CAPITULO 13

NARRA ALEXA

Luego de que Mike me propusiera matrimonio en la clínica he estado prácticamente flotando en una nube de amor y felicidad, el miedo que sentía poco a poco se fue esfumando dando paso a nuevas esperanzas, hace ya 6 meses que toda esta pesadilla comenzó y hoy al fin puedo ir a casa con mi prometido, por Dios, ¡qué bien se oye eso!

-¿Y esa sonrisa futura señora Brunet?- sentí sus manos rodear mi cuello besar mi mejilla.

-Todo por usted señor Brunet, sólo por usted- dije soltando un suspiro luego de sentirlo besar mi cuello.

-Es lo que más feliz me hace- caminó lentamente quedando frente a mí e hincado para sujetar mi rostro y acariciarlo.

Era nuestro último día en la habitación de la clínica, aquellas blancas paredes se habían convertido en mi hogar durante 6 meses, Miranda y mi madre se encargaron de dar un poco de color para no dejar que mi ánimo decaiga. Habían traído cuadros y pequeños portaretratos con fotografías de tiempos felices y anécdotas que nos hacían reír cuando comenzaba a salir mi lado negativo, las flores eran un decorado que cada día traía Mike. Sentía nostalgia sentada en mi silla de ruedas viendo hacia el jardín en el que Mike me había propuesto matrimonio.

Un carraspeo en la puerta nos distrajo, Sam entraba con un ramo de flores y se acercaba con la sonrisa más grande que le había visto.

-¿Era cierto?- su ronca voz llenó el silencio de la habitación.

-Llegó el día- mi sonrisa destilaba felicidad pura.

-Al fin fuera de aquí- masculló Mike viendo con celos notorios a Sam.

-Son para ti, voy a echarte mucho de menos Alex- me abrazó y entregó las flores, de reojo pude ver como el rostro de Michael se descomponía al oírlo llamarme así.

-Gra... cias...- susurré y me dio un beso en la mejilla para luego acariciarla.

El sonido de un portazo fue todo lo que oímos y la sonrisa socarrona que danzaba en los labios de Sam me daba mala espina, no lo haría a propósito, ¿o sí?

-Lo siento Alexa, es sólo que es muy tonto de su parte ponerse en papel de celoso, por Dios santo, van a casarse- soltó riéndose.

-Te sucedería lo mismo en su lugar Sam, sólo que aún no lo has experimentado- su rostro serio pareció haber recordado algo.

-Tienes razón, vamos, ya llevó las maletas, te llev...-

-Lo hago yo, ella es mi prometida, tu trabajo concluyó el día de ayer Samuel- espetó Mike apoyado en el marco de la puerta.

-Wow, estamos de mal humor, es toda tuya viejo... ya relájate- soltó levantando las manos en señal de rendición.

-Vamos muchachos... ya quiero salir de aquí- dije tratando de terminar con la tensión que había.

-Lo siento... ya me voy... cuídate mucho Alexa, nos veremos pronto- Sam agitó la mano y abandonó la habitación susurrando algo al llegar a Mike haciendo que abriera los ojos.

-¿Mike?- llamé su atención al verlo congelado.

-Lo siento cariño- se acercó y beso mis labios con cariño, pero podía sentir cierto temor en ello.

-¿Todo en orden?- no pude evitar sentirme preocupada.

-Te amo, más que a mi vida, creo que todo lo de la boda y tu salida al fin me pusieron algo sensible- acarició mi mejilla y besó mi frente -¿Lista?-

-Como nunca antes en mi vida- sentencié ansiosa.

Soltó una carcajada y se dispuso a llevar la silla de ruedas a lo largo del pasillo de la clínica, me parecía raro no haber visto a mi madre o Miranda o a Susan en este día, pero conociéndolas, en algo andará ese trío.

-Están en casa, preparando todo para cuando llegues-

-¿De cuando aquí te has vuelto mentalista?-

-Desde que te amo y deseo lo mejor para los dos y nuestra familia- sentí como frenaba la silla al llegar a la puerta de la clínica -nadie te hará daño a ninguno de nosotros-

-¿Mike?- tomé su rostro y lo vi confundida por lo que había dicho.

-¿Lista?- cambió de tema tendiendo su mano.

-Aquí vamos- tomé su mano y me levanté lentamente de la silla de ruedas.

-Tú puedes cariño, camina a mi lado- susurró dándome fuerzas.

Usé mi brazo libre de apoyo sobre la silla de ruedas y poco haciendo acopio de mis fuerzas fui levantándome de la silla que me había sostenido todos estos meses, fue renacer, volver a aprender todo lo que ya sabía, más que un simple empezar de cero, fue aprender que nada es imposible que siempre habrá más motivos para luchar que para rendirse.

-¡Esa es mi mujer!- me alentaba Mike tomando mis manos y ayudándome a dar los primeros pasos fuera de la clínica.

-¡TE AMO!- grité saltando a sus brazos.

-Nada Alexa, nada podrá acabar con nuestra felicidad, lo lograremos, todo, juntos- sonreí y besé sus labios tiernamente.

Caminamos a paso lento hacia el estacionamiento, pasando por el jardín de la clínica sin evitar mirarnos y reír al tiempo que me acercaba a él tomándome de la cintura. Al llegar donde su camioneta se hallaba una Silverado negra, siempre creí que eso era un sello de gángsters o algo parecido, pero a Mike se le ve realmente bien. Tomó mi mano para ayudarme a subir y sonrió al recordar de seguro lo que siempre opinaba de su camioneta, pero ya había asegurado que no la cambiaría por nada.

-Vamos cariño, sabes que en el fondo también te encanta-

-Sigue soñando Brunet, no la quiero conmigo- fingí molestia mientras subía.

-Ya veras que sí, cuando te recuperes haré que ames esta camioneta- levantó las cejas con picardía y entendí hacia donde iba su mente.

-Pues deberás intentarlo muchas veces para que ame a este monstruo- sonreí coqueta e imitándome siguió con su juego.

-Oh sí, ten por seguro que lo intentaré las veces que sean necesarias, hasta que la ames como a mí- sentí una pequeña nalgada y giré sorprendida hacia él.

No pude más que sonreír por su ocurrencia y cerró la puerta para subir de su lado y encender el gran y ruidoso motor de la camioneta, tapé mis oídos fingiendo molestia y opté por inclinarme y encender la radio, su risa llenó por completo el lugar.

-Cariño, no te enfades con Silver, te juro que eres la única en mi vida-

-¿Silver?- tiene nombre la cosa esta, no, imposible.

-Silverado es muy largo- restó importancia encogiéndose de hombros.

-Lo que sea- no pude evitar sonreír ante su locura.

Durante casi todo el camino fuimos escuchando canciones variadas, mi favorita...

-Sugar, yes please, won't you come and put it down on me... right here cuz i need little love a little simphaty...- a dúo y con su mano entrelazada a la mía íbamos rumbo a nuestro hogar.

-Oh por Dios- abrí mis ojos y mi boca casi cae al piso.

Nuestro hogar iluminado en la entrada y un gran cartel de bienvenida y nuestras familias y amigos esperando por nosotros. Mi madre, Miranda, Raymond, Susan y Evan estaban allí. Jona estaría nuevamente viajando por trabajo, que por cierto ese granuja jamás dijo cual era.

-¡BIENVENIDA!- gritaron todos y se acercaron hasta donde estábamos.

-¿SE PUEDE TENER MEJOR REGALO EN ESTA VIDA?- suspiré abrazando a mi mamá.

-Hija, estás caminando- sus ojos con lágrimas denotaban la gran emoción que sentía.

-Volví a nacer mamá, lucharé y ganaré la batalla contra lo que sea- tomó mi rostro en sus manos y besó mi frente.

-Esa es mi hija, mi orgullo- abrí los ojos sorprendida, ella nunca había sido así -No me mires así, también volví a nacer en mi interior, cometí muchos errores hija pero prometo que de hoy en más no será así, te amo y demostrártelo será mi tarea diaria, a ti y a tu hermano-

-Te amo mamá, te amamos, Jona también lo hace y más de lo que crees-

-Amiga- susurró Miranda acercándose, sonreía pero la felicidad no llegaba a su mirada, me había perdido de mucho y hablaría con ella.

-Mi solcito- se aferró a mí con desesperación.

-Miranda...- hice que me viera y al hacerlo las lágrimas en sus ojos me decían que había mucho más detrás de su abrazo.

-Alexa...- oí a Raymond acercarse.

El cuerpo de Miranda se tensó bajo el mío y no pude entender el motivo, será acaso que Raymond...

-Hola, gracias por venir- dije al verlo y su mirada no era la misma de siempre, algo oscuro había en ella y eso me preocupó.

-¡Hija!- Susan me distrajo y me abrazó dulcemente.

-Susan... Evan...- tendí mis manos hacia ambos -gracias por estar a mi lado y apoyar a Mike-

-Sabemos lo que él significa para ti y tú para él, son tal para cual- sonrió al ver que también Mike se acercaba a nosotros.

-Felicitaciones por su compromiso- añadió Evan -entremos, la cena ya está lista y hay mucho por festejar-

-¿Mucho?- aquello se ponía cada vez más raro.

-¿No te lo ha dicho Miranda?- habló Raymond a cierta distancia.

-¿Miranda?- me volví a verla extrañada.

No contestaba, siquiera y me veía, ¿qué está pasando? Raymond se acercó a ella y la tomó de la cintura al tiempo que besaba su cabeza.

-Pues digamos que hace tiempo quería hacer esto pero, verlos a ustedes así de enamorados, hizo que me decidiera y pidiera a Miranda que fuera mi esposa- la sorpresa para todos fue enorme, quedamos en shock viendo como Miranda intentaba sonreír.

-OH POR DIOS, ESO ES MARAVILLOSO- mi madre rompió el silencio llegando hasta Miranda para abrazarla -tus padres estarían tan contentos-

-Lo sé, gracias- susurró apenas Miranda.

-Pasemos por favor, estar mucho tiempo parada aún molesta- soné un poco irritada.

-Lo siento hija, pasemos- abrieron paso y fijé mi mirada en mi solcito.

-A mi habitación por favor Mike, estoy un poco cansada- me excusé y esperé que Miranda entendiera la indirecta.

Subimos y al entrar quedamos en silencio con Mike. Al cerrar la puerta me volví hacia él y él supo ver en mi mirada el dolor que había.

-¿Estás bien cariño?-

-No, esto no está bien, es mentira-

-¿Alexa?-

-Mike, algo cambió y necesito...-

-¿Mike?- Miranda asomó su rostro en la puerta.

-Estaré abajo si me necesitan- Mike abandonó la habitación y Miranda se lanzó a mis brazos llorando.

-Shh, calma cariño, dime que pasa...-

-Todo se ha ido al diablo amiga, todo se ha ido al...- sollozaba y yo seguía sin entender.

-Jona...- soltó con un suspiro.

-¿Qué con él?-

-Lo amo-

-Pero vas a casarte con Raymond- tomé su mano con el anillo y se lo mostré.

-Lo sé- se levantó zafando de mi agarre.

-Entonces...-

-Alexa, no tienes idea de...-

-¿Miranda?- Raymond apareció y nuevamente terminó la conversación entre mi amiga y yo.

-Te llamo luego Alexa, me alegra que regresaras a casa y caminando... te amo amiga- me besó y aferró nuevamente.

-Te amo más mi solcito, mañana por la tarde te espero, hay que organizar la boda- sonreí intentando que Raymond no notara mi excusa.

-Está bien, aquí estaré- sonrió con sinceridad y salieron de la habitación.

Aquello era nuevo, no entendía que se había perdido en el camino pero no podía saber que era y me irritaba, sentía que estaba mal y debía hacer algo.

-¿Cariño? ¿Alexa?- Mike entró a la habitación y siquiera lo había notado.

-Todo en orden cariño, lo siento, el cansancio y las sorpresas me están matando- tendí mi mano para acercarlo a mí.

-Estás en casa, conmigo y nuestra familia, todo estará bien- susurró besando mi frente con cariño.

-Tengo un presentimiento Mike, no puedo evitarlo, algo va mal-

-Nada de pensar en eso ahora cariño, ¿quieres comer algo?- señaló la bandeja que había traído.

-¿En qué ...?-

-Cuando estabas perdida pensando en quien sabe que- sonrió trayendo la bandeja hacia nosotros.

-Miranda, me preocupa ella, hay algo que va mal con ella-

-La vi un poco extraña hoy, su sonrisa no llega a sus ojos y es muy raro en ella, también Raymond ha estado algo, no sé-

-¿Posesivo?-

-Alerta, no la dejó sola por mucho tiempo-

-Mike, no quiero que sufra más de lo que ya sufrió-

-Intentaré ayudarte cariño, mañana vendrá para acompañarte a ver los primeros detalles de la boda-

-Mike, no quie...-

-Será como tú quieras- me interrumpe besando mis labios -solo quiero que te quedes a mi lado siempre... te amo Alexa-

-Y yo a ti Michael-

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