Capítulo 13

Volvemos y con todo 7u7, si saben a lo que me refiero. Ya saben, aparece este símbolo y ustedes deciden si leen o no (🔥), pero Dios y yo sabemos que leerán la escena jaja, así que disfruten.

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Una vez se recuperó, Hipo guardó su álbum bajo llave y se reunió con su séquito hasta que fue hora de irse. Dado a que Astrid y él habían decidido celebrar su boda en Berk, no hubo necesidad de hacer escalas, por lo que tan solo cuarenta y cinco minutos después llegaron a la reserva. El castaño fue escoltado al altar por Valka portando una sonrisa, al menos hasta que, vislumbró una situación al fondo que le hizo sentir que se le salía el corazón del pecho y, aunque trató de ocultarlo, su madre y hermano notaron el cambio en su actitud.

-Hipo, ¿qué pasa? -preguntó Toothless con preocupación.

-La prensa está en la maldita entrada. Le había prometido a Astrid que todo iba a ir bien; no quiero que arruinen nuestro día.

-Tranquilo, déjamelo a mí- aseguró acercándose a los gemelos Thorston para susurrarles algo al oído que los hizo sonreír y asentir rápidamente.

Posteriormente, se acercó a Idunn y, para cerrar con broche de oro, al ver llegar a Magnus, Eret y Dagur, les pidió que lo acompañaran junto al resto. Hipo tras verlos desaparecer y darse cuenta de que tipo de personalidades eran las que se habían ido juntas, prefirió no preguntar cómo iban a ahuyentar a la prensa. Claro que horas después se enteró de que fue aventándoles globos de pintura que Brutilda y Brutacio habían preparado una noche antes, pero en el tiempo presente iba a imaginar que los ahuyentaron pacíficamente con una charla sobre la privacidad de las figuras públicas.

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Cuando vio a su prometida al final del sendero que conducía al altar, sus ojos se humedecieron. Mientras la veía caminar hacia él acompañada de su tío, se repitió mentalmente lo afortunado que era por poder unir su vida a la de esa mujer. Y, para cuando admiró su vestido blanco marfil de encaje, mangas largas y estilo princesa, ya había empezado a derramar un par de lágrimas. Las manos le temblaban, pero su madre le susurró palabras tranquilizadoras, así como que tratara de estarse quieto hasta que, Astrid estuvo a un pie de distancia, por lo que instintivamente estiró la mano para tomar la suya y, tras una breve mirada de seguridad a Finn, este se la entregó.

-Nunca te había visto tan hermosa- le susurró con una sonrisa enamorada.

-Y yo que pensé que me ibas a agradecer por tu álbum de fotos- musitó la rubia guiñándole un ojo antes de secarle las lágrimas que aún empapaban sus mejillas- de acuerdo, por ahora no voy a molestarte- agregó al haberlo hecho sonrojarse de sobremanera- me encanta cómo te ves con traje; Storm hizo un buen trabajo con los arreglos- aseguró colocándole con cariño una corona de flores de mora azul para que combinara con la suya de flores de manzano- las hice en mis ratos libres del trabajo, ya que no me dejaste ver el diseño de nuestros anillos, espero te guste.

-Todo lo que hagas siempre me va a gustar por el simple hecho de que eres tú.

-Basta, vas a hacerme llorar y provocar que estropee el maquillaje. Le había dicho a Storm que las pestañas y las sombras de ojos habían sido demasiado.

-Nunca tengo demasiado de ti... podría hablar todo el día de tu cabello peinado en ondas o de tus carnosos labios pintados de rojo, pero no estamos solos, así que tendré que hacer eso más tarde.

-Oye... gracias por dejarte tus trencitas. Sé que puede parecer tonto, pero significan mucho para mí- susurró ligeramente avergonzada mientras todos tomaban asiento y la persona que iba a oficiar su boda se posicionaba frente a ellos.

-No lo es, para mí también son especiales- explicó, para luego guardar silencio.

"... nos hemos reunido aquí para unir en sagrado matrimonio a Astrid Hofferson y a Hipo Haddock; quienes tienen el deseo de establecer sus votos como un pacto y no como un contrato, porque el matrimonio es una institución sagrada establecida por los dioses y hecha para durar toda la vida. Al igual que la naturaleza florece en cada estación, hoy hacen la promesa de que su amor crecerá con el tiempo; como los árboles que se entrelazan en el bosque sus vidas estarán unidas en armonía y, en cada amanecer y atardecer van a encontrar a diario la belleza de su amor..."

Hipo para ese punto, le estaba apretando las heladas manos a Astrid mientras le regalaba una sonrisa tranquilizadora, ya que podía sentir su nerviosismo, o tal vez solo era el frío del invierno, quien sabe, sin embargo, no iba a arriesgarse a no consolarla en caso de que realmente lo necesitara. A continuación, bebieron vino de un cuerno vikingo y se pusieron los anillos matrimoniales, los cuales habían sido grabados por la parte interna con la palabra "siempre".

-Ahora, Hipo Haddock, ¿juras frente a los dioses en este día que quieres tomar como esposa a esta mujer?

-Lo juro por Odín y Frigga- respondió el castaño con una enorme sonrisa y acariciando con los pulgares las manos de su rubia.

-Y tú, Astrid Hofferson, ¿juras frente a los dioses en este día que quieres tomar como esposo a este hombre?

-Lo juro por Odín y Frigga- señaló Astrid con el brillo más deslumbrante que jamás habían mostrado sus ojos.

-Muy bien. Odín; padre de todo, hazlos rápidos y precisos y, has que sus brazos sean más fuertes que los de cualquiera que quiera destruirlos. Por tu nombre sagrado, en la tierra y en Asgard, que tu voluntad los guie. Los declaro marido y mujer, pueden besarse.

La pareja compartió una última sonrisa antes de acercarse para sellar la ceremonia con un casto beso, ya que habría mucho tiempo para derrochar pasión en su luna de miel. Después, se abrazaron tan fuerte que quisieron derramar lágrimas de felicidad, pero los vítores frente a ellos se los impidieron.

- ¡¡Que viva el Hiccstrid!! -gritaron Magnus, Storm y Brutacio al unísono para molestarlos, pero aplaudiendo con entusiasmo.

-Recuérdame porque invitamos a esos tres- susurró la rubia en una risa avergonzada volviendo a abrazarse a él- quizá pueda arrojarlos a la nieve y así ya no los vea por el resto del día.

-O puede convertirla en una buena anécdota para recordar en unos años, señora Haddock- musitó el castaño de vuelta acariciándole la mejilla.

-Si usted insiste, señor Haddock... te amo, ayer, hoy, mañana y siempre.

-Te amo ayer, hoy, mañana y siempre- repitió juntando de nuevo sus bocas en un suave beso.

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- ¿Tú sabes porque nos pidieron que nos cubriéramos los ojos? -le preguntó Hipo a su esposa debido a que ambos estaban sentados en su mesa esperando a que sus amigos y familia les quitaran las vendas.

-No, pero solo espero que no nos avienten espuma o crema batida. Hace mucho frío para eso- comentó Astrid tomándolo de las manos para evitar sentirse nerviosa.

-Muy bien, ahora sí está todo listo- interrumpió Storm quitándoles las vendas de los ojos, para después tomar un micrófono- muy bien, buenas tardes a todos. Yo sé que ya tienen hambre, pero antes de dar entrada al banquete, nos gustaría entregarle algo a los novios. Se suponía que este era el momento de dar los discursos, pero nadie pudo ponerse de acuerdo; todos queríamos hablar, así que decidimos hacer algo en conjunto para evitar desatar la tercera guerra mundial- explicó, haciendo que los invitados se rieran por lo bajo- Hipo, Astrid... en esta sala están todos aquellos que los quieren y les desean solo lo mejor en su matrimonio, pero sabemos que también faltan algunas personas, así que esto es para ustedes.

Inmediatamente, Magnus y Eret colgaron una lona blanca en una de las paredes del salón para poder proyectar un video con ayuda de Niels y Toothless, quienes habían llevado todo un equipo con ellos. Tras hablar con el wedding planner, atenuaron las luces de la sala y, sin más, comenzó a reproducirse la canción instrumental de "I love you". El matrimonio Haddock-Hofferson se tomó con más fuerza de la mano para darle fuerza al otro, pero cuando imágenes y fragmentos de videos de Bertha y Erick junto a Astrid y de Estoico e Hipo aparecieron, no pudieron con la presión; lágrimas silenciosas empezaron a brotar y, conforme pasaban más fotos y videos, sus corazones tocaron fondo.

Más sin en cambio, lo que terminó por romperlos fue escuchar un audio con la voz de los tres, diciendo un conjunto de frases aleatorias que solían decirles cuando eran niños. Cuando volvieron a encenderse las luces, Storm y Toothless corrieron a abrazarlos para que se desahogaran y, tras calmarse un poco, fueron a abrazar a los demás que ayudaron a hacer el video. Horas más tarde, dieron apertura a la pista bailando "Romantic flight" completamente en vivo gracias a que habían contratado a un cuarteto de violines. Rodearon la pista centrados en los ojos del otro, riéndose de chistes que solo ellos entendían y, disfrutando de poder unir sus frentes mientras sentían que el ritmo de sus corazones se sincronizaba. Los invitados se unieron a la celebración y, llegado el momento de atrapar el ramo, Storm corrió hacia la mesa de sus amigos con una sonrisa maliciosa en el rostro mientras el presentador solicitaba que las chicas fueran colocándose al centro de la pista.

-Ah no, alto ahí bolita de pelo azul, ¿qué tramas?, no me gusta esa cara- preguntó Magnus alzándole una ceja con diversión.

-Necesito a tu esposa, así que con permiso- dijo la aludida restándole importancia y tomando a Brenda de la mano.

-Ella ya está casada, por si no te acuerdas.

-Sí, sí, lo que digas algodón de azúcar- molestó, provocando que el chico se ruborizara, pero como no le importó, solo se enfocó en pedirle a Heather que también se levantara y, al tener a ambas de frente, les susurró algo al oído.

-Creo que lo que la pequeña Hofferson está tramando es en tu contra- se burló Dagur de Magnus mientras se relajaba en su lugar abrazando a su esposa que solo lo miraba con una expresión exasperada, pero divertida.

-Odín, deja de tomarme como tu mejor guerrero- dramatizó Hansen pensando seriamente en correr a esconderse con sus padres para evitar pasar por una vergüenza mayor- no soy el más fuerte- agregó, causando la risa escandalosa de Eret.

-Oye Niels, ¿me puedes ayudar? -preguntó de repente Heather señalando el cabestrillo que traía en el brazo. Afortunadamente, solo debería tener inmovilizada la extremidad por unos meses, así como ir a rehabilitación a su debido tiempo, sin embargo, dentro de lo que cabía, estaba bien- es que me está molestando una etiqueta en la espalda y no alcanzo- agregó en un puchero y mirando de reojo a su novio y hermano para advertirles que no se levantaran.

-Uhm, claro Heather- comentó Niels con inocencia, poniéndose de pie y acercándose a la pelinegra, pero antes de poder hacer algo, Storm y Brenda lo tomaron de los brazos para arrastrarlo al centro de la pista- esperen, ¡no!, ¿¡qué hacen!?, voy a ser el único chico en la pista.

-No es cierto. Brutacio ya está instalado hasta enfrente y uno de mis primos de Londres también. Y darling, debo decirte que, si no estuvieras con Eret, ya te lo hubiera presentado; Percy es un chico increíble- explicó Storm con una sonrisa- además, tú me dijiste que te gustaría participar alguna vez en esta dinámica, solo que te daba pena, por eso vine por ti.

-Bueno, ¿quién lo hubiera imaginado?, no iba a por mí- festejó Magnus bailando sobre su lugar y burlándose de su mejor amigo que había dejado de reírse y miraba como se llevaban a rastras a su novio- hoy Odín sí me quiso.

Astrid se preparó para arrojar su ramo y, tras contar hasta tres, lo lanzó por los aires para que todos tuvieran la oportunidad de atraparlo. Cientos de manos se alzaron y después de una pequeña lucha a manotazos entre Storm y Brutacio, el ramo revotó en la cabeza del pobre Niels.

- ¡Y tenemos a un ganador!

Todos le aplaudieron a la vez que Storm celebraba por detrás y le mostraba a Eret su mano, señalando su dedo anular; dejándole en claro el mensaje: ¿y el anillo para cuándo? Una vez Niels regresó a su mesa abrazando su ramo, su novio lo miró con un cariño que casi lo derritió allí mismo.

-Le dije a Astrid que podía dárselo a una de sus amigas, pero no me dejó; dijo que era mío. E Hipo me ofreció que, si quería, podía ayudarme a secar algunas flores que no se hubieran maltratado para enmarcarlas en un cuadrito... ¿tú les dijiste que me gustan mucho las flores, sweetheart? -le cuestionó el platinado con timidez al pelinegro.

-No darling, yo no tenía ni idea de que iban a hacer esto, pero es un bonito gesto. Entonces, tenemos una misión, cuidar de tu ramo hasta que Hipo regrese de su luna de miel- le susurró besándolo en la mejilla antes de ver que Magnus les estaba ofreciendo un jarrón con agua- ¿de dónde sacaste eso?

- ¿Eso que importa?, no lo robé, solo hice un préstamo- expresó el aludido rodándole los ojos. Niels por otro lado, no le cuestionó nada y tomó el jarrón porque en verdad quería conservar su ramo el mayor tiempo posible- ¿entonces qué Niels?, ¿Hipo te explicó como conservar las flores o de lo enamorado que está se le pasó? -añadió con gracia.

-No, sí me dijo. Tengo que conseguir un recipiente con tapa, ponerle sal y poner las flores dentro por unos días- explicó el platinado con una sonrisa que le bastó a Hansen para revolverle el cabello con cariño.

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-Tío, por séptima vez, Hipo no me va a perder mientras estemos fuera del país- comentó Astrid con diversión en lo que su esposo terminaba de subir las maletas en el auto para su luna de miel.

-Tú qué sabes, puede distraerse con cualquier cosa- refutó Finn sin estar completamente seguro.

-Se lo prometo Finn, voy a cuidarla las veinticuatro horas del día- intervino el castaño sin tomarse personal la situación y mejor enfocándose en despedirse de Valka y Bocón.

-Cuídense mucho, ¿de acuerdo? y cualquier cosa que necesiten, me llamas- pidió la castaña abrazando a su primogénito.

-Sí mamá, te lo prometo.

-No, en serio, a ver, Fergus, me tienes que ayudar con esto- interrumpió Finn de nueva cuenta el discurso de su sobrina y mirando a Hansen con súplica para que ayudara, pero este solo le dio una sonrisa empática.

-Oh, hombre, te preocupas demasiado- respondió Anja en su lugar, acercándose a abrazar a los chicos- tienes que dejarlos ir, confía en ellos- añadió mirando a Finn.

-Estarán bien, solo por favor, cuida tus piernas Astrid, no pido más- pidió Fergus dándoles un abrazo y, después yendo a consolar a Finn, prometiéndole el mejor trago de la barra libre.

-Váyanse, yo me encargo de él- habló Gylda con una sonrisa divertida- diviértanse y llámenos cuando aterricen en México, ¿de acuerdo?

-Sí, muchas gracias, tía. Los amamos a todos, pero ya debemos irnos que si no vamos a perder el vuelo- se despidió Astrid jalando a Hipo al interior del auto y, luego de despedirse agitando la mano, emprendieron camino al aeropuerto mientras el resto se quedaba a disfrutar de la fiesta.

Encendieron la radio y, al compás de "no matter where you are", cantaron a todo pulmón hasta llegar al estacionamiento del aeropuerto. La rubia se cambió su vestido de novia por uno igualmente blanco, pero más discreto y menos pomposo para evitar llamar la atención. Guardó el otro con cuidado en el maletero y, luego de que el castaño le entregara su abrigo, salieron del auto con maletas en mano. Al atravesar las puertas nadie reparó en ellos, pero en cuanto registraron su equipaje, Hipo percibió por el rabillo del ojo un flash.

-Carajo- musitó tomando a Astrid de la cintura y colocándola del lado contrario de dónde se estaba acercando la prensa- ponte los lentes y no te despegues de mí.

- ¡¡Hipo Haddock!!, ¡¡Valkiria!! ¡¡Unas palabras, por favor!! -gritaron varios reporteros corriendo para quedar frente a ellos- ¡¿es cierto que se casaron hoy?!

-Sin comentarios, señores, muchas gracias- respondió jalando a su esposa con él para acercarse a la zona donde estaba la puerta por la que iban a abordar.

- ¡Por favor, chicos!, ¡Solo díganos si ya se casaron!, ¡¿Hacia donde están viajando para su luna de miel?!

-Señores, por favor, hoy no. Otro día responderemos a sus preguntas, pero en este momento solo queremos privacidad- suplicó tensando la mandíbula al ver que por más que estaba ocultando a su lady con ayuda de su abrigo, aún así los reporteros trataban de tomarle una fotografía.

- ¡¡Valkiria, unas palabras para la cámara, por favor!!, ¡¡Supimos que tu tío te entregó en el altar!!, ¿Cómo te sentiste dada la situación con tus padres?

- ¡¡Basta!!, Astrid siempre ha sido cortés concediéndoles entrevistas, pero no tienen ningún derecho a preguntar cosas de esa índole y espero que nunca más vuelvan a intentarlo, ¿entienden? Les dije que ella no iba a hablar con ustedes hoy, así que retírense y déjenos en paz o voy a pedirles a las autoridades que los saquen del aeropuerto- respondió molesto y alzándoles la voz- no voy a repetirlo otra vez, váyanse o ella nunca más volverá a hablar con ustedes, ¡largo!

Después de eso, lograron llegar a la zona donde solo podían ingresar con boletos, por lo que la prensa se quedó a unos metros. Hipo la llevó a unos pilares para tratar de esconderlos de las cámaras, sin embargo, eso no aminoró los flashes.

-Cariño, lamento todo esto, ¿estás bien? -le preguntó acariciándole la mejilla.

-Ni siquiera nos dejan en paz en nuestra luna de miel, estoy harta- bramó furiosa cubriéndose el rostro para evitar que vieran sus lágrimas de frustración- lo siento mucho.

-No Mi lady, no llores, por favor, no es tu culpa- musitó rodeándola en un abrazo protector y cubriéndola con su abrigo para evitar que la fotografiaran en ese estado vulnerable.

Se quedaron abrazados por unos minutos hasta que por fin los llamaron para ingresar al avión. Afortunadamente, debido a que compraron asientos de primera clase, iban a estar apartados de todos los demás pasajeros. Al tomar asiento, la rubia se quitó los lentes para limpiarse el rostro y salvar su maquillaje, pero el castaño fue más rápido y la tomó del mentón para ayudarle.

-Ya está, estamos bien, no pasó nada, ¿okey? -le susurró con cariño.

-Okey... -devolvió respirando más tranquila. Esperaron a que todos ingresaran y, una vez despegaron, se acurrucó en su pecho- ¿vemos una película?

-Claro que sí, escoge la que quieras y si tienes hambre pedimos algún snack.

-Sí, me gusta esa idea. Pero llegando a México no comeré aguacate, porque de lo enojada que estoy hasta me va a hacer daño- bromeó para terminar de romper la tensión del ambiente.

-Dioses, no se me habría ocurrido mejor chiste- sinceró echándose a reír y besándola en la frente.

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-Maldición. Nunca creí que estuviera tan feliz de llegar a un hotel- celebró el castaño botando sus maletas y lanzándose a la cama.

-Vamos Babe, ni siquiera has notado la increíble vista que tenemos desde aquí- señaló la rubia con emoción la playa que estaba a unos metros- ¿qué te parece si nos bañamos y salimos a comer? -preguntó sonriente, pero al no recibir respuesta, se giró y miró a su esposo con ternura al notar que se había quedado dormido en posición horizontal y con la cabeza colgando de la cama- bueno, ambas cosas pueden esperar- agregó quitándose los zapatos y tomándolo del torso para acomodarlo. Le quitó el saco, zapatos y prótesis antes de dejarse caer a su lado y tomar su celular para llamar a alguien.

-Hola querida, ¿ya llegaron? -preguntó Gylda al otro lado de la línea- ¿todo bien?

-Hola tía, sí, ya llegamos. Todo bien... ¿qué tal la fiesta? -cuestionó en voz baja mientras con la mano que le sobraba la pasaba distraídamente por el cabello de su esposo.

-No te preocupes por eso. Pero, la fiesta estuvo bien, Brutacio y Magnus se hicieron mejores amigos y tomaron el mando de la música y batucada. Creo que son peligrosos juntos.

-Ya me imagino- soltó divertida antes de que Hipo se girara para abrazarla como un koala y dejara caer la cabeza en el espacio entre su hombro y cuello- en fin, solo te hablaba para decirte que ya estamos en el hotel.

-Te iba a preguntar si Hipo y tú iban a salir a turistear, pero ya escuché sus ronquidos de fondo- sinceró en una risa que la contagió.

-Ya lo conoces, pero está bien. Sus siestas no duran mucho, así que saldremos a comer más tarde.

-Disfruta tu viaje entonces, querida. Y, por favor, prométeme que esta semana no vas a entrar a tus redes. Vimos que los interceptaron en el aeropuerto, así que por eso te pido que disfrutes de tu luna de miel, ¿de acuerdo?

-Te lo prometo.

-Gracias... bueno, te dejo para que duermas un poco.

-Está bien, nos vemos, más tarde te mando mensaje.

Tras colgar y hacer a un lado su celular, se dispuso a admirar el rostro de su castaño en silencio y a pasar con delicadeza los dedos por sus carnosos labios entreabiertos hasta que, concilió el sueño con el sonido de su respiración y sus pequeños ronquidos. No obstante, tal y como había pensado, la siesta no duró más de dos horas, por lo que luego de levantarse, se bañaron y salieron rumbo a un restaurante.

Se tomaron de la mano en toda la cita, pidieron una champan para brindar por el inicio de su matrimonio y, cuando la comida concluyó, se pasearon por la orilla del mar mientras desnudaban su alma al otro expresando las cosas que querían disfrutar ahora que habían dado el siguiente paso; compartieron nuevos temores e inseguridades, incluso intercambiaron ideas para mejorar su sistema de comunicación para la resolución de los problemas que inevitablemente sabían que iban a tener algún día con la convivencia diaria.

-Bien, cuando regresemos a Berk solicitaré el cambio de mi documentación. Ya sabes, al menos de mi identificación, pasaporte y licencia de conducir; quiero hacer el papeleo lo más rápido posible. Probablemente pida asesoría con la agente que fue Brenda para cambiarse el apellido... estoy casi segura de que eso será más rápido que enviar mensaje al soporte técnico de mis redes para cambiar mi nombre y...

-Cariño, espera, ¿de qué hablas? Tu nombre artístico siempre será Valkiria Hofferson; no pasa nada si lo dejas en tus redes y lo sigues usando en el medio del espectáculo. Deja que el mundo siga conociéndote así porque eso representa tu legado, que nuestra gente te conozca como Astrid Haddock y, que yo siga conociéndote como Astrid Hofferson, porque así fue como me enamoré de ti- interrumpió sutilmente cuando entraron de nuevo a su habitación de hotel.

-Te amo, ¿lo sabías?

-Lo sé. Yo también te amo y mucho.

-Bueno, esposo mío... ya fuimos cursis, ahora necesito que esto arda- susurró peligrosamente cerca de sus labios.

- ¿Qué necesitas, esposa mía? -cuestionó uniendo su frente a la suya.

-Hacer una de tus fantasías sexuales realidad- confesó mirándolo con las pupilas dilatadas.

-Astrid, ¡avisa a un hombre! -chilló sonrojándose y tosiendo de la impresión- pensé que solo estábamos siendo misteriosos y coquetos.

-Bebé, esta noche quiero todo menos algo inocente, por favor.

-Sí, okey... lo haremos- atinó a aceptar sintiendo un escalofrío al volver a escuchar que le decía "bebé".

-Perfecto, ¿cómo me quieres? -cuestionó con picardía desatándose el vestido que llevaba y, demás ropa para rápidamente quedar desnuda y a su merced.

-Freyja, has que no me desmaye- musitó a la vez que también se desvestía- recuéstate en la cama boca arriba.

-A la orden, cariño- indicó saltando emocionada al colchón.

(🔥) Hipo se quitó la prótesis y saltó a la cama para rápidamente posicionarse sobre ella y besarla con ternura mientras con una mano amasaba uno de sus pechos hasta hacerla jadear sobre su boca.

-Preciosa, tengo una pregunta. ¿Qué tan flexible eres?

-Lo necesario, ¿por qué? -cuestionó con tono presumido estirando la mano para tomar de su bolsa un preservativo y entregárselo.

-Porque nos vamos a divertir mucho- musitó volviendo a unir sus labios a los suyos.

Se besaron con hambre hasta sentir que se les adormecían los labios, pero eso no los detuvo. El castaño se separó solo para besarle y morderle el cuello, por lo que ella aprovechó el momento para jugar con su cabello y arañarle la espalda. Sin embargo, cuando enredó las piernas en su cintura para acercarlo, Hipo descendió hasta sus pechos para apretarlos, chuparlos y marcarlos ligeramente. Esta se estremeció ante cada nueva caricia y, a fin de demostrarle cuanto le gustaba que la tocara y la reclamara como suya, dirigió la mano a su desatendido miembro para bombearlo lentamente, así como acariciar sus bolas hasta hacerlo jadear y estremecerse. Estuvieron acariciándose de tal manera hasta que él decidió introducir dos dedos en su parte íntima mientras que con un tercero se dedicó a acariciar su perla tortuosamente despacio.

-Babe, estoy lista, por favor- jadeó Astrid al sentir la fricción de sus dedos en su interior.

-No Mi lady, necesito que estés mucho más húmeda, porque no quiero lastimarte. Confía en mí- susurró sobre sus labios curvando los dedos para alcanzar su punto g y causar que gimiera alto y arqueara la espalda sobre el colchón.

-Babe, Babe, por favor, por favor ya...

-Shhh, un poquito más- pidió introduciendo un dedo más en ella y juntando otra vez sus labios para que sus lenguas danzaran entre sí.

-Hipo, si sigues así, voy a venir antes de que estés dentro de mí- advirtió volviendo a gemir por la sobreestimulación en su parte íntima.

-Vamos preciosa, ven por mí- suplicó besándola detrás de la oreja y, un segundo después la sintió estremecerse violentamente mientras soltaba un gemido estrangulador. La abrazó amorosamente para acompañarla en su clímax, pero apenas sintió la humedad resbalar por sus dedos, sonrió satisfecho- y ya estás lista.

- ¿Tú crees que ya estoy lista? -cuestionó jadeando al tratar de regular su respiración- porque me siento en desventaja en este momento.

-Estarás bien, siempre te repones más rápido que yo- explicó sacando los dedos de su interior para abrir el preservativo y ponérselo.

-Insisto en que tienes una opinión poco realista de mi yo deportista- le recordó con gracia- entonces, ¿qué sigue?

-Pon tus piernas en mis hombros- pidió con una sonrisa apenada.

Astrid no le respondió verbalmente, en cambio, hizo lo que le pidió. Se acomodó mejor sobre las almohadas y, cuando se comunicó con Hipo diciéndole que estaba lista, este introdujo lentamente su miembro en ella. Cerró los ojos con deleite porque en esa posición sintió que había entrado en ella más profundo que de costumbre y fue maravilloso. Las embestidas dieron inicio y, mientras gemían a centímetros de la cara del otro, esta condujo las manos a ese cabello castaño que tanto amaba para tirar de él y decirle con palabras silenciosas que se acercara más. Hipo la dejó inclinarlo hasta donde aguantara, ya que no quería lastimarla, pero claro, no debió sorprenderlo que Astrid logró doblarse prácticamente en dos para que sus bocas pudieran juntarse de nuevo.

Con la nueva posición, se sintieron más íntimamente conectados, por lo que sus embestidas se aceleraron sin pensarlo mucho. Estaban acercándose al clímax, pero Hipo pensó que les hacía falta algo más para tocar la gloria como correspondía, así que tomó una de las piernas de su esposa para doblarla y dirigir su rodilla a su pecho. El nuevo ángulo le permitió estar más adentro y ambos jadearon extasiados al saber que así es como terminarían las cosas. Dejó caer la cabeza en su cuello para apoyarse e incrementar la fuerza en sus embestidas hasta hacer crujir la cama y cuando ella clavó sus uñas en su espalda, la golpeó todavía más profundo, haciendo que llegaran al clímax al mismo tiempo (🔥).

Apenas tuvo conciencia para bajarle las piernas antes de caer destrozado a su lado. Pero, escuchando su propia respiración agitada, la acercó a él para acariciarle las mejillas y asegurarse de que estaba bien y que no había sobrepasado los límites al llevar a cabo esta nueva fantasía. Por suerte, la mirada medio nublada y satisfecha de Astrid le dejó en claro que había disfrutado hasta el último minuto. La besó en la frente y luego de ponerse la prótesis medio floja, fue a por pañuelos para poder limpiarla y a él mismo.

Estaba dispuesto a prepararle la bañera para que se relajara y pudiera dormir más tranquila, pero esta lo jaló de la mano al instante en que tuvo la intención de abandonar la cama, por lo que cayó directamente sobre ella. Soltó un chillido pensando que la había lastimado, pero al levantar la cabeza y ver su sonrisa cariñosa, toda preocupación se desvaneció.

-Quédate aquí conmigo que no me has dejado disfrutarte correctamente- expuso haciendo de alguna manera que sus ojos soltaran un brillito más luminoso que de costumbre.

-Tranquila, no me voy- devolvió con una gran sonrisa restregando su nariz contra la suya y acomodándose mejor en la cama para no dejarle caer todo su peso- te amo, Astrid. No tienes idea de cuánto. Adónde sea que vayas, mi corazón siempre irá contigo, te lo prometo. Soy tuyo.

-Te amo, Hipo, te prometo que tu corazón siempre estará a salvo conmigo, porque soy tuya y de nadie más. Jamás amaré a nadie como te amo a ti.

-Ni yo; eres el amor de mi vida- susurró antes de lanzarse y sellar todas sus promesas con un beso. Al separarse, se sonrieron y al notar los anillos a juego que rodeaban sus dedos, volvieron a unirse en un beso, para luego meterse bajo las mantas y disponerse a dormir en los brazos del otro. El baño podía esperar al día siguiente si eso les permitía hundirse en la tranquilidad de su burbuja un poco más.

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Aquellos que quieran los nombres de las canciones que aparecieron en el capítulo, aquí están: I love you- Riopy, No matter where you are- Us the duo y Romantic flight- John Powell y creo que ya son todas xd. 

Prepárense, amores míos, que he sido demasiado indulgente con darle drama, eso se acabará en la siguiente actualización jaja.

Nos vemos pronto ;) 

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