#25: Arrepentimiento
JUNGKOOK'S POV:
Tomé un sorbo de mi café, lo dejé encima de la pequeña mesa y suspiré, inevitablemente pensando de nuevo en Taehyung.
Eran las ocho de la mañana. No... no me pregunten cómo lo hice para enfrentarme a mamá, a Mino y a Yoongi, después de todo lo qué pasó. Estaban molestos, sí, y no sabía cuál lo estaba más. Yoongi por un lado, comportándose como todo un niño resentido al cual su abuela no le había llevado regalo. Después estaba Mino, que en realidad no me importa lo que opinaba de mí, pero con lo enfadado que estaba de mi huida, se comportaba más cortante y dictador que nunca. Y luego estaba mamá, que estaba... sí, bastante enojada, molesta, me odiaba, Dios. Y créanme, mamá no se interesó en sí hería mis sentimientos o perdía su tiempo conmigo, porque de verdad, me echó todo, absolutamente todo, en cara.
De pensarlo me dolía, de recordar sus palabras me dolía.
Y cada vez que volvía a los recuerdos de la noche anterior, cuando, sí es que debía dar el detalle extremo, mi propia madre me había dado una cachetada, recordaba también, las palabras que se quedaron grabadas en mi mente de su parte.
"Tu estúpida venganza no te va a llevar a ningún lado, deja de ser tan egoísta y para esto ya, antes de herir al chico, Jungkook"
Um, sí, debido a la gran pelea/conversación, me vi obligado a relatarle todo sobre mi pequeña venganza. Y no, claro que no se sentía orgullosa de eso.
Y ahí es cuando recordaba a Taehyung. Lo amable que había sido conmigo, lo dulce y cariñoso que se había comportado hasta entonces. Las veces que le había dicho que lo quería, sin ser una mentira ni parte de la estúpida "revancha" que tenía en contra de él. Yo quería demasiado a Tae, y sabía que estaba haciendo algo tremendamente incorrecto.
Mi madre me lo había dicho. Namjoon me lo había dicho.
Yo lo sabía.
¿Entonces qué mierda pasaba conmigo?
Me dejé llevar por esa pequeña y tonta parte de mí que tenía el ego dolido y me decía que debía vengarme.
Pero ya no más. No me vengaría .
No era parte de la liga de los Vengadores.
De seguro, Iron Man no estaría orgulloso de mí al saber que mi venganza no era por una buena causa.
Iba a parar y acabaría con esto de una vez.
¿Raro, no? Tener una idea en mente, decidido a fingir amor cuando no lo sentía en absoluto, y que de un día a otro, por pasar tanto tiempo con esa persona, comportándose como novios...
Taehyung me había hecho cambiar de parecer, y no iba a negar que se debía a que sí, lo quería demasiado.
¿De verdad herirían a alguien que aman con el corazón por una estúpida idea provocada por la rabia y el rencor pasado?
Era una estupidez.
Lo que yo había querido hacerle a Taehyung era una estupidez.
Solamente me quedaba aclarar unas cuantas cosas con Jimin, y pedirle que me ayude con mi no-venganza.
Sólo esperaba que aceptara.
Terminé mi taza de café y la dejé vacía sobre la mesa. Ya había pagado la cuenta por lo que... no me preocupé en buscar a la mesera que me atendía. Me levanté de mi asiento y salí del local sacando la botella de agua que llevaba en mi bolso y una pastilla para el dolor de cabeza.
Ugh, sí. Tenía un dolor de cabeza terrible. Con los gritos que había recibido la noche anterior de parte de Yoongi, Mino y mi mamá, había quedado agotado. Nunca me habían regañado tanto. Y sí, en comparación, el momento cuando me había escabullido de ellos, no se oía mal.
Me tomé la pastilla y volví a guardar la botella en el bolso.
Tenía hambre.
Sacudí mi cabeza olvidándome por un segundo sobre la comida y saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón.
Si alguien se pregunta por qué no desayuné: fácil. Mino descubrió que había estado comiendo pizza y, bueno, se enfadó y me prohibió volverme a comer una por un tiempo, con la condición también de que al día siguiente no podía desayunar nada contundente.
Tadá.
Llamé al número telefónico de Jimin y esperé a que atendiera al otro lado de la línea. Lo último que necesitaba era que no me contestara, lo único que haría eso sería arruinarme más la mañana.
Escuché como descolgó del otro lado.
—¿Jungkook?— preguntó dudoso.
Suspiré.
—Sí, soy yo— respondí sonriendo levemente—. ¿Cómo estás?— pregunté.
—Bien— contestó—. Um, son las ocho de la mañana. ¿Qué haces llamándome a estas horas?
—Lo siento, yo... yo me despierto a esta hora— dije un tanto tímido—. Creí que...
—No, sí, estoy despierto, es sólo que... Supongo que nadie me habla tan temprano la mayoría del tiempo. Dime, ¿qué pasa?
—Um, ¿podríamos juntarnos hoy? Tengo... algo que decirte— murmuré.
—Seguro. ¿Te parece en dos horas? ¿Cómo a las diez? Hoy almorzaré en familia y todas esas cosas de compartir con los demás.
—De acuerdo— reí levemente—. Nos vemos en dos horas. Um... ¿Te parece juntarnos en un café? Hay uno que queda cerca de mi hotel y bueno, no es malo.
—Claro. ¿Te parece mejor si voy a tu hotel y luego de ahí nos vamos al café? Me queda más fácil.
—Sí, seguro— sonreí asintiendo—. Nos vemos, Jimin.
—Hasta entonces, Jungkookie— se despidió risueñamente. Colgué la llamada y volví a guardar mi celular en mi bolsillo.
Suspiré, llevando una mano a mi cabeza e intentando helar mi frente con ella.
El dolor de cabeza apestaba.
Me dirigí de regreso al hotel y subí a mi habitación para descansar un rato hasta de Jiminie llegara. Dios, me sentía pésimo. ¿Tendría fiebre? No podía darme fiebre justo en ese momento, no podía sentirme así en ese momento. Luego del almuerzo habría ensayo para lo del desfile, y el desfile...
Oh vaya, no faltaba nada para el desfile.
Apegué mi cabeza a mi almohada y de poco a poco me fui durmiendo.
<...>
El sonido de mi celular me despertó.
¿Qué hora era? Maldición, con lo cansado que estaba seguramente se me había pasado la hora de cuando me juntaría con Jimin. Yo y mi cabezota de no poner despertador, andaba muy olvidadizo.
Cogí mi celular y vi el nombre de Jimin en la pantalla. Respondí de inmediato, sin si quiera ver la hora, y me levanté de mi cama dirigiéndome afuera de la habitación.
—¿Dónde estás? Ya llegué al lobby— me reclamó con su voz un poco molesta.
Ugh.
—Sí, lo siento, ya voy, dame un minuto y estoy allá— me disculpé.
—Ok— masculló eso y colgó.
Me sentía mareado. Demonios, esto me pasaba por tomar siestas tan largas.
Bajé al lobby del hotel y busqué al peli mono entre la multitud. Necesitaba hablar con él y decirle lo de Taehyung lo más rápido posible.
¿Qué? Mi idea era volver a mi cuarto a dormir. Estaba cansado, ya lo dije.
—¡Jungkook!— exclamó una voz familiar.
Avancé unos pasos más y vi a Jimin sonriéndome desde las puertas del hotel. Caminé hasta él y lo saludé.
—Hola, Jimin— sonreí, recibiendo un "Hola, Jungkook" de su parte—. ¿Vamos al café?
—Seguro— dijo sonriéndome de regreso. Salimos del hotel caminando hacia el local—. ¿Qué tienes que decirme?
Mordí mi labio inferior.
—Es complicado— le expliqué—. ¿Recuerdas que... te dije que quería vengarme de Taehyung?— pregunté.
—Um, sí— dijo vacilando un poco—. ¿Te aseguras de que lo llevaré al desfile? Tú tranquilo, Jungkook, hasta ahora va de seguro. Hasta le di la idea a su mamá de que fuera con él— concluyó encogiéndose de hombros.
—No...— murmuré mientras entrábamos al café. Él me miró confundido—. Tengo que pedirte otra cosa.
Nos sentamos en una mesa cerca de la pared.
—¿Qué es?— cuestionó curioso.
—Quiero detener la idea de la "venganza" contra él— suspiré—. Necesito que no vaya al desfile.
—¿¡Que no vaya!?— exclamó alzando ambas cejas. Asentí débilmente—. Jungkook— bufó incrédulo volcando sus ojos—. Ya me aseguré de que Taehyung iría al desfile, no puedo obligarlo a no ir ahora.
—Te lo estoy pidiendo de corazón— dije, dramatizando un poco quizá—. No quiero que Tae sepa que soy un modelo de esa manera, y quiero decírselo, pero no sé cómo... El desfile será mañana por la tarde, acabando a la noche. Necesito que hagas algo para que no vaya.
—¿Qué voy a hacer?— se preguntó a sí mismo, ocultando su rostro entre sus manos—. ¿Sabotear su auto? No puedo, Jungkook, ya me aseguré de que iría.
—De verdad necesito que hagas algo al respecto, Jimin— le rogué, pegando las palmas de mis manos en su dirección—. ¿Seguro que no puedes hacer algo?— pregunté, faltándome el aliento.
Él suspiró.
—Sí, creo que puedo hacer algo— dijo inseguro—. Hablaré con él.
—¿Puedo confiar en ti sobre que no irá al desfile?— le pregunté.
No confiaba en él en absoluto, pero... pero podía hacer una excepción, no había otra opción.
—Sí, puedes confiar en mí— me sonrió cálidamente—. Cuando me propongo algo lo hago y bien— eso no lo dudaba—. Así que no te preocupes, Jungkookie, Taehyung no irá al desfile.
—Gracias— suspiré aliviado.
—¿Eso era todo?— me preguntó.
—Sí— afirmé—. ¿Ya te vas tan pronto?
—Lamentablemente— respondió encogiéndose de hombros y levantándose de su asiento—. Mamá quiere que ayude con los preparativos para el almuerzo alias reunión familiar, así que supongo que me tendré que ir ahora.
—De acuerdo— dije levantándome también del asiento—. Vaya, ni si quiera alcanzamos a ordenar algo.
—Será para la otra— se rió—. Nos vemos, Jungkook.
—Adiós, Jimin— me despedí, él ya yéndose del local y yo dirigiéndome a la vitrina.
—¿Se le ofrece algo, joven?— me preguntó la dama tras el mostrador.
—Síp— respondí, señalando una galleta gigante—. Quiero tres por favor.
Después de unos cortos minutos la chica me entregó una caja considerablemente grande y le entregué el dinero que costaba mi pequeño antojo.
Sí, podría ser cierto que Mino me había dicho que no desayunara nada contundente.
Pero prácticamente no estaba desayunando porque las galletas no iban al estómago, si no directamente al corazón...
Eso y que ya la hora del desayuno había pasado hace tiempo.
De cualquier manera, ¿qué importaba? Mino no estaba aquí.
¿Moraleja de esta historia, mis niños?
Coman galletas.
¿Qué? Son ricas.
✧
¿Cuántos capítulos fueron necesarios para que Jungkook entrara en razón?
re-subido:
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