EL FIN DE LOS CAZADORES
Dracul termino de derrumbar las casas del pueblo y se aseguró que fuera totalmente inhabitable para cualquier ser humano. Su rabia no había disminuido en lo más mínimo, pero al menos estaba seguro de no ir en busca de los lobos.
Avanzó lentamente a través del destruido 'pueblo, y consideraba cuál sería su siguiente movimiento. Caminaba pensando si derrotar primero a los cazadores y luego liberar a los vampiros y reclamar su preciado alimento, o, primero liberar a los vampiros, beber la sangre de los que ya había condenado a muerte y luego ir con todas sus fuerzas a derrotar a los cazadores. lo considero hasta que llego a la entrada de la fortaleza. Decidió que primero liberaría a los infelices en las mazmorras y pelearía con los cazadores estando en pleno uso de sus fuerzas. Quería gozar esa pelea como ninguna otra.
Entró a la prisión por la entrada secreta que había en los calabozos donde Ángel fue encerrada varias veces de niña. Ella jamás se dio cuenta de esa entrada, a pesar de haber limpiado esas celdas como nadie lo había hecho jamás.
Entro al lugar y usó sus habilidades para abrir todas las celdas al mismo tiempo. Lanzo un mortífero y atronador rugido pero solo fue audible para los prisioneros. Estos se miraron aterrados como nunca antes, esperanza era lo que menos sentían en esos momentos. Jamás habían estado tan seguros de que morirían.
Dracul entro en la primera celda, aquí había seis vampiros. Solo tres sabrían lo que era quedar libre de los grilletes, los otros tres jamás se librarían de ellos, morirían sujetos a la muralla.
Al entrar en la celda se empezó a quitar las ropas que ocultaban su verdadera forma demoníaca. Causo el impacto deseado. Cuál de todos los presentes estaba más horrorizado y asqueado de él. Veía sus pensamientos y ninguno creía que él cumpliría lo que le había prometido a Ángel, y para ser honesto, el moría por beberse hasta la última gota de sangre de todos los vampiros que había allí. Desafortunadamente no podía hacerlo, estaba obligado a cumplir su promesa.
Al llegar frente al primer vampiro este lo miraba con un profundo rechazo, su nombre era Ángelo, era hermano de otros dos vampiros que había en las mazmorras. Liberó una de las manos del vampiro y llevo la mano a su boca. Bebió solo unas gotas de su sangre y luego cerro la herida, al instante todas las restricciones del vampiro cayeron al suelo. El vampiro estaba libre después de casi tres años de cautiverio. Dracul inclino la cabeza hacia el vampiro en señal de respeto y estiro su brazo hacia la salida de la celda. El vampiro lo miro algo temeroso y Dracul sonrió mostrando sus horribles y asquerosos dientes puntiagudos, para que decir el nauseabundo olor que salió de su boca cuando lo hizo. El vampiro trago y se alejó sin darle la espalda en ningún momento, una vez fuera de la celda paso rápidamente a las otras celdas donde estaban sus amigos y le dijo que se verían afuera. Ellos solo asintieron y se permitieron recién tener algo de fe.
Dracul liberó la mano de otro vampiro, apenas bebió unas gotas retiro su boca y bruño ferozmente al vampiro, acto seguido se lanzó contra su garganta y bebió hasta la última gota de sangre, le llevo solo unos segundos quitarle la vida. Los otros cuatro prisioneros miraron impotentes como Demian se retorcía y gruñía mientras Dracul desgarraba su garganta y lo desangraba. Jordana fue la siguiente, Dracul hizo lo mismo que con los otros dos, libero una de sus manos y bebió unas gotas de su sangre, al igual que con Ángelo, las argollas de plata cayeron inmediatamente y ella quedo libre, salió de la celda pero se quedó esperando por Janosh, este también salió pero los otros dos no corrieron con la misma suerte. Los dos vampiros pasaron a saludar o despedirse de los demás pues nadie sabía en que se estaba basando Dracul para liberar o asesinar vampiros.
De la segunda celda libero a Cronos, Amabiel, Karim, Dante, su hermana Vali, y dos vampiros más de otro clan. A los otros cuatro vampiros los asesino de la misma forma que a los otros tres. Esta vez asesino primero a los vampiros y luego libero a los otros. A cada uno que liberaba, le hacía una pequeña reverencia y estiraba la mano hacia la salida para indicarle que debía salir de allí.
Los recién liberados estaban en las cercanías de esta entrada esperando al resto de gente, no confiaban en andar por la fortaleza de los cazadores sin un número mayor de ellos en caso que debieran enfrentar a los cazadores. Estaban aterrados de volver a ser capturados y verse de nuevo en las mazmorras.
Al entrar en la última celda, el horrible rostro de Dracul busco enseguida a Enoc, fue hacia él y lo miro detenidamente por varios segundos, por el cuello y pecho del demonio corrían hilos de sangre que chorreaban de las comisuras de sus labios, sus ropas y pies estaban manchados con la sangre de los vampiros que jamás saldrían de esos calabozos.
Toco el rostro de Enoc y en su gutural y antinatural voz le dijo que se asegurara, que ni Ángel ni ningún vampiro o lobo, jamás lo buscara, por ningún motivo y bajo ninguna circunstancia, pues en el momento que sintiera la presencia de alguno de ellos o lo viera en alguna visión, no iría solo por el o la estúpida que hubiera desobedecido, iría por todos y esta vez no habría nadie que intercediera por ellos. Los asesinaría y libraría a la humanidad de su existencia. Las restricciones del vampiro y sus hermanos cayeron enseguida. Enoc y sus hermanos se inclinaron ante él y agradecieron por lo que estaba haciendo, prometieron asegurarse que nadie lo molestara en el futuro.
El demonio libero la mano de otro vampiro y sus restricciones cayeron, André agradeció al demonio y se acercó a Enoc y sus hermanos, el demonio tomo la mano del vampiro y se acercó a él, tímidamente el demonio apoyo su cabeza en su pecho y emitió un lastimero gemido. El vampiro se quedó paralizado pues estaba seguro que lo asesinaría como a los otros pero no fue así. Se alejó de él casi al instante y les hizo señas a los liberados para que se marcharan. André miro a los demás y les dijo que se verían luego.
Dracul gruño ante esas palabras y le mostró los dientes al vampiro y le apunto a la puerta. Quien se cree para asegurar la libertad de todos, se dijo el demonio para sí mismo.
Una vez que estos liberados se marcharon, Dracul se acercó al líder del clan de la ciudad fantasma, y lo libero sin haber probado su sangre, el vampiro inmediatamente busco la salida pero la puerta se cerró antes que él llegara a ella. El vampiro se volvió hacia Dracul y lo vio agazapado mirándolo con cara de burla y odio. El vampiro le gruño y Dracul contesto con uno de sus terribles chillidos que congelaban la sangre en las venas y aterraba a todo aquel que lo oía. El vampiro palideció al oír el chillido del demonio y abrió desmesuradamente los ojos. En su rostro se veía el reconocimiento, él vampiro sabía quién era Dracul, ninguno de los presentes tuvo duda de ello.
_"No es posible" murmuro el vampiro y Dracul chillo nuevamente.
El demonio desplegó sus alas y ataco a Nimrod, líder y autoproclamado señor del clan de la ciudad fantasma. El demonio le permitió creer que tenía alguna oportunidad pero en segundos le mostró que no era así. Antes de beberse la sangre del vampiro, Dracul le causó heridas terribles y de las que ningún ser, sin importar lo inmortal que fuera podría recuperarse fácilmente. Luego de esto y para horror de todos los que aún estaban prisioneros, mordió salvajemente a Nimrod y despedazo su cuello mientras bebía su sangre como un animal rabioso. Luego desmembró su cuerpo y se paseó por la celda como un animal enjaulado.
Se paró frente a una vampira y la miro con un profundo odio, dio un paso hacia ella y varios vampiros le gruñeron. Dracul se detuvo y miro a los estúpidos que se habían atrevido a molestarlo más de lo que ya estaba.
Se acercó a la vampira a propósito y rasgo con sus uñas la piel de uno de sus brazos. Dos vampiros gruñeron amenazadoramente, Dracul, los miro y fue hacia ellos, William líder del clan de la ciudad subterránea era el compañero de Carmina y El otro vampiro que le gruño, era Tristán, el hermano mayor de Carmina. Los otros que le gruñeron también eran miembros de este clan y al parecer también sentían aprecio por la vampira, pues no les había importado su vida, ya que lo habían desafiado con su insolencia. El demonio soltó una mano de cada uno de los vampiros y probó su sangre sin soltar a ninguno después de cerrar la herida. Los libero a todos excepto a la vampira. Les hizo señas para que se fueran pero ninguno se movió de su sitio, ya eran libres, pero permanecían en la celda esperando por la vampira y listos para atacarlo en caso que él la atacara. Rara vez Dracul había visto tal lealtad. Dracul dio un paso hacia Carmina y ellos intentaron acercarse pero ninguno pudo moverse de su sitio. Se miraron horrorizados, y esto deleito a Dracul. Al llegar frente a la vampira, toco su rostro y le hizo jurar que jamás intentaría buscarlo o saber de él. Ella inmediatamente juró que no lo haría, ni dejaría que nadie más lo hiciera, Dracul miro a los demás, y ellos lo juraron también. Dracul tuvo una visión del futuro y supo que ellos terminarían rompiendo su promesa, sin embargo no podía matarlos, no aún, por ahora debía salvarlos, y esperar a que su visión se cumpliera, entonces los haría pagar por su estupidez.
Se dirigió a Luka el vampiro más fuerte de todos los conocidos y toco su rostro y sonrió al mismo tiempo que inclino su cabeza en una reverencia. Lágrimas cayeron de los ojos de Dracul y se llevaron consigo algo de la sangre que manchaba su rostro. Dracul acerco su rostro al cuello del vampiro y lo olio, se alejó unos pasos después de esto y le sonrió mostrando algo de su horrible dentadura. El nauseabundo olor lleno todo el lugar.
Las ataduras de Carmina cayeron y Dracul abrió la puerta de la celda para que ellos se largaran de allí. Después de esto libero a tres vampiros más, incluida la compañera de André, llamada Vicky y a dos hermanos, Alejandro y Shane, ambos tenían extraordinarios poderes. Asesino de manera salvaje a los últimos dos que quedaron.
Estos vampiros libres, eran todos los que quedaban en el mundo.
Una vez que los vampiros se reunieron fuera de la prisión, se marcharon de allí todos juntos y mirando a todos lados. Aún no se creían que fueran libres. Se miraban entre ellos y negaban con la cabeza, ninguno decía nada por miedo a que los lobos los estuvieran esperando para emboscarlos. Todos sus sentidos estaban en lo que los rodeaba, estaban seguros que todo debía ser un gran engaño. Ninguno negaría que se había hecho ilusiones, pero verse libres de una muerte segura, y andando en los dominios de los cazadores y haberse aliado con los lobos, que eran quienes los habían perseguido hasta capturarlos era algo nunca antes visto. No confiaban en nadie en esos instantes. No fue hasta que llegaron a la vista de la villa de los lobos, que se dieron cuenta que todos los lobos estaban reunidos allí, y por sus conversaciones, estaban tan incrédulos como ellos sobre lo que estaba pasando. Ellos estaban peor que los vampiros. Pues la gran mayoría de ellos si es que no todos los lobos que había allí, habían nacido en la esclavitud, jamás habían sido libres ni sabían lo que esa palabra realmente significaba.
Enoc vio a Ángel pero los vampiros más fuertes le negaron el paso. Los lobos advirtieron la presencia de los vampiros y tomaron posiciones de ataque e impidieron que Ángel fuera hacia ellos.
La tensión se hizo aún mayor cuando Ángel vio a Enoc y sus hermanos. Tanto él como ella desobedecieron a sus líderes. El olor de ella y su sangre descontrolo a varios, pero ninguno la atacaría después de todo lo que ella había hecho por ellos.
Cuando ella se abrazó a Enoc todos rieron y finalmente se convencieron de su libertad. Recién en el momento de ver a Ángel correr llorando hacia Enoc, se creyeron lo que estaba pasando y se relajaron un poco.
Dracul espero a que los vampiros estuvieran con los lobos y aguardo en las espesuras del bosque para ver su interacción, casi rogó porque se atacaran para tener una excusa para matarlos a todos, pero una vez más por culpa de Ángel las cosas no se daban como él esperaba. Aunque su enamorado también había contribuido con lo suyo.
Dracul gruño para sí mismo y se alejó en dirección a la fortaleza. Los cazadores sabían que algo andaba mal, pero Dracul había usado sus habilidades y la niebla que rodeaba y cubría la fortaleza era la más densa que alguno de ellos hubiera visto en sus vidas. Había tensión y miedo en el aire. Algunos se habían aventurado a salir en direccion a la villa de los lobos para ver que sucedía pero se habían perdido a causa de la niebla y habían llegado de vuelta a la fortaleza. No tenían explicación para lo que sucedía.
Eleazar estaba seguro que los lobos, o los habían traicionado o estaban muertos. El cazador y diez más quisieron bajar a las mazmorras pero les fue imposible dar con las entradas. Caminaron por el lugar que lo habían hecho desde hace años y se perdieron. Llegaron de vuelta a la iglesia, cuando los demás cazadores los vieron se asustaron y el pánico se empezó a apoderar de los que estaban allí.
Dracul los observaba mientras se paseaba entre ellos, y reía como un niño que está haciendo una travesura. Entro a la iglesia y su malestar fue inmediato. Su tapadera llego hasta ahí. El grito aterrado de una cazadora dejo en evidencia al demonio. Sin más que hacer. Dracul desplegó sus alas a la entrada de la iglesia y chillo de manera aún más horrible que cuando estaba en las mazmorras con los vampiros. El caos y los gritos no se hicieron esperar, pero tampoco la confianza que tenían en sí mismos los cazadores. los más avezados, no dudaron en lanzarse contra él con sus espadas, Eleazar encabezaba al grupo. Lo más fuertes lo atacaron y Dracul no dudo en enfrentarlos. Tomo la espada del primer cazador que asesino y empezó a contestar el ataque de los cazadores.
Eleazar peleaba de manera formidable al igual que casi todos los adultos. Cuando uno de ellos hería a Dracul, este se enfurecía aún más y asesinaba salvajemente al cazador. Al cabo de solo unos minutos, los cazadores más fuertes rodeaban a Dracul, mientras que los menos experimentados estaban en segunda fila esperando su turno, si es que llegaba.
Los demás estaban todos encerrados en la Iglesia, junto al difunto Markkus Leppala, quien había estado recibiendo los respetos de los cazadores.
Los vampiros y lobos oyeron los gritos provenientes de la fortaleza y supieron que todo había iniciado. No lo podían creer. Miraron a Ángel y ella estaba abrazada a Enoc con los ojos cerrados. Ella ya había visto lo que estaba pasando y era horrible y sangriento. No importaba si tenía los ojos cerrados o abiertos, veía todo lo que pasaba allí como si fuera ella quien estuviera en aquel lugar masacrando a los cazadores. Cada corte que Dracul recibía ella lo sentía como si fuera a ella a quien habían herido.
Una vez más Dracul en su frenesí de sangre, había abierto su conexión mental con Ángel sin darse cuenta. Solo cuando Eleazar le asesto un certero corte con su espada en el pecho, Dracul oyó el grito de dolor de Ángel en su mente. Se concentró y rompió la conexión con ella de inmediato. Para ese entonces Ángel yacía inconsciente en los brazos de Enoc.
Los vampiros alcanzaron a ver algo de lo que Ángel estaba viendo y se pusieron de acuerdo con los lobos para atacar la fortaleza en conjunto si Dracul no era capaz de terminar con los cazadores. Los lobos estuvieron de acuerdo enseguida. Ninguno dejaría que los cazadores los volvieran a esclavizar. Esta vez todos juntos pelearían por su libertad si era lo que tenían que hacer.
Dracul gruño furioso por no poder acabar con los malditos cazadores con la facilidad que pensó que lo haría, le estaba tomando más tiempo de lo que había planeado, acabar con ellos. Eleazar era un desgraciado con demasiada fuerza, y peleaba muy bien, demasiado bien para su gusto, adivinaba la mayoría de los golpes de Dracul. No así los demás. Ya había asesinado a una veintena de cazadores pero no podía terminar con la vida del desgraciado que odiaba casi tanto como a Markkus. Thomás, el despreciable hijo de Eleazar se había ocultado en el iglesia junto con las mujeres y los más débiles, como si así se fuera a salvar de lo que tenía planeado para todos los que estaban allí. No tenían idea de lo que les pasaría.
Eleazar volvió a herirlo y Dracul se descontroló, todo empeoro con la risa de superioridad del muy herido pero no derrotado cazador. Dracul le respondió con una risa igual de prepotente que la del cazador e inmediatamente se oyó un grito dentro de la iglesia y luego otro y otro grito y segundos después las puertas de la iglesia se cerraron por si solas y las llamas se alzaron fuera de sus puertas y empezaron a rodearla hasta cubrirla por completo. La enorme cruz de plata cayo causando gran estruendo.
El más puro horror se veía en el rostro del cazador y de todos los cazadores que aún quedaban con vida. Oían los desesperados gritos y llanto de todos los que estaban dentro y ellos no podían hacer nada. Dracul desplegó sus alas y grito de manera estridente antes de lanzarse contra los cazadores que aún quedaban con vida.
Asesino salvaje y brutalmente a los cazadores, y ciertamente se ensaño con Eleazar, tenía un odio hacia él que no podía entender, pero lo odiaba. El cazador se defendió lo mejor que pudo y ciertamente fue sobresaliente, pero no tenían ninguna oportunidad contra él. El cazador tuvo una muerte horrible y dolorosa y Dracul la disfruto tanto como la de Markkus Leppala y la de Nimrod. Una vez que termino con la vida de estos cazadores se sentó en los escalones de la iglesia a disfrutar de los gritos de los que aún no sucumbían ante las llamas. Una vez que los gritos cesaron uso sus poderes para saber si aún había alguien con vida. Una vez seguro que todos habían perecido hizo que las llamas fueran más intensas e hizo que se incendiara toda la fortaleza.
El empezó a derrumbar cada construcción a su paso sin importarle el abrazo constante de las llamas ni el dolor que sentía al estar envuelto en ellas.
Estuvo horas destruyendo el lugar, no quería que quedara rastro de lo que allí había sido. Uso sus poderes y la imponente muralla de despedazo por completo.
Ya estaba amaneciendo, se oía a lo lejos el canto de los gallos. Dracul fue consciente de ellos y en la villa los lobos y vampiros también. Nadie debía moverse de allí hasta que saliera el sol e iluminara el lugar en que estaban. Solo entonces podían salir de allí.
Ángel no había salido de los brazos de Enoc después de aquel horrible grito de dolor cuando cayó inconsciente, todos creyeron que era su fin, que Dracul los traicionaría después de todo y los asesinaría. Una vez que ella despertó supieron lo que había pasado realmente.
Dracul fue el centro de su conversación pero nadie sabía que era, ni como acabar con algo como él. Por más que le habían preguntado a Ángel acerca de él, ella solo había podido decirles lo que sabía y no era mucho. Sin embargo todos ya sabían que Nimrod sabía que era Dracul, o quien había sido antes de ser lo que era. Uno de los lobos también tenía información importante pero había hecho el quite a la conversación hasta que su hermano se topó con la mirada de un vampiro y este vio que Amílcar sabía algo que nadie más.
El vampiro hablo en su idioma y la mirada de todos los vampiros quedo fija en él.
Shane le hizo preguntas específicas, pero el lobo se rehusó a contestarle, sin embargo ellos habían visto las respuestas en su mente. No era de gran ayuda lo que habían averiguado, aunque convenía estar pendiente del lobo, ya que Dracul había dicho que se verían de nuevo, al parecer tenía algún interés en el lobo.
El que fuera mujer u hombre no hacia ninguna diferencia. Estaban seguros que las respuestas que buscaban estaban en la ciudad fantasma. William y Lucian empezaron a planear junto a otros lobos y vampiros un viaje a aquel lugar, pero Ángel los paro y les dijo lo que pasaría si empezaban a seguir a Dracul o a intentar acercarse a él.
Ángel les recordó que la promesa de Dracul terminaba cuando los cazadores estuvieran muertos, y ya hace bastante rato habían dejado de oírse gritos en la fortaleza, ahora solo se oía como la tierra temblaba cada cierto rato y todos sabían lo que eso significaba. Los cazadores habían dejado de existir por lo tanto ya nada podía impedir que Dracul fuera tras sus cabezas por idiotas.
Varios reconsideraron las cosas y decidieron no ser parte de los planes. Querían vivir en paz y empezar una nueva vida en el caso de los lobos y retomar la que tenían en el caso de los vampiros.
Después de unas horas la idea de averiguar más acerca de Dracul había dejado de ser tema, aunque no había salido de la cabeza de nadie. Lo que se hiciera tendría que ser con cuidado y a escondidas de los que no estaban de acuerdo con husmear en los orígenes del poderoso demonio.
El sol finalmente se dejó ver, poco a poco fue iluminando todo a su paso hasta que llego a la villa de los lobos. El gran grupo estaba ansioso y muy nervioso.
Lucian y William lideraban a su gente camino a la fortaleza, o lo que quedaba de ella. Querían ver con sus propios ojos que el reinado de los cazadores había terminado.
Al llegar vieron los destrozos y los cadáveres repartidos por el patio principal, o lo que había sido el patio principal. Todo estaba destruido. El grupo se detuvo en seco y miro con asco la cantidad de cuerpos esparcidos por lo que había sido la iglesia, recordaron los gritos desesperados y supieron que provenían de allí. Nadie quedo indiferente al ver el cuerpo calcinado de Eleazar crucificado de cabeza en la gran cruz de plata a las afueras de lo que una vez fue una hermosa iglesia.
Dracul ciertamente había cumplido su palabra y había demostrado que era un ser completamente fuera de este mundo. Rogaban que no hubiera más como él dando vueltas por allí o todos estarían en grandes problemas.
Dracul gruño ante esas palabras y se preguntó por millonésima vez, porque no los atacaba y los asesinaba si ya estaba libre de la promesa. Los venía observando desde que saliera el sol, pero ninguno de ellos lo habían notado. Incluso se había parado al lado de ellos a admirar lo que había hecho en la iglesia y con Eleazar. Ciertamente a la luz del día todo se veía diferente. Estaba muy conforme con lo que había hecho, aunque muy cansado y al límite de sus fuerzas. No le vendría nada de mal un descanso o algo de sangre de vampiro para reponerse. Esto último estaba seguro que no sucedería. Ninguno de ellos le daría por voluntad propia su sangre y él no iba a rogar por ello. Podía pelear y tomarla a la fuerza, pero estaba cansado como nunca antes, además de muy adolorido. Su muerte era inminente. Debía buscar un lugar seguro antes de morir en cualquier lugar y quedar expuesto a ser encontrado por cualquiera de ellos.
Se volvió hacia el grupo y los vio alejarse de allí mientras hablaban acerca de su futuro y se reían y planeaban la vida que tenían por delante. Se sintió libre de su promesa, pero también muy vacío, y muy solo. También muy triste por lo desgraciada de su existencia.
Miro a su alrededor y se dijo que tal vez para lo único que servía era para destruir, tal vez no había otra utilidad para él después de todo. Se alejó cojeando y abrazándose a sí mismo, sus heridas eran mortales, no le quedaba mucho tiempo de vida. Se apresuró para ir a un lugar seguro pero entonces recordó que no había guardado uno de los baúles que había recuperado. Lo había dejado cerca de la laguna que había en el bosque, en la propiedad de los vampiros de la ciudad subterránea. No había sabido que hacer con el en ese momento, pero ahora sabía que había sido una mala idea dejarlo allí. Debía ir por el, pero era imposible en su condición actual. Estaba seguro que en ese baúl estaba la verdad acerca de él. Después de tantos años, recordó que allí estaban las primeras memorias de él como un ser infernal. Por lo tanto existía la posibilidad que también estuvieran sus últimos recuerdos como ser humano, o al menos algo que le dijera claramente, quien había sido, o que confirmara las dudas que tenía desde que estuviera en presencia de Markkus Leppala, en sus últimos momentos de vida. Rogaba estar equivocado, pues no soportaría tal verdad. Se negaba a aceptar que sus suposiciones fueran ciertas.
Se dijo que cuando volviera de la muerte iría por el baúl, seguramente llegaría antes que ellos, no había necesidad de angustiarse.
Ellos no debían saber jamás quien había sido en su vida humana.
Los recién liberados miraron las ruinas y se pasearon por el lugar durante varias horas. Una vez que estuvieron seguros que no había ningún cazador con vida, salieron de las tierras malditas, los lobos no sabían que hacer, ni a donde ir, no tenían un lugar al que volver, así como los vampiros que habían tenido sus propios hogares antes de ser capturados. Ellos solo habían conocido la esclavitud y habían vivido donde sus amos ordenaban.
Ahora no tenían adonde ir.
Ángel les dijo que todos debían ir a la hacienda de William, el pueblo que había cerca de la hacienda estaba vacío pero en pie. Dracul lo había dejado casi intacto para que fuera su nuevo hogar. Dracul se había adueñado de aquella región para entregársela a los vampiros y lobos. No había destruido las casas ni nada de ese pueblo para que fuera apto para que ellos vivieran. Había destruido la iglesia y en su lugar había construido una escuela para que todos aprendieran a leer y a escribir. Y desde aquel lugar iniciaran una nueva vida.
Todos miraron a Ángel y ella les dijo que Dracul se lo había dicho cuando le avisó que había llegado el momento.
A ninguno le gusto que el demonio les diera órdenes, pero era una buena idea que los lobos vivieran cerca de los vampiros. Les sería más fácil a ambas especies mantener en secreto su condición de seres sobrenaturales.
_"Algo más que te haya dicho Dracul" pregunto William
Ángel bajo la mirada enseguida y se quedó callada, eso claramente fue un sí, ella apretó sus labios y empezó a jugar con ellos, moviéndolos de un lado a otro.
_"¿No nos puedes decir nada?" pregunto Enoc acercándola más a él.
Ella negó con la cabeza y siguió mirando hacia el suelo. Se sentía segura teniendo a Enoc a su lado, pues sabía que nadie la obligaría a nada con el cerca de ella, sus cuñados tampoco dejarían que nadie la importunara.
William y Lucian se alejaron del grupo para hablar mientras los lobos buscaban refugio para la noche para ellos y sus familias, y los vampiros salían a alimentarse por primera vez en mucho tiempo.
A los lobos no les gustó mucho saber a qué iban los vampiros, pero ellos no tenían nada que decir. Era su manera de vivir. Tristán y Shane les aseguraron que cuando salían a cazar trataban siempre de buscar a personas de mal vivir, especialmente asesinos y gente cruel, por alguna razón la sangre de ese tipo de personas les daba más fuerza y los alimentaba por más tiempo.
Esto alivio un poco a los lobos, pero los dejo con muchas preguntas acerca de sus nuevos amigos. Ángel ayudo a su padre a armar una improvisada cama y luego fue a ver como estaban las mujeres. Elena aún tenía los ojos rojos pues no había podido evitar llorar por la muerte de su familia, pero estaba feliz de tener a sus hijas con ella y estar al lado de Hottu. Nadia tampoco la había pasado muy bien. Pero tenía Brent a su lado para consolarla y darle ánimo.
Jacinta, Trinidad y Aryela estaban en las nubes, estaban tan enamoradas que no les interesaba donde estaban o con quienes, ellas solo tenían ojos para su pareja.
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