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Sus ojos estaban fijos en un solo objetivo y el tic tac del reloj en su cabeza la estaba enloqueciendo, lo único que la hacía mantener la cordura fueron esos mensajes que recibió de su hermosa novia que desaprobaban la acción que cometió pero ¿Qué tenía de malo?

Ser presa del placer al imaginarsela cometiendo los actos más impuros que podía llegar a hacer el ser humano, bueno, ella cree que es culpa de Tzuyu por ser tan perfecta.

No hay una chica que no estuviera interesada en ella y todavía puede recordar al cerrar los ojos como esta siempre estaba infestada de gente que estaba interesada en tenerla de pareja, eso hace que su sangre hierva a tal punto de que gruñó por lo bajo dejandose llevar por esa impotencia y olvidando las advertencias de la menor que había sido muy clara con ella, casi la encuentran viendo esas imágenes y escuchando los audios.

Tal vergüenza podía llegar a asemejarse a la misma que se ven presas las personas que deciden darse placer con la puerta sin seguro, Tzuyu ha pasado lo mismo y con un contundente mensaje le hizo saber con mucha claridad que esa acción es típica de alguien sin cerebro.

Debía mantenerse fija y firme, hacerle caso a la menor era una de las cosas que menos le salían bien pero que debía hacer porque eso significaba una gran pelea en la que ni siquiera podría llegar a dormir por culpa de la contraria que lo más probable es que siga hablando hasta no respirar, pero sabía muy bien que también le había gustado lo que había hecho lo que la lleva al punto en el que debió llamarla antes para que supiera que esa clase de cosas no se podían ver en hora de trabajo.

Sino cuando fuera a almorzar o a cenar, tal vez lo único que necesitaba era ser más precavida por lo que se le ocurre una gran idea y era llamarla, iba a hacer algo rápido y que dejara caer que probablemente en los próximos minutos llegaría algo al teléfono que debía ser escuchado en el baño con audífonos.

Asintió porque creía que era una excelente idea y eso significaba una sola cosa, volvería a hacer exactamente lo mismo que le dijeron que no haría porque es algo común en ella y además sabe muy bien que su novia la va a perdonar tarde o temprano y es más también la va halagar por ese gran trabajo que tiene para poder mantener la chispa de la relación encendida.

Nunca había llegado a aprobarse así misma tan rápido.

Caminó de puntillas hacia la habitación y justo cuando estaba en la cama lo único que se le vino a la casa es que debía tomarse mejores fotos, así que se desvistió, esta vez quería ser más provocativa que antes por lo que debía activar cada una de las cosas que había aprendido en toda su vida.

La primera era que a su novia le encantaban las amigas que tiene debajo del cuello, debía ponerlas a la vista y eso fue exactamente lo que hizo, se acomodó y con una pequeña sonrisa tomó la primera foto, al principio se sintió demasiado vulgar por hacer tal cosa.

Eso había sido demasiado, las únicas veces que se las había mostrado por teléfono es cuando la menor se lo pedía, de resto era menos provocadora, es más, se podía decir que el tema sexual estaba muy aparte de su relación, solo que ahora ha pasado demasiado tiempo que ni siquiera hay una caricia por la noche.

Anteriormente la taiwanesa la despertaba y ella no tenía ningún problema en despertarse a esa hora para complacer sus necesidades, en cambio desde hace un rato solo siente un peso al lado de su cuerpo y de resto nada más, todo tan vacío que le parece hasta triste lo que está pasando con su relación.

Sabía que ya faltaban menos días, tan solo tres y ya por fin volverían a ser la pareja de antes solo que no podía aguantar tanto tiempo.

— Bueno...tampoco es tanto tiempo —. Se cuestionó por unos instantes para luego caer en lo mismo del principio, esto lo haría para que la relación vaya muy bien, todo era un gran plan que sería perfectamente ejecutado y traería felicidad a la relación.

Tomó una gran bocanada de aire y se tomó la siguiente foto, esta vez escogería cual estaría mejor, en una sus brazos cubrían gran parte de sus pechos por lo que se decantó por la segunda, en ella si se veía todo lo necesario para que su novia enloquezca, que es lo que estaba buscando ya que ella se encontraba así, loca de lo necesitada que estaba.

Cerró por un instante los ojos y recordó de las últimas veces que lo hicieron.

Las luces estaban apagadas lo que la llevó a utilizar toda su imaginación para imaginarse como se veía la menor haciendo maravillas en su intimidad, ahora también debería pensar en eso, una noche en donde solo se dejó llevar por las sensaciones y los besos repartidos por cada rincón de su cuerpo.

— Joder —. Musitó mientras apretaba los dientes, el rechinar de los mismos debido a la fuerza ejercida fue el indicativo que estaba preparada para el siguiente paso, mandar el audio, pero primero debía llamar, así que se dispuso a hacerlo y al cabo de unos segundos escuchó la voz de su novia al otro lado de la línea.

— ¿Ha ocurrido algo mi amor? —. No sabía que responder, su boca se secó por completo.

— ¿Estás sola? —. Un sonido de aprobación fue suficiente. — ¿Estarás sola todo el día? —. Otra pregunta, sentía que estaba comenzando a ser demasiado sospechosa.

— Si amor, hoy estoy completamente sola —. Con eso dicho le cortó la llamada, solo necesitaba saber eso porque ahí si que haría su jugada maestra.

Se frotó las manos y se acomodó mejor en la cama, anclando los talones en medio del colchón y apartando su ropa interior como si estorbará.

Tenía que buscar algo que la hiciera tener aún más ganas, tal vez los recuerdos de los momentos que pasó junto a su novia serían lo suficientemente provocadores como para excitarla hasta el punto de lograrlo, volvió a cerrar los ojos y fue cuando delante suyo de la nada apareció la imagen de Tzuyu.

No era normal lo perfecta que se veía y lo real porque hay que recordar que no está en su casa, pero la sentía incluso el aliento de esta chocando contra su cuerpo, eso la llevaba a creer que se estaba volviendo loca y le echaba toda la culpa a la taiwanesa porque esta la había llevado al punto de creer que su cabeza ya no estaba funcionando.

Habían momentos en que no le gustaba que fuera lenta, esos rápidos que normalmente se hacen cuando no hay tiempo se habían vuelto cotidianos en su relación y no es que no hubiera tiempo más bien las ganas que se tenían aumentaron al punto en el que no se pudieron aguantar ni mucho menos tardar tanto tiempo haciéndolo.

Así que con el simple pensamiento de eso introdujo dos de sus dedos en su interior, frotaba lentamente su clítoris con la palma de su mano y mantenía los dedos inmóviles recordando las tantas veces en que la menor lo hacía para fastidiarla, recuerda cómo se retorcía y le jalaba el cabello de mandándole que lo hiciera como a ella le gusta pero como la otra tenía el control de cada fibra de su cuerpo no tenía de otra más que aceptar las consecuencias de entregarle todo su ser a alguien que le gustaba molestarla.

Pasó la mano por su cuello y recordó los besos que la contraria siempre propinaba en este, la forma tan jodidamente caliente en la que su cuerpo era sumergido por el deseo y placer, no llevaba mucho tiempo pero creía que podría terminar en un instante.

Entonces fue cuando comenzó a mandar el audio, los olvidos no se hicieron esperar en el momento en el que podía mover mejor la mano y sus dedos se deslizaban en su interior con tanta rapidez que creía que iba a terminar lastimándose pero de eso se iba a preocupar más adelante porque ahora lo único que estaba en su cabeza era alcanzara eso que siente que la está ahogando.

Los oídos parecían estar completamente tapados pero podía escuchar el choque de su mano contra su intimidad que estaba tan mojada que le sorprendía porque había pasado tan poco tiempo, sus muslos comenzaron a endurecerse y su cuerpo a temblar, no era normal en ella lo que estaba pasando ni siquiera sabía lo que sucedía así que lo único que pudo fue dejarse llevar.

Mordiéndose la lengua para no gritar tan fuerte introduciendo un tercer dedo para llegar a aquel clima que tanto había deseado, sintió un líquido caliente saliendo de su vagina con tanta fuerza que por un momento se asustó pero se sintió tan bien que por un segundo olvidó todo, un gran grito acompañó la situación y una pequeña sonrisa con satisfacción apareció su rostro porque sabía muy bien lo que le encantaba a su novia que gritara.

El sonido del audio siendo mandado la hizo soltar una risita y no dejó de mover sus dedos hasta que poco a poco comenzó a dejarse llevar por el sueño que de la nada apareció, estaba demasiado cansada porque había sido muy intenso y no se arrepentía de ello.

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