejado de ser un problema ya que ahora ellos tenían al mismísimo Dragón Rojo con ellos.
Pero jamás pensaron en su orgullo.
Siendo un usuario de aquel Dragón su portador adquirió el orgullo de un Dragón, no habiéndole tomado siquiera en cuenta para reencarnarlo aquello le había caído como un apretón de pelotas.
Bastaron solo cinco días para que los gritos de alegría se convirtieran en desesperación y angustia, pronto el Dragón se encontraba masacrando toda la cuidad exigiendo más sangre por tal ofensa.
Los dragones no tomaban muy bien ser aprisionados.
El Paimon en un acto de desesperación había intentado frenarle, lo lograron y al borde de la derrota el Emperador Rojo decidió escupir en la cara de la muerte, pronto toda esperanza murió cuando activo la Juggernaut Drive sentenciado su destino y el de la cuidad.
Cuando barrera creada por el usuario del Sacred Gear cayó debido a su muerte ya no quedaba nada, lo que había sido una cuidad prospera ahora solo eran charcos de sangre.
Los demonios le habían perdido el respeto a los dragones y Draig les había recordado el porqué incluso el Dios más fuerte que había existido y que existiría le tenía miedo a él y a Albion.
En cuestión de menos de una semana había caído una de las mayores ciudades y símbolos que la New Faction Devil tenía en su poder.
-Vamos no sean tan miedosos, solo es un dragón, que ustedes no tenga en poder suficiente para contenerle no es mi problema, además la decisión no ha sido mía sino de Rias, me gusta por lo que le permitiré conservarlo-Habló Naruto como si Issei fuera una mascota.
-*Que tan loco se puede estar*-Se pensó Grayfia ya que Naruto estaba completamente loco, ella estuvo presente en el equipo de reconocimiento enviado cuando Valak no contestaba.
Fue una carnicería digna de ina guerra.
Pero había sido creada solo por un par de manos.
-¡INTENTAS MATARNOS A TODOS!-Bramo uno de ellos mientras que veía con odio a Naruto.
-Esta vez es diferente-Habló Naruto ya que él había leído un poco de historia demoníaca.
Andreus falló en el simple echo que no pidió la opinión del Welsh Dragón, lo encontró muerto y decidió revivirlo lo cual fue una pésima idea.
Sin mencionar que un dragón macho no haría daño a una hembra si no fuera estrictamente necesario.
Los dragones vivían en un estado matriarcal, después de todo a sus ojos las mujeres traían a su descendencia y las criaban para ser fuertes guerreros, sin ellas su raza no sería lo que fuera y por ello ellas merecían su respeto.
Rias estaría bien.
Mientras que no decidiera traicionar a Issei, Naruto estaba seguro que el muchacho aceptaría a Rias como superior y seguiría sus órdenes.
-¡Diferente! ¡Que crees que será diferente! ¡Esta ha sido la peor estúpidez que esa niña ha cometido!-Habló uno de ellos ya que tener a ese dragón era tener una bomba de tiempo.
-Posiblemente, pero quien soy yo para siquiera intentar hacer algo, bueno me tengo que ir, después de todo solo eso eh venido a decirles...-Habló Naruto mientras daba media vuelta ya que siempre le provocaban agrura estos demonios.
Grayfia observó de reojo como Naruto tomaba la perilla de la puerta y la giraba abriendola.
-Otra cosa más, no duden que si se ponen en contra de Issei, yo peleare a su lado-Habló Naruto mientras que varios se atragantaban.
Naruto era incontenible, no respetaba ley o orden en todo el inframundo, el existía solo para cumplir sus propios caprichos, mientras que los ideales de Rias estuvieran alineados a la fracción demoníaca seguiría el juego como buenamente se pudiera.
Grayfia sentía un escalofrío el solo pensar que Rias decidiera unirse a una fracción rebelde, su pequeña señora había reunido a la nobleza más fuerte desplazando incluso a la de su propio hermana.
Naruto 'La reina sin limites' la reina más fuerte del inframundo, un humano reencarnado en demonio con una técnica innata en su sangre, su línea de sangre era llamada 'Seis ojos' el cual le permitía bajar el gasto energético en cualquier técnica de manera innata permitiendo así su máxima capacidad con el mínimo gasto, de ahí que fuera tan poderoso ya que había aprendido la técnica hereditaria 'Limitless'.
Limitless le permitía al usuario manipular el espacio-tiempo a nivel atómico creando una esfera su alrededor que no permitía ningún daño físico al usuario doblando capa sobre capa de la realidad ralentizando el ataque hasta que se detuviera por completo de ahí su apodo 'El intocable'.
Muchos demonios habían intentando copiar su técnica, pero era imposible, Ruval Phenex el diablo que contaba con las mayores reservas mágicas de los Clase Suprema apenas pudo mantener Limitless apenas 0.0006 segundos antes de quedarse completamente seco y casi morir por ello debido a que básicamente tenia que transformar su poder demoníaco en 'Onmipresente' para que pudiera ser efectivo.
Por ello era que Naruto era tan codiciado entre los pilares, incluso ahora mismo.
Mientras que Sirzechs era la cara de los demonio pura sangre, Naruto era la cara de los demonio reencarnados, ambas eran potencias políticas muy peligrosas.
-Si me disculpan me retiro-Hablo Grayfia ya que al ver que nadie había muerto dio su misión por exitosa.
Sirzechs estaba atado de manos, debido a su puesto no podía ayudar a su hermana ya que se vería como favoritismo, por ello indirectamente intentaba ayudar a soportar el peso para que Rias tuviera una adolescencia normal.
Grayfia rápidamente dio varios pasos hasta salir de la habitación ya que debía hablar con Naruto antes que se fuera.
Segundos despues.
Naruto caminaba por los pasillos de aquel enorme castillo medieval con tranquilidad calmando sus nerviosos.
De verdad esos ancianos le caían mal.
Nadie podía tener el derecho de exigir la muerte de otro sin este haber echo algo que la mereciese, una estúpida razón como 'exisistir' era estúpidamente idiota.
-¿Los asuste?-Sonrió Naruto al oler la dulce fragancia de Grayfia mientras que se detenían.
Observó a la mujer a unos centímetros suyos con una sonrisa tranquila en su rostro, Grayfia era otra que los ancianos Gremory le sentaban fatal.
Los ancianos sabían, una vez que Rias llegara al poder, su enriquecimiento y corrupción llegaría a su fin ya que la niña los veía completamente innecesarios y ellos no eran estúpidos, la había tratado como una mendiga, sabían sin lugar a dudas que se vengaria.
-No puedo decir eso, solo puedo decir que no esperes apoyo de ellos en tu vida, ¿Te asusta?-Habló Grayfia mientras que Naruto soltaba un bufido.
-Me asustaría más recibirlo de buena voluntad de ellos, ven camina conmigo que tengo que recoger algo antes de volver donde Rias-Hablo Naruto mientras que le hacía una señal a Grayfia.
A diferencia de caminar atrás de Sirzechs debido a su posición política Grayfia camino al lado de Naruto mientras que este último se ajusto las gafas completamente negras.
-¿Es cierto?-Hablo Grayfia sobre el tema relacionado con tal dragón mientras que Naruto asentía.
-Incluso yo quedé impresionado, mis ojos casi sangran cuando vi su alma, un ser lleno de caos, muerte y destrucción, verdaderamente un dragón en todo los sentidos-Hablo Naruto ya que había leído en los registros que los dragones celestiales habían sido particularmente sanguinarios.
Los dragones se regían por la supervivencia del más fuerte, disfrutaban de la batalla y se bañaban en la sangre de sus enemigos, no había dragón alguno que no estuviera relacionado con una masacre.
Y luego estaba los celestiales.
Dos dragones hicieron que los causantes de las tres guerras cósmicas más sangrientas y longevas que habían existido alguna vez tuvieran que parar sus conflictos, ellos fueron los causantes de que miles de trillones seres tuvieran que dejarse de matarse entre ellos para matarlos a ellos, incluso así cuando ambos por fin fueron sellados quedaban unos pocos millones en cada bando.
Según los informes 20 clanes se habían extinguido por culpa de esos dos, incluso el Maou Beelzebub y Leviathan habían sido despedazados por ellos y el dios bíblico había quedado tan herido y al borde de la muerte que cuando terminó la batalla Lucifer pudo asestar un golpe mortal aunque también había muerto.
Las Sacred Gear cumplían una función, y esa era ayudar a dar soporte a los humanos en contra de las criaturas malignas aparte de la hechicería humana.
Pero incluso así no se comparaban con la verdadera hechicería.
Por ello fue que Dios creó las Longinus, doce herramientas que podían llegar a igualar a los dioses.
Una en manos de Issei.
-¿Tú puedes detenerle?-Pregunto Grayfia ya que esto no era algo con lo que se jugaba.
-Bueno, si misteriosamente Issei se saliera de control y pudiera sacar el 100% del rendimiento de la Sacred Gear, verdaderamente Sirzechs o yo tendríamos unos problemas-Habló Nauto tocandose la barbilla.
Issei no sabía el potencial que tenía, el aterrador poder que incluso en su estado tan débil hacia que demonios de cientos de años chillaran de miedo.
-¿Perderían?-Alzó su ceja Grayfia ya que Naruto era muy sincero con eso.
Grayfia lo podía ver, incluso si era una locura podía ver a Sirzechs o a Naruto perdiendo ante tal monstruo, después de todo siempre había un pez más gordo que tú en este océano.
-Claro que no, yo ganaría indiscutiblemente, pero Sirzechs al tener el poder de la destrucción lo pasaría mal-Hablo Naruto con una sonrisa mientras que Grayfia asentía.
El poder de Sirzechs era un counter natural al suyo o bueno en la teoría ya que en la práctica sólo Sirzechs había logrado atravesar suficientes capas de realidad para hacerle pensar que seria golpeado, el resto Bael ni siquiera se daban cuenta con el potencial que contaban.
Lo único que pondría en aprietos a Naruto era no dominar al 100% su técnica inversa.
Agradecía ese bastardo por llevarlo al límite de la muerte y la vida hace algunos meses, fue ahí cuando las palabras de Koneko cobraron sentido.
Había sido un encargo de Yasaka para escoltar a su hija mayor a las líneas de Ley principales para así pasar la corona a la siguiente Kitsune, pero todo se había ido al diablo y la hija de Yasaka, Kotoha habían sido asesinada con Naruto casi siguiéndole.
Yasaka no le había culpado por la muerte de su hija, pudo verlo ensangrentado y casando antes que su cerebro se apagara debido a poder por primera vez crear energía positiva.
Pero bueno él problema de Sirzechs era que su táctica era abrumar al oponente con su poder de la destrucción, aquello carecía de sentido ya que obligaría a un ser que podía duplicar su poder cada 10 segundos a entrar en un choque de frente, Naruto podía saber con facilidad de que se reduciría a ver quién la tenía mas grande.
-Ya veo-Hablo Grayfia ya que de ser otro, veía muy arrogante tales palabras pero ella entendía quien era Naruto.
-Por cierto, ¿No tienes té?-Pregunto Naruto ya que quería probar algo dulce.
Había adquirido cierta adicción debido a que el dulce lo usaba para estimular su cerebro, al pasar varios años comiendole habían echo un hábito, hábito que no podía sacar.
-Por supuesto, tengo mi día libre-Habló Grayfia ya que Sirzechs le había dado la tarde libre.
Sirzechs y Grayfia eran buenos amigos y la mujer era el único que Sirzechs le confiaba todo, absolutamente todo, por ello era que incluso siendo una sirvienta tuviera tanto poder político en el inframundo.
-Genial, vamos a comprar dulces-Hablo Naruto ya que sabía cuál pastelería estaba abierta.
Grayfia se le hizo lindo haber conocido a Naruto, todos los hombres con los que ella había estado solo se fijaban en su rango, pero Naruto no era así, Grayfia era Grayfia incluso siendo la mano derecha de Sirzechs.
No quería admitirlo.
Pero poco a poco se estaba enamorando de él.
Grayfia sonrió ya que sin haberlo pedido ahora ella estaba en una cita, aunque tampoco se quejaba de esto, menos si era con Naruto.
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Fin del capítulo.
Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.
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