CAPITULO 19

MIKE

Salimos del negocio luego de que Jona nos abriera los ojos y nos pusiera en duda acerca de lo que Raymond había dicho, últimamente se había excusado bastante al momento de reunirnos y hablar acerca de los planes y movimientos que haríamos para rescatar a Miranda y Alexa.

-¿Sabes la dirección de Raymond?- preguntó Jona.

-Es una casa cerca de la costa, se mudó a California hace un par de meses, dijo que el recuerdo de Miranda lo volvía loco- expliqué.

-Ese maldito ya está loco de nacimiento-

-Ahora lo sabemos- dijo Frank golpeando el volante mientras conducía -¿Cómo no pude darme cuenta de lo que estaba sucediendo?-

-Tampoco fui muy bueno viendo lo que estaba en nuestras narices- agregué maldiciendo mi error, nos habíamos perdido meses importantes buscando en los lugares equivocados.

-No es tiempo de reclamos y reproches, ahora debemos hacer lo posible por encontrarlas y devolverlas a su hogar- soltó Jona perdiendo nuevamente su vista en la ventana de la camioneta.

Habíamos conseguido boletos para volar desde Nueva York hasta Los Ángeles, Frank se nos adelantó y pidió a uno de sus amigos de la fuerza en la que trabajaba que rentara un coche para poder movernos hasta localizar a Raymond. Los nervios nos jugaban una mala pasada a Jona y a mí.

-¿Es aquella?- preguntó Frank señalando una mansión frente a la playa.

-Esa es la dirección- apunté.

-Ya bajemos a ver si alguien está y conoce a Raymond-

-¿Por qué tienes tantas dudas Jona?-

-Porque sé como actúan estos malditos, es mi maldito trabajo...- soltó sin más.

-¿Jona?-

-Mike, hermano, no sé como terminé de esta manera, te lo juro, quería una vida tranquila junto a Miranda, pero, ya sabes que para hacerlo debo cerrar cuentas y viejas heridas del pasado, Miranda sufrió mucho a causa de un maldito como Raymond, mi trabajo es terminar con toda esta clase de basura y enviarlos a la cárcel-

-¡ERES UN PUTO POLICÍA!- gritó Frank enajenado.

-Ahora a lo que nos toca- Jona solo asintió y volvió la mirada hacia la mansión.

-Diablos, diablos, diablos, un puto policía y no la vi venir- mascullaba Frank frustrado.

-No soy un simple policía y no daré más explicaciones- apretó el paso y se dirigió a la entrada.

-Jona Bronx, servicios especiales, busco al señor Raymond...- dijo enseñando su placa al personal de seguridad apostado a la entrada de la mansión.

-Lamento decepcionarlos muchachos pero por más credencial que enseñen no pueden pasar-

-Eso quiere decir que Raymond se encuentra...-

-Repito... lamento decepcionarlos pero ninguna persona llamada Raymond vive en este lugar-

-Imposible, esta es la...- miré el papel donde llevaba la dirección y Jona me lo quitó pasándolo al Seguridad.

-¿Está correcta?- apuntó.

-Es correcta, pero la familia que vive aquí no cuenta con ningún Raymond en la lista-

-ES UN PUTO INFELIZ HIJO DE SU MADRE- masculló Jona arrojando el papel al piso -LES HA VISTO LA CARA TODO ESTE TIEMPO Y USTEDES SE HAN DEJADO-

Giró sobre sus talones y volvió hacia la camioneta, Frank y yo nos vimos y realmente si la cara de Frank era un poema, la mía debía serlo al doble, era imposible que se nos escapara de las manos de esa manera y por confiados, pero con un demonio, como sabríamos que Raymond sería el captor de Miranda e Iris de Alexa, por favor, son el novio y la hermana de la mejor amiga de mi prometida.

-MALDICIÓN... ESTAMOS PEOR QUE AL PRINCIPIO- gruñó Frank.

-Al menos sabemos que todo fue una mentira y Jona forma parte de una fuerza y puede ayudarnos un poco más-

-Lo sé y es lo que más me frustra, que con los años que cargo encargándome de estos asuntos aún se me ha ido de las manos el muy maldito... ERA MI AMIGO...-

-Anda ya, de nada sirve quejarnos ahora... debemos avanzar-

-¡CON UN DEMONIO! MALDITO INFELIZ- grité golpeando el muro de la mansión con los puños.

-Mike, viejo, contrólate por favor-

La voz de Frank se oía lejana, solo quería sentir más dolor del que ya tenía dentro para poder así recomponerme, seguía arremetiendo con patadas y golpes hacia la maldita mansión mientras que Jona se encontraba arrodillado en la gravilla con la cabeza entre sus manos. La respuesta a todo había estado con nosotros durante todo este tiempo, dos locos de peligro se hallaban conviviendo con nosotros y nunca los tuvimos en cuenta.

-Si se colocan en ese plan de no sabemos nada tampoco lograremos mucho-

-¿Qué quieres decir?- pregunté intentando calmarme y esperando que Frank tuviera un plan que nos lleve hasta ambas.

-Que ya sabemos quienes fueron los responsables de todo lo sucedido, ahora debemos hallar más pruebas, pero al menos sabemos donde y como investigar-

Observé como Jona se ponía de pie y sacudía el polvo que cubría sus rodillas mientras yo observaba mis destrozados nudillos cubiertos de sangre. Frank nos veía con cierto enojo, pero sé que en el fondo nos comprendía y estaría igual de desesperado si su mujer y su hija desaparecieran.

-Los comprendo muchachos, si mis mujeres desaparecieran enloquecería al igual que ustedes, pero, ahora debemos ponernos en marcha y comenzar la verdadera búsqueda-

-Andando- dijo Jona alejándose de los portones de la mansión que Raymond jamás había habitado.

*********************************

1 AÑO DESPUÉS

Estábamos aún peor que al inicio, las últimas huellas nos dirigieron a la nada, lo último que pudimos saber fue que Alexa había sido abandonada en un psiquiátrico, para mayor ironía, en el estado de Nueva York, en nuestros ojos, pero hace un par de meses un médico la sacó de allí y no se supo nada de los dos. Con Miranda era aún peor, en ningún lugar nadie había oído el nombre de Raymond, su empresa quedó a cargo de la persona que era su mano derecha en todo, pero tampoco soltó prenda alguna para dar con su jefe. De Sam e Iris no se sabe mucho más, hemos seguido sus pistas hasta una isla ubicada en Brasil, pero de allí ni siquiera los contactos de Jona sirvieron de algo.

Y aquí estoy ahora, mis padres decidieron enviarme a descansar, habían transcurrido exactamente un año y ocho meses sin mi prometida, sin el amor de mi vida y sentía que perdería las esperanzas en cualquier momento, ese maldito médico, donde la habrá llevado.

-¿Hermano?-

-Eh, Jona...-

-No se como estará mi cara, pero la tuya se ve horrible viejo- carcajeó acerca de mi aspecto.

-Pues tú llevas las de ganar amigo mío, sin tu hermana estoy muerto en vida, así de simple-

-Sin Miranda es igual, me he gastado el año completo rastreando el más mínimo signo de vida de Raymond o alguna de sus empresas y nada, es imposible que se lo haya tragado la tierra, la posibilidad del cambio de identidad es aún más viable ahora, pero eso dificulta aún más la búsqueda-

-Joder Jona, puede haber gente tan maldita en este mundo-

-Créeme hermano, la hay y mucho más podrida y basura que este par, los veo a diario en mi trabajo-

-A todo esto Jona, si das con Miranda, ¿dejarás...?-

-Todo, solo he estado ganando lo suficiente para sobrevivir y dar un buen pasar a mi esposa el resto de mis días, cuando la encuentre me dedicaré solo a hacerla feliz-

-Bien por ti hermano...-

-¿Por qué Egipto?-

-Porque era lo que menos recuerdos me traía de tu hermana- dije mientras caminaba entre las ruinas de las pirámides.

-Miranda amaba las pirámides, decía que su sueño era caminar sobre alguna de sus piedras alguna vez-

-¿Cumplirás?-

-Lo haré, la hallaré y cumpliré sus caprichos- sonrió mirando fijamente hacia una de las pirámides.

-¿Jona?-

-Que me lleve el infierno...-

-¿Jona?-

-¡MIRANDA!- corrió hacia la pirámide como alma que lleva el diablo, lo seguí tratando evitar que cometiera un error pero...

-¿Miranda?- susurré al ver la mujer que estaba frente a Jona.

-¿Jona?- susurró ella colgándose de su cuello, la vi llorar pero cambiar de actitud de un momento a otro.

-¿Miranda, mi amor, por qué?- Jona acariciaba su rostro perdiéndose en sus ojos al igual que ella.

-Debes irte Jona, es peligroso, volverá pronto, te matará, no puedo- soltó casi sin respirar, sus nervios la traicionaban y las lágrimas también.

-No, no Miranda, llevamos casi dos años buscándolas...-

-¿QUÉ?- abrió sus ojos sorprendida.

-Miranda...-

-¿Mike.. y Alexa?- dijo buscándola tras de mí.

-Cariño, no sabemos nada de ella, jamás volvió a nosotros-

-¿No? NO NO NO- negaba con la cabeza y miraba hacia los lados como temiendo que alguien llegara -lo sabía, es un maldito mentiroso, maldito infeliz- susurró.

-Miranda, amor, ven conmigo, vamonos de aquí, no pienses que te dejaré en manos de ese maniático ni un segundo más, ven conmigo-

-No puedo Jona, es el único que sabe donde puede llegar a estar... ¡NO!- gritó al ver por detrás de Jona y oí un fuerte estruendo.

Al volverme vi a Raymond sosteniendo un arma y Jona cayendo al suelo sosteniendo su abdomen. Miranda se colocó sobre él al ver que Raymond se acercaba hasta él, furioso y fuera de sí.

-NO QUIERAS PASARTE DE LISTA MIRANDA, TÚ VIENES CONMIGO SI LO QUIERES CON VIDA-

-SE ESTÁ DESANGRANDO MALDITO-

-VEN CONMIGO O LA PRÓXIMA IRÁ EN SU CABEZA-

-PUES APUNTA A LA MÍA PORQUE NO PIENSO PERMITIRLO-

El sonido de sirenas me distrajo de la discusión y vi un par de policías acercarse a Raymond, hablaron en el idioma autóctono y no alcancé a entender nada de lo que decía, vi como separaban a Miranda de Jona y decidí intervenir golpeando al que llevaba a Miranda en su hombro.

-SUELTA LA MUJER MALDITO- grité golpeando su nuca con mi codo.

Cayó al suelo al instante mareado y dejó caer a Miranda a un costado.

-Ponte detrás de mí, no dejaré que te lleven- aseguré acercándome al cuerpo de Jona -¿Hermano?-

-La ayuda está en camino- susurró - toma, es mi arma personal, úsala Mike-

Tomé el arma de Jona y apunté hacia los hombres que avanzaban hacia nosotros, levanté el arma y lancé un disparo al aire.

-El próximo irá directo a tu corazón maldito- apunté hacia Raymond.

-No saldrán vivos de aquí, ni tú ni él-

-¡SERÁS TÚ MALDITO QUIEN NO SALGA DE AQUÍ BIEN LIBRADO!- gritó Jona poniéndose de pie con ayuda de Miranda.

Me volví hacia él y comprendí su seguridad, no estaba solo en Egipto, se hallaban en una misión, su escuadrón en estos momentos rodeaba a Raymond y los policías que habían intentado llevarse a Miranda.

-Baje el arma- ordenó uno de ellos a Raymond.

Éste la bajó sin presentar lucha e intentó hablar con ellos y comprarlos mientras que a los policías simplemente los dejó estar sin preocuparse por nada más que su pellejo. Uno de los miembros se acercó apresurado hasta Jona y llamó un helicóptero para su traslado. Miranda no se alejó en ningún momento de su amor, no podía soltar su mano hasta llegar al hospital.

-Todo saldrá bien Miranda- dije abrazándola.

-Intenté evitar esto y de nada sirvió soportar tanto- susurró entre sollozos.

-Miranda, ¿qué fue lo que pasó?- hizo una seña para tomar asiento.

-Michael, fue mi hermana, lo siento mucho- dijo limpiando sus lágrimas.

-Ella es una loca Miranda, pero tú eres una persona completamente diferente, no te hagas cargo de sus atrocidades-

-Lo sé, pero no se suponía que sería así...-

-¿De qué hablas?-

-Mike, acepté el trato e ir con Raymond, cambiaríamos de identidad, de hecho mi nombre es Samantha Ryan ahora y él cambió su nombre por el de Kevin Myers-

-Es un maldito loco, lo tenía todo planeado-

-Desde que Jona volvió a aparecer Raymond cambió, no sé en qué momento, pero cambió muchísimo y para el mal- cubrió su rostro con las manos y comenzó a llorar.

-Ven aquí- dije abrazándola.

-Como no imaginas Mike, creía que nunca volvería a verlos-

-Ya estás con nosotros pequeña, no volverán a poner un dedo sobre ti-

-Jo... na...- sollozaba.

-Es un fuerte cabeza dura, saldrá bien de esta también-

Apoyé su cabeza en mi regazo y acaricié su cabello, lucía realmente agotada, no quedaba nada más que la sombra de la Miranda alegre y jovial que alguna vez conocí. Su pequeño cuerpo temblaba a causa del llanto mientras intentaba consolarla y calmarla.

-¿Familiares de Jona Bronx?-

-Aquí- dije llamando la atención del doctor dándome cuenta que Miranda había quedado dormida en mis brazos.

-La operación ha salido bien, es un muchacho fuerte y con suerte, la bala no ha dañado ningún órgano de importancia, deberá quedarse por un tiempo para su recuperación, pero en menos de una semana podrá ser dado de alta-

-¿Podemos verlo?-

-Una enfermera vendrá por ustedes-

-Gracias-

Volví mi mirada hacia Miranda quien parecía estar descansando después de años de no hacerlo y la desesperación se volvió a adueñar de mi sistema. Alexa... cariño... no pararé hasta encontrarte.

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