Lavó y desinfectó las muñecas de Jimin con suma delicadeza, sabiendo que eso le causaba ardor.

Dejó que el chico de ojos avellana secara por él mismo la zona mientras que él se encargaba de buscar vendas y adhesivo.

Cuando las encontró, volvió al baño y se puso de cuclillas al frente de su novio.

"Lo siento" las lágrimas continuaban cayendo libremente por las mejillas del menor. "Lo siento tanto, Hyung"

Yoongi continuaba luchando contra la presión en su pecho.

"Jimin, no tienes que disculparte por algo de lo que no eres culpable" cubrió con las vendas las heridas, asegurándose de hacerlo bien.

"Yoongi, las escuché. Es mi culpa porque las escuché, les hice caso" Jimin sollozó.

El oji-azul apretó el puente de su nariz con sus dedos y respiró fuertemente, tratando de mantener la compostura. No es fácil lidiar con alguien que padece esquizofrenia, pero sin embargo, Yoongi había estado allí desde antes que Jimin comenzara a padecerla, y estaba tan malditamente enamorado de él que sólo quería ayudarlo.

Nunca iba a dejarlo.

"Detente, no hagas esto" se puso de pie y limpió sus manos en su pantalón. "Por favor no lo hagas" se inclinó un poco hacia adelante, limpiando unas lágrimas que habían logrado salir de sus ojos y besando la frente del chico, para luego abrazarlo.