#14: Momento de película
Cepillé rápidamente mi cabello y salí de mi habitación dirigiéndome a las escaleras.
Sinceramente, al entrar a mi habitación luego de llegar a casa y haberme visto al espejo, casi me da un infarto del susto, por Dios, la lluvia enserio me había hecho un completo desastre. Cabello empapado, blusa traslúcida, pantalones con barro, y mis zapatos... bueno ya ni zapatos parecían. Luego de ducharme, lavar cinco veces mi cabello y secarme por diez minutos, terminé por decidir por decidir que mi vestimenta sería mis pantalones holgados favoritos, una camisa unas tallas más grande y pantuflas.
¿Lo malo? No encontraba por ninguna parte mis pantalones holgados. ¿¡Dónde estaban los muy desgraciados!? Dudaba que de un segundo a otro, al pantalón le hayan salido patas y se haya ido corriendo al país de Nunca Jamás, lo dudaba mucho, es decir ellos no se irían sin mí, sería traición.
¿Aló policía? Sí, es que quiero reportar unos pantalones holgados en fuga.
Sacudí mi cabeza y saqué ese idiota pensamiento de mi mente. Ah, a veces me duele mi estupidez.
Y, finalmente, al aburrirme de buscar y no encontrar mis preciados pantalones, decidí ir a la sala de estar en camisón y pantuflas. Sumándole el chaleco negro por si de repente me entraba frío, porque vamos ¡arriba los que están tan solos que cuando tienen frío no hay nadie que los caliente y tienen que calentarse un pie con el otro! Esa es mi gente, mi raza, mi pueblo.
Iba bajando las escaleras cuando, de repente, escucho un grito. ¿Qué rayos...? Provenía de la cocina, así que fui hasta allí tan rápido que le bajé el auto estima a flash, nah mentiras más bien parecía como una jirafa bebé que intentaba correr por primera vez, ni modo, no tenía físico, pero bueno cuando logré llegar abrí la puerta sin pensar.
Y Dios, Tae parecía que hubiera sufrido un atentado... de palomitas.
Estaba ahí, con palomitas de maíz desparramadas por todo el lugar, incluyendo su cabello, mientras sostenía desconcertado el paquete de pop-corn entre sus manos. Intenté reprimir una carcajada, pero terminé soltando la más grande de las risotadas.
—Dios, ¿qué te pasó?— pregunté entre risas.
Él me miró frunciendo el ceño.
—Las palomitas explotaron... ¿por qué?— cuestionó perdido y mató con la mirada al paquete de pop-corn, que de por sí ya estaba muerto.
Reí internamente.
—Ya, mejor a ordenar, bebé— dije yo y empecé a limpiar el desastre de la cocina.
Sinceramente la cocina estaba hecha un total desastre. Aún me seguía preguntando ¿cómo demonios le hizo Tae para volver la cocina un desastre con solo un paquete de pop-corn? Ese hombre tenía un don.
Tendría que quedarme allí a limpiar aproximadamente por una semana y con suerte ya no habría palomitas de maíz en el piso. ¿Exageración? De acuerdo, sí. ¿Tamales? Dos por favor. ¿Hotel? Trivago.
—No me llames así— dijo Tae, frunciendo el ceño.
—¿Bebé?— cuestioné yo y él asintió— ¿Por qué no? A mí me gusta.
El simio se sonrojó levemente.
—De acuerdo...— murmuró y me ayudó a limpiar la cocina, así logrando acabar rápidamente.
Cuando acabamos de limpiar preparé YO el pop-corn porque no iba a subestimar las habilidades del simio de cagarla dos veces en menos de una hora, además no pensaba volver a limpiar toda la cocina de nuevo, mis habilidades de elfino doméstico estaban reservadas sólo para cuando mi madre estaba en casa.
Luego de que las palomitas de maíz estuvieron listas, las eché en un recipiente y ambos nos dirigimos a la sala de estar.
—¿Y? ¿Qué película te apetece ver?— preguntó él mientras yo me sentaba de piernas cruzadas en el sillón, con el recipiente sobre mis muslos.
Me quedé pensativo por unos segundos. Me apetecía ver una de terror, pero luego me daría miedo hasta ir al baño solo. Una comedia podría ser, pero odiaba reír tanto, me sentía como drogado, y con droga de la barata, así que no era muy bueno. Una romántica quizás, pero odiaba tantas cursilerías, a pesar de todo. ¿Qué clase de película? Una de misterio sería lo mejor.
—¿Tienes alguna de misterio?— pregunté volviendo de mi mar de pensamientos.
Pero Tae no respondió. Sus ojos color caca estaban muy concentrados en una cosa y solo una cosa... ¿por qué mierda me estaba mirando las piernas? Arqueé una ceja, lo cual Tae no vió, y finalmente la única manera de que se centrara en buscar una película, fue levantarme del sillón, caminar hasta él y darle un buen golpe en la cabeza.
—¡Oye!— se quejó él mirándome a los ojos.
Y así damas y caballeros es como se saca a un simio pervertido y con retraso de un trance, muchas gracias por su atención y buenas noches.
Pero luego cayó de nuevo en otro de sus extraños trances. Se quedó allí, mirándome directamente a los ojos, sin bajar la mirada.
¿Qué le pasaba al simio? La verdad tenía miedo, cada vez que le pasaba eso parecía que se estaba reiniciando.
—Y-yo... t-tengo la película aquí— dijo él nerviosamente.
Y ahí era cuando el sistema volvía a funcionar "correctamente", en otras palabras, el maní retomaba sus funciones.
—¿Una de misterio?— cuestioné un tanto frío. Él asintió y yo esbocé una pequeña sonrisa— Genial.
Puso la película en el DVDy, con el control remoto, le dió PLAY a la película de misterio. Se llamaba "Efectos Secundarios". Según Tae, a su madre le gustaba bastante ver esa película.
Íbamos a la mitad de la película, cuando se me apetece algo de comer. "Pero claro, Jungkook si no has comido nada desde que te fuiste al parque" me recordé mentalmente. Y luego, me llamé torpe por no recordar que tenía unas palomitas de maíz comestibles a mi lado.
Dirigí mi mano al recipiente, en busca de palomitas pop-corn, sin quitar la vista de la televisión, y en lugar de encontrar comida, me topo como una mano. Quedé en Jungshook. ¡Por Dios! ¡Una mano en la comida! ¡El paquete de pop-corn no decía nada de manos incluidas!. Y luego, la claridad vino a mí: era la mano de Tae.
Me relajé al saberlo, hasta que escuché como mi subconsciente me gritaba "¡ABORTEN MISIÓN, ABANDONEN EL TAZÓN DE PALOMITAS, REPITO, ABANDONEN EL TAZÓN DE PALOMITAS, ESTAMOS TOCANDO LA MANO DE KIM TAEHYUNG, HUYAN MIENTRAS PUEDAN!" Incluso pude ver como ese pequeño yo que vivía en mi cabeza y se hacía llamar subconsciente, tomaba sus maletas y se iba. Ah, el muy desgraciado me abandonó al igual que mis preciados pantalones holgados, ya no se puede confiar en nadie.
Y ahí fue cuando reaccioné.
Estaba. Tocando. La. Mano. De. Kim. Taehyung. Ayuda.
La sangre se me vino a la cabeza y quedé con las mejillas ardiendo. Joder, Jungkook, hazle caso a mini-Jungkook y saca la mano del recipiente. Pero algo me impidió sacarla, pues al momento de querer hacerlo, la mano de Tae le dió un suave apretón a la mía, haciéndolo sentir dulce y tierno.
Sentía que mi rostro podría explotar en cualquier momento de lo rojo que estaba.
Volteé a ver a Tae y noté que miraba el piso, con la cara colorada, y nervioso. Me miró de reojo al sentir que lo observaba.
Dios, ¿cuándo esta escena se había vuelto una con tanta tensión y nervios?
—Jungkook...— susurró suavemente él y se acercó a mí lentamente.
En realidad, mi mente no funcionaba en ese momento, por lo que no entendía muy bien qué era lo que pasaba por mi cabeza. Intentaba entrar en razón, pero me era inútil, ya que sinceramente... yo también me estaba acercando suavemente a él.
Por Dios ¿¡Qué demonios me estaba pasando!? ¿¡Qué rayos estaba haciendo Kim Taehyung en mí!?
Y en menos de diez segundos, estábamos frente a frente, nuestras narices rozándose, y estábamos a punto de dar el siguiente paso, cuando nuestras frentes chocan fuertemente por culpa de mis gafas, haciendo que nos separemos con un dolor de cabeza.
Y al parecer el golpe me ayudó a reaccionar.
—Oh, perdón Tae, me tengo que ir, como que de repente me dió sueño— fingí un bostezo—. ¿Ves? Ya me voy a dormir. ¡Buenas noches!— y fingido esto de mi parte, sin esperar respuesta, salí corriendo a mi habitación para evitar que Tae viera mi sonrojo, pero a mitad del camino se me salió una pantufla haciéndome tropezar y caer al piso.
—¡Estoy bien!— grité para levantarme rápidamente y recoger mi pantufla junto con mi dignidad, pues ambas habían caído al piso.
Llegué a mi habitación, encontrándome con Garfield encima de mi cama. Apoyé mi espalda contra la pared, y me dejé caer hasta el piso.
Había estado a punto de besar a el simio de Taehyung. ¿Qué me estaba pasando?
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