CAPITULO 14

MIKE

-Disfrútala mientras puedas... el karma es una maldita perra... hermano-

-¿Mike?- oí su voz a lo lejos, no es posible que sea cierto.

-Lo siento cariño- me acerqué hacia ella fingiendo que nada pasaba.

-¿Todo en orden?-

-Te amo, más que a mi vida, creo que todo lo de la boda y tu salida al fin me pusieron algo sensible- te protegeré con mi vida, era eso realmente lo que debía decir, pero no aún -¿Lista?-

-Como nunca antes en mi vida-

Solté una carcajada tratando olvidar lo que Sam había dicho al salir de la habitación, eso no era bueno, debía hablar con Frank, necesito de toda su ayuda para que investigue a Samuel Castel, veo como Alexa ve hacia todos lados buscando a las tres mujeres más alocadas que conozco.

-Están en casa, preparando todo para cuando llegues- digo haciendo que se sobresalte.

-¿De cuando aquí te has vuelto mentalista?-

-Desde que te amo y deseo lo mejor para los dos y nuestra familia- vi la puerta de la clínica y la hora de la prueba de fuego llegaba, debía caminar a mi lado, de mi mano -nadie te hará daño a ninguno de nosotros-

Diablos, no debí dejar salir aquello, me coloqué de cuclillas frente a ella y acuné su rostro con mis manos.

-¿Mike?- la vi confundida por lo que había dicho.

-¿Lista?- le ofrecí su mano para ayudarla, rogaba que con esto olvidara lo que había dicho.

-Aquí vamos- apoyó su mano libre en el posabrazos de la silla de ruedas y logró levantarse.

Sé que es muy difícil para ella, ha logrado superar muchas pruebas y creo que simplemente ha vuelto a vivir.

-Tú puedes cariño, camina a mi lado- no la dejaré sola jamás.

Juraba en mi interior que no la abandonaría, la haría feliz a cualquier precio, así si debía matar por ella, lo haría sin dudar, quién en el mundo es tan enfermo como para querer dañarla, alguien que ya ha sufrido demasiado y sin hacer ningún daño a los demás, ¿QUIÉN MALDITA SEA?.

-¡Esa es mi mujer!- la alentaba borrando cualquier pensamiento negativo de mi mente.

-¡TE AMO!- la sentí rodear mi cuello y sonreí aferrándome a ella.

-Nada Alexa, nada podrá acabar con nuestra felicidad, lo lograremos, todo, juntos- sentí sus labios recorrer los míos lenta y tiernamente.

Rompí el beso y sonreí sobre sus labios, Dios, como amo a esta mujer, es mi todo, mi vida, el jardín que había sido testigo de nuestro compromiso seguía allí tan inmaculado como siempre lo estuvo, volví mi rostro y la sonrisa en el suyo me indicaba que pensábamos lo mismo, sin dudarlo la acerqué más a mí, tomándola casi posesivamente, al llegar al estacionamiento su rostro cambió al ver mi Silver esperando por ella, sabía que no era de su agrado, pero creo que es lo único que no está en discusión para ser cambiado, es mi Silver, mi marca personal, fue imposible no reír al ver su rostro fingiendo enojo, en el fondo se que ama a Silver, sí, ese es su nombre, ya lo sé, estoy loco, y bueno, de poetas y de locos todos tenemos un poco ¿no?

-Vamos cariño, sabes que en el fondo también te encanta-

-Sigue soñando Brunet, no la quiero conmigo- fingió molestia mientras subía.

-Ya veras que sí, cuando te recuperes haré que ames esta camioneta- debía hacerlo a toda costa y sabía que este método era infalible.

-Pues deberás intentarlo muchas veces para que ame a este monstruo-

-Oh sí, ten por seguro que lo intentaré las veces que sean necesarias, hasta que la ames como a mí- al subir por un segundo quedaron sus nalgas a mi merced y fue imposible, inevitable dar una pequeña nalgada a mi futura esposa.

Su rostro al volverse hacia mí era un poema, entre lo rosado de sus mejillas y sus ojos abiertos, mi futura esposa es algo que jamás podré cansarme de observar, amar y desear. Metí la llave para que Silver comenzara a rugir y así lo hizo, ese era el rugido más exquisito que había oído jamás, además de los de Alexa cuando... ehem, eso no viene al caso, el reflejo del sol en la negra camioneta era todo un deleite y más de uno volteaba a verla a su paso. ¿Cómo no amarla? al volver la vista hacia Alexa la vi cubriéndose los oídos y buscando algo en el estéreo.No pude más que sonreír ante su reacción.

-Cariño, no te enfades con Silver, te juro que eres la única en mi vida-

-¿Silver?-oh no... ¿celos?.

-Silverado es muy largo-

-Lo que sea- no pude evitar sonreír ante su locura.

Luego de pasar por varias emisoras una canción llamó su atención y la mía, estábamos juntos en esto, éramos el uno para el otro y seguiríamos así, busqué su mano y cantamos a dúo lo que quedó del camino, Sugar, de Maroon five, realmente amaba ese grupo.

-Oh por Dios-

Y ahí estaba el brillo en su mirada de mi amor siendo completamente feliz, todos esperando por nosotros, no podíamos pedir más, solo mi cuñado andaba desaparecido nuevamente, trabajo, se excusaba él pero no podía entender cómo lo consumía tanto, a todo esto, ¿qué trabajo será?

-¡BIENVENIDA!- gritaron todos y se acercaron hasta donde estábamos.

-¿SE PUEDE TENER MEJOR REGALO EN ESTA VIDA?- la alegría era enorme al ver a su madre llegar a ella.

-Hija, estás caminando-

-Volví a nacer mamá, lucharé y ganaré la batalla contra lo que sea-

-Esa es mi hija, mi orgullo, no me mires así, también volví a nacer en mi interior, cometí muchos errores hija pero prometo que de hoy en más no será así, te amo y demostrártelo será mi tarea diaria, a ti y a tu hermano-

Algo me decía que Alexa había esperado por aquellas palabras durante mucho tiempo ya que se abrazó a su madre y unas pequeñas lágrimas cayeron distraídas por sus mejillas.

-Te amo mamá, te amamos, Jona también lo hace y más de lo que crees-

-Amiga- la voz de Miranda llamó mi atención y al volverme lo que veía era muy extraño.

Miranda siempre había sido alguien que irradiaba luz propia, un pequeño duende repartiendo alegría, está bien, es una comparación muy tonta, pero es como es ella, o ¿era? sonreía pero esa sonrisa no se reflejaba en su rostro, vi como su abrazo con Alexa fue más doloroso de lo que creía, pero...

-Mike, amigo, ¿cómo estás?-oí a Raymond acercarse.

-Raymond, qué puedo decirte... feliz y relajado al fin, con mi futura esposa, en nuestro hogar- él tampoco actuaba como siempre, al instante giró a observar a Miranda... ¿llorando?

Aquello era extraño, se tensó y alejó de Alexa, su rostro estaba ¿asustado? pero qué demonios. Eso era muy extraño, no la había visto así desde que sucedió lo de Alexa, la preocupación en los ojos de mi futura esposa dice que piensa lo mismo que yo, ambos somos buenos observadores. Mamá y papá se acercaron a ella y la saludaron y animaron como siempre. Luego de saludarlos a todos y de que papá nos felicitara sucedió lo más insólito de la noche.

-Felicitaciones por su compromiso- añadió Evan -entremos, la cena ya está lista y hay mucho por festejar-

-¿Mucho?- aquello se ponía cada vez más raro.

-¿No te lo ha dicho Miranda?- habló Raymond a cierta distancia.

-¿Miranda?- nos volvimos hacia ella.

No contestaba, siquiera y levantaba la mirada, ¿qué está pasando? Raymond se acercó a ella y la tomó de la cintura al tiempo que besaba su cabeza.

-Pues digamos que hace tiempo quería hacer esto pero, verlos a ustedes así de enamorados, hizo que me decidiera y pidiera a Miranda que fuera mi esposa- la sorpresa para todos fue enorme, quedamos en shock viendo como Miranda intentaba sonreír.

-OH POR DIOS, ESO ES MARAVILLOSO, tus padres estarían tan contentos- Scarlet fue la primera en saludarlos.

-Lo sé, gracias- susurró apenas Miranda.

-Pasemos por favor, estar mucho tiempo parada aún molesta- se excusó visiblemente molesta Alexa.

-Lo siento hija, pasemos-

-A mi habitación por favor Mike, estoy un poco cansada-

-Claro cariño, déjame acompañarte-

Al entrar la dejé sobre la cama y su rostro estaba completamente desencajado, sabía el motivo, pero la dejaría hablar cuando ella lo quisiera.

-¿Estás bien cariño?-

-No, esto no está bien, es mentira-

-¿Alexa?-

-Mike, algo cambió y necesito...-

-¿Mike?- Miranda asomó su rostro en la puerta.

-Estaré abajo si me necesitan-

Abandoné la habitación y me propuse averiguar que demonios sucedía entre Raymond y Miranda, ambos parecían estar enamorados, lo del casamiento fue sorpresivo, pero no tenía nada de malo, ellos estaban saliendo hace años al igual que Alexa y yo, pero esa sombra que cubre su mirada no me cierra en toda esta ecuación mental.

-Raymond, felicitaciones amigo, estoy realmente sorprendido pero contento por tu decisión-

-Gracias Mike, Miranda es una mujer realmente excepcional y solo quiero disfrutar de ella- sonrió pero de una manera poco convencional.

-Debe ser ese el motivo de su llanto, está sensible por los acontecimientos- solté tomando uno de los aperitivos que habían preparado sobre la mesa principal de la casa.

Su rostro se volvió como de piedra, no entendí que fue lo que había dicho de malo, pero fue suficiente para hacer que saliera disparado a buscar a Miranda.

-Está con Alexa, deben tener mucho de que hablar-

-Lo sé, pero tenemos otros asuntos pendientes con ella, sólo podemos quedarnos hasta ahora-

La frialdad en su mirada y su voz fue lo último que necesitaba para convencerme de que algo realmente malo estaba pasando con Raymond.

Al subir con la bandeja de Alexa en manos, vi como Raymond tomaba con fuerza el brazo de Miranda prácticamente obligándola a bajar por las escaleras. Los ojos de Miranda al verme me esquivaron, definitivamente el solcito de Alexa estaba sufriendo por algo.

-¿Vendrás mañana? Alexa quiere ver vestidos y ya sabes... eso que hacen ustedes en las bodas-

-Al terminar su trabajo en la empresa la traeré- sentenció Raymond.

-Está bien... ¿todo en orden Miranda?-

-Todo en orden Mike, nos vemos mañana-

Sin más agachó su cabeza y continuó bajando, Raymond me dio una palmada en la espalda y aseguró que él la traería al salir de la empresa. Al llegar a la habitación me encontré con una Alexa totalmente perdida en sus pensamientos, sé muy bien como se sentía porque estaba en su misma situación.

-¿Cariño? ¿Alexa?-

-Todo en orden cariño, lo siento, el cansancio y las sorpresas me están matando-

-Estás en casa, conmigo y nuestra familia, todo estará bien-

Tendió su mano para acercarme a ella, dejé la bandeja en la mesita que se hallaba junto a la cama y me senté en la cama para abrazarla y besar su frente.

-Tengo un presentimiento Mike, no puedo evitarlo, algo va mal-

-Nada de pensar en eso ahora cariño, ¿quieres comer algo?-

-¿En qué ...?-

-Cuando estabas perdida pensando en quien sabe que-

-Miranda, me preocupa ella, hay algo que va mal con ella-

-La vi un poco extraña hoy, su sonrisa no llega a sus ojos y es muy raro en ella, también Raymond ha estado algo, no sé-

-¿Posesivo?-

-Alerta, no la dejó sola por mucho tiempo-

-Mike, no quiero que sufra más de lo que ya sufrió-

-Intentaré ayudarte cariño, mañana vendrá para acompañarte a ver los primeros detalles de la boda-

-Mike, no quie...-

-Será como tú quieras, solo quiero que te quedes a mi lado siempre... te amo Alexa-

-Y yo a ti Michael-

-Ahora come, saldré un momento a hacer unas llamadas y regreso-

-Te esperaré...- guiñó un ojo y sonrió pícara.

-Volveré cuando menos lo esperas- salí fingiendo normalidad.

Busqué en mi directorio de contactos el número de Frank Bynes, sabía que no se había contactado por falta de información, pero debía pedirle que investigue a Samuel Castel, no quedaría tranquilo luego de su amenaza, porque eso era, una maldita amenaza.

-Bynes-

-Frank, soy Michael Brunet-

-Mike amigo, siento mucho no haber podido avanzar con la investigación- su frustración era notoria -ni una maldita pista, nada-

-Lo sé, por eso te llamaba Frank-

-¿Sucedió algo?-

-Necesito que investigues a alguien por mí-

-Claro, dime-

-Necesito que averigües todo lo que sepas sobre Samuel Castel-

-¿No es el mismo terapeuta de Alexa?-

-El mismo-

-Pero...-

-Dijo que la disfrutara mientras pueda, que el karma es una maldita perra-

-Me pongo en ello amigo...-

-Por favor Bynes, ni una palabra de esto a Raymond-

-Entendido, ¿también notaste el cambio?-

-Sí-

-Te llamaré cuando sepa algo-

-Está bien, Frank...-

-Sí...-

-Gracias, es mi familia la que está en juego, moriría por ellos-

-Lo sé amigo, iré a ver que encuentro de ese sujeto-

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