#9: Te tengo una propuesta

—Ha sido... agradable volver a hablar contigo contigo, Jungkook— me dijo Taehyung, rascándose la nuca un tanto nervioso a mi lado.

Asentí levemente, sin decir nada al respecto, y él esbozó una pequeña sonrisa. Estábamos frente al edificio aún, yo estaba con la espalda apoyada en su auto, debatiendo mentalmente entre si entrar o no hacerlo.

Era cierto, estaba ansioso, completamente desesperado por entrar al establecimiento, hablar con Mino y que la relación entre Jackson y yo acabara al segundo, si es que tenía demasiada suerte.

Pero luego volteaba a ver a Taehyung, y mis ganas de quedarme crecían repentinamente en mi interior. Entrar al edificio significaba decirle adiós a Taehyung, y decirle adiós... significaba para siempre.

En realidad habría sido lindo haber vuelto a hablar con él. Se sentía como si nada hubiera cambiado y volviéramos a ser los de antes. Pero había que admitirlo y más que nada debía aceptarlo, luego del daño que me había hecho ya no podía fingir que no había ocurrido nada, era así de simple... pero a la vez así de difícil.

Suspiré, como si aquello pudiera darme fuerzas en ese momento, y de brazos cruzados dejé de apoyarme en su auto. ¿Y qué si no vuelvo a ver a Taehyung?, pensé. Si me quedaba con él tenía el riesgo de salir dañado de nuevo, era preferible entrar al edificio, acabar con todo lazo entre Jackson y yo, y así seguiría mi vida como si nada hubiera pasado. Eso sonaba muchísimo mejor.

—Bueno, Taehyung— dije sonriendo levemente—. Gracias por traerme. Cuídate y... Adiós— concluí sin haber nada más por decir.

Hice un leve ademán con la mano en forma de despedida, di media vuelta y me dirigí a las puertas del edificio. Supongo... que así terminaba todo. Después de todo era tan sólo una despedida, él tan sólo un chico entre millones, no era que mi vida acabaría por una tontería así.

Subí los escalones que daban con el lobby sin mirar atrás y noté a tres figuras familiares esperándome en unos sillones que habían junto a una de las tantas paredes. Mino, Yoongi y mi querida madre. Algún día le escondería el maquillaje a esa señora, podía hasta jurar que se había echado toneladas con tal de verse "hermosa" para las reuniones.

—Hola— saludé de mala gana parándome frente a ellos, específicamente frente a Mino.

El prometido de mi madre, futuro padrastro mío, el gorila más odiado que lamentablemente no tuvo la oportunidad de haber sido abortado seguramente porque su madre no tenía el dinero... Song Minho, damas y caballeros.

—Llegas tarde— espetó frío, alzando la mirada de su celular hasta posarla en la mía.

—¿Por qué? ¿La reunión ya ha empezado?— cuestioné duramente.

—No. Pero los editores de la revista están por llegar— respondió guardando su teléfono celular en el bolsillo interior de su chaqueta.

—¿Es por ellos que nos hemos venido a reunir aquí?— pregunté con una pequeña muestra de disgusto.

—Sí— asintió—. Les he llamado. Nos ayudarán a expandir la noticia de tu ruptura con tu novio.

—¿Jackson sabe de todo esto, no?

—Sí. Ha sido un tema sencillo hasta ahora por suerte— explicó desviando la mirada repentinamente a la puerta del edificio.

Asentí intentando lucir serio, ya que por dentro estaba más que emocionado. ¿Cómo no iba a estarlo? Al fin acabaría la relación entre Jackson y yo, que no había sido más que una farsa. Detestaba fingir ante las cámaras, aquello me liberaría totalmente.

Bueno, en parte. Seguía siendo un modelo, no era que fuera lo más fácil del mundo.

—Han llegado— anunció Mino levantándose de su asiento.

Di media vuelta sobre mis talones y noté a los que serían los editores de la revista dirigiéndose a nosotros. Un hombre y una mujer, castaño y pelirroja. Perfecto, a ellos tendría que enfrentarme.

Mino se adelantó, empezando una conversación con ambos. Claramente mejor que hablara él antes de que yo echara a perder todo metiendo la pata. Las presentaciones, unos cortos saludos, y minutos después ya nos dirigíamos los seis al ascensor.

—Me dijiste que por hoy estaría libre— susurré en un regaño divertido a Yoongi, mientras los dos caminábamos tras los adultos.

A veces me sentía pequeño, y luego recordaba que tenía a Yoongi quien últimamente era como mi hermano.

—Lo lamento— se encogió de hombros—. Surgió a último momento.

—¿Quién ha sido?— cuestioné, recibiendo una mirada confundida de su parte—. ¡Ay, admítelo! No ha sido Mino el que ha decidido todo esto. ¿Quién lo convenció? ¿Tú o mamá?

Yoongi soltó una risita contagiosa ante mis palabras.

—Vale. Hemos sido los dos— admitió sin quitar su mirada del frente.

—Gracias— susurré sonriendo.

—No tienes que agradecerlo. Se te notaba enojado al leer la revista. Además ese Jackson no me agradaba mucho de todas formas— dijo él en leves murmullos.

Asentí sin poder dejar de sonreír en ningún instante y entramos al ascensor. Yo, como siempre, siendo aplastado por la espalda del gorila que se hacía llamar futuro esposo de mi madre. ¿Ese hombre mitad animal tendría que vivir conmigo? ¿Yo, un ser humano civilizado e inteligente, tendría que vivir con él? Me resultaba asqueroso, ya tenía suficiente con verlo por temas de trabajo.

Una mueca de horror inconscientemente en mi rostro luego. ¿¡Y si lo tenía que llamar "papi"!?

—Llegamos— me susurró Yoongi seguramente al notar que no espabilaría muy pronto.

Volteé a verlo y le sonreí en agradecimiento, viendo después cómo todos bajaban del ascensor. Suspiré, abrazándome a mí mismo, y caminé decidido hacia afuera del ascensor. Y habría sido una caminata perfecta si no hubiera sido por las puertas del ascensor que justo se cerraron cuando yo iba pasando. Choqué contra una de ellas, provocando que se abrieran de nuevo, y salí completamente del elevador, siguiéndole el paso a los demás en dirección a la oficina.

Entramos a la sala donde sería la junta, la pelirroja nos señaló donde podíamos sentarnos, y después de un rato ya había comenzado la pequeña reunión.

<...>

¡Y salí de la oficina más enojado que nunca!

—¡Me habías dicho que acabaría la relación con mi supuesto novio!— acusé a Mino inmediatamente.

—Y así fue, Jungkook— dijo sencillamente.

—¡Pero la idea era terminar la farsa! ¡No empezar una nueva!— gruñí queriendo sacarle los intestinos a ese imbécil.

—No será una farsa, Jungkook— señaló "sabiamente".

—¡Sí lo será! ¿¡Para qué lo niegas!?

—Sólo tienes que empezar a salir con alguien no famoso de por acá. Imagínate. Las demás personas van a pensar que eres de gustos sencillos, se va tu fama de "perra", y luego pierden interés en tu noviazgo. Además, chico de Nueva York con un coreano. ¿Suena bien, no?

—¡Yo soy coreano, hijo de puta!

—¡Jungkook! ¡Cuida tus palabras! No le puedes hablar así a Mino— me regañó inmediatamente mi madre, saliendo en rescate de su futuro estúpido marido.

—¡Los odio!— solté sin pensar, para luego salir corriendo sin querer escuchar una palabra más y dirigirme al primer piso por las escaleras.

¿Es que ellos no comprendían? ¿No podían entender por lo que estaba pasando? Estaba harto, aburrido de todo aquello. ¿Relaciones falsas? No quería, joder. ¿Por qué no entendían de una vez por todas? Era un modelo, no la celebridad del momento. ¡Las putas relaciones amorosas no servían de nada! ¡¿Por qué mierda seguían insistiendo con ello!? ¡No ayudaría absolutamente en nada!

Llegué al primer piso luego de todos mis pensamientos negativos y me dejé caer en el último escalón.

Y así mi vida parecía ir arruinándose poco a poco.

Unos pasos suaves y apresurados que se dirigían hacia mí, bajando por las escaleras, me hicieron un ligero respingón.

—¿Estás bien?— cuestionó la reconocida voz de Yoongi, quien ahora se sentaba a mi lado y me daba un reconfortante abrazo.

Negué con la cabeza al instante, sin emitir palabra. No me agradaba esto, no quería esto. Además, ¿de dónde sacaría una persona que se ofreciera a ser mi novio? Si Mino me designaba uno me atrevería a jurar que mandaba a la mierda al pobre chico y ahí ya quería ver cómo se las arreglaría Mino luego.

—No tienes que ponerte así, Jungkook— me habló el chico a mi lado.

—¿Así cómo? ¿Mal porque el idiota de Mino quiere ponerme otro novio falso?— cuestioné irónico con la voz quebrada—. Eso me molesta.

—Ya, lo lamento, ¿sí? Si hubiera sabido que te afectaría tanto hubiera hecho algo para intervenir en ellos— dijo y yo sólo me limité a soltar un bufido molesto.

—Pues me afecta. Más encima ni si quiera quiero ver al tarado que me pondrá como pareja— gruñí pasando una mano por mi cabello.

—De hecho cuando ví tu reacción logré hablar con Mino y convencerlo de que si tú consigues tu propio novio para mañana, el tendrá que dejar que ese sea tu novio.

No quedamos en silencio un momento. Él mirándome a los ojos esperando por una respuesta, y yo intentando... asimilar lo que me estaba proponiendo.

—¿Qué?

<...>

TAEHYUNG'S POV:

Lancé un balón pequeño de fútbol al aire nuevamente, y lo recibí luego de unos segundos.

Bien, era un completo imbécil. Me encontraba con Jeon Jungkook, el chico que no había podido sacar de mi cabeza durante dos jodidos años de mi puta existencia, y por haber salido tan imbécil, tarado e idiota, ni si quiera fui capaz de decirle "adiós" o "hasta luego".

Merecía un premio, pero seguramente cuando me lo dieran sería tan cabeza dura que lo dejaría caer de mis manos.

El premio al más idiota se me resbalaría de las manos y caería al suelo por idiota. ¿Sería posible ser tan estúpido? La respuesta es sí, conmigo todo es posible.

—¡Hola, imbécil!— saludó repentinamente la voz de... ¿A quién engaño? Ya por el hecho de que me había llamado imbécil y porque había interrumpido en mi cuarto sin permiso era claramente hoseok.

Dejé de jugar con el balón de fútbol, lo tiré a algún lugar de mi cuarto y me senté en la cama intentando ordenar un poco mi cabello.

—¿Qué vienes a buscar?

—A ti.

—No estoy de humor para tus estúpidos chistes— rodé los ojos, enserio no estaba de ánimos para ello.

—Ya, deja lo amargado, ¿mucho te costaba seguir la canción?— dijo mientras tomaba asiento en la silla de mi escritorio y recibía una mirada llena de odio de mi parte—. Bueno ya, venía a proponerte algo.

—¿Qué?— pregunté sin ánimos.

—Te lo digo cuando dejes de arrugar la frente. Si sigues así te van a salir arrugas y vas a quedar más feo de lo que ya estás— bromeó él.

—Sólo dime que mierda quieres y sal de mi habitación, hijo de puta.

—Y el pesado ha vuelto... ¿Ahora qué pasó? ¿Te has agarrado a golpes con un idiota? Porque yo no veo ni un solo rasguño en ti. Y dudo mucho que de repente seas Iron man... ¿Entiendes?... Él no puede tener rasguños porque está muerto...

—Joder, ¿te molesta si te clavo un cuchillo para que te calles de una vez por todas?

—Eh, sí, me molesta— respondió Hoseok—. Okay, ¿qué pasa?

—Nada— mentí recostándome en la cama nuevamente, mirando al techo de la habitación como lo había hecho desde que había vuelto de ir a dejar a Jungkook al edificio ese.

—Llamaré a Jimin como no me digas— dijo él, intentando creía yo, que fuera una amenaza.

—Pues llámalo, no me interesa— gruñí aplastándome el rostro con una almohada.

Hoseok se quedó en silencio, sin embargo, yo sabía que seguía ahí y eso no me ayudaba en mucho que digamos.

—Vale, porque soy un buen amigo no lo llamaré— habló él, haciéndome dejar la almohada a un lado y soltar una carcajada.

—¡Hijo de puta!— reí—. ¡Ni si quiera ibas a llamarlo por que sabes que no ayudaría en nada!

—Bueno, bueno, cállate que ahora te diré mi propuesta— dijo, haciéndome callar y frunciendo el ceño.

—¿Qué propuesta? ¿De matrimonio?— bromeé yo, fingiendo una sonrisa coqueta.

—Pensé que ya estábamos casados— murmuró él con cara de confusión—. Bueno, a la mierda. La cosa es que abrirán un club hoy, ¿te anotas?

—Pues claro— respondí sin pensarlo dos veces.

—¡Excelente! De seguro habrán chicas calientes ahí— dijo mordiendo su labio inferior, a la vez que de seguro se hacía la ilusión de su vida.

Lástima que no le quedara mucho tiempo, no después de que su novio hiciera acto de presencia justo en aquel momento.

—¿¡QUÉ CHICAS CALIENTES HABRÁN POR AHÍ Y POR QUÉ MIERDA NO ME HAS DICHO, HOBI!?— le gritó furioso Jihoon luego de abrir la puerta de golpe.

Reprimí una carcajada. Oh, Hoseok, hoy no follas.

—Oh... Jihoonie— dijo abriendo los ojos como grandes platos—. ¿Qué haces aquí?

—Pedazo de idiota. ¡Vinimos juntos, hijo de puta!— exclamó molesto Jihoon.

De inmediato mi mirada la fijé en Hoseok, quien me veía pidiendo ayuda con esa típica mirada de "¡SI NO ME AYUDAS ME VAN A CORTAR EL PENE!".

Pero por favor, ¿qué debía hacer yo metiéndome en peleas de pareja, no?

Cogí los dulces que había dejado en mi velador y me volví a sentar en mi lugar.

Mejor disfrutar la función.

—¡No puedo creer que seas así de idiota! Entramos a la casa, cierras la puerta y luego te vas escaleras arriba, dejándome botado en la sala de estar— le acusó Jihoon, señalándolo con el dedo índice molesto.

—Jihoo... nie. Es... es que había venido a hablar con Taehyung y...—tartamudeó Hoseok, provocando solamente que yo riera y que Jihoon... bueno, que él se enfadara muchísimo más de lo que ya estaba.

—¡Eres un idiota, Jung! Me voy a mi casa— masculló finalmente él, dando media vuelta y dirigiendo su mirada de odio hacia mí.

Mierda, mierda, mierda, mi pene no.

—Lo siento— suspiró él—. No debiste haber escuchado eso, hasta luego, Taehyung.

Y Jihoon se fue, dejándome a mí vivo y con mi amigo donde debería, mientras que a Hoseok lo había dejado en la mismísima mierda y probablemente en un futuro sin posibilidades de dejar descendencia.

Bien, después de todo no había salido tan mal.

—Me odia— habló mi amigo con un hilo de voz.

Ah, pues bueno, para él sí.

Me levanté de mi cama, caminé hasta llegar a su lado y le di unas palmadas en la espalda mientras que él seguía en estado de shock.

—¿Quieres dulces?— le ofrecí.

Él se mantuvo callado por unos segundos, sin responder.

—Vale.







re-subido: 09/01/2021

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