▪Capítulo 38▪ 2/3

▪Sakura▪

-¿Qué tal neoyorquina?-pregunta Hinata con una sonrisa mientras camina hacia nosotros.

Veo como Sasori le hace un gesto para que calle y suelto una carcajada antes de depositar un beso en la mejilla del chico pelirojo.

-Bien ¿y tú?-digo mientras entro en el coche.

-¡Que mentirosa! Hoy casi hace explotar el laboratorio.-dice divertido Sasori.

No puedo evitar reír por la forma en la que lo ha dicho y le pellizco en su brazo izquierdo.

El chico pelirrojo se queja y Hinata y yo reímos.

-¿Por? ¿Qué te ha pasado para querer explotar el laboratorio?-pregunta Hinata desde la parte tracera del coche.

Durante el trayecto que hay desde la Universidad hasta el Centro Comercial al que quiere ir a comer Sasori, este y yo le contamos a Hinata lo que ha pasado con Sasuke ya que durante todo lo que llevamos del día, no había podido ver a Hinata.

-Si quieres quedarte a dormir en mi casa para no cruzarte con ella, puedes quedarte.-dice Hinata mientras caminamos hacia el restaurante al que quiere ir Sasori.

-No creo que Sasuke sea tan idiota coma para que la que se tenga que ir sea yo, a pesar de lo que le dije hoy de mañana, pero cualquier cosa te aviso.-beso la mejilla de la chica de pelo azul y esta me abraza.

-En serio, a veces pienso que son lesbianas.-dice Sasori divertido.

-Tu eres gay y nadie se ha metido contigo, así que respeta nuestra relación.-dice riendo Hinata mientras me abraza.

Los tres reímos y en cuanto entramos al restaurante, escogemos una mesa que nos guste a los tres.

****

-¿Y qué tal en la casa del hermano de Sasuke?-dice Hinata mientras vamos hasta el edificio donde vive.

-Bien, fue divertido estar con los chicos. Les tengo que enseñar todas las fotos de estas semanas.

Sasori da la vuelta a una rotonda con una escultura de una mujer y conduce recto el resto del trayecto hasta el edificio.

Sasori y yo nos despedimos de la chica de pelo azulado y Sasori espera a que pasen todos los vehículos antes de meterse en la carretera.

-Tenía que ir al supermercado, pero realmente no sé si ahora la haré.-digo a Sasori.-Llévame hasta mi casa a ver que onda por allá.

-Vale, ¿Quieres que te espere?

-No, creería que no sería necesario.-miento, la verdad no sabría qué pasaría.

No tardamos más que treinta minutos en llegar al edificio, Sasori me deja en la puerta principal del edificio. Beso su mejilla en forma de despedida y me bajo del coche.

Cuando estoy frente a la puerta suspiro y entro, espero al ascensor y cuando las puertas de este se abren entro y marco mi piso, cruzando los dedos de que Tayuya ya no este más en la casa.

Busco las llaves del piso antes de salir del ascensor, abro la puerta, no encuentro a nadie para mi alivio.

-Hola.-dice Sasuke a mis espaldas.

¿En qué momento se puso detrás de mí?

-¿Qué tal la universidad? No te he visto en todo el día...-dice al ver que no respondo.

Puede que no me hayas visto porque te he esquivado.

-Bien.-respondo distante.

▪Sasuke▪

-¿Podemos hablar lo de hoy a la mañana? Por favor.-digo suplicante.

-¿Y Tayuya?-pregunta tajante Sakura.

-Creo que salió con una amiga.-respondo siguiendo a Sakura por las escaleras.

-Así que la elijes a ella en lugar de a mi.-Sakura entra en su habitación.

Siento el aire de la puerta al cerrarla en mi cara, con todo el coraje del mundo abro la puerta y entro, veo que Sakura está dentro de su armario tirando ropa a su cama.

-¿Qué haces?-pregunto confuso.

-No es obvio, hago mi maleta para irme, me iré a la casa de alguien esta semana y buscare un piso nuevo.-dice desde dentro del vestidor.

-Por favor Sakura, no te vallas, solo será una semana y no notaras que ella esta acá.-Sakura me interrumpe.

-¿De verdad? Me estas pidiendo que me trague durante una semana a tu amiguita, la que me jodío durante todo mi puto año contigo y cuando te contaba que la muy perra me encerraba en el baño para que no estuviera a tu lado ella venia y te hacia su cara de zorra y todo está bien de nuevo, a claro quieres que olvide su broma inocente como te había dicho ella, ¿Cuál era? A ya me acorde, me metió en el baño de chicos y me dejo en bolas para que los chicos se burlaran de mi porque era plana, o claro si cuando vuelva seremos las mejores amigas.-me responde irónica.

La verdad Sakura tenía razón, Tayuya fue muy cruel con Sakura cuando salíamos en la preparatoria, pero en este tiempo ha cambiado, eso espero.

-Sé que la cague al no consultarte, pero de verdad hare lo que quieras con tal de que no te vayas.-digo suplicante.-No tendrás que pagar más el alquiler de la habitación, y Tayuya no dormirá ni ocupara tu habitación y será lo único que te pida, en la vida, por favor no te vallas.

▪Sakura▪

Miro a Sasuke con una sonrisa pícara al ver como duerme tumbado en el sofá, miro mi morral con todos mis libros para las clases de la Universidad y lo dejo caer sobre este haciendo que Sasuke se despierte.

-Lo siento, se me ha caído ¿Te ha dolido?-me doy vuelta, aprieto mis labios para no reir.

-No todo bien, lo que tú digas.-dice Sasuke levantándose del sofá apartando mi morral.

Voy a la cocina y lleno mi botella con agua del grifo y la guardo en la nevera antes de subir a mi habitación para prepararme para ir a la Universidad.

-¡Buenos días!-dice Tayuya que pasa a mi lado mientras baja las escaleras y yo las subo.

Si no estuvieses aquí serían mucho mejor.

Sigo mi camino sin responder nada, cinco minutos después, termino de subir por mis piernas los jeans grises rotos y busco con la mirada mis Converse blancas. En cuanto al encuentro, las ató y busco en el vestidor mi chaqueta negra de cuero.

Bajo las escaleras y busco mi campera en el sofás.

-¿Qué estás buscando?-pregunta Sasuke desde la cocina.

-Mi chaqueta de cuero negra. ¿La has visto?-pregunto mientras vuelvo a colocar los cojines del sofá tal como los había dejado Sasuke.

-No, pero si quieres puedo llamar a mi cuñada y preguntarle si la ha visto en la casa.-dice Sasuke.

-Vale. Si te dice que si dile que pasaré al final de mi trabajo a recogerla.

Subo las escaleras de nuevo hasta mi habitación y tapo mi jersey gris oscuro con mi chaquetón negro ante de volver a bajar al piso de abajo.

Tomo mi botella de agua que había dejado en la nevera, la guardo en mi morral y me sirvo una taza de café para desayunar.

*****

Sasuke me había enviado un mensaje diciendo que la chaqueta había quedado en la casa de su hermano.

-¿Qué tal estos días con Tayuya?-pregunta Sasori después de darle un mordisco a su hamburguesa.

-Supongo que bien...-Sasori me acerca su hamburguesa y le doy un mordisco.

Habían pasado tres días desde que Tayuya había llegado a casa y la verdad cada vez que ella saludaba o intentaba hablar conmigo cuando estaba en el sofá o en la cocina yo solo la ignoraba.

-¿Supones?-pregunta Sasori con el ceño fruncido.

-Si.-me encojo de hombros.-Yo me comporto en casa igual que si ella no estuviese.

-¿Eso significa que quiere llevarse bien contigo?

-Lo único que podríamos legar a tener sería una amistad hipócrita, ya que la verdad me tendría que explicar muchas cosas del pasado, algo que no me apetece escuchar y siéndote honesta no tengo ganas de tener esa clase de amistades.

*******

Son las 20:30 de la tarde y lo único que se escucha en la biblioteca es el sonido del viento y de la lluvia.

Dejo mi PC sobre la barra del mostrador junto con mi morral y ordeno los libros de las estanterías de la planta principal de la biblioteca.

Mi móvil vibra en el bolsillo trasero del pantalón y dejo la enciclopedia sobre la mesa más cercana que hay de las estanterías en la que están colocadas todas las enciclopedia antes de contestar la llamada.

En la pantalla de mi móvil aparece un número desconocido y dudo unos segundos en contestar pero al final atiendo.

-Hola.-digo en cuanto pulso el botón de contestar.- ¿Quién habla?

-Hola.-de fondo puedo escuchar como el viento y que está lloviendo.-Soy Tayuya, he estado golpeando la puerta de la biblioteca en la que trabajas pero creo que no me escuchas.-dice divertida.- ¿Puedes abrirme?

Corto la llamada y camino a abrir la puerta principal de la biblioteca. Desde el cristal de la puerta, puedo ver como Tayuya está sentada en el suelo de la entrada, con las rodillas pegadas al pecho.

En cuanto abro la puerta, Tayuya me mira durante un par de segundos antes de levantarse del suelo y abrazarme mientras solloza.

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