JACINTA Y TRINIDAD un nuevo comienzo
Los sentidos sobrehumanos del lobo siempre estaban alerta, no importaba si estaban durmiendo. Sintió el momento exacto cuando Ángel despertó, pero ella no hablo, no se movió, solo se tensó. El lobo sonrió preguntándose qué haría a continuación.
Ángel levanto la cabeza lentamente y miro el rostro de Brent, sus ojos estaban cerrados, y su rostro bien golpeado. No había duda que Sacha tenía la mano bien pesada, no quería imaginar como quedaría ella si la golpeaba, y si se tenía en cuenta el historial que tenía con su padre, si así se le podía llamar a Radú, no le iría muy bien con Sacha, lo mejor era mantenerse lo más alejada que pudiera de él. Una vez que Dracul les diera la libertad, pretendía irse lo más lejos que pudiera de Sacha y de todos. No quería tener que vivir con sus miradas de reproche por lo que había hecho en el pasado. Al pensar en cómo la trataría Sacha, no pudo evitar pensar que si se enojaba, no le iba a da un par de correazos, o una bofetada. No, para ella tenía sus garras y colmillos, sin duda algo mucho peor. Se estremeció ante esos pensamientos, y el recuerdo de la mirada llena de odio de Sacha.
Quiso levantarse pero le fue imposible, el lobo la tenía firmemente abrazada. En ese instante se dio cuenta que no tenía puesto el camisón, su corazón se aceleró al pensar en los motivos por los que no estaría vestida y el lobo sin su camisa. Quiso llorar de solo pensar que otra vez hubiera confundido a Enoc con un lobo. Lentamente retiro su mano del pecho del lobo y comprobó si él estaba vestido de cintura para abajo, suspiro de alivio al tocar la pretina de sus pantalones. Se tocó a si misma y sintió aún más alivio al darse cuenta que tenía puesta su ropa interior. Hizo un nuevo intento por separarse del lobo pero este la abrazo más fuerte, Ángel dio un frustrado suspiro y el lobo soltó una risa. Ángel lo miro enseguida y lo vio sonriéndole traviesamente mientras le levantaba las cejas.
_"Muy buenos días esposa mía... debo preguntar que intenciones tenías al tocar mi pantalón"
El lobo volvió a levantar las cejas traviesamente mientras Ángel se ponía colorada como un tomate. Brent soltó una carcajada y Ángel lo pellizcó en respuesta. Un gruñido juguetón fue la respuesta del lobo, pero ella no se asustó. Meneo negativamente la cabeza y luego empezó a mirar a su alrededor buscando la ropa.
_"Si estás buscando el camisón, no lo encontrarás, te lo quite hace varias horas, no estaba en condiciones para que lo siguieras usando".
Ángel lo quedo mirando seriamente y apretó aún más a su pecho la sabana que la cubría, pregunto a qué se refería con esas palabras. Brent pensó en tomarle el pelo un rato más, pero había otras cosas que quería discutir con ella. Y no le estaba haciendo muy bien seguir cerca de ella mientras siguiera prácticamente desnuda. Su cuerpo estaba más que consciente de ella y había reaccionado en consecuencia. Sería bastante complicado levantarse de la cama sin quedar en evidencia ante ella. Se preguntó que reacción tendría ella si viera lo que había provocado en él.
_"¿En qué estás pensando?" pregunto Ángel
El lobo miro su boca y luego fue bajando la mirada poco a poco haciendo que su corazón se acelerara y sus mejillas se sonrojaran aún más. Por la mirada del lobo era bastante evidente donde estaban centrados sus pensamientos en esos momentos. Había una lujuria salvaje en su mirada, ella no sabía que hacer o decir.
El lobo la beso antes que ella pudiera pensar en algo más, Ángel cometió el error de abrir la boca para protestar y el lobo se aprovechó de esto. Tomó posesión de su boca sin darle tiempo a nada. En un rápido movimiento rodo con ella dejándola debajo de él mientras seguía besándola. Sonaron campanas de alarma en la cabeza de Ángel, pero no era capaz de detener al lobo y no entendía porque. De un momento a otro estaba besándolo en respuesta a sus besos y al sentir cuanto la deseaba quiso más. El lobo empezó a bajar la sabana que aún cubría a Ángel y el frío hizo que el cuerpo de Ángel se estremeciera, esto trajo algo de claridad a su mente y pensó en Enoc y Nadia.
Se paralizó en ese instante.
_"Te casaras con Nadia Leppala y tendrás tres hijos con ella, Dos varones y una niña, Tendrás nueve nietos y once bisnietos..."
El lobo se quedó inmóvil.
_ ¿"QUE?" preguntó el lobo mirando casi con horror a Ángel.
Le volvió a repetir lo que había dicho y esto definitivamente mato el deseo del lobo. Se puso de pie y se alejó de la cama con la mirada perdida en sus pensamientos. Salió del cuarto sin decir nada ni mirar a Ángel. El portazo que dio al salir debió escucharse hasta en la fortaleza.
Ángel cerró los ojos y se cubrió la cara con ambas manos. Había correspondido al lobo, no lo podía creer, otra vez había engañado a Enoc, sería un verdadero milagro si el día que quedaran libres no la mandaba a volar por su nuevo desliz. Aunque daba gracias porque este no hubiera llegado tan lejos como el anterior. Apretó su cabeza con furia durante varios segundos, como castigándose por lo que había hecho, pero de nada sirvió, se sentía igual de arrepentida, avergonzada y desgraciada. Se cubrió el rostro con las manos nuevamente pero no lloró en ningún momento, cosa que llamó su atención pero no le dio mayor importancia. Trinidad y Jacinta vinieron a su mente haciendo que se enderezara de un salto. Salió de la cama rápidamente y se visitó. Tomo un par de frazadas y salió por la ventana hacia el cuarto donde les había dicho que se escondieran. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que los lobos la atacaran. El sol estaba en lo alto del cielo pero no calentaba nada. Estaba todo mojado y había barro por todos lados. No tenía que preguntarse si ellas estaban pasando frió. Seguramente estaban congeladas y hambrientas, dependiendo el tiempo que llevaban allí. Si es que estaban allí.
Al llegar al cobertizo vio que todo estaba como lo había dejado. No parecía que alguien hubiera entrado. Corrió el pesado mueble aguantando el dolor en su pecho y espalda. Se arrodillo sobre la puerta y empezó a llamarlas enseguida, pero ellas no contestaban. Les empezó a golpear la puerta y después de varios segundos escucho llantos y susurros. Suspiró aliviada al saber que aún estaban ahí. Les empezó a hablar para que supieran que era ella y que estaban a salvo. De esto último no estaba muy segura por lo que cuando abrieron la puerta les entregó las mantas y les dijo que aún no hablaba con los demás sobre ellas. Las cazadoras se miraron asustadas pero confiaban en ángel. Sabían que no las entregaría a los cazadores o a los lobos para que las lastimaran.
_" ¿Qué haremos? Pregunto Jacinta
_"No lo sé" contestó ángel, y era cierto. No sabía qué hacer en esos momentos.
_"podemos seguir acá si es necesario" dijo Trinidad.
Jacinta estuvo de acuerdo y ángel también. El baño estaba cerca del cobertizo y nadie parecía haber buscado cerca de allí. Solo debían salir cuando fuera necesario y el resto del tiempo permanecer ocultas hasta saber bien como estaban las cosas.
Ángel no les mintió, ni siquiera ella sabía cómo estaban las cosas con los lobos.
Las mujeres fueron al baño rápidamente, luego se lavaron la cara y bebieron un poco de agua y volvieron al escondite. Era muy frío pero Ángel prometió llevarles más ropa de abrigo y alimento. Ambas pidieron que si era posible, no fuera manzanas y pan. Era prácticamente lo único que habían comido en la caverna donde habían estado con Dracul.
Ángel volvió rápidamente a la casa antes que alguien se diera cuenta que no estaba en su cuarto. Se sentó en el borde del marco de la ventana y se sacó las botas. Estaba cerrando la ventana cuando entró Brent a la pieza. Se quedó mirándola algo suspicaz y miró sus pies. Estaban descalzos pero el olor de la habitación decía que había estado abierta. Fue hacia ella enseguida y empezó a olerla. Ángel supo que era inútil decir algo. El encontraría el olor de las mujeres inmediatamente.
El lobo se enderezo y miró enseguida hacia la ventana, la abrió y lo primero que vio fue el par de botas llenas de barro. Inmediatamente calculo el tiempo que estuvo afuera, y que tanto se pudo haber alejado ella de la casa. Brent miro hacia el cobertizo y supo que las cazadoras estaban allí, era el único lugar cerca de la casa que no habían revisado. Y si eso no fuera suficiente, las pisadas iban y venían desde allí. El lobo saltó enseguida por la ventana y fue en esa dirección. Ángel salió tras él y fue corriendo tratando de alcanzarlo antes que hiciera una estupidez. Jacinta y Trinidad estaban aterradas de él.
El lobo llego al cobertizo y alcanzo la tranca de la puerta al mismo tiempo que Ángel.
Ella le rogó que no las sacara de allí si no le podía asegurar que no las lastimaría, ni dejaría que otros lo hicieran. Ellas ya habían pasado por suficientes cosas al lado de Dracul desde el día que desaparecieron.
El lobo abrió mucho los ojos y quito su mano de la tranca. Inmediatamente le pidió explicaciones a Ángel. Ella le contó todo sin ocultar ningún detalle. El lobo se sentó sobre un tronco a pensar en todo lo que le había dicho Ángel. Miro hacia el suelo y vio sus pies desnudos y llenos de barro. Ni siquiera se había puesto un chal para abrigarse. Tomo la mano de ángel y tiro de ella para acercarla a él. La sentó en sus piernas y la envolvió con sus brazos. Ángel no reclamo ni hizo además de alejarse, se estaba congelando.
_"Que pasará con ellas" pregunto Ángel.
El lobo no contesto nada.
Pasaron varios segundos sin que ninguno dijera nada.
_ ¿"Conoces su futuro?" preguntó el lobo
Ángel se tensó pues si sabía cuál era el futuro de ellas, pero no estaba segura que el lobo quisiera oírlo.
_ "No me mientas" le dijo
Ángel lo consideró durante unos instantes y decidió que lo mejor era decirle todo.
La cara del lobo iba de rabia, desconcierto, incredulidad, y un sinfín de emociones más, mientras se paseaba de un lado a otro por el barro. Ella estaba sentada en el tronco rogando que el lobo no se opusiera a las cosas que sucederían en el futuro, no solo con las cazadoras, sino que también con otros lobos y cazadores. Brent se detenía, la miraba negaba con la cabeza y seguía caminando, pensando y dando sentido a todo lo que había oído y que sabía sin duda alguna que se cumpliría.
Después de pasearse por varios minutos se quedó parado mirando hacia el cobertizo.
_"¿Ella será buena para él?" preguntó el lobo
Ángel sonrió y estiro su mano para que él la tomara. Una vez que lo hizo Ángel le dijo que cerrara los ojos. El lobo lo hizo y Ángel usó una de las tantas habilidades que le había dado Dracul y le mostró al lobo lo que pasaría en el futuro de algunos lobos.
Cuando salieron del Trance el lobo parecía apunto de desmayarse, Ángel se puso de pie y dejo que se sentara. Brent meneo la cabeza un par de veces sin poder creer todo lo que había visto.
En ese momento se dio cuenta que ellos realmente serían libres. Los cazadores de verdad estarían fuera de sus vidas muy pronto. Sonrió y luego dio una carcajada antes de abalanzarse sobre Ángel y abrazarla.
_Vamos a sacarlas de allí y a darles algo de comer
Ángel correspondió a su abrazo y su alegría. Cada día que pasaba los acercaba más a su nueva vida. Incluso a ella le costaba a veces creer que faltaba tan poco.
Sacaron a las aterradas mujeres de allí enseguida. El lugar en el que estaban era pequeño, helado y sucio. Era totalmente inhóspito para cualquiera.
Horas después las temerosas mujeres estaban bañadas, alimentadas y abrigadas. Se sentían de maravillas, y ya no tan asustadas, pues sabían que Brent no las lastimaría, ni tampoco permitiría que alguien más lo hiciera. Poco a poco se fueron relajando hasta que se sintieron en confianza al lado del lobo, Que las miraba suspicazmente.
En las horas siguientes hablaron de lo sucedido con ellas desde que tuvieran la mala idea de casarse con los cazadores y lo que vivieron estando con Dracul.
El lobo miraba a las cazadoras sin saber aún que pensar de todo lo que había visto en aquella visión del futuro. Sobre todo de Trinidad. Iba a ser difícil hacerse a la idea.
Antes que fuera hora que llegara Lucian, Israel y Ray, Brent salió a encontrarlos por el camino para ponerlos sobre aviso. No querían otra escena como la anterior. Las dos cazadoras fueron acomodadas en el cuarto de Lucian por sugerencia de Ángel. A Brent no le gustó mucho pero no dijo nada, Ángel sabia porque hacía las cosas y como las hacía. Ya no le discutiría nada, ni pondría peros. Por fin había entendido que todo lo que había pasado hasta ese momento fuera bueno o malo, era lo que debía pasar para que ellos llegaran al punto en el que estaban a solo unos cuantos días de por fin ser libres. Solo lamento que su madre y otros buenos lobos jamás vieran llegar ese día.
Los hombres entraron a la casa en silencio liderados por Brent que fue al lado de Ángel enseguida. Sacha se les había unido por el camino, todos ellos habían salido recién de sus puestos de guardia, ya no tenían que volver hasta el día siguiente a las seis de la mañana. Ángel palideció apenas vio al lobo. Se había negado a siquiera pensar en el hecho que él era su padre. Estaba haciendo de cuenta que no había oído nada. Sabía que era una estupidez pues tendría que hablar con él y hacer frente a la situación, pero estaba decidida a aplazarlo, lo más que pudiera.
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