Tzuyu le había dicho que no debía hacerlo porque eso significaría un gran problema pero las ganas que tenía de estar junto a su novia eran más grandes incluso que hacerle caso, al principio pensó que lo mejor que podía llegar a ser era presentarse en el trabajo de la menor para poder estar con ella como lo había hecho en ocasiones pasadas, sin embargo, esa idea se había sumado por completo al recordar que ahora la contraria era más vigilada que antes por esos mismos sucesos.

Recuerda muy bien cuando la jefa de la taiwanesa las encontró en una posición que no parecía ser apropiada para el trabajo y eso significó tener que darle horas extra como castigo por lo que hizo, así que debía comportarse lo máximo posible solo que estar lejos de su pareja era bastante complicado para la japonesa y es que se había acostumbrado a esas vacaciones perfectas que habían tenido fuera del país en donde en ningún momento se despegaron la una de la otra.

Por lo que ahora le afectaba el estar tantas horas sola ya que ella trabajaba desde la computadora y aunque estaba bien trabajar en las comodidades de la casa no puede negar que le gustaría un poco de aventura lejos para poder distraerse de estar completamente sola.

Esa había sido la principal razón que hizo que fuera al trabajo de la castaña y lo que desencadenó lo que les está pasando, Tzuyu iba a tener un castigo de cinco días teniendo horas extra lo que significaba que no se iban a poder ver por las noches porque ella ya estaba dormida cuando la otra llegaba y eso que en esas ocasiones llegaba en una hora normal ahora probablemente sea hasta de madrugada.

— Me voy a volver loca si no la veo —. Salió de sus labios con un suspiro algo triste y se sentó en medio de la cama, por sus mejillas bajaban algunas gotas de agua porque se acababa de bañar y sus manos parecían estar casi adormecidas por completo debido a la tranquilidad que le causó el estar en la bañera.

Se estiró un poco y observó el espejo que estaba frente a ella, lo único que la cubría era la bata de baño de su novia y entonces la imaginación comenzó a volar más de lo que había pasado en todo el tiempo que tiene de vida.

Habían algunas ideas que venían a su cabeza y que la hacían pensar que se estaba volviendo loca pero tampoco estaban tan mal porque serían de ayuda cuando lo necesitara.

Una de ellas fue ir todos los días a buscar a Tzuyu y así poder estar junto a ella en el auto a como sea que quieran estar o por lo menos hablar.

Así fueron y vinieron muchas de las ideas que parecía que se hacían una bola gigante dentro de su cerebro hasta que una de ellas le llamó suficiente la atención como para que se le activara un foco.

Hace algunos meses ella tuvo que ir otra vez a Japón porque debía visitar a su familia y la contraria no la pudo acompañar porque tenía cosas que hacer lo que las llevó a hacer esas llamadas antiguas que tenían en un pasado por las noches hasta dormir, y en una de esas noches en donde la pasión fue más grande que cualquier cosa se mandaron algunas fotos para poder aliviar eso que sentía.

Las había ayudado lo suficiente como para poder aguantar el tiempo que les quedaba separadas y ahora se da cuenta que hace demasiado tiempo que no lo hacen, y no considera que esté mal porque solo le llegarán algunas cosas y ella misma pondrá una advertencia para que no las abra cerca de otras personas.

Cómo en el pasado.

Así que se acercó al espejo y abrió un poco las piernas buscando la pose adecuada para poder pasarle la foto, inclinaba un poco la cabeza o movía un brazo, abría un poco la bata para que se viera algo más pero que a su vez quedará la imaginación.

Luego de algunos minutos decidió tomarse la foto y al mandarla otra cosa se le vino a la cabeza, aunque era algo interesante el mandarle fotos así a la pareja tampoco estaba mal el tocarse porque al fin y al cabo no era algo que estaba prohibido por completo es más de seguro a su novia le gustaba la idea de que lo hiciera pensando en ella.

Así sabría lo desesperada que estaba.

Se acostó en la cama y deslizó la mano por sus muslos hasta llegar a su intimidad la cual parecía estar lo suficientemente preparada como para que pudiera introducir sus dedos, al rozar su clítoris no pudo evitar suspirar y recordarlas tantas veces que la castaña lo ha hecho, como siempre hace todo lo posible para poder hacerla sentir bien y llevarla al máximo de los clímax posibles.

Cerró los ojos y su mano se deslizó hacia su teléfono, al no tener nada más que perder encendió la grabación de audio y colocó el artefacto electrónico en su pecho el cual subía y bajaba por la excitación que poco a poco iba subiendo por imaginarse a la menor escuchando lo que hacía.

¿Estaba mal hacerlo?

De vez en cuando eso pasaba por su cabeza pero al sentir como esos pliegues se humedecían cada vez más no pudo parar, dentro de ella parecía que existía una combustión la cual no iba a poder hacer detenida hasta que llegara al máximo de placer y eso fue exactamente lo que hizo.

Hundió sus dedos y comenzó a introducirlos tanto espacio que sentía que iba a ahogarse en cualquier momento, abre un poco más las piernas para luego cerrarlas y mover sus caderas contra su palma para poder sentir como su clítoris palpitaba en la misma.

Se estaba llevando por el mayor placer que había sentido en toda su existencia propiciado por sí misma y no se sentía mal con hacerlo porque sabía muy bien que tarde o temprano iba a llegar un buen premio.

Su espalda se arquea levemente por el simple hecho de imaginárselo y sus labios se ve atacado por sus propios dientes que parecen no darle tregua, sus muslos tiemblan y su brazo comienza a actuar por sí solo hasta ir con tanta fuerza que la madera de la cama comenzó a rechinar.

Sus jadeos no la dejaban pensar y sus gemidos la incitaban a seguir con lo que hacía.

Uno de sus ojos se abrió y pudo verse a través del espejo que estaba apuntando hacia la cama en donde se había visto reflejada en innumerables situaciones en donde la menor era quien llevaba el control y no pudo sentirse mejor que ahora, hace un tiempo que no lo hacía por sí sola y había olvidado lo emocionante que podía llegar a sentirse lo que estaba haciendo.

Apretó los dientes y estos rechinaron por la fuerza que estaba haciendo, sus ojos comenzaban a cristalizarse y su garganta se secaba poco a poco a medida que gritaba más.

Podía sentir como sus dedos poco a poco eran presionados por las paredes de su coño y en un abrir y cerrar de ojos un líquido caliente salió expulsado mojando por completo sus muslos, su mano y la sábana que ahora mismo estaba desordenada por los movimientos sin control que había tenido durante todo este tiempo.

Estaba agitada y aún más cuando se dejó llevar por todos los sentimientos que ahora mismo habían explotado y mandó el audio, y luego un mensaje de advertencia para que supiera que eso no se debía haber o escuchar cerca de otras personas.

Llevó la mano izquierda a su frente y quitó el sudor que se había acumulado en esta zona además de los cabellos que se le habían pegado a la misma, una sonrisa se dibujó en su rostro y fue en ese momento donde comprendió que era lo mejor que podía hacer durante todo el tiempo que iba a tener lejos de su pareja porque no había mejor cosa que provocarla porque sabía muy bien que al final sería premiada.