[16]

Taehyung contempló el gran jardín de aquel palacio que se extendía por varios metros, el castaño se giró, viendo a Jimin conversar con Irene mientras desayunaba con suma tranquilidad. El pelinegro contempló la espalda ancha de aquel joven y le hizo un gesto a su doncella para que se retirara del cuarto. Cuando el cuarto quedó en silencio, Taehyung se giró extrañado ya que no escuchó la característica risa del sangre mixta.

—¿En qué piensas? has estado muy callado desde la mañana y ausente.

—Esto...es como un sueño para mí, o quiero pensarlo así. Tengo miedo despertar y todo lo que viví contigo, haya sido una mentira.

—¿Qué clase de tontos pensamientos son esos?—Park Jimin rodeó sus brazos alrededor del castaño, ofreciendo una cálida sonrisa—. Soy Real, igual tú. Tanto tiempo pensando que no estaría contigo y míranos ahora, no crees que permitiré que este sueño desaparezca, si sucede ¡Iré y mataré con mis propias manos a Morfeo!

Taehyung rió divertido y le ofreció un beso sobre la frente al sangre mixta, quien al recibir aquel gesto cariñoso, se ruborizó.

—Termina de desayunar, escuché que el Rey te ha llamado para un almuerzo de esta tarde con su familia.

—¿No piensas venir conmigo? eres mi acompañante.

—Me quedaré al lado de Irene, estaré allí por si necesitas algo, eso está claro.

—Hmm ¿Qué piensas hacer esta mañana? podemos pasear por el jardín, dicen que tienen flores que solo nacen en este palacio. Que envidia.

—Le puedo arrancar hijuelos para plantarlos en el suyo, en Saudé no habrá nadie más que lo tenga también—sugirió con una sonrisa ladina.

—¿Crees tú que el emperador va a querer compartir sus flores con un simple Conde como Yo?

—Es el Conde del norte, del lado fronterizo. Al estar en el norte del país: ¿No se encarga usted de proteger parte de la frontera?—inquirió un tanto dudoso, buscando asegurar bien lo que había leído en la novela, no sea que algo haya cambiado—, quien debe ser agradecido aquí, es el emperador.

Park Jimin rodeó sus brazos alrededor del cuello del castaño y se pegó más a él, rozó su nariz sobre el cuello, olfateando gustoso y recostó después su cabeza, buscando un poco de afecto ajeno.

—Este palacio es muy bonito, pero demasiado grande, se siente de alguna manera vacio. Pero si te quedas a mi lado, es diferente. Se que no te agrada el tercer principe; pero debes entender que esto es importante para mí. Si formo relaciones con el emperador y esta nobleza, podré asegurar más mi futuro y el de mi gente.

—Park Jimin. Estas personas...—Taehyung se detuvo y suspiró para desviar la mirada, viendo por la ventana a Eunwoo que conversaba con quien parecía ser una criada, su ceño se frunció al ver aquellas características de la protagonista femenina.

—Es ella...

—¿Quién?—preguntó rápido Jimin quien miró en dirección de la ventana pero la mano de Taehyung lo agarraron del rostro para que no viera.

—Es ella una de las empleadas favoritas del príncipe, escuché al respecto. Además, una de sus amigas de la infancia.

—¿Es tan bonita que no pudiste dejar de verla e ignoraste mi platica?

—Se apreciar cuando hay belleza; pero...estaban alabando tanto la belleza de ella que me siento decepcionado ahora que la veo—contempló a Jimin de pie a cabeza y aún sin soltar su mano de las mejillas apretujadas de su amado, lo acercó a él, Park Jimin se sorprendió, era increíble la fuerza de ese tipo—, puedo arrancarme los ojos si deseas para que no vea a nadie más.

—¡No, entonces no verás mi belleza!

Taehyung contempló a Park Jimin por varios segundos, ocasionando que el mayor reaccionara avergonzado por la intensa mirada de amante joven. El castaño rodeó sus manos alrededor de la cintura del pelinegro y lo acercó mucho a él, presionando sus vientres y pelvis. Jimin se ruborizó y sonrió de forma tímida, pensando que era hora de un sexo mañanero: "¡Ojalá pudiera hacerlo todos los días!". Ambos acercaron sus labios, empezando a besarse sin pudor alguno, Kim Taehyung sintió su cuerpo bastante excitado, tenía ganas de tener bajo él a ese mitad demonio y dominarlo a como diera.

La puerta del cuarto fue tocada, dejando a ambos en un gran silencio, Taehyung se separó un poco molesto, la mirada de los dos hombres se enfrió, viendo en dirección de la puerta, la cual se abrió, apareciendo una señora de unos sesenta años, que parecía ser una doncella de aquel palacio y de rango muy importante.

Jimin notó como la mirada de esa mujer era de cierto desprecio, como si contemplara a personas inferiores. La mujer carraspeó y juntó sus manos.

—Su alteza el príncipe, Cha Eunwoo, manda a llamar al Conde Park. Sígame.

—¿Se puede saber quien te enseño a solo abrir la puerta sin que la persona que esté adentro te de la autorización de ingresar?—interrogó Park Jimin al darse cuenta de la irrespetuosa mujer.

—Tengo todo el derecho, soy la ama de llaves de este palacio, he trabajado aquí cuarenta años, en cambio usted...solo es un conde del norte de quien nunca se había escuchado de su existencia.

Park Jimin quiso acercarse a la mujer; pero Taehyung le detuvo y le negó en silencio, era mejor mantener todo en calma y no meterse en problemas. Cuando la mujer salió del cuarto, Jimin soltó un gruñido en bajo.

—No hagas nada imprudente que nos pueda meter en problemas, le diremos al príncipe sobre la actitud de esa trabajadora. Nos escuchará.

—Tienes razón.

Aunque Kim Taehyung ya sabía quien era esa sirvienta que había ingresado, era un personaje extra; pero un poco importante. La ama de llaves que ayudó a criar al principe Eunwoo y le presentó además a la protagonista principal, una mujer muy creyente en que los licantropos eran los guerreros y protectores que su Dios había mandado para exterminar a otros seres como demonios y vampiros. Ella ayudó a meterle ideas al príncipe Eunwoo para que así tomara el poder del palacio y entrar en guerra con los vampiros: "¿No hablaba el libro de Sunghed sobre los demonios?" Primer libro: "Quirópteros;" Segundo libro: "Licántropos" tercer libro: "Demonios" su ceño se frunció tratando de indagar un poco más en sus memorias de la novela. Esa mujer sería un dolor de espina, debía encontrar la forma para deshacerse primero de ella.

Cuando llegaron al jardín, lograron ver a la lejanía al príncipe que conversaba con aquella doncella del palacio. Park Jimin suspiró y juntó sus manos detrás de la espalda, empezando a caminar con elegancia y cabeza en alto.

—Su alteza—interrumpió aquel sangre mixta la conversaciones de ambos jóvenes enamorados.

—¡Oh, Conde Park!—exclamó aquel humano que sonrió de forma inocente—, quería enseñarle los jardines del palacio, además, puede pedirme alguna planta que le guste, es mi salvador.

—Podía ver el jardín desde mi cuarto, las flores se veían muy bonitas desde la lejanía.

—Me alegro que le haya gustado—el príncipe contempló a su amada—. Ella es mi amiga de infancia, Lee Sung Kyung.

La joven hizo una reverencia y cuando alzó su rostro para ver a las dos personas, se enfocó en Kim Taehyung, el cual le ofreció una media sonrisa, sus cejas se elevaron al ver aquel atractivo hombre frente a él, sus rasgos varoniles y mirada penetrante, la hicieron estremecerse de los nervios, sonrió y bajó su rostro.

—Es un placer conocerlos, Eunwoo me habló sobre usted, conde Park. Dijo que le salvó la vida que no sabe como agradecerle.

—Vamos caminando—sugirió Eunwoo que hizo un movimiento con su mano y le sonrió al pelinegro.

Park Jimin afirmó y se puso al lado del príncipe, ya que sería descortés de su parte ir atrás cuando le estaba pidiendo ser acompañado. Ambos empezaron a conversar sobre el jardín, mientras atrás. La joven mujer no podía dejar de ver el perfil de Kim Taehyung cada varios segundos que pasaban.

—¿Qué pasa, te gusta lo que ves?—preguntó Taehyung desinteresado de la protagonista femenina, contempló a su derecha y ofreció una media sonrisa.

—Oh, no...disculpe, es solo que pensé que era extranjero ¿es amigo del Conde?

—Soy su mano derecha a intimo amigo, se podría decir.

—Escuché que el norte es muy frio, nunca sale el sol y la mayoría del tiempo nieva. Debe ser un poco desolado vivir en un lugar así.

—Uno se termina acostumbrando.

Taehyung solo afirmó en silencio, ella juntó sus manos nerviosa y miró en dirección de Eunwoo, si bien, su amigo de infancia y amado tenía una belleza de : "Flor" el ayudante del conde Park tenía rasgos más marcados, varoniles. Era muy guapo.

—Había escuchado que la gente del norte poseían una piel muy clara, usted no debe ser de allí.

Kim Taehyung se detuvo, contempló a su izquierda a la mujer.

—No soy del norte, nací en el Ducado de Santé—aclaró y miró a su alrededor—, el norte puede ser visto como un lugar frío, sin vida; pero las personas del condado siempre buscan hacer lo mejor que puedan, se ayudan entre ellos, si uno se da la oportunidad de ir a la frontera, encontrará...—la mirada del castaño se enfocó en Park Jimin que sonreía y conversaba muy ameno con aquel príncipe—, gente interesante.

El grupo se detuvo cuando por el campo de visualización, apareció la señora Kim Hee sun, la consorte viuda, ella al ver al príncipe y a su amada, extendió su abanico y sonrió con amargura.

—Parece que ya se encuentra de muy buenos ánimos, un susto como ese...debió dejarlo aturdido—inquirió ella.

—Consorte Kim—comentó aquel príncipe que se esforzó a sonreír.

—Pensé que saldría con su madre hoy, parece que la consorte Cha no está en sus mejores días ¿No ha salido de su cuarto hace dos meses?

Taehyung desvió la mirada, por supuesto que sabía porque aquella mujer no había salido, estaba castigada, no enferma. Se había juntado a espaldas del Rey, con un Márquez para ayudar a subir la influencia de su hijo en la alta sociedad; pero fue descubierta y ya que era una de las favoritas del rey, decidió castigarla pero hacerla pasar por una enfermedad.

—Se esta recuperando, pronto ella paseará de nuevo por estos jardines, el Rey mandó a hacer este jardín especialmente para ella cuando yo nací, sería un desperdicio que no pase a verlo: ¿No cree, Consorte Viuda?

Park Jimin se giró a ver a Taehyung con una mueca, estaba en medio de una conversación que tal vez, no debía escuchar.

—¿Dices que este jardín fue construido para tu madre? debe haber escuchado mal, su alteza. Este lugar fue inspirado por la difunta Reina Consorte. Su belleza e inteligencia era inigualable, si no me cree...puede preguntarle al diseñador del Rey. Ahora si me disculpa, tengo asuntos que atender.

La Consorte viuda contempló a Kim Taehyung y le ofreció una media sonrisa, se le acercó a él.

—¡Oh! justo estaba buscando a usted joven, me gustaría invitarlo mañana en la tarde a un té.

—¿Qué quieres tú, con el joven Kim?—interrogó Eunwoo muy extrañado.

—¿Por qué no quisiera algo con él? lo que yo haga no creo que sea de su importancia, su alteza—la mujer enarcó ambas cejas—, recibo clases de pintura y justo buscaba un modelo al cual retratar...el rostro de este joven me es perfecto. Por supuesto, solo si el joven desea.

—No tengo ningún problema, me han dicho que soy muy guapo—sonrió un tanto divertido Taehyung y enarcó ambas cejas. Tal vez, era una oportunidad perfecta para averiguar sobre los orígenes del verdadero Taehyung de ese mundo.

Park Jimin puso los ojos en blanco y enarcó una ceja, viendo como aquella mujer le ofreció una gran sonrisa y se despidió con suma elegancia. Taehyung miró al frente, notando como las miradas de los ajenos estaban sobre él: "¿Qué, tenía algo en el rostro?" se tocó el rostro y miró hacía atrás.

—Supongo que mi ayudante no puede pasar desapercibido por donde vaya, siempre he tenido problemas por su bonito rostro, debe ser un pecado nacer tan guapo ¿No lo cree, su alteza Eunwoo?

El llamado contempló a Taehyung de pie a cabeza, finalizando con una afirmación en una sonrisa corta. El príncipe contempló a su enamorada, notando como ella fijó su mirada sobre el castaño por varios segundos para luego bajar la mirada, juntando sus manos en son de nervios. Eunwoo bajó su mirada, pensativo. Jimin llamó su atención con un movimiento de mano, generando que el príncipe se volviera a enfocar y hablar sobre el jardín.


Cuando se hizo tarde, Kim Taehyung se encontraba en el cuarto leyendo un libro para matar el tiempo, noto que Park Jimin había salido de bañarse y secaba sus cabellos húmedos con ayuda de una tela de toalla, el castaño lo contempló por varios segundos, dejó su libro a un lado y se fue acercando al pelinegro, hasta rodear sus manos alrededor de la cintura ajena, buscando un poco olfatear el aroma de su amado. Sus caninos picaron un poco, como si buscaran crecer y morder aquel blando cuello de Park Jimin, un sentimiento que hizo que soltara al sangre mixta.

—¿Sucede algo?—Jimin se giró, notando que Taehyung estaba demasiado serio.

—No—Taehyung sonrió con fuerza y desvió la mirada viendo en dirección de una puerta anexo—, falta poco para la hora del almuerzo, conocerás al emperador. Hay rumores desde que vine a este lugar, sobre que la sangre de lobos recorren por las venas de los descendientes de este imperio ¿Puedes creerlo?

Jimin contempló con ojos intensos al joven y solo siguió secando su cabello:«Tal vez Taehyung no recordaba que se había transformado y aún poseía algunas lagunas de sus recuerdos.

—Si existen demonios y vampiros, no se me haría extraño la existencia de hombres lobos, Taehyung—Jimin tomó unos aritos de perla redonda y se contempló en el espejo, empezando a arreglarse para la hora del almuerzo—¿Estarán bien estas perlas, son discretas? no me quiero ver tan ostentoso.

—Aunque te pongas un trapo roto, te verás bien.

Jimin rió por aquel comentario y se giró a ver a Kim Taehyung, debía recordar porque aceptó estar en ese palacio, Kim Taehyung debería saber de donde provenía. Cuando volvió su mirada al frente tomó sus maquillaje para terminar de arreglarse.


En el comedor, había un gran silencio, el emperador contempló a sus hijos, quienes se mantenían de lado izquierdo y al derecho se ubicaban sus concubinas y otras personas de la familia. Eunwoo dirigió su mirada a su izquierda, notando a sus cinco hermanos, les ofreció una media sonrisa; pero buscó con cierta desesperación a su amada, logrando verla al fondo del cuarto siendo parte de los servidores del palacio, ella alzó su mirada, dejando ver sus ojos color miel oscuro, sonriendo con dulzura. Eunwoo bajó su mirada, apretando su quijada y sus manos sobre la silla bañada de oro con asientos acolchados, forrados en seda blanca.

La puerta del lugar se abrió, los presentes se giraron, viendo al invitado de aquella tarde, Jimin vestía con un traje negro junto con un corsé de color negro cargado de bordado de hilo de oro. El Conde saludó, haciendo una reverencia al Rey, quien se sorprendió ante el guapo hombre que acaba de ingresar. El emperador se levantó de su puesto y se fue acercando al joven.

—¡Bienvenido!—enfatizó aquel hombre de cabellos rubios que se levantó dejando ver una gran sonrisa. Taehyung ingresó junto con Irene, Joy y Mina, que se pusieron cerca de la pared, lejos de la mesa, a la par de los demás sirvientes.

Taehyung notó a la protagonista principal de la historia, la cual al verlo, le ofreció una sonrisa tímida, el castaño solo le respondió con un leve cabeceo.

—Padre, este es el conde Park, fue quien me rescató cuando fui atacado en mi viaje, me salvó la vida.

—Gracias por haber salvado la vida de mi hijo, no sabes cuanto lo aprecio.

Kim Taehyung solo miraba la escena con un poco de diversión en su interior: "No es como si el emperador y su hijo llevaran la mejor relación" recordaba que solo uno subiría al trono y por eso el trono siempre estaba lleno de sangre, el más fuerte e inteligente subiría, los demás serían asesinados. En la novela Eunwoo mató a sus hermanos e incluso a su padre con ayuda de Park Jimin, en ese momento parecía ser un joven tranquilo y amable con solo ver su dulce apariencia; pero no era así, subió su mano por inercia hasta sentir el collar en su pecho. No era tonto para no darse cuenta que también era un príncipe que tal vez fue abandonado por ciertas razones que desconocía; pero no buscarse convertirse en un Rey o algo por el estilo, prefería una vida pacifica en el norte con Park Jimin, pero para que eso sucediera, debía deshacerse del protagonista.

Contempló a su derecha, notando como la mirada de la amada de Eunwoo lo había estado observando por varios segundos, el castaño entonces se dio cuenta que parecía haber robado la atención de aquella jovencita.

—¿Puede esa sirvienta ver a otro lado? parece que te va clavar el cuerpo con su mirada—comentó Irene que también había sentido la mirada de esa doncella del palacio—, Joy...podrías cegarla.

—¿Se está atreviendo a codiciar al amante de mi señor?—Joy sacó de la parte de atrás de su vestido de doncella, una pequeña daga y apretó el mango—, me encargaré.

—¿Pueden estar las dos tranquilas?—sugirió Taehyung al escuchar aquellas dos mujeres—, si se meten en problemas, también lo hará nuestro señor—les recordó.

Kim Taehyung notó a Park Jimin sentarse y empezar a comer con aquellos nobles, Eunwoo volvió a buscar a su amada, notando de nuevo la mirada de ella sobre Kim Taehyung, ese servidor del conde y como ese hombre le regresó una sonrisa. El príncipe apretó con disimulo el tenedor en su mano y trató de disimular el disgusto que se le estaba formando en el nudo de su estomago. La Consorte viuda, ingresó un poco de carne y masticó con elegancia, notando aquellos gestos de su hijastro, miró a su derecha, notando como aquella amante del príncipe actuaba tímida al lado del sirviente del conde, rió con diversión, volviendo su vista al frente.

Jimin frunció el ceño al ver la comida frente a él, al sentir el olor de la carne, sintió asco y quiso vomitar, pero se contuvo. En esos días su cuerpo empezaba a rechazar ciertos olores y sabores, culpaba a sus nervios y la incomodidad, al miedo de que alguien se enterara sobre la verdad de Kim Taehyung y lo quitaran de su lado.

Escuchó aquellas risas de los nobles a su alrededor, volviendo su vista sobre Cha Eunwoo, el cual miró al frente ya que estaban sentados donde podían ver sus rostros con nitidez. Jimin sonrió y alzó su copa de vino un poco coqueto.

Park Jimin sintió una victoria en su interior, posicionaría a Kim Taehyung sobre el trono de aquel imperio, sin importar qué.

Subido: 06-diciembre-2023

Lamento la tardanza y gracias por la espera, había estado sin inspiración para esta historia. Gracias por su apoyo y beso en sus mejillas, les mando muchos abrazos.

¡Recuerden el lema de la familia: Somos Sol que calienta; pero no quema!

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