16. Miami [EDITADO]
CAPÍTULO AÑADIDO
-¿Estás segura de que lo llevas todo?
-Josh, deja de parecer mamá.-Le regañé.-Sí, lo llevo todo.
-Vale bien.-Sonrió y repasó mi mochila. Otra vez más.
Suspiré mirando las maletas con una sonrisa.
-Miami, allá vamos.-Dijo Danny saliendo con su maleta de mi habitación. Me abrazó por la cintura des de la espalda y me dio un beso en la mejilla.
-Quiero que mi hermana vuelva entera, con todas sus...-Dijo Josh pensando.-Membranas.
-¡Josh!-Chillé sabiendo a que se refería.
-Tranquilo princesa Joshua, no le tocaré ni un pelo a tu hermana cinco minutos menor que tú.-Dijo Danny burlándose y se aproximó a mi oído.-O al menos lo intentaré.
-Idiota.-Le dije sonriendo. Miré las maletas otra vez.-¿Tienes los billetes?
-Sí, guardados.-Respondió.-¿Lista?
-Vamos pronto Danny.-Sonreí.-Cálmate.
Josh abrió la puerta cuando sonó el timbre dejando pasar a Ethan y Amelie.
-No puedo creer que vayas a Miami.-Dijo ella.-Te tengo mucha envidia, vas a estar en una playas llenas de bombones.
-Ya tengo uno cada día.-Dije abrazando a Danny.
-Que monos.-Sonrió.-Te voy a echar de menos.
-Y yo.-Sonreí y abracé a Ethan.
-Llévatela mucho a la playa Wilson.-Dijo Ethan.-Está muy pálida.
-Idiota dos.-Reí.
-Bien, ¿listos?-Preguntó Ryan y asentí.-¿Tu madre sabe que te vas a Miami sola con tu novio?
-Por supuesto que lo sabe.-Mentí. Si mi madre se enteraba que su pequeña se iba con su novio ex mujeriego a solas a Miami se volvería loca. Mejor dejar las cosas como estaban, tranquilas.
-Mentirosa.-Rió Josh.-Mama no te dejaría ir a Miami. No por ir con tu novio, sino por faltar a clases.
-Maldito seas.-Le dije negando con la cabeza.
-Tranquila, juro que no se me escapará.-Prometió y me dio un abrazo.-Te quiero.
-Y yo.-Respondí.
-Vais a llegar tarde si no os vais ya.-Avisó Ryan.-Rápido, va.
(***)
-¿Alguna vez has ido en avión?-Preguntó Danny sentado en una silla del aeropuerto.
-No.-Respondí de manera irónica.-Viajé de California a Londres tele transportándome.
-No te burles de mí.-Sonrió pasando un brazo por mis hombros.-Hace poco no querías ni rozarme y ahora vas conmigo a Miami siendo mi novia. ¿No es raro?
-Tú y yo somos raros.-Respondí riendo.-Desde el momento en el que pisé el aeropuerto en California para venir aquí, supe que mi vida dejaría de ser normal. Aunque no es que fuese antes muy normal, pero ahora es mejor.
-¿Por Josh?
-Por todo.-Respondí.-Después de lo de Freya y Lauren, jamás pensé que podría llegar a tener otra mejor amiga y apareció Amelie. Después de cómo me trataron jamás pensé que volvería a tener amigos, y tengo a Ethan y Ry. Después de lo de Austin estaba convencida que no volvería a encontrar el amor y te metiste en mi maldita cabeza.-Rió levemente.-Y jamás pensé volver a vivir con Josh, y ahora está el esperando a que yo vuelva.
-¿No te parece surrealista?-Preguntó.-A mí me habría estallado la cabeza con tantos cambios.
-No es surrealista, pero sí diferente.-Respondí.-Los cambios son buenos, solo hay que saber elegirlos y llevarlos.
-Y por eso sacas mejores notas que yo en filosofía.-Concluyó mi novio entre risas.
Estuvimos charlando durante unos diez minutos más antes de que llamaran a nuestro vuelo y fuéramos a hacer cola para subir al avión.
-Oye Ana.-Me llamó Danny.-Siento lo que te dije aquella vez que llegaste tarde a la reunión del equipo. No te veía y estaba preocupado y cuando te vi con Ethan pues...
-¿Te pusiste celoso?-Pregunté riendo y muriendo de ternura.
-Demasiado para mi gusto.-Sonrió.-Lo que dije no era verdad, te necesitamos por muchas cosas y eres fantástica en el deporte. Lo siento mucho.
-No tienes que disculparte.-Sonreí.-La culpa fue mía por llegar tarde. Eres el capitán y estabas en tu derecho de enfadarte. Si no lo hubieras hecho habría sido irresponsable.
-Pero debí haber controlado la lengua.-Me interrumpió.
-Está bien, perdonado.-Dije con una sonrisa y me besó la frente.
(***)
Llegada a Miami
Salté dejándome caer en la cama del hotel mientras Danny reía como un loco.
-Me recuerdas a Ryan.-Dije entre sus estupendas risas.
-¡Esto es tan genial!-Exclamé.-¿No podemos vivir aquí?
-Si por mí fuera sabes que si.-Respondió y me puse de pie para salir corriendo al balcón de la habitación.-Oye, ¿tú alguna vez paras quieta?
-Es que se ve la playa.-Respondí.-La echaba de menos.
Apareció por detrás, rodeó mi cintura con sus brazos y me besó la cabeza.
-Antes iba cada día.-Sonreí.-Con Josh y Lauren. Luego iba con Freya, Austin y los demás amigos que tenía.
Me fascinaba la manera en la que Danny siempre me escuchaba. Atento, como si perderse cualquier detalla hiciese que el mundo estallase en mil pedazos. Era una de las cosas que más me gustaban de estar con él, nunca llegaba a sentirme sola.
-Yo no podría vivir en un pueblo en medio del campo.-Continué.-Siempre fui una chica de mar.
-Es exactamente como la imaginé.-Añadió el.-La playa.
-Mi tía tenía un hostal delante de la playa, pero en California, y mi madre nos dejaba a Charlie y a mí quedarnos a dormir allí los veranos. Como éramos sobrinas de la dueña dormíamos y comíamos de gratis. Enseñé a Charlie a surfear hace cinco veranos, el año antes de que mi tía tuviera que cerrar el hostal por poca clientela, dos meses antes de la marcha de Josh.
-Mañana te llevo a ver la playa de Miami.-Prometió mi novio dándome la mano y haciéndome entrar en la habitación.
-¿Cómo os conocisteis?-Pregunté sentándome en una de las cama.-Josh, Ryan y tú.
-Es una historia bastante divertida.-Admitió sentándose junto a mí.-Por raro que parezca, no he vivido en Londres toda mi vida. Nací en Australia y viví allí gran parte de mi vida. Pero la educación de mi pueblo no era igual que en el resto de Australia. No tenía muchos amigos y no estaba a gusto allí, así que hablé con mi madre sobre ir a otro sitio a estudiar. Le dije que cuanto más lejos mejor, y raramente lo aceptó. Así que el pequeño niño de doce años se fue a otro país a vivir, a otra ciudad. La ciudad de su libro favorito, la ciudad donde aprendes lo especial que eres.
-Harry Potter.-Asentí riendo.-Por eso Londres.
-Estaba obsesionado con esos libros.-Rió.-Así que... Me adentré en Londres buscando la amistad que me faltó en Australia.
>Conocí a Josh en el aeropuerto al llegar a Londres. Nuestras maletas eran iguales y como éramos pequeños decidimos ir todo el camino los dos juntos por miedo a equivocarnos. Sí, tu par de idiotas eran así desde que se conocieron. Nos hicimos muy amigos desde el primer momento. Ambos queríamos tener una casa propia y vivir la vida alocada de solteros en ella, pero hasta los dieciséis no nos dejaban salir del campus del instituto. Ahí conocimos a Ryan.
-¿Viendo Bob Esponja en su Tablet?-Pregunté riendo.
-No, eso es desde hace poco.-Respondió Danny riendo.-Ryan estaba mirando el campus nervioso y nosotros no éramos niños crueles como los que pasaban por allí y le empujaban, así que nos acercamos a hablar con él. Todos nos presentamos y él contó su historia.
>Hacía tiempo que no se llevaba bien con su padre, y le daba miedo estar en el campus por estar lejos de su madre, estaba muy preocupado por ella. Se puso a llorar ahí en medio y Josh y yo no sabíamos cómo consolarle.
>En ese momento pasaron unos siete niños de nuestra misma edad y empujaron a Ryan al suelo entre risas, se quedaron mirando la cara avergonzada del pobre y noté como todos miraban la escena. Algunos con sonrisas, otro con enfado o preocupación y otros se reían. Así que, me tiré al suelo con Ryan asegurándome de que me torcería el tobillo.
>Las risas pararon cuando llegó una profesora y preguntó a Josh que había pasado. Le guiñé un ojo y entendió mi plan. Mientras me ayudaba a levantarme inculpó al grupo de chicos que habían empujado a Ryan y la profesora los castigó, les dimos el mejor inicio de curso posible. Ryan y Josh me llevaron a la enfermería mientras nos burlábamos de los matones a los que les habían salido las risas por la culata.
-¿Y ese fue el principio?-Pregunté y el asintió.-Vaya, y yo que pensaba que mis dramas eran alocados.
-Fue lo primero que se me ocurrió en ese momento, era un crío.-Rió cogiéndome la mano.-Además no puedes negar que no era original.
-Eras y sigues siendo un caso perdido.-Reí y le besé.-Y por eso eres el chico más fantástico que he conocido.
-¿Es normal que te quiera tanto?-Preguntó atrayéndome hacia él.
-Quizá.-Le guiñé un ojo.
Último día en Miami.
-El plan de hoy es desayunar, bajar a la playa, volver al hotel para comer, bajar a la playa...-Enumeró Danny.
-Oye para.-Le pedí.-Que ame la playa no significa que tengamos que estar todo el día en ella. Podemos ir después a la playa y por la tarde vamos a dar una vuelta por Miami. Hemos estado estos dos días en la playa. Quiero hacer algo nuevo. Además, quiero comprar regalos para los chicos.
-Está bien.-Respondió.-Creo que trato de complacerte demasiado.
-¿Tú crees?-Cuestioné bromeando desordenándole el pelo.-Te quiero idiota.
-Vamos a desayunar, me muero de hambre.-Me cogió de la mano y bajamos al comedor. Entramos enseguida enseñando nuestra tarjeta de habitación y nos dieron una mesa cerca de un gran ventanal donde veía mi adorada playa.
-Es el mejor hotel que podrías haber escogido.-Dije a mi novio.-Gracias.
-Josh me ayudó mucho.-Sonrió.-De lo que yo estaba seguro era de que quería estar a solas contigo para que te olvidaras de todo lo vivido anteriormente.
-Eres impresionante Danny, nada que ver con lo de antes.-Suspiré.
-Es lo que hace el amor.
-Cursi señor cliché ha vuelto.-Afirmé.-Voy a por desayuno.
-Te espero.-Respondió.
Me adentré en las mesas con comida pensando que podía coger. Cogí un par de tostadas y café por instinto. Era lo que siempre desayunaba en Londres y me había familiarizado con ello.
-¿Voy yo?-Preguntó Danny cuando me senté y asentí.-Bien, ahora vengo.
Volvió en dos minutos, exactamente con lo mismo que yo.
-¿Demasiado acostumbrados a Londres?-preguntó riendo y le acompañé en la risa asintiendo con la cabeza.
Había sido un gran viaje.
Cuando vivía en California nunca tuve la oportunidad de salir de mi pequeñísima ciudad, pero siempre amaba ver Miami en fotos y soñaba con venir algún día.
Gracias Danny.
-¿Estás segura de que lo llevas todo?
-Josh, deja de parecer mamá.-Le regañé.-Sí, lo llevo todo.
-Vale bien.-Sonrió y repasó mi mochila. Otra vez más.
Suspiré mirando las maletas con una sonrisa.
-Miami, allá vamos.-Dijo Danny saliendo con su maleta de mi habitación. Me abrazó por la cintura des de la espalda y me dio un beso en la mejilla.
-Quiero que mi hermana vuelva entera, con todas sus...-Dijo Josh pensando.-Membranas.
-¡Josh!-Chillé sabiendo a que se refería.
-Tranquilo princesa Joshua, no le tocaré ni un pelo a tu hermana cinco minutos menor que tú.-Dijo Danny burlándose y se aproximó a mi oído.-O al menos lo intentaré.
-Idiota.-Le dije sonriendo. Miré las maletas otra vez.-¿Tienes los billetes?
-Sí, guardados.-Respondió.-¿Lista?
-Vamos pronto Danny.-Sonreí.-Cálmate.
Josh abrió la puerta cuando sonó el timbre dejando pasar a Ethan y Amelie.
-No puedo creer que vayas a Miami.-Dijo ella.-Te tengo mucha envidia, vas a estar en una playas llenas de bombones.
-Ya tengo uno cada día.-Dije abrazando a Danny.
-Que monos.-Sonrió.-Te voy a echar de menos.
-Y yo.-Sonreí y abracé a Ethan.
-Llévatela mucho a la playa Wilson.-Dijo Ethan.-Está muy pálida.
-Idiota dos.-Reí.
-Bien, ¿listos?-Preguntó Ryan y asentí.-¿Tu madre sabe que te vas a Miami sola con tu novio?
-Por supuesto que lo sabe.-Mentí. Si mi madre se enteraba que su pequeña se iba con su novio ex mujeriego a solas a Miami se volvería loca. Mejor dejar las cosas como estaban, tranquilas.
-Mentirosa.-Rió Josh.-Mama no te dejaría ir a Miami. No por ir con tu novio, sino por faltar a clases.
-Maldito seas.-Le dije negando con la cabeza.
-Tranquila, juro que no se me escapará.-Prometió y me dio un abrazo.-Te quiero.
-Y yo.-Respondí.
-Vais a llegar tarde si no os vais ya.-Avisó Ryan.-Rápido, va.
(***)
-¿Alguna vez has ido en avión?-Preguntó Danny sentado en una silla del aeropuerto.
-No.-Respondí de manera irónica.-Viajé de California a Londres tele transportándome.
-No te burles de mí.-Sonrió pasando un brazo por mis hombros.-Hace poco no querías ni rozarme y ahora vas conmigo a Miami siendo mi novia. ¿No es raro?
-Tú y yo somos raros.-Respondí riendo.-Desde el momento en el que pisé el aeropuerto en California para venir aquí, supe que mi vida dejaría de ser normal. Aunque no es que fuese antes muy normal, pero ahora es mejor.
-¿Por Josh?
-Por todo.-Respondí.-Después de lo de Freya y Lauren, jamás pensé que podría llegar a tener otra mejor amiga y apareció Amelie. Después de cómo me trataron jamás pensé que volvería a tener amigos, y tengo a Ethan y Ry. Después de lo de Austin estaba convencida que no volvería a encontrar el amor y te metiste en mi maldita cabeza.-Rió levemente.-Y jamás pensé volver a vivir con Josh, y ahora está el esperando a que yo vuelva.
-¿No te parece surrealista?-Preguntó.-A mí me habría estallado la cabeza con tantos cambios.
-No es surrealista, pero sí diferente.-Respondí.-Los cambios son buenos, solo hay que saber elegirlos y llevarlos.
-Y por eso sacas mejores notas que yo en filosofía.-Concluyó mi novio entre risas.
Estuvimos charlando durante unos diez minutos más antes de que llamaran a nuestro vuelo y fuéramos a hacer cola para subir al avión.
-Oye Ana.-Me llamó Danny.-Siento lo que te dije aquella vez que llegaste tarde a la reunión del equipo. No te veía y estaba preocupado y cuando te vi con Ethan pues...
-¿Te pusiste celoso?-Pregunté riendo y muriendo de ternura.
-Demasiado para mi gusto.-Sonrió.-Lo que dije no era verdad, te necesitamos por muchas cosas y eres fantástica en el deporte. Lo siento mucho.
-No tienes que disculparte.-Sonreí.-La culpa fue mía por llegar tarde. Eres el capitán y estabas en tu derecho de enfadarte. Si no lo hubieras hecho habría sido irresponsable.
-Pero debí haber controlado la lengua.-Me interrumpió.
-Está bien, perdonado.-Dije con una sonrisa y me besó la frente.
(***)
Llegada a Miami
Salté dejándome caer en la cama del hotel mientras Danny reía como un loco.
-Me recuerdas a Ryan.-Dije entre sus estupendas risas.
-¡Esto es tan genial!-Exclamé.-¿No podemos vivir aquí?
-Si por mí fuera sabes que si.-Respondió y me puse de pie para salir corriendo al balcón de la habitación.-Oye, ¿tú alguna vez paras quieta?
-Es que se ve la playa.-Respondí.-La echaba de menos.
Apareció por detrás, rodeó mi cintura con sus brazos y me besó la cabeza.
-Antes iba cada día.-Sonreí.-Con Josh y Lauren. Luego iba con Freya, Austin y los demás amigos que tenía.
Me fascinaba la manera en la que Danny siempre me escuchaba. Atento, como si perderse cualquier detalla hiciese que el mundo estallase en mil pedazos. Era una de las cosas que más me gustaban de estar con él, nunca llegaba a sentirme sola.
-Yo no podría vivir en un pueblo en medio del campo.-Continué.-Siempre fui una chica de mar.
-Es exactamente como la imaginé.-Añadió el.-La playa.
-Mi tía tenía un hostal delante de la playa, pero en California, y mi madre nos dejaba a Charlie y a mí quedarnos a dormir allí los veranos. Como éramos sobrinas de la dueña dormíamos y comíamos de gratis. Enseñé a Charlie a surfear hace cinco veranos, el año antes de que mi tía tuviera que cerrar el hostal por poca clientela, dos meses antes de la marcha de Josh.
-Mañana te llevo a ver la playa de Miami.-Prometió mi novio dándome la mano y haciéndome entrar en la habitación.
-¿Cómo os conocisteis?-Pregunté sentándome en una de las cama.-Josh, Ryan y tú.
-Es una historia bastante divertida.-Admitió sentándose junto a mí.-Por raro que parezca, no he vivido en Londres toda mi vida. Nací en Australia y viví allí gran parte de mi vida. Pero la educación de mi pueblo no era igual que en el resto de Australia. No tenía muchos amigos y no estaba a gusto allí, así que hablé con mi madre sobre ir a otro sitio a estudiar. Le dije que cuanto más lejos mejor, y raramente lo aceptó. Así que el pequeño niño de doce años se fue a otro país a vivir, a otra ciudad. La ciudad de su libro favorito, la ciudad donde aprendes lo especial que eres.
-Harry Potter.-Asentí riendo.-Por eso Londres.
-Estaba obsesionado con esos libros.-Rió.-Así que... Me adentré en Londres buscando la amistad que me faltó en Australia.
>Conocí a Josh en el aeropuerto al llegar a Londres. Nuestras maletas eran iguales y como éramos pequeños decidimos ir todo el camino los dos juntos por miedo a equivocarnos. Sí, tu par de idiotas eran así desde que se conocieron. Nos hicimos muy amigos desde el primer momento. Ambos queríamos tener una casa propia y vivir la vida alocada de solteros en ella, pero hasta los dieciséis no nos dejaban salir del campus del instituto. Ahí conocimos a Ryan.
-¿Viendo Bob Esponja en su Tablet?-Pregunté riendo.
-No, eso es desde hace poco.-Respondió Danny riendo.-Ryan estaba mirando el campus nervioso y nosotros no éramos niños crueles como los que pasaban por allí y le empujaban, así que nos acercamos a hablar con él. Todos nos presentamos y él contó su historia.
>Hacía tiempo que no se llevaba bien con su padre, y le daba miedo estar en el campus por estar lejos de su madre, estaba muy preocupado por ella. Se puso a llorar ahí en medio y Josh y yo no sabíamos cómo consolarle.
>En ese momento pasaron unos siete niños de nuestra misma edad y empujaron a Ryan al suelo entre risas, se quedaron mirando la cara avergonzada del pobre y noté como todos miraban la escena. Algunos con sonrisas, otro con enfado o preocupación y otros se reían. Así que, me tiré al suelo con Ryan asegurándome de que me torcería el tobillo.
>Las risas pararon cuando llegó una profesora y preguntó a Josh que había pasado. Le guiñé un ojo y entendió mi plan. Mientras me ayudaba a levantarme inculpó al grupo de chicos que habían empujado a Ryan y la profesora los castigó, les dimos el mejor inicio de curso posible. Ryan y Josh me llevaron a la enfermería mientras nos burlábamos de los matones a los que les habían salido las risas por la culata.
-¿Y ese fue el principio?-Pregunté y el asintió.-Vaya, y yo que pensaba que mis dramas eran alocados.
-Fue lo primero que se me ocurrió en ese momento, era un crío.-Rió cogiéndome la mano.-Además no puedes negar que no era original.
-Eras y sigues siendo un caso perdido.-Reí y le besé.-Y por eso eres el chico más fantástico que he conocido.
-¿Es normal que te quiera tanto?-Preguntó atrayéndome hacia él.
-Quizá.-Le guiñé un ojo.
Último día en Miami.
-El plan de hoy es desayunar, bajar a la playa, volver al hotel para comer, bajar a la playa...-Enumeró Danny.
-Oye para.-Le pedí.-Que ame la playa no significa que tengamos que estar todo el día en ella. Podemos ir después a la playa y por la tarde vamos a dar una vuelta por Miami. Hemos estado estos dos días en la playa. Quiero hacer algo nuevo. Además, quiero comprar regalos para los chicos.
-Está bien.-Respondió.-Creo que trato de complacerte demasiado.
-¿Tú crees?-Cuestioné bromeando desordenándole el pelo.-Te quiero idiota.
-Vamos a desayunar, me muero de hambre.-Me cogió de la mano y bajamos al comedor. Entramos enseguida enseñando nuestra tarjeta de habitación y nos dieron una mesa cerca de un gran ventanal donde veía mi adorada playa.
-Es el mejor hotel que podrías haber escogido.-Dije a mi novio.-Gracias.
-Josh me ayudó mucho.-Sonrió.-De lo que yo estaba seguro era de que quería estar a solas contigo para que te olvidaras de todo lo vivido anteriormente.
-Eres impresionante Danny, nada que ver con lo de antes.-Suspiré.
-Es lo que hace el amor.
-Cursi señor cliché ha vuelto.-Afirmé.-Voy a por desayuno.
-Te espero.-Respondió.
Me adentré en las mesas con comida pensando que podía coger. Cogí un par de tostadas y café por instinto. Era lo que siempre desayunaba en Londres y me había familiarizado con ello.
-¿Voy yo?-Preguntó Danny cuando me senté y asentí.-Bien, ahora vengo.
Volvió en dos minutos, exactamente con lo mismo que yo.
-¿Demasiado acostumbrados a Londres?-preguntó riendo y le acompañé en la risa asintiendo con la cabeza.
Había sido un gran viaje.
Cuando vivía en California nunca tuve la oportunidad de salir de mi pequeñísima ciudad, pero siempre amaba ver Miami en fotos y soñaba con venir algún día.
Gracias Danny.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top