Lucian y Hottu se veían bastante nerviosos y no estaban seguros si podían decir todo lo que sabían respecto a esa vampira o a su acompañante. En el momento que vieron el cuadro recordaron con todo detalle aquellos días que pasaron con la vampira y su acompañante. Quien curiosamente estaba vivo y encerrado en las mazmorras. Si alguien sabía exactamente qué había pasado con ella era ese vampiro, pero ellos no sabían que podían y no decirle al cazador.

Lucian aclaro su garganta y miro a los que estaban a su alrededor antes de hablar.

_" Hottu y yo huimos de la colonia en la que estábamos el día que cumplimos doce años y nos dijeron que ya no estaríamos junto a nuestras familias pues seriamos llevados a otro lugar donde nos entrenarían, nos dijeron que no volveríamos a ver a nuestras familias nunca más. Nuestros padres nos ayudaron a huir. Nos dieron el dinero que tenían para que nos fuéramos lejos de allí. Nos dijeron que debíamos llegar a un puerto y desde allí embarcarnos a cualquier lugar donde no nos pudieran encontrar. Estuvimos yendo de un lugar a otro durante varias semanas, tratando de despistar a los lobos y los cazadores que nos estaban siguiendo. Durante un tiempo los perdimos de vista, y sin darnos cuenta entramos en las tierras de un clan de vampiros. Recorrimos sus tierras durante varios días sin saber dónde estábamos. Sabíamos que estábamos siendo seguidos, pero sabíamos que no eran cazadores o lobos... en ese entonces no sabíamos de la existencia de los vampiros. No sabíamos quiénes eran los que andaban tras de nosotros, y esto nos distrajo, no nos dimos cuenta que los lobos que habían enviado tras nosotros habían dado con nuestro rastro y estaban muy cerca de alcanzarlos. Cuando estábamos a punto de ser alcanzados nos salió al paso una mujer y nos tapó la boca para que no hiciéramos ruido, nos dijo que los cazadores estaban a punto de alcanzarnos. Ella nos tomó en brazas y nos sacó de allí. Nos ocultó en una cueva y cerró la entrada con una enorme roca que no pudimos mover. Al cabo de unos minutos ella llego a sacarnos de allí, podíamos oler la sangre de los lobos y cazadores, más la sangre de ella. Sus ropas estaban rotas y ensangrentadas pero no tenía ninguna herida abierta. En ese momento nos dimos cuenta que ella no era humana, y el hombre que la acompañaba tampoco.

_"Esa noche ellos hablaron de nosotros dijo Hottu. El hombre que acompañaba a la mujer, le dijo que sabía cuáles eran sus intenciones y no sucedería, ella no nos llevaría con ella. Él sabía que no éramos del todo humanos, pero no sabía que éramos. Además ellos estaban huyendo de otros vampiros y cualquiera que estuviera con ellos también estaría en peligro y sería asesinado junto con ellos dos. Al día siguiente nos llevaron hasta las puertas de un orfanato y nos dieron todo el dinero que tenían con ellos. Ella dijo que había visto nuestro futuro y sabía que llegaríamos a convertirnos en adultos y seriamos hombres fuertes y tendríamos familia.

El lobo guardo silencio, pues lo que ella les había dicho a continuación no eran palabras para decírselas a un cazador. Sobre todo a los que tenían frente a ellos. La vampira les había prometido ayudarlos si los volvía a ver. Y les había pedido no perder las medallas que les había entregado pues eran muy valiosas para ella.

Lucian y Hottu sabían que después de ese día algo había pasado con la vampira, que la había llevado a conocer a Dracul, ya que él les había hablado de las medallas que una mujer que él había conocido, les había dado.

_"¿Eso es todo?" Pregunto Eleazar.

Ellos movieron la cabeza afirmativamente. No estaban mintiendo, ese había sido el último contacto que habían tenido con esa vampira y su compañero. Estuvieron alrededor de un mes en el orfanato hasta que el mismísimo Markkus Leppala había llegado por ellos y los había llevado a la fortaleza. Hasta el día de hoy ellos se preguntaban porque no los habían condenado a muerte, si eso es lo que siempre habían hecho los cazadores con los lobos que huían, y no importaba su edad, eran asesinados apenas eran capturados, sin embargo a ellos los habían dejado vivos, y no solo eso, Markkus los había entrenado personalmente y los había mantenido en la fortaleza hasta que fueron adultos. Solo entonces los empezó a enviar a misiones a otros lugares del mundo.

El anciano cazador les sonrió y los lobos se tensaron, esa sonrisa del cazador no les gustaba, siempre les había parecido que él podía saber lo que otros estaban pensando.

_" ¿Quieren saber porque no los asesine cuando los encontré en aquel orfanato? " Preguntó el cazador.

Los lobos no supieron que contestar. Se habían hecho esa pregunta muchas veces a lo largo de su vida y no tenían idea porque les había perdonado la vida.

_"Les voy a contar un secreto que he guardado conmigo durante muchos años. Desde hace un tiempo, tengo la extraña sensación de que mi muerte está muy cerca, y hay muchas cosas que debo dejar arregladas antes que ese día llegue. Lo que les voy a contar es una de esas cosas"

Había un silencio total en el despacho de Markkus Leppala, ni siquiera sus hijos hablaban.

_"La mujer que crió a cada uno de ustedes, no fue la mujer que les dio la vida. Ellas fueron sus madres adoptivas. Sus padres tampoco fueron los hombres que los engendraron. Ustedes son hijos de Declan. Quien es hasta ahora el lobo más fuerte y salvaje de todos los que he conocido. Según tengo entendido él era uno de los dos lobos que descendían del primer hombre lobo. El primero de su clase vivió cerca de cuatrocientos años. Tuvo seis hijos, Lucian y Declan fueron los únicos conocidos por nosotros, eran los menores de los hermanos. Lucian vivió poco más de doscientos años. No tuvo ningún hijo. Declan fue encontrado por mi tátara abuelo y desde entonces estuvo a nuestro servicio, hasta el día de su muerte.

Con la ayuda de mi tátara abuelo se encontraron a más lobos y así es como encontramos a todos los de su especie y los esclavizamos, más que por maldad o rechazo, debo admitir que fue por miedo a lo que pudieran hacer a la humanidad.

Ustedes dos son descendientes de Declan, son los únicos hijos que él tuvo. Su madre no fue una mujer lobo o una humana corriente. Su madre fue una nórdica y no cualquier nórdica, sino que mi amada esposa Sonia. Ella es su verdadera madre, por lo tanto mi pequeña Ary es su hermana, y si ella es la vampira que los ayudo cuando eran niños, fue su hermana mayor quien los salvo aquel día. Solo por eso no murieron cuando los encontré, y con el paso de los años vi con más claridad los rasgos de mi amada Sonia en ustedes, así como la amabilidad que caracterizaba a mi pequeña. Ustedes se parecen muchísimo a ellas. Cada día que los he visto a lo largo de sus vidas, las he visto a ellas también a través de ustedes. Y Ángel... Ángel es hija de Alejandra y ella era hija de Damián, hijo de Argos Avalos, y Argos era hijo de mi Ary... Como lo dije antes, estamos entre familia.

Todos los presentes estaban lívidos. No había nadie que estuviera mejor que el otro. El anciano los observaba y veía las expresiones de sus rostros. Sabía que estas noticias eran impactantes para todos. Ninguno daba crédito a lo que había oído.

Ángel tenía la mirada hacia el piso pues sus ojos habían dejado de ser verdes hace mucho rato. Estaba aterrada por lo que pasaría si los cazadores se daban cuenta del cambio. Pero más aterrada estaba por lo que fuera que le estaba pasando a Dracul. Podía oír claramente sus feroces rugidos y sentir la rabia que había en él en esos momentos. Con todo lo que estaba pasando había olvidado por completo el hecho de que se había casado hace solo unas horas. Al pensar en ello le parecía algo lejano. Rogaba que el día terminara pronto, que la celebración terminara pronto para poder largarse de allí. Su cabeza era un caos y el dolor era cada vez más fuerte, sentía que su cabeza se estaba partiendo a la mitad.

De un momento a otro el dolor fue tan grande que Ángel no pudo soportarlo más. Se desmayó y cayó al suelo sin que nadie reaccionara a sujetarla. Solo cuando la vieron en el suelo, los presentes reaccionaron. Brent se inclinó y empezó a hablarle para hacerla reaccionar al igual que Lucian, al mirarse uno al otro, vieron lo pálido que estaban ambos. Brent le dio una rápida mirada a los demás y solo el anciano Markkus parecía estar bien. La expresión en el rostro de Eleazar y Elena era memorable. Se veían verdaderamente horrorizados por las revelaciones de su padre.

En cuanto a Nadia y Aryela Leppala se veían tensas y miraban a los demás pero sin hacer ningún comentario.

Hottu se puso de pie y aviso al anciano que se marchaban a casa.

El lobo se veía realmente furioso. Ni siquiera se molestó en ocultar la rabia que sentía. No le importo estar delante de sus dueños, o lo que pudieran decirle o hacerle. Solo quería salir de allí.

Brent levanto con mucho cuidado a Ángel con la ayuda de su padre y enfrentaron a los cazadores. Lucian apenas y podía controlar el temblor en sus manos. Estaba conteniéndose con todas sus fuerzas para no cambiar a su forma animal allí mismo, en frente de todos para luego lanzarse por la garganta del desgraciado de Markkus Leppala.

Después de unos segundos eternos, el anciano asintió con la cabeza y los autorizó para que se retiraran.

Los lobos no se hicieron de rogar, salieron de allí inmediatamente y no bien hubieron cerrado la puerta al salir,  Lucian se fue rápidamente en una dirección y Hottu por otra, mientras que Brent se quedó parado allí con Ángel aún desmayada en sus brazos.

_"Que gran maldito día" murmuro el lobo y se marchó en dirección a la villa donde seguramente estaban todos reunidos preguntándose qué había pasado con ellos.