Guerra en los dos mundos.
Cuenta Lía.
Me desperté y por fin pude ver. Diferenciaba todo lo que había a mi alrededor. Estaba en una de las camas de la enfermería del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
-Enfermera Pomfrey, ¿dónde está?- pregunté en voz alta, la cual me salió débil.
-Señorita Potter, me alegro de que por fin haya despertado y no haya intentado matar a alguien.
-¿Qué he hecho?- pregunté. Me acordaba de algo que había pasado.
-Perdió el control.
Empecé a preocuparme.
-Pero tranquila, no salió nadie herido.
-¿Podría ya irme?
-Claro, ya está totalmente curada. Me levanté de la cama, me cambié y me fui corriendo al despacho de la directora.
Llamé a la puerta.
-¿Qué quiere...? ¡Lía!
-Profesora, me gustaría retomar mi puesto como profesora desde el comienzo del próximo curso.
-Claro que sí, encantada. Pero ¿qué tal estás?
-Muy bien, pero ahora debo irme a...- todo lo que pasé con los mortífagos vino a mí mente. - ver al ministro, inmediatamente. La veré después.
-Lía, ten cuidado.
-Claro profesora.
Me aparecí en la puerta del despacho de Kingsley. Llamé a la puerta.
-Adelante.
Abrí la puerta y el ministro me miró como si hubiese visto un fantasma.
-Lía, estas viva. Harry me vino con eso pero yo necesitaba verte con mis propios ojos. Además me ha contado alguna cosa que te ha pasado.
-Señor Kingsley.- le saludé ignorado lo que había dicho Kingsley.
-¿Para qué venías?
-Quería decirle que Rookwood ha empezado a reclutar mortífagos muggles.
-¿Cómo que muggles?
-Así es. Ha engañando a muggles y les ha otorgado magia oscura. Lo malo es que los cuerpos muggles nunca serán capaces de portar magia, sus metabolismos no están preparados para ello, por lo que tarde o temprano todos morirán.
-Veo que no perdiste el tiempo cuando estuviste prisionera.
-Así es.
-Debemos encontrar una manera de conseguir que los muggles ya no tengan magia.
-Claro que sí, señor.
-Avisaré a todos los jefes de departamento. Vuelves a ser jefa del departamento de aurores desde este preciso momento.
Se realizó una reunión en el despacho del ministro. Debíamos venir todos los jefes de departamentos, algún medimago de alto rango del hospital San Mungo, la directora de Hogwarts, todos los componentes de la Orden del Fénix, incluyendo los de mi edad que entraron para ayudar a atrapar a los mortífagos que quedan libres, los que serían los originales más los de la segunda más Luna, Neville, Ginny, Fred y George, Percy, Angelina, Katie y Audrey, Draco, Astoria, Blaise, Daphne, Theo y Daphne, y el cuarteto de oro.
La reunión empezó y les conté todo lo que pasaba.
Después de horas de dialogar llegamos a un acuerdo.
Ahora me encuentro en el despacho en el primer ministro muggle.
-Buenos días, señor primer ministro. Debo contarle unos nuevos cambios que habrán por problemas de ahora.
-Que bien que estés mejor.
-Gracias señor ministro. Pero no estoy mejor gracias al general Scott.
-¿A qué se refiere?
-A que su grandioso general es un doble, al igual que yo, pero es del otro lado. Era un seguidor de Voldemort y ahora está reclutando a nuevos mortífagos, pero no son magos de nacimiento, sino que son como usted. Personas que no tienen sangre mágica, por lo tanto sus cuerpos no pueden resistir la magia mucho tiempo. Eso es lo que pasa, debemos detener a todos esos.
-Pero ¿qué han pensado hacer?
-Contarlo todo.
-Pero eso sería...
-Bombarda Máxima.- se oyó fuera, milésimas de segundo después yo me encontraba delante del ministro protegiéndolo con la varita en alto. Mucho polvo se había levantado y no se veía quién había sido.
-Vaya, vaya. Escapas de mí y ahora te vuelvo a encontrar.
-¿Qué quieres ahora?
-Sólo acabar con la persona que tienes detrás de tu cuerpo.
-General Scott se le retiran todas las medallas y queda fuera de todos los cargos que tenía. Desde ahora se le acusará por traición.
-Me da igual ministro. Avada Kedavra.- la maldición se disipó en el aire cuando la miré.
-Cojame el brazo.- el ministro me hizo caso y nos aparecimos en el despacho de Kingsley. Acababa de desaparecer un Patronum.
-Lía hay una...
-Señor, intentaron matar al primer ministro. Me sentiría más segura si le pudiese llevar a Hogwarts.
-Eso lo hará otro. Tú debes ir a proteger a la reina. Aurores infiltrados en la guardia han avisado que están atacando el palacio.
-Claro, ahora mismo.
Salí del despacho me aparecí en el departamento de aurores.
-Código rojo, código rojo. Alerta con la familia real. Prepárense en grupos de diez y vayan a las diferentes propiedades de la realeza. Apareceos en Godric's Hollow lo antes posible. Tonks, ven conmigo, al igual que vosotros tres.- dije señalando a mi hermano, Draco y Ron. -Treinta más que vengan conmigo al palacio.
Nos cogimos de la mano y nos aparecimos en el palacio real, para ser más exactos en los aposentos de la reina.
-Revisad toda la zona en grupos de cinco. Tonks, Harry, Ron, Draco. Venid conmigo.
Corrimos a la habitación y allí estaban tres aurores combatiendo valientemente contra tres mortífagos.
-Avada Kedavra.- exclamaron los tres magos oscuros a la vez.
Conseguí disiparlas.
-Desmaius.
-Petrificus Totalus.
-Avada Kedavra.
Mis tres amigos/hermano acabaron con los tres en eso.
-Encargaos de los tres aurores comprobad que no hayan sufrido algún daño.
-Majestad. ¿Cómo os encontráis?
-Bien, gracias a estos fieles caballeros que han sacado esos palos y han protegido mi vida con la suya.
-Venid conmigo, majestad. Os llevaré a un lugar seguro.
-Pero mi familia.
-Tranquilizaos. Ellos están siendo evacuados por más personal.
La cogi del brazo y nos aparecimos en Godric's Hollow. En mi casa.
-Lamento las condiciones de mi casa. Si es tan amable de sentarse un momento.
-Claro.
-Kreacher, protege a la reina.
Salí al jardín. Con movimientos de varita y mano fui consiguiendo construir un castillo para la familia real, el cual tenía un pasadizo secreto hacia mi casa.
-Majestad, venid a ver su nueva morada mientras esto siga así.
Su majestad la reina salió y vio mi obra de arte.
-Me gusta mucho. Pero quiero ver a mí familia.
-Claro que sí, pero necesito que entre para que esté segura. No se preocupe por nada. Hay elfos domésticos para que la sirvan a usted y a toda su familia, y tienen órdenes de llevarles a un lugar seguro si les encuentran.
-Gracias por tus servicios a tu país.
-De nada majestad. Es un honor para mí.
Nos dirigimos a la entrada del castillo y allí deje a la reina para ir a por los demás.
-Chicos. Aquí.
Los aurores me miraron y me apuntaron con sus varitas, les había enseñado bien.
De repente aparecieron Harry, Draco, Ron y Tonks con más aurores.
-Señor Potter, haga una pregunta que solo la señorita Potter supiese.
-¿Cuándo fue la primera vez que me viste?
-Cuando nacimos, y conscientemente después del desastre que sufrieron nuestros padres en una cabaña del mar, pues tío Vernon y tía Petunia no querían contarte la verdad sobre tu origen, por lo que acompañé a Hagrid con una apariencia de una chica rubia con ojos azules mar.
-Es ella.
Todos se acercaron.
-Majestades. Me agrada decirles que la reina está a salvo, pero necesito que se den la mano y me la den a mí.
-Claro, joven.
Todos me hicieron caso. La familia real creo un círculo y aurores delante y detrás de ellos les sujetaron.
Nos aparecimos en el castillo y allí había muchos elfos esperándo a sus amos provisionales.
-Fidelio. Fianto Duri.
La morada de la familia real ya estaba segura.
La guerra había empezado.
¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤
El tiempo a pasado y la guerra no ha acabado. Todos los aurores están buscando por todas partes. Los aurores ahora se formaban en un curso de un año, y las cosas están muy mal. Sirius y Remus están juntos en Grimmauld Place. Draco y Astoria se habían casado hace dos meses y llegaron hace diez días de su luna de miel. Hoy nombrarán a mi hermano jefe del departamento de aurores, como yo. Otra cosa buena es que mi hermano se casaría dentro de un año.
Cuenta Hermione.
Harry y Ginny se casan dentro de un año. Pero hoy debemos centrarnos en la ceremonia de Harry. Hoy también es el cumpleaños de Victorie Weasley, la hija pequeña de Bill y Fleur.
Lía, Ginny, Luna y yo estamos en casa de la primera preparándonos.
-Debemos ir de negro, pues también hoy hace cuatro años que murió el profesor Snape.
Nos dirigimos al lugar dónde será la ceremonia.
Lía subió al escenario.
-Buenas noches. Hoy es un día muy especial, pues hace cuatro años murió un gran profesor, Severus Snape. Pero estamos aquí para algo más alegre. El ascenso del auror, componente del cuarteto de oro, buen amigo y gran hermano, Harry James Potter.
Todos aplaudimos y Harry subió al escenario.
-Harry James Potter. Estate orgulloso de portar en tus hombros un título más, jefe del departamento de aurores.
Todod aplaudimos y Ginny soltaba lágrimas de felicidad por su prometido.
-Gracias por este gran honor, aunque mi hermanita me ganase y lo consiguiese antes,- eso nos hizo reir.- No soy muy bueno para esto, pero me alegro de tener compañeros, amigos y familia conmigo apoyando todo esto. Además me gustaría anunciar que estoy prometido con mi amor, Ginny Weasley.
Harry bajó del escenario y beso a Ginny.
-¡Harry!- exclamó Ron. -Le haces algo a mi hermanita y en nombre de todos los Weasley te prometo que no sobrevivirás.
Todos rieron por el acto sobreprotector de Ron, mientras se ganaba tres miradas fulminantes.
-Ahora que la ceremonia ha concluido pueden irse.
Nos aparecimos todos en la Madriguera.
-¿Y Lía?- preguntó la señora Weasley.
-Se quedaría allí. Debe estar preparando algo.
-Después de todo no es totalmente de la familia.- se excusó Ron.
-Ronald. Lía se crió contigo desde que tenia un año, por lo que es parte de la familia.
-Vale mamá.
-Ja ja ja ja ja ja.
-Ronnie, parece que mamá se enfadó.
Entramos todos en el salón y allí celebramos el cumpleaños de la pequeña.
Por la noche, estábamos todas las chicas en el jardín hablando.
-Pobre Lía.- se lamentó Angelina.
-Si, cuando entramos en Hogwarts siempre estaba con Charlie, y regañaba a Fred y George cuando hacían bromas, para después reírse de sus caras.
-Deberíamos ayudarla.- añadió Audrey, la cual era señora Weasley desde hacía poco, mujer de Percy.
-Yo cgeo como Audgey. La pgobe chica siempre está tgabajando en el ministerio, en el mundo muggle o en Hogwagts.
-La ayudaremos.- dijo Ginny con cara de culpable.
¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤
Neville ha acabado su curso como auror y ha aceptado el puesto de profesor de herbologia, pues la profesora Sprout ya se retira.
Hoy empieza el curso y espero que entre dos profesores surja la chispa.
Cuenta Neville.
Hoy empiezo el trabajo y estoy muy nervioso.
En la Ceremonia de Selección estuve mirando a Lía. No sé por qué. Puede que antes la amase, ahora la sigo amando aunque me borrase la memoria, pero no creo que ella me ame como antes lo hacía.
Soy el nuevo jefe de la casa Gryffindor.
Mi primera semana como profesor acaba y yo sou feliz. Me encanta mi trabajo, y no lo cambiaría. Estos días, no sé por qué, me he fijado mucho en ella.
Ahora mismo estoy en la puerta del despacho de Lía. He decidido confesar mis sentimientos. Así, si no siente nada por mí no estaré así y podré seguir mi vida buscando otras chicas. También se que tal vez no me crea, pues me he convertido en una persona muy diferente, al empezar a salir con conquistas de una noche, y solamente acostarme con ellas y ya. Tal vez no me acepte al saber como soy ahora, pero intentaré conquistar su corazón.
La puerta se abre y Lía sale con unos jeans blancos con adornos negros y una blusa dorada con motivos florales bronce. En los pies llevaba unas new balance plateadas.
-Lía.- la llamé.
-Neville, ¿qué tal tu primer semana de profesor? Si tienes algún problema me avisas y te ayudaré en todo lo que pueda.
-Gracias, Lía. Pero me gustaría que vinieses conmigo.
La guié hasta la torre de Astronomía.
Allí tenía recuerdos tristes, cómo la muerte del antiguo director, pero también bonitos conmigo.
Un bonito atardecer se veía y vi la oportunidad.
Nos acercamos al borde. Ella se apoyó a las barras de hierro y miró el atardecer. Su rostro estaba relajado, tenia una sonrisa en el rostro, su pelo estaba ondulado hasta la cintura y sus ojos verde esmeralda miraban al horizonte.
-Lía.- la cogi una mano.- desde siempre nos amamos. Pero por culpa de factores que ni tú ni yo podíamos evitar tuvimos que separarnos, y yo no te recordaba. Después de un tiempo volví a recordar todos los momentos que vivimos juntos, pero estaba dividido, siempre quise volver, pero una parte de mí acobardada estaba, pues yo había cambiado y me daba miedo que no me aceptases. Después de conseguir sacar mi parte valiente conseguí estar aquí por lo que me gustaría poder volver a tenerte entre mis brazos.
-Neville...
-¿Te gustaría ser mi novia?
-Neville...
Solté su mano. No podía creer que me rechazase. Era algo que no pude imaginar, el dolor. Seguro que ella también lo vivió al tener que dejarme. Me di la vuelta y me fui.
Estaba destrozado, por lo que me fui a mi habitación a llorar.
El amor de mi vida no me aceptaba.
Cuenta Lía.
-Neville...
Noté como me soltaba la mano y se iba corriendo. Las lágrimas salían de mis ojos. Yo lo quería, pero no me lo esperaba, pensaba que ya no sentía nada por mí. Me golpeé mentalmente. Debería haberle contestado, pero no. Me tuve que quedar callada.
Corrí hacia el despacho de Neville y no había nadie. Me acerqué a la puerta y llamé.
La puerta se abrió y apreció Neville con los ojos rojos.
-Lía... yo lo siento... no debí.
Pero no le dejé seguir. Le besé, con pasión, añoranza y amor, sobre todo eso, amor. Echaba de menos sus besos, sus te quiero...
Nos separamos al notar que nos faltaba el oxígeno.
-Te amo.
-Y yo a ti. Pero creo que podría hacerte una proposición, pues después de todo habíamos estado desde mi cuarto curso hasta finales de sexto.
-¿Neville...?
-¿Querías...?
-Necesitamos vuestra ayuda en el ministerio.
Lía me cogió la mano y se apareció en el despacho que compartía con Harry.
-Chicos, nos han mandado un mensaje de batalla. Nos esperan a las 24:00 del 18 de septiembre al 19 de septiembre. Debemos coger este translador y utilizarlo el 18 a las 23:00 para que podamos ir todos a luchar.
-Pero eso es el día que empieza el cumpleaños de Hermione.
-He decidido que iremos Draco, Ron y yo.
-Sabes que no vas a poder evitar que vaya con vosotros.
-Eso es mentira. Te prohibo...
-Harry. ¿Nos vamos ya a...? Hola chicos.
-Hola Ron.- le saludé.
-¿A dónde?- preguntó Neville mirándolo.
-Es que...- me miró Ron a mí intentando ser disimulado.
-Yo mejor me voy a Hogwarts. Debo terminar de corregir unos exámenes que les hice a los de séptimo.
Los días han pasado y mañana será la batalla. Ya hemos avisado a todos los profesores que quieran luchar contra los mortífagos. Algún alumnos debe ser que lo oyó y lo sabe todo el colegio y alumnos de séptimo quieren luchar, pero McGonagall y yo decidimos que mejor se quedan protegiendo a los pequeños junto con los jefes de las casas Ravenclaw, Slytherin, Hufflepuff y ella misma representando a Gryffindor. Los de la Orden del Fénix participarán todos. Todos los aurores también y todos los de mi planta de policías y detectives también, ellos nos ayudarán con las armas muggles. Todos irán en grupos de cuatro, dos muggles y dos magos, excepto Harry, Ron, Hermione y yo que vamos los cuatro juntos. Los de Slytherin se quejaron al principio, pero conseguí convencerlos.
Dentro de una hora el translador saldrá, y de repente llaman a mí puerta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top