CAPITULO 10
NARRA IRIS
-¡COMPROMETIDOS!- aquello me cayó como un balde de agua fría.
-Sí, acabo de llegar de la clínica y Mike había preparado todo para pedírselo a Alexa-
Maldita mustia, era feliz, se estaba recuperando e iba a casarse, maldita. Un gruñido salió de mi garganta.
-¿Iris?-
-Sí Miranda, me alegro por ellos, debo irme, tengo cosas que hacer, hablamos luego-
Siquiera dejé que me contestara y colgué. Estaba realmente fastidiada y furiosa. No podía creerlo. Lancé el vaso que traía en mi mano contra la pared.
-¿Qué demonios?-
-Sólo vine por mis cosas y me largo-
No noté en que momento había entrado Jake al apartamento, sabía sus horarios y pretendía llevarme todo antes de que regresara pero la llamada de Miranda me había dejado en shock.
-No tienes que hacer esto-
-Ya dejame Jake, ve a felicitar a tu amada, va a casarse-
Solté aquello con la mayor rabia y amargura posible. Los ojos de Jake se abrieron como platos y una sonrisa triste se dibujó en sus labios.
-Lo haría si supiera que Mike no va a molerme a golpes si me ve cerca de ella-
Se acercó a la nevera y tomó una botella de cerveza para él mientras me ofrecía otra. Llegó hasta el sillón y se tiró totalmente relajado.
-¿Irías a verla? Esto es una burla-
-Es sentido común-
-Me largo-
-Iris... por favor-
Se levantó al momento del sillón e intentó sujetar mi mano pero fui más rápida y esquivé su agarre, me siguió mientras caminaba hacia la habitación para recoger mis cosas. No podía soportar que hasta con Jake se había salido con la suya y él muy maldito había dejado todo por la paz.
-Nada Jake- intentaba no quebrarme pero realmente amaba a este hombre, había esperado por más de dos años que realmente comenzara a sentir algo por mí y la olvidara por completo pero no lo había hecho ni lo haría jamás.
-Iris... no hagas esto por favor- susurró en mi oído al tiempo que me rodeaba con sus brazos dejándome nuevamente expuesta al efecto embriagador que tenían sus caricias en mi cuerpo, parecía dominarme con solamente posar una mano suya en mi cuerpo.
-No puedo Jake, es más fuerte que cualquier cosa que pudiera llegar a sentir- suspiré y dejé salir aquello con la voz totalmente quebrada.
-¿Incluso más que el amor que dices sentir por mí- lo admito, eso fue un golpe directo al corazón, ¿cómo se supone y debo reaccionar a eso?
El silencio entre nosotros se hizo tenso y para mí eterno, la calidez de su cuerpo y su aroma me llenaban, conseguían calmar mi locura, sabía que debía dejarlo todo, Jake me lo había pedido, iba a contestar cuando el sonido de mi celular llamó mi atención. Sam.
-Hola, te habías tardado, necesitamos hablar- dije separándome de Jake -En una hora, sí, allí estaré- dije viendo de reojo como Jake comenzaba a formar puños con sus manos.
-¿Quién era?- su molestia era notable.
-Alguien que necesito en estos momentos- si pasaba un minuto más allí toda mi determinación iría por la borda y Jake volvería a utilizarme y no, ya no podía permitirlo.
-IRIS, YA BASTA, VEN AQUÍ- tomó mi mano y al girarme a verlo hasta creo haber visto un dejo de dolor en su mirada. Intentó detener mi huida sin éxito. Debía salir de allí, si me quedaba Jake iba a convencerme de que dejara mi venganza y eso no podía permitirlo.
-Tú lo quisiste así Jake y esta soy yo, lo lamento- solté su mano negando con mi cabeza, dándome fuerzas con ello.
-NO, CON UN DEMONIO... QUE NO LO ERES... ES LO QUE TÚ TE HAS CREADO, PERO TE CONOZCO IRIS- respiró lento varias veces como intentando calmar sus nervios -Por favor Iris, créeme cuando te digo que esta que tú crees que eres no es la verdadera, no es la pasional que tantas veces me ha vuelto loco ni la sentimental que intentas esconder con tanto anhelo, te conozco Iris, por favor quédate- dijo tendiendo su mano hacia mí.
¿Qué demonios había sido todo aquello? ahora comienza a hablar de cariño y que me conoce y que lo vuelvo loco, ¿cómo creer todo lo que está diciendo? mi corazón dice que me detenga y lo tome entre mis manos y olvide todo pero mi mente toma dominio de mí esta vez.
-Y hasta ahora lo dices- suspiro y niego con la cabeza - y se supone debo de creerte ¿no?- asiente con la cabeza con una media sonrisa acercándose hacia mí.
>>Maldición Jake, no pueder ser, eres un maldito- dije llegando hasta él y besando sus labios con necesidad y desespero - pero no caeré, no dejaré que sigas utilizando, no puedo creerte ahora que tú sientes algo por mí y que sientes ¿amor? ¡por favor! ¿por quién me tomas?- bufé dolida y con el llanto a flor de piel.
-No te tomo por nadie, solo que hasta ahora que puedo perderte... MALDICIÓN IRIS NO TE VAYAS- dijo viendo como me dirigía hacia la puerta sin mirarlo.
-Lo siento mucho Jake, te di dos años de mi vida, más de dos miserables años y ahora... ahora debo irme- negué con la cabeza mientras tomaba el picaporte de la puerta entre mis manos.
-Más lo lamento yo Iris, cuando creas que puedes ser libre de tu venganza, te estaré esperando-Me volví a verlo incrédula y su expresión era de nostalgia y melancolía. No podía creerlo, ¿acaso y Jake? No. Sacudí mi cabeza negando lo que había oido y cerré la puerta tras de mí. Antes de alejarme mucho escuché unas maldiciones y algo romperse en el apartamento.
-Para que veas que se siente- susurré mientras esperaba el ascensor.
Lentamente cargué todas mis cosas en la parte trasera de mi coche y conduje sin mucha prisa hasta el apartamento de Sam. Cuando llamó dijo que había conocido a personas que podían ayudarnos en la venganza, aquello fue todo lo que necesité para dejar la cursilería de lado y buscarlo de inmediato.
Subí con mis cosas y al llegar a su apartamento toqué el timbre y al instante la puerta se abrió dejando ver a Sam y su bello torso descubierto. Al llegar a su rostro luego de pasear la vista lo vi enarcar una ceja y sonreír de lado.
-Esto se pone cada vez más bueno- señaló mi bolso y lo tomó para dejarme entrar.
-Ah sí...- murmuré sintiendo como me estremecía su ronca voz.
-Sí- sentenció antes de tomar mi cintura con fuerza y estampar sus labios contra los míos.
No supe como reaccionar, no sabía si reaccionaba por simple inercia de mi cuerpo o si en verdad este hombre comenzaba a despertar algo en mí. Sentí su lengua buscar la mía en un instante y fue como un interruptor que encendió la parte más sexual de mi ser. Sin pedir permiso me colgué de su cuello y lo empujé contra la pared, debió estar fría ya que un pequeño sobresalto hizo que se pegara a mí. En mi mente se formaba un remolino de sensaciones y en un segundo su imagen apareció, Jake, así que, así se siente, besar a alguien deseando a otro. Me separé de él un tanto brusca y al verlo a los ojos había tanto deseo expresado que no dudé un minuto en volver a atacar sus labios con desespero, necesitaba borrar todo rastro de él en mí, convencerme de que Jake no sentía nada por mí y lo hecho y dicho en su apartamento fue solo para lograr que me aleje de su amada Alexa. Con nuevas energías proporcionadas por la rabia que sentía, empujé a Sam hacia la sala hasta lanzarlo al sillón, me deshice de mis ropas al tiempo que el hacía lo mismo.
-¿Sabes? Me encanta como me recibes- susurré sobre sus labios buscando la hebilla de su cinturón.
-Y no has llegado ni a la mitad- dijo tomando mi cintura y girando para quedar encima mío.
Al estar suspendido sobre mi cuerpo pasé mis manos por sus brazos, grabando cada centímetro de este, sus músculos bien formados, las venas hinchadas a causa del esfuerzo que hacían, llegué hasta su cuello, su grueso y fuerte cuello del cual me aferraba para traerlo hacia mí y besarlo con la pasión que desbordaba en mi interior.
-Esto se está volviendo una rara costumbre- dije mientras paseaba mi dedo índice por su pecho.
-Me lo dices a mí- soltó el humo del cigarrillo -Nunca... nunca estuve con una mujer más de una vez y menos tomar el bolso que traía en sus manos e invitarla a pasar-
Aquello me recordó que no tenía lugar donde ir e inmediatamente había pensado en venir hasta lo de Sam aún a sabiendas de que sabía que al verme tan sólo cerraría la puerta en mi rostro para no volver a verlo nuevamente, en cambio aquí estamos, nuestros cuerpos agitados unidos por nuestras piernas entrelazadas, él jugando con mi cabello y yo acariciando su pecho.
-¿Qué haremos?- quise saber que tenía en su mente y necesitaba saberlo ya.
-Iremos a buscar algo para comer- sonrió y su voz ronca hizo que algo en mí desconocido volviera a estremecerse.
-¿Comer?- aquello me resultó hasta cómico pero era lo mejor por ahora, dejarlo así y no presionar.
-Claro, a no ser que quieras seguir con el postre y luego la comida- se colocó sobre mí murmurando aquello sobre mis labios.
No pensé y nada más deje que mi impulso me guiara y lo besé, rodeé lentamente mis manos esperando paciente por cada reacción que pudiera llegar a tener que me indicara que no era bienvenida allí, esperando por su rechazo en cualquier segundo, sin embargo nada de eso había, al contrario, pasó su mano tras mi cuello y la otra tras mi espalda e hizo que ambos nos sentáramos en la cama, con nuestros cuerpos aún desnudos, rozando piel con piel cada centímetro de nuestro ser mientras nuestras lenguas se daban placer y atención con ansias.
-Ok, lo admito, el postre es muy bueno pero... necesito reponer mi energía- reí sobre sus labios.
-Pues a alimentar ese cuerpo cariño- murmuró en el hueco de mi cuello.
¿Cariño? lo vi levantarse paseándose sin pudor alguno frente mío antes de ir al baño, sonreí gozando la vista y me cubrí con las sábanas esperando que él saliera y demonios, mis ojos como platos y boca abierta debieron ser algo muy gracioso al juzgar por su ronca risa invadiendo la habitación.
-Pu... pue... des... ¡SOLO CÚBRETE CON ALGO!- fingí estar tan nerviosa como lo estaba al verlo salir desnudo y con las gotas de agua recorriendo su cuerpo lentamente.
-Olvidé la toalla- dijo calmado parado frente a la puerta del baño -¿debería ducharme nuevamente contigo? quizás y logre calmar un poco tus nervios-
-No seas tan engreído y déjame pasar que muero de hambre- golpeé su hombro y entré al baño cerrando la puerta y cayendo al piso tratando de calmar las sensaciones que comenzaban a inundarme.
El agua caía lentamente sobre mí haciendo que mi mente se relajara y comenzara a pensar mejor con la cabeza fría, aún esperaba la llamada o mensaje de Jake insistiendo que regresara, si me quería como dijo que lo hacía lo normal era que continuara insistiendo pero nada, el muy maldito no hizo nada más. Al salir un aroma a café llegó hasta mí haciéndome olvidar lo que estaba pensando, verlo en la cocina con nada más que el pantalón de la pijama era lo más erótico que podía llegar a ver en mi vida, y preparando...
-¿Panqueques?- al oírme se sobresaltó y soltó todo haciendo un estruendoso ruido.
-¿Podrías por favor no volver a hacerlo?- giró hacia mí y vi su abdomen salpicado por la mezcla.
-¿Por qué?- contoneé las caderas y llegué hasta él apagando la cocina que estaba tras él.
-Pues por esto- señaló su abdomen.
-Yo me encargó- me coloqué de rodillas y con una servilleta que había tomado de la encimera de la cocina comencé a limpiarlo para luego besar cada parte ya limpia -Mmmm... dulce- guiñé el ojo y soltó a reír alzándome y haciendo que lo rodeara con mis piernas.
-Eres un peligro Iris Simms- murmuró con mi labio inferior entre sus dientes.
-Ambos cariño... ambos- solo sonrió y me bajó de la encimera.
-A comer ahora, que hay mucho por pensar y hacer y poco tiempo para ello, la gente que quiero que conozcas son personas de muy poca paciencia, y nos esperan en media hora-
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