capítulo 1
Tome un cuchillo entre mis manos.
Lo acerque lentamente a uno de mis brazos, las cortadas no tardaron en aparecer, mientras chorros y chorros de sangre se esparcía por mi antes, pulcro piso de madera.
La sangre no paraba y yo no hacía nada para intentarlo.
¿Y por qué hacerlo?
Si a nadie le importo.
A nadie en este mundo marchito lleno de espinas le importa mi mísera existencia. Y si de por milagro divino a alguien le importara, tampoco cambiaría mi humillante decisión.
¿Pero quién podría culparme?
Nadie estuvo para mi cuando mas lo necesite. Solo me ignoraban.
Al que una vez ame, me rechazo cruelmente.
La amistad con mi mejor amiga se rompió, ya no poseemos contacto alguno, mas que para insultarnos.
Mi maestro solo se enfoca en Naruto y Sasuke. Solo en ellos mientras yo soy dejada por completo de lado.
¿Pero qué importa?
Después de todo soy completamente inútil, no hago nada bien.
Mi vida perdió completo sentido hace tiempo.
Solo quiero morir. Y nada ni nadie cambiara la decisión que he tomado.
—jeje...supongo que al final ganaron la batalla...—susurre con poca fuerza mientras mis ojos se sumergían en la completa oscuridad.
—¡Que patetica te vez! —fue lo último que "escuche" antes de caer en la inconsciencia.
Donde espero no regresar jamás.
Con los recuerdos que alguna lejana vez tuve.
Sumergindome en un hermoso sueño, del que espero no despertar en un largo tiempo. aunque poco tiempo, solo unos segundo después, cambio a mi infierno.
"mi miserable vida comenzo a una temprana edad. Una edad donde solo debería interesarme divertirme. Tal vez tener mi primer amorío. O simplemente jugar y tener amigos.
Yo solo poseía para ese entonces una tierna edad de 10 años.
Por lo tanto era completamente ingenua e inocente del mundo que me rodeaba, que a diferencia mía, era hostil y cruel. Donde no le temblaria la mano para matarme en caso de ser necesario.
Ese día era al comienzo una feliz, un día donde estarían mis padres orgullos de mí.
Eran los examenes Genning. Yo por supuesto me graduaría y sería la mejor kunoichi que jamás existió.
O bueno, eso pensaba antes de caer en un enamoramiento ingenuo e infantil.
Yo amaba con completa locura a Sasuke Uchiha. El único sobreviviente de su clan, si no contamos a Itachi por supuesto.
Tal fue este enamoramiento ridículo que incluso Ino-chan y yo cortamos nuestro lazo de hermandad para cambiar a ser enemigas.
Como me odio por haber hecho eso.
Pero ese día fue normal, casi de principio a fin.
Esa mañana me levante a mi hora acostumbrada para bañarme y después bajar a desayunar. Y como toda mañana mi madre me decía que me apurara sino llegaría tarde.
Por Kami como extraño esos hermosos momentos, que si bien me fastidiaban. Ahora daría hasta mi última gota de chakra para tener solo unos minutos en ese pasado lejano.
Esa día, como era costumbre en mi familia, después de desayunar me dirigí a la puerta para irme a la academia ninja. No sin antes que mi amada madre me diera un beso en la frente y mi padre una suave cariacia, en mi entonces, cabello largo y rosado como las flores de cerezo.
Como me arrepiento de haberme alejado esa vez.
En el camino encontre a mi ex-mejor amiga. La primera persona que me apoyo y que yo cruelmente deje por un idiota amor.
Ino y yo peleamos todo el camino hacia la academia. Palabras o frases hirientes salian de nuestros labios a cada segundo. Al tiempo que hacíamos una especie de carrera por ver quien llegaba primero y por ende, tenía el derecho de sentarse kunto a Sasuke.
Era un día normal hasta ese momento.
Lo unico que me había extrañado era que mis "amigas" no me hablaran y felicitaran por cada buen insulto que hubiera dicho.
Que si bien al principio me animaban y me hacían sentir bien con esas hermosas voces angelicales que poseían. Ese día, ese trágico día, cambiaron a voces caóticas, terrorificas o malvadas, salidas del mismo infierno. Donde palabras hirientes y crueles eran dichas en cada momento de debilidad.
Pero bien. Ese día yo gane esa carrera, y como se suponía, me sente al lado del mejor de la clase. Al que caso todas las chicas respetabamos y admirabamos, al mismo tiempo que lo amabamos.
Pero ese día no pude decir mucho, ya que solo unos pocos minutos despues Iruka-sensei llego y nos hizo presentar el examen escrito.
Yo solo respondí deacuerdo a lo que ellas me decían.
—Sakura-chan es la B.
—la C
—D
—F, H, A, K, A.
Más y más poder les daba con algo tan simple como escucharlas un solo momento.
Pero en ese entonces, cuando nadie lo noto, yo ya había empezado a romperme.
Me daba cuenta que no hacía nada sin ellas, y me sentía inútil por ello. Pero cuando se los comentaba me lo negaban y decían que gracias a mi estaban aquí.
Aunque ya no me quede mucho tiempo a decir verdad.
Yo les repetía a cada momento lo agradecida que estaba, solo por ayudarme. Y que gracias a ellas sacaba un 10 cerrado. Una calificación perfecta y que engullecia a mis amados progenitores.
Pero después de terminar el examen escrito nos llamaron a hacer el práctico. Solo que esta vez estamabos solos en la sala, donde 3 profesores estarían supervisando la prueba.
Por supuesto que aprobé, pero solo fui decente, una mas del monton oí decir a un examinador antes de salir.
Había recibido mi amada banda junto a los demás aprobados y salí para ir con mis padres a casa o a algún lugar donde celebrar mi triunfó.
Pero no los ví. Y en ese momento se desato mi infierno.
Las voces enpezaron a reir psicoticamente. Su espeluznante risa no paraba y yo solo podía poner mis manos en la cabeza y susurrar que se callaran.
Susurraba y susurraba, mientras que ellas no paraban. Hasta que de un momento a otro sus horribles voces dejaron de oirse.
Con solo unas últimas palabras antes de desaparecer por unas horas.
—que comience el juego Sa-ku-ra-chan.
Después de esa frase me dirigí con toda la velocidad que mis piernas me permitían a mi hogar. Donde cometí el grave error de entrar.
Había sangre, demasiada sangre.
Y unos cuerpos desmenbrados en medio del charco.
Mire todo lo que podía desde mi lugar, mientras saladas lagrimas salían de mis ojos color jade.
No podía mover mi cuerpo. La solo imagen me hacía temblar y no podía siquiera imaginar el horror y terror que mis padres devieron sufirir.
El solo imaginarme el CRAK de sus huesos rompiéndose y sus gritos desesperados por escapar o poder defenderse, mientras la sangre salía a chorros de ellos.
El como mi madre estaba sin su hermoso vestido aun me tiene asqueda.
Mi padre sin sus miembros y mi madre sin cabeza. Con una enorme lago se sangre por el lugar, sin siquiera con un cuchillo para deenderse de su desalmado y cruel torturador.
Era la simple imagen escalofriante.
Si quiera supe cuando quede en la inconciencia o cuanto tiempo estuve ahí.
Ni el como llegue al hospital.
Solo que desperte en ese lugar mientras mis lagrimas y sollozos volvian a resugir desde el fondo de mi garganta, mientras los recuerdos volvian una y otra y otra y otra vez mas a mi mente.
Quería irme y ver a mis padres, aunque sea quería ver su entierro. Estar presente junto a ellos en un último momento.
Pero ninguno de esos pensamientos fue posible, mis muñecas estaban atadas a la cama al igual que mis pies.
Había liquido, no sabría decir cual. Solo que me tranquilizaba.
Y después sucedió. Sus voces se escucharon por yodo el lugar, aunque solo yo realmente las podía escuchar.
Un miedo irracional se apodero de mí. De un momento a otro sentí que me vigilaban e iban a lastimarme. Incluso llegue a pensar que yo era perseguida.
Mis gritos no tardaron en hacerse escuchar.
Y las enfermeras entraron a lugar.
Decía incoherencias. Creo que pensaron que estaba loca.
Nada mas cerca de la realidad.
Y por arte de magia, después de una noche de sueño y descanso me sentía bien.
Mas bien fingi estarlo.
Me dejaron salir, no sin antes decirme que debía volver para un chequeo.
Nunca volví.
Entre en la academia con una falsa sonrisa y una tranquilidad excesiva.
Iruka-sensei me dio una mirada de completa tristeza. Sabía que era el único que me entendía. O por lo menos el único que me apoyaría.
Él dió los equipos. Fue bonito estar en el mismo equipo de mi amor.
Sin saberlo realmente, el se volvió mi medicina. Me hacía sentir fuerte y valiente.
Nada mas lejos de la realidad.
Y el sensei de mi equipo se present horas tarde. Noa insulto y nos pidió seguirlo a la azotea.
Yo sabía que mi mirada estaba vacía, sin ningún brillo aunque mostrara una hermosa sonrisa en mi palido rostro.
Nos presentamos, no presté atención realmente.
No los escuche mucho.
Las voces me impedían siquiera pensar con claridad real.
Decía lo que ellas querían oir, con la vaga esperanza de que así me dejarían en paz.
Fuí demasiado ingenua.
Fuí a un departamento que el Hokague me dió después de esa extraña presentación.
Entre y sus voces se volvieron mas potentes.
La puerta de mi habitación cerrada mientras suplicaba que se callaran. Cosa que no hicieron ni por un momento.
Y solo pude pensar una manera de acabar con el enorme dolor. Tome mi kunai y lo hundí fuertemente en uno de mis brazos.
Las voces había callado al tiempo que la sangre se esparcía y mi mente se oscurecia.
Y eso desato un enorme alivio.
Había encontrado con que combatir a mi infierno personal mientras estaba sola. "
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Bien, lo prometido es deuda.
Aquí tienen el capítulo :3
Y una cosa antes de despedirme, viendo que justo este lunes comienzan (en caso de los de primero) las clases, estoy dudosa de hacer algo respecto a mis historias.
Como muchos sabrán, tengo muchas historias en borrador, gracias a eso tengo una duda.
Publicar o no todas las historias que poseo en borrador, incluyendo esas que no nombre/escribí en "historias".
En respecto a mi, me es mucho mas fácil publicar todas, ya que así no estaría "estresada" por escribir en las historias que tengo publicadas.
Ha, y tambien necesito (tal vez mañana elija o haga un concurso) betas.
Por lo menos uno o dos.
Bien, dicho todo esto.
Se despide su (no)
Tan amada escritora.
Nozomi_nanami
P
d: si tengo algún error, favor de corregirme.
Gracias :3
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