|Capítulo 9|

— Ya se tardó papá... —observé a mi pequeño Jimin recargar su carita sobre la mesa.

Sonreí, no quería que notara mi preocupación. Él no había llamado ni una vez y ya eran las diez de la noche; siempre llega temprano a casa. Incluso Seokjin no sabe dónde podría estar.

— Me está dando sueño, mamá —bostezó Jimin, tallando sus ojitos.

— Ve a dormir, podemos guardar el pastel para mañana, seguramente surgió algo importante y no pudo avisarnos —sonreí nuevamente, pero tenía ganas de salir corriendo a buscarlo, ¿Y si le había pasado algo malo?

Mi pequeño hace un puchero con los labios. — Yo quería ver su expresión cuando le cantaramos las mañanitas. Papá es tan torpe que olvidó su cumpleaños

— Lo sé, cariño. Ahora ve a dormir, mañana tienes escuela y no debes desvelarte —dije, dándole un beso en la mejilla.

Cuando me aseguré de que mi hijo se haya dormido profundamente, tomé las llaves de mi auto. Cierro la casa con seguro y decido ir en busca de mi esposo; Yoon nunca había desaparecido.

Justo cuando voy a subir a mi vehículo, un taxi se estaciona y él baja totalmente borracho.

— ¡Jihyo! ¡Mi hermosa esposa! —exclama con la cara roja y caminando hacia mí, pero pronto pierde equilibrio, cayendo al pasto.

Dejo salir un suspiro, mientras te ayudaba a levantarte. — ¿Mal día, amor? —pregunto, caminando contigo hacia la casa.

— F-Frustrante —se queja, apretando mi cintura e intentando besarme.

— Yoon, tienes que darte un baño, hueles mucho a alcohol. Sabes que odio ese olor, ¿Cierto? —digo suavemente, mientras abro la puerta. Siempre he sido quisquillosa con ese olor y lo detesto.

Ya cuando duermes profundamente, deslizo mi mano por tu mejilla. — Eres un bebé, Yoon. Mira que beber hasta perder el conocimiento y todo por un mal día

Me recuesto a tu lado, apoyando mi rostro en tu pecho. — Te amo —susurro con una sonrisa y cierro los ojos para poder dormir

Con un terrible dolor de cabeza, abro los ojos; la luz del día entra por la ventana y me lastima los ojos.

— ¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querido Yoongi!

Parpadeo confundido al ver a Jihyo entrar con Jimin y un pastel. Es cierto, lo había olvidado, ayer fue mi cumpleaños.

— Lamento no haber llegado temprano ayer —me disculpo con ambos por no haber cumplido mi promesa.

Mi hijo salta a mi lado. — Está bien, papá. Ahora apaga las velitas

Me acerco a mi esposa, sonrío antes de apagar las velitas y al hacerlo muerdo un pedacito del pastel. Esto es lo que necesito, esto es lo que está bien. Mi familia es mi todo.

Kim Namjoon es solo un desliz, algo sin importancia.

— ¿Estuviste llorando?

Observo de mala manera a Hoseok y ruedo los ojos. — Si lloro se me hincharan los ojos, ¿Crees que hubiese llorado? Primero está mi apariencia y luego mis emociones

— ¿Entonces por qué tienes los ojos rojos? —esta vez preguntó Jackson, sentándose junto a nosotros en el comedor.

— No pude dormir, es todo, además... ¿Por qué lloraría? —digo molesto y me llevo un trozo de pan a la boca.

Mi enojo no me dejó dormir y es que estaba tan molesto por dejar que mi cuerpo reaccionara a las caricias de ese estúpido profesor. Ni siquiera debería mirarme, yo valgo demasiado.

— ¿Tal vez por líos amorosos? —esta vez mi madre se une al bullying mañanero.

— ¿Qué? ¡No! Yo no lloro por nadie. Muchos lloran por mí —respondo satisfecho, así ha sido siempre y realmente nunca quiero llorar por alguien. Claro, a excepción de mi familia.

Cuando llego a la escuela, me sorprendo al ver a Jungkook en la entrada. Voy a pasar a ignorarlo, pero me detengo de golpe al sentir su mano en mi hombro.

— No me ignores, Nam, me lastimas —susurra, mirándome fijamente con esos profundos ojos color humo.

Incómodo desvío mi mirada. — Lo siento, no fue mi intención

— Está bien, entiendo que ya terminamos, pero somos amigos, ¿No? —me pregunta, con esa sonrisita que enseña sus dientes de conejito.

Sonrío, este chico es adorable. — Por supuesto —y ahora entramos juntos a la escuela.

Mi mirada nuevamente se posa en Namjoon, el sonríe de una manera tan hermosa que me hipnotiza, su cabello negro brilla con los rayos del sol.

— Eres sumamente hermoso, una obra de arte —susurro, sintiendo un extraño sentimiento en mi interior, no estoy seguro de que se trata.

— "Una obra de arte", ¿Eh? —la voz de Seokjin me hace tensarme, pensé que estaba solo.

— ¿No lo es? Es raro encontrar a hombres tan atractivos como ese alumno —me encojo de hombros, tratando de sonar indiferente.

Observo a mi amigo, quien está observando detenidamente a Namjoon, lo recorre una y otra vez. No me gusta que lo vea de esa manera.

— Claro, es un jovencito sumamente hermoso. Es imposible no tentarse con una belleza como él —responde Seokjin, mirándome con una sonrisa, para finalmente salir del salón.

Intento no pensar en su extraña sonrisa, así que dirijo mi mirada una vez más hacia el causante de todos estos sentimientos.

¿A quién quiero engañar?

Kim Namjoon no es algo sin importancia y eso me da miedo. Mucho miedo.














AAAA, perdón por la tardanza. Estén atentxs, voy a estar publicando varios capítulos, mi propósito en estás vacaciones es terminar con la adaptación uwu

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