#11: Problemas

Entré a mi habitación, me recosté en la cama y lancé mi mochila al lugar donde mandan a muchos, no a la friend-zone, la verdad no creo que sea posible mandar a mi mochila allí, aunque mi sabia abuela decía "nunca digas nunca" y bueno sí, ya me distraje, el punto es que lancé mi mochila a la mierda. Sólo espero no se haya salido por la ventana.

Sinceramente luego de lo egoísta que había sido Jennie rompiendo el llavero de mi abuelo, lo único que me resté a hacer fue a coger los pedazos rotos del accesorio y a tirarlos al basurero, ya que eran inútiles de remediar. Hablar con ella, pelear con ella, enfrentarme con ella... ninguna de aquellas opciones serviría por el simple hecho de que ella era ella, y yo, bueno era yo.

Aparte del comportamiento de la señorita Kim y la mala suerte del llavero roto, mi día fue completamente normal. Es decir, debía admitir que en algunos momentos sentí la mirada de algunos chicos y chicas puestas en mí (aunque sobra decir #TeamPenis), en mayor parte las sentía de parte del equipo de fútbol, pero unos segundos después la sensación desaparecía y yo seguía con mi vida estudiantil de siempre.

También estaba el hecho de que muchas de las chicas que antes me molestaban con zancadillas, burlas sobre mis gafas o cosas por el estilo, aquel día la mayoría se restó a decir lo mismo: "Que te pongas esa ropa no te quita el hecho de que seas un nerd". Incluso escuché como una me decía "Aunque el mono se vista de seda, se sigue viendo feo porque no es yo" para que su amiga le respondiera "Estúpida, es aunque el mono vista de seda, mono se queda. Te dije que ese tinte sólo te iba a chupar el cerebro" y luego la jalara hacia algún lado. Esas si eran amistades y no mamadas.

En fin, ahora que lo pensaba mejor, debía admitir que el día había estado un poco raro para mí.

Me encogí de hombros mentalmente y me senté en mi cama para luego coger mi mochila, abrirla, y sacar de ella el próximo libro que tenía que leer para la escuela: "Criminal". Desde mi punto de vista, el cual era bastante infantil en realidad, era un libro jodidamente terrible. El chico era un maleante, la chica no se podía defender... en realidad era bastante chocante.

Me recosté en mi cama de espaldas, tomé el libro entre mis manos y me dispuse a leer.

Ya iba en el tercer capítulo cuando escuché el timbre de la casa. Ignoré el sonido y fingí demencia para que Tae fuera a abrir, después de todo: ¡El libro me tenía enganchado! Sí, ya, debía admitir que lo había juzgado mal, sinceramente era bastante interesante, no se los voy a negar.

Empecé a leerme el cuarto capítulo cuando nuevamente alguien tocó el timbre. ¡Joder! Qué fastidio la vida, de verdad, ¡tendría que abrir yo! Bufé, furioso por el hecho de que alguien interrumpiera mi lectura, y me levanté de mi hermosa cama para dirigirme al primer piso con una cara de culo que de seguro y asustaba más que con disfraz en Halloween. Bajé las escaleras, crucé la sala y abrí la puerta.

Mierda.



TAEHYUNG'S POV:

—¿Why you sad? I don't know nah molla...— estaba yo cantando tranquilamente aquella canción que Jungkook estaba escuchando y cantando a todo volumen en su habitación unos días atrás; mientras me echaba desodorante con olor a cuero and cookies, porque ya saben, no debería funcionar pero funciona.

Continuando, de repente, el timbre se escuchó en el piso de abajo. Lo ignoré y seguí cantando, porque joder que esa canción no tenía ni la más mínima intención de salirse de mi cabeza. Debía ser Hoseok, ya podría esperar. Luego, el timbre volvió a sonar impacientemente. Bueno, ya abriría la puerta alguien más mientras yo me pondría la remera... ¡Mierda, abriría Jungkook!

Si Hoseok sabía que vivía con el nerd mi reputación se iría por el caño, ¡por el caño! No podía permitir que Hoseok supiera, era mi mejor amigo pero no sabía de lo que era capaz.

Sin siquiera alcanzar a ponerme la remera, bajé las escaleras como Dios me trajo al mundo, já ¿que creyeron? ¿Navidad? Bajé las escaleras en puros pantalones. Crucé la sala a la velocidad de la Luz y noté que Jungkook estaba a punto de abrir la puerta. Tomó la perilla, la giró, abrió levemente la puerta y yo, con mis habilidades ninjas llamadas "ver mucho Karate Kid" hice una extraña maniobra, tomé a Jungkook entre mis brazos y cerré la puerta de nuevo, golpeando, seguramente, a Hoseok en la cara.

—Mierda— Sí, justo en la cara.

Mi respiración era agitada, bastante en realidad, había corrido desde mi habitación hasta la puerta en menos de cinco segundos para evitar que Hoseok descubriera mi oscuro secreto... mi compañero de hogar era el mismísimo Jeon Jungkook.

Aquí es donde agregan la música dramática.

Tan, tan, TANNNNN.

Sí, mucho mejor.

Ahora, sentía como si me estuviera olvidando de algo... de alguien... de...

Oh, cierto, Jungkook.

Noté que seguía rodeando el cuerpo de Jungkook entre mis brazos y, un tanto avergonzado lo solté lentamente. Jungkook volteó suavemente y su mirada se dirigió de inmediato a mis abdominales. Ah, los que callamos los de buen físico ¿no? Sí, llámenme engreído pero ¿por qué no se lo dicen a mi marcado eight-pack?

—¿Te gusta lo que ves?— bromeé con una sonrisa torcida en la cara.

Jungkook enrojeció al instante.

—No— negó desviando su mirada.

Reí ligeramente.

—Lo que digas— dije con ironía—. Bueno, creo que deberías irte. Está Hoseok aquí y...— empecé a decir señalando la puerta de la entrada, cuando de repente: otra puerta se abrió.

Ya, desde ahora me pueden llamar Hermenejildo, y con su permiso me voy a México.

¡Joder! Se me había olvidado totalmente que Hoseok sabía que si no podía entrar a la casa por la puerta principal, se podía entrar por la puerta trasera, atravesando la cocina hasta llegar a la sala de estar. Maldije el día en el que le dije aquello.

—Por poco y me tienes que pagar la cirugía de la nariz, desgraciado, vengo a alegrar tu vida con mi presencia y así me pa...— dijo Hoseok hasta que se calló al ver a Jungkook allí.

¿Ahora qué haría?



JUNGKOOK'S POV:

Intenté no ponerme nervioso.

Fracasé.

Es decir, estaba entre el mismísimo Jung Hoseok y Kim Taehyung, este último sin remera. Oh, vaya, quién diría que un humilde jovencito del campo como yo terminaría aquí, cumpliendo el sueño americano. Dios es grande amigos. Yisus hyung: 1; Ateos: 0.

Bueno ya, relajo las hormonas.

—Oh... hola, Jungkook, ¿qué haces aquí?— preguntó amistosamente, aunque un poco sorprendido, Hoseok.

Luego, sin esperar mi respuesta, dirigió su mirada hacia Tae, observando que estaba en puros pantalones, para luego verme a mí, nuevamente a Tae, y a mí de nuevo, y así sucesivamente. Después de eso, pareció ser iluminado por alguna fuerza divina y su rostro demostró entendimiento.

—¡Oh, ya veo! Perdonen por interrumpir— sonrió apenado y mi rostro enrojeció excesiva e inevitablemente.

Ah, los hombres y sus mentes cochinas.

—No— negamos Tae yo al mismo tiempo con indignación.

—¿Entonces qué hacen juntos aquí?— cuestionó sin entender.

—Venía a cuidar a Garfield— respondí yo al tiempo que Tae respondía con un "Vino a dejarme un libro". Por lo que, en resumen, lo único que se entendió fue "Veiankf aidjaki nuad lirdly".

Si querían la definición de cagarla con ganas, ahí la tenían.

—¿Eh?— cuestionó confundido Hoseok.

Tae y yo nos miramos trabados.

—Que...— empecé a decir con dificultad de completar la idea.

—Es que vino a dejarme un libro y de paso le pedí que cuidara a Garfield, porque va a venir una chica a casa, ya sabes— respondió Tae por mí y Hoseok se mantuvo en silencio.

Y eso amigos, demuestra que el maní habitante de la cabeza del simio retrasado funcionaba nada más cuando le convenía, el muy maldito sabía lo que hacía.

Me quedé allí, esperando que creyera la pequeña mentira que le había dicho Tae para que su popularidad no se fuera al borrón. Y, gracias a Yisus hyung, Hoseok luego de unos segundos, asintió mientras el entendimiento volvía a cruzar su celestial rostro.

Tae y yo soltamos un suspiro de alivio.

Jung Hoseok, definitivamente este chico provocaba más problemas de los que esperaba.

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