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Llevo la mano a su sien y presionó los dedos, le dolía un montón por estar tanto tiempo pegada a la laptop escribiendo algunas cosas que necesitaban, estaba tan cansada que creía que se podría desmayar si se levantaba, mientras más pasaba el tiempo parecía que se habituaba a estar más tiempo acostada o sentada cosa que le preocupaba porque es una persona bastante activa o por lo menos intenta hacerlo pero ahora ya no tiene por qué.

Casi todo lo que necesita está en su habitación por lo que no tiene por qué moverse para ningún lado, aún menos cuando no tiene razones para ir a algún tipo de lugar de la casa porque no va a estar su novia esperándole ahí.

Eso le hizo hacer un puchero y dejó la laptop a un lado, sus ojos comenzaron a pesar al momento en el que su nuca tocó la almohada y tomó el teléfono para poder avisarle que ya había terminado con todo lo que Tzuyu le había pedido y que ella era la encargada de comprar las cosas.

Siempre se hacía un poco la triste para que esta le comprara todo lo que había pedido sobre todo porque considera que es una compensación por no estar mucho tiempo en casa y como sabe que su novia la compensa en todo además de que la consiente está segura que no la va a defraudar.

Además solamente faltaba un solo día para que el trabajo de la menor redujera un poco lo suficiente como para poder mantener otra vez la vida normal que habían estado preservando por tanto tiempo, la había extrañado tanto que hasta había olvidado que existía porque era una manera de escudarse para que su corazón se sintiera tan mal por la pérdida de esos hermosos momentos.

Ahora por fin vas allá de ser recuerdos a encuentros y se daba por satisfecha.

Había sido días demasiado difíciles porque no le gustaba estar sola mucho menos y porque cometió muchas travesuras que le hicieron reírse con malicia pero que se ve muy bien que al final iba a terminar siendo la condena para que la contraria la regañara o le dijera mientras estaba dormida que las cosas que está haciendo no están bien.

Por más que a Tzuyu le encante, lamentablemente interfiere con el trabajo por el que ha hecho de todo para terminarlo rápido y así poder llegar directamente a los brazos de su amada como si se tratara de una película de romance.

— ¿Por qué este día está tardando tanto? —. Murmuró con fastidio, casi que podía sentir como sus dientes se quebraban por la fuerza que estaba ejerciendo la mandíbula y es que parecía que el día estaba volviéndose muy eterno cosa que era beneficiosa para el tiempo que tiene en la tierra pero a su vez deseaba que el tiempo pasara lo más rápido posible para poder encontrarse con el amor de su vida al día siguiente.

Cuando abrazó la almohada para quedarse dormida sintió un olor peculiar, sus pupilas se dilataron al instante y sonrió como nunca antes lo había hecho, esa almohada favorita de su novia ahora la mantenía abrazada y pegada a ella, lo suficiente para cometer la última travesura del mundo con esa almohada y con un pequeño audio que no dudaría mucho porque también está demasiado cansada.

Debía ponerse manos a la obra antes de que se acabara el tiempo del descanso de su novia así que salió corriendo para buscar el teléfono y cuando lo tuvo entre sus manos comprendió que lo que iba a hacer era demasiado serio para poder echarse para atrás a la mitad así que se prometió a sí misma que sin importar que seguiría adelante y con eso pensado se dirigió hacia la habitación.

Otra vez estaba ahí y solo bastaron segundos para que saltara de la puerta hacia la cama, entró al contacto de Chou y con una pequeña sonrisa maliciosa comenzó el audio.

Su mano se desplazó por todo su cuerpo hasta llegar por encima del shorts el cual acarició con mucho cuidado antes de cerrar los ojos, debía imaginarse lo que fuera, solo para sentirse cómoda y terminar rápido, el tiempo se estaba agotando y no había mucho tiempo para estar alargando las cosas.

— Bebé —. Gruñó y metió tres dedos, aunque le dolió su meta era llegar lo más rápido posible, así que con una mano sosteniendo el espaldar de la cama y la otra en su intimidad comenzó a dejarse llevar.

Sus caderas poco a poco seguían el movimiento de los dedos y su labio inferior era atacado por sus propios dientes, el teléfono descansaba en su pecho bastante cerca de su boca para sentir que de una u otra manera esto iba a ser llegado por el amor de su vida, esa misma que la ha tenido tan olvidada.

Tensó el abdomen y apretó sus propios dedos, era la forma más rápida de llegar además de pensar en lo atractiva que se vería su novia sobre ella, dándole el placer que se merece y el que tanto ha estado anhelando por estos últimos días, hasta siente que la otra ya se le está olvidando como hacerlo.

Gemidos salían de su boca sin parar demostrando lo fascinada que estaba de lo maravillosamente buenos que eran sus dedos, no lo suficiente como los de su mujer pero si la ayudaban a aliviar esas tensiones que se depositaban en su vientre bajo.

Su clítoris comenzaba a palpitar y eso significa que debía darle más atención a ese pequeño botón que le proporcionaba tanto placer, inclinó un poco la cabeza hacía la derecha observando como los dedos desaparecían en su interior y la forma tan exquisita en la que sonaban la estaba llevando al borde, la palma de su mano rozaba incesantemente su clítoris y sus caderas se aceleraban.

Estaba extasiada por todo, sus ojos parecían ser testigos de lo que estaba haciendo, observando como se veía y  deseando que Tzuyu estuviera ahí para observarla.

Recuerda claramente la mirada penetrante de la mano, como esta la desnudaba con la misma y Dios se sentía tan bien que podría aceptar que fuera el único recuerdo de toda su vida.

Su espalda amenazó con arquearse y al momento de hacerlo sintió sus dedos más a fondo hasta que se estremeció de pies a cabeza, gritó y sonrió exhausta.

Al mandar el audio dejó que lentamente sus ojos se cerraran, descansando así del último día sola.

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