Capítulo único
Viviendo a las Puertas de la Muerte
«GANASTE 10/04/2013
La vida te trata a patadas y mil veces te revuelca en el suelo, en serio acaba con todo lo que algún día representaste, quisiste y soñaste. Durante el proceso escucharás miles de frases absurdas y trilladas como:
- "Sigue tus sueños"
-"Lo importante no es caer sino levantarse"
-"Con esfuerzo y dedicación todo se logra"
-"Puedes hacer lo que te propongas hacer"
Definitivamente que estupidez.
¿Acaso no me esforcé? ¿No di lo mejor de mí?
Solía pensar todas aquellas idioteces, me vi siendo grande, recibiendo honores y trofeos, me vi tan solo viviendo, pero no conseguí nada y lo peor es que ya no hay tiempo.
Crecí siendo una ganadora, en algún momento de mi vida creí que en verdad triunfaría, el mejor de los mundos se dibujaba en mi destino y en mi imaginación llegué a disfrutar de mis triunfos futuros. Sabía o creía saber que lo tendría todo, ahora, sin embargo, solo existe una verdad, y es que he perdido.
En el primer post de éste blog escribí algo como...
"Y comienza la batalla entre Cáncer, el grande, invencible, ese a quien pocos le ganan, versus una chica de quince años, morena, alta, flacucha, ni muy inteligente, ni muy linda, sin nada especial, pero con muchas ganas de soñar y con más ganas aún de hacerlos realidad".
Ya han pasado cinco años y no puedo hacer nada más que rendirme. Cáncer me quitó quien era, se llevó todo de mí, hasta la última gota de esperanza. Ahora solo quiero gritar
¡GANASTE, PÚDRETE ASÍ COMO SE PÚDRE MI CUERPO! »
*****
—¿Qué tú hiciste qué? —gritaba, esto no podía estar pasándole a ella. Nerviosa volvía a sentarse en su cama, abrazó sus piernas con una mano mientras se comía las uñas de la otra —¿Cómo se te ocurrió Erika?
—Se supone que tú eres su novia ¿no? —Berreaba más fuerte la pequeña de siete años —. Fui a defenderte cuando lo vi besándose con otra, y... ¿Qué es lo que me dice? "Tú hermana es una loca".
—¡¿Lo interrumpiste mientras se besaba con su novia?!—Comenzaba a hiperventilar — ¡Qué vergüenza!
—¿Es eso lo que te importa? ¡Me mentiste! Me estás escuchando, por ¡seis meses! me mentiste.
—Sí, pero entiéndeme lo que me pediste no era fácil. Lo intenté, pero... eso ya no importa, lo que importa es que ahora sí, mis esperanzas de hablarle algún día se fueron —vencida se lanzaba en la cama.
—Claro, si eres solo una ¡acosadora!— gritaba la última palabra.
—No me tortures más, ¿acaso no tienes compasión?
—¡Compasión! De alguien que dejó de luchar para vivir y que no es capaz de cumplir una mísera promesa ¿Por qué, he?
—¡Erika! —exclamaba alarmada —. Precisamente porque voy a morir.
—Has caído a lo más bajo hermana ¿ahora quieres que te tengamos lástima y consideración? Al menos yo no, por eso es que tu querido Daniel te quiere solo en tu imaginación.
Aún con su pequeño cuerpo salió con ímpetu de la habitación, tumbando con todas sus fuerzas la puerta de madera tallada detrás de ella. Nicol seguía sin darle importancia, sabía que su hermana menor podía ser más venenosa que una cobra, continuó comiéndose lo que le quedaba de uñas, hasta que vio la mirada reprobadora de Ahidianela su hermana dos años menor, quien durante toda la discusión se había quedado callada, pero que resultaba siempre actuar como su conciencia.
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« Carpe Diem 20/04/2013
Uff mi último post fue más que deprimente, gracias por sus grandes comentarios, vi que todos se contuvieron de decir las frases trilladas que había mencionado jaja, en serio me deprimí, me sentía muy mal y por primera vez desde que todo esto empezó lloré, no un llanto normal, en mi vida había llorado como lo hice, siempre fui fuerte y optimista, bromeando sobre mi Leucemia Mieloide Aguda, ustedes saben que la llamo Leumi. Pero con todas mis ganas quería deshacerme de ella, es la ami-enemiga que más quiero ver muerta. Mi hermana Erika tiene tan solo siete años y es una pequeña genio, saben que nunca me ha visto sana. Al cuarto día de mi depresión entró a mi cuarto y me dijo ¡COBARDE!, al instante comencé a reír a carcajadas y es que esperaba que me acariciara la cabeza y dijera "te quiero hermana" pero no, me dijo ¡COBARDE! Expresó que, ya que no iba a luchar, entonces le prometiera que viviría cada día al máximo, así que le hice la promesa de encontrar aquello que se me ha sido negado "El Amor de mi Vida". Se fue la Nicol flacucha, ojerosa, sin pelo y depresiva, y volvió la Nicol, flacucha, ojerosa, sin pelo y alegre, que vivirá al máximo cada día que le queda. ¡CARPE DIEM! »
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Erika sentada en la computadora leía y releía aquellos post que su hermana escribía día a día en su famoso blog. En cada una de sus entradas Daniel estaba presente, era el héroe de sus diarias aventuras. Casi el 100% de los lectores del blog amaban a Daniel tanto como Nicole lo hacía. Ella hizo de ese chico arrogante de ojos grises, el hombre perfecto. Erika día a día agradecía a Dios por haberle permitido a su hermana ser feliz durante aquellos meses. Entendía que no podía pedirle a Dios que dejara a su persona favorita en el mundo vivir por siempre, o tan solo vivir unos años más, pero al menos podía pedirle que cada último día fuera excepcional. Eso precisamente le había pedido a Nicole, pero ahora sabía que cada post, cada historia, era mentira.
—Sé que ahora mismo me odias —Nicole con un plato con ponquesitos de chocolate en sus manos hablaba desde la puerta de aquella habitación rosa.
—Nunca podría odiarte y mucho menos si vienes con eso en tus manos — sonrío haciéndole señas de que se sentará en la silla que estaba a su lado, cerrando rápidamente la página del blog.
—Me comporté como una niña de cinco años allá —señalaba su habitación —. Discúlpame por eso. Sabía que tenía debía, en más, te debo una explicación. Cuando me hiciste prometer que cada día lo viviría al máximo me entusiasme por tratar de hacer cosas emocionante, incluso hice una lista —decía emocionada, con esa cara de chica alegre medio desquiciada que siempre la caracterizaba —, pero... el primer día que salí en busca de nuevas emociones, nada ocurrió. No llamé la atención de ningún chico, me quedé sentada en aquel bar tan solo observando como Marion y Laura bailaban con unos chicos apuestos, salí un momento a tomar aire y a reírme irónicamente de mí y mis expectativas, entonces, en la calle de enfrente salía él, envuelto en una gran chaqueta negra, hablaba por teléfono, hacía tanto frío que humo salía por su boca, mi corazón se aceleró de inmediato, me recosté al poste que estaba a mí lado y lo observé. Ahí me di cuenta de que la vida lo ponía frente a mí en aquellos momentos en que me sentía derrotada. Lo vi el día que dijeron que tenía leucemia, el día que me dijeron que el tratamiento no había funcionado, el día que decidí no continuar inundando mi cuerpo con químicos, y ahora estaba ahí, el día que supe que nada más interesante pasaría en mí vida. Era como si la vida me cayera a patadas, pero a la vez me diera algo con que contrarrestar mis penas, mis días más feos fueron los más lindos también porque lo vi a él. Al día siguiente me despertaste esperando que te contara esa cosa nueva y emocionante que había hecho, emocionada te conté que había visto a Daniel, pero vi tus ojos, tu sonrisa y aquello no bastaba para ti, querías más. Titubeé un poco y entonces comencé a contarte toda esa historia fantástica con la cual había soñado en la noche, tú eras feliz creyendo que aquello era verdad y yo era feliz también de imaginarme una historia de amor con Daniel.
—Pero ¿cómo fuiste capaz de escribirlo en tu blog?
—No pensaba hacerlo. Ahidianela sabía todo y me dijo que si no lo hacía tú sospecharías, al fin y al cabo lees el blog. Me dio mucha cosa engañar a mis lectores también, pero una vez que empiezas a mentir es difícil parar.
—Te quiero hermana, para mí eres la persona más genial que haya podido existir, quería que alguien más viera lo que yo. Pero ellos se lo pierden — Erika no era de abrazos, se creía una pequeña genio y en verdad lo era, que le dijera que la quería era ya un gran logro —. No pudieron quedarte mejor — un buen mordisco al ponquesito sellaba la reconciliación de las hermanas.
***
Durante cinco meses desde que hubiera decidido no luchar más, se había sentido viva, sin embargo, ahora tuvo una noche inusual o quizás muy normal, los sangrados volvieron, junto con los mareos, los vómitos, todo, lo que auguraba que el final estaba más cerca que nunca.
***
Había insistido en llevar a Erika al colegio, le gustaba salir sentir la brisa en su rostro, ver como las personas sanas vivían su día a día. De regreso alguien no escapó de su atención, ahí en aquella esquina con ese traje que aún no había descifrado a que empresa perteneciera, estaba él. La ira dentro de ella la impulsó a cruzar la calle y enfrentarlo. Había pasado seis años de su vida tan solo viéndolo, temerosa de hablarle, de acercársele, y ahora estaba ahí dispuesta a descargar todo lo que sentía.
—¡Sabía que eras un desgraciado!— gritó llamando no solo la atención de Daniel, sino la de las personas que por ahí se encontraban.
—¡¿Qué?! Tenía que ser —desvió la mirada al vacío —. Ya tuve suficiente con tu hermana y con tus alucinaciones.
—No tenías por qué tratar así a una niña, es solo una niña y no te importó romperle el corazón — habló duro mirándolo fijamente.
—Esto es absurdo —reía irónico —. Tú le inventaste quien sabe qué clase de cuentos ¿y yo tenía que cubrirte?
—Eres totalmente insensible, no fue solo que le dijeras que todo era una mentira. Sé que según tú soy una acosadora.
—Lo eres.
—Lo que sea, lo cierto es que no tenías por qué decírselo a ella, nunca pensé que fueras tan insensible. Dejaste a una niña llorando solo porque te dio la gana. Solo sé que las cosas malas se devuelven.
—¿Me amenazas?
—No, eso es solo ley de vida. Adiós.
Daniel no podía creer tanto cinismo, iba a continuar su camino, pero sin embargo, se quedó observando como su acosadora particular se perdía entre la multitud. "Al menos ya más nunca la verás" suspiró aliviado.
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« The Best Good Day 29/09/2013
Tenía mucho miedo de entrar a la página y leer sus comentarios, creía que iban a haber muchos insultos, sin embargo, me han demostrado que son los mejores amigos que puedo tener, perdonaron todas mis mentiras e incluso comprendieron mis razones, no me queda más que decirles los AMO. Hoy aunque les parezca poco improbable lo volví a ver (ahora si no es mentira) y tuve la fuerza de ir y decirle que era un desgraciado por haber tratado así a mi hermana menor. Me da risa que por mucho tiempo me imaginé como sería la primera vez que le hablara, siempre pensé que sería igual al primer encuentro que ya ustedes leyeron, yo tartamudearía un poco al principio y todo comenzaría con la palabra más maravillosas de todas HOLA. Pero la realidad no pudo estar más lejos de eso, yo le grité ¡DESGRACIADO! casi que a mitad de calle, él no dejó de pensar ni un minuto en que era una loca y creo que hasta buscaba por los alrededores a algún policía para que me alejara de él. Y aun así me siento feliz, pude enfrentarlo y mientras le hablaba no pensaba en sus lindos ojos grises o lo perfecta de su dentadura, es un imbécil arrogante y ahora sé más que nunca que del Amor al Odio hay tan solo un paso. Me despido por hoy y que tengan el mejor día de todas sus vidas»
****
—No puedes pedirme eso Erika — estaba consternada, sentía que la respiración se le iba, los mareos fueron tantos que corrió a sentarse en la cama o se caería desmayada.
—Debes intentarlo —insistía con su pequeña voz.
—¡No!—elevaba la voz —. Lo he intentado desde que solo tenías un año de edad, nadie puede decir que no lo intenté, pero se acabó.
—Incumpliste una promesa, solo la estoy cambiando ahora.
—Intentar vivir en mi situación es solo sufrir ¿no entiendes? —Gritaba —. Parte de ser sabio es saber cuándo retirarte.
—Quizás y lo estás haciendo muy pronto.
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« Volviendo a la lucha 12/10/2013
Si Leucemia fuera una persona se reiría en mi cara, diría algo como "¡que ilusa!". Sé que no soy la única persona en el mundo que se ha sometido a un tratamiento largo, molestoso y doloroso, cada quimioterapia hace que pidas ir al cielo o al infierno. Tomar Oxycodone puede que te alivie el dolor, pero el malestar de desmayarte tan solo aumenta la desesperación. Nadie dijo que morir fuera lindo, con tal ese es el precio que el pecado paga. Quizás y operarme una segunda vez acelere mi proceso hacia la tumba, lo pensé y ya que de todas formas voy a morir al menos será bueno que no lo haga agonizando hasta el último momento. Desde mi primera operación supe que morir anestesiado completamente sería lo mejor, cuando te anestesian no sabes nada, te quedas dormida lentamente, sin darte cuenta y si ya no despierto ¿cómo darme cuenta? De nuevo gracias por sus palabras, gracias por toda esa discusión que se hizo en torno a si debería seguir luchando hasta el final, gracias a aquellos que me comprendieron. Pero se lo debo a mi pequeña hermana, quiero que ella sepa que hice lo posible hasta el final por mantenerme a su lado, quiero que recuerde a su hermana mayor como alguien que aunque por un momento se rindió, volvió al camino por el cual siempre se rigió, el camino de la lucha, del optimismo, el de los soñadores. Hoy es mi cita con el chupa sangre corredor del seguro y ésta sin duda alguna será la verdadera batalla, decidí ir sola, así que deséenme suerte. Ya viene siendo hora Diosito que la pongas de mi parte al menos una vez»
***
Nicol tambaleaba los pies contra el suelo, era obvio que estaba nerviosa, la secretaria levantaba la vista de vez en vez para observar de dónde provenía aquel molestoso y continuo sonido de tacones chocando contra el suelo. Finalmente tocó su turno "Ok, aquí vamos", ya había armado un lío a uno de los agentes que en su cubículo le había dicho "no podemos procesar su solicitud" el escandalo fue tal que la habían transferido a un superior, otra persona más que tan solo le dijo "no puedo hacer nada". Nicol no tenía ganas de operarse, consideraba todo una pérdida de tiempo, pero no soportaba que fueran otros los que decidieran por ella, ellos simplemente no podían cerrarle las oportunidades. Si algo tenía que agradecerle a su enfermedad es que gracias a ella y a su blog había conocido a muchas personas, algunas muy importantes y no escatimó cuando quiso hacer una pequeña lucha contra su seguro médico. Antes de hacer nada envió una carta exponiendo su queja y anexando la cantidad de seguidores que emprenderían una lucha por ella. Obviamente había asustado a alguien, porque ahora estaba a las puertas de esa elegante oficina, para ser atendida por uno de los gerentes.
—Buen día – dijo observando el hermoso paisaje que brindaban los grandes ventanales — vine para... — se calló en seco.
—¡Tú! — Daniel la miraba escéptico — ¿cómo entraste? ¿Cómo diste conmigo?
—Se supone que tengo una cita —contestó altanera.
—La cita es con la señorita — alzó la carpeta de la mesa —... Ramírez —palideció cuando leyó el nombre —...Nicol —terminó casi sin voz.
—Esa soy yo —se acomodaba en el elegante sillón.
Daniel se quedó ido por un momento, recordaba los exámenes que estaban en aquella carpeta, sabía su estado y se sintió miserable.
—Sabes que una —carraspeo, era difícil decirle lo que le tenía que decir, sentía que las manos le sudaban —... operación, no...
—No tiene sentido —concluyó —. Lo sé más que nadie, pero mi hermana menor esa que tú conoces, cree que debo intentarlo, cree que aún hay esperanza. Ella y lo que piense de mí es lo más importante en mi vida, y no pienso decepcionarla una vez más. Puedes decir que no, es lo lógico, pero hablaré muy mal de ti en mi blog, todos sabrán que eres no solo el imbécil que destrozó los sueños de una niña, sino que truncó la última voluntad de una moribunda.
—¿Blog?
—He pasado la mayor parte de mi vida en una cama, con algo debía entretenerme. Gracias por su tiempo.
Se levantó y salió como toda una victoriosa, no había ganado, pero por alguna razón se sentía ganadora.
***
Ya estaba anocheciendo cuando Nicole encendió su querida laptop y comenzó a escribir su entrada que sentenciaba de persona vil y peligrosa a Daniel. "Quien iba a pensar que alguna vez escribiría tan mal de ti, amor mío", releyó todo y tan solo tenía que dar un click al botón de enviar, pero una llamada telefónica le hizo dejar esa operación para después.
***
Daniel no pudo dormir en toda la noche, Sandra su novia se encontraba de viaje. En cuanto Nicole salió de su oficina se dispuso a buscar el blog que ella había mencionado, por suerte no le costó encontrarlo. Pasó el resto de la tarde leyendo cada entrada, ahora en su insomnio prendía de nuevo su ordenador y comenzaba a ir páginas atrás.
« 21/04/2013
Mi corazón casi se sale de lugar cuando me cachó observándolo desde aquel poste, de manera inmediata bajé la mirada y comencé a patear una piedra imaginaria ¿Por qué no había una maldita piedra o lata en el lugar? Cosas que solo me pasan a mí. De repente su rostro era percibido por mi vista, me enderecé de inmediato, se había agachado para mirarme a los ojos, me dijo HOLA, nunca en mi vida un "Hola" había sonado tan perfecto, como tonta me quedé tragando saliva, diciéndome en la mente que tenía que hablar, pero era imposible, me había quedado muda, el notó mi nerviosismo y comenzó a reír, no burlándose, sino de forma dulce, "CREO QUE SIGUES SIENDO LA NIÑA MIEDOSA DEL GIMNASIO Y ESO ME ENCANTA"»
« 26/04/2013
Decíamos tantos adioses que era obvio no queríamos despedirnos, al menos yo no quería irme, fue el mejor día de mi vida. Desde la expectación de saber que ponerme y tener a mis hermanas seleccionando el atuendo que mejor me quedaba, desde el nerviosismo por sonar interesante y evitar que se aburriera a mi lado, pero todo había sido natural y perfecto, ahora estaba ahí a punto de entrar a mi taxi, él me abrió la puerta y yo sin dejar de mirarlo me disponía a entrar. Volví a decir algo como "Me divertí mucho", ya vencida, porque sabía que nada más pasaría, bajé la mirada para ver la dimensión de la puerta y entrar, pero él me jaló del brazo, susurró un "Espera" mientras a tan solo centímetros de mí alejó un mechón de cabello de mi cara y unió sus labios con los mío. Saben que fue mi primer beso y en mi vida me sentí tan dichosa, no sabía que los labios podían ser tan suaves y dulces, no sabía que los besos tenían la capacidad de transmitir electricidad, de dar vida. Estaba tan perdida en ese huracán de sentimientos que cuando se alejó me sentí mareada "Te quiero" me dijo al oído, yo quería saltar y decirle "TE AMO" pero por películas sé que esa palabra es algo fuerte y no hay que decirla a la ligera, tan solo sonreí y angustiada le pregunté "¿Nos volveremos a ver?" el sonrío y tomando con sus manos mis mejillas me dijo "Nunca más te volveré a perder"»
***
—Sé que soy un completo desgraciado —decía sorprendiendo a Nicole y Erika quienes caminaban hacia el colegio —, y por eso vine a disculparme.
—No lo eres —sonreía amistosa—. A la final aprobaste mi operación ¿ya te despidieron? —bromeaba.
—No, aún no —reía, con aquella sonrisa que siempre había derretido a Nicole —. Y tú pequeña ¿me perdonas?
—Hasta Dios perdona a los que se arrepienten, con mucha más razón yo también— respondió con ese tono de sabelotodo que la caracterizaba.
—¡Qué respuesta! — Daniel estaba anonadado con la elocuencia de aquella niña.
—Bueno terremoto, ya es tarde, corre o te cierran la puerta.
Nicole empujaba a Erika quien salió corriendo, aunque a mitad de camino se devolvió, tomó la mano de Daniel y con su cara de niña buena le dijo ¡Gracias! Daniel sintió un nudo en la garganta, sabía que no merecía las gracias de aquella niña inocente.
—Te invito un helado —aquello sorprendía a Nicole —. Sé que detestas el café.
—Claro, por qué no —¿Acaso sus sueños se estaban haciendo realidad? "Solo contrólate".
La heladería se encontraba solo a la esquina, Nicol era más que conocida en ese lugar así que la señora emocionada le servía el helado de siempre.
—Eres famosa aquí —mencionó Daniel.
—He venido toda mi vida, de pequeña porque era una niña golosa, de más grandecita porque había descubierto el gran mundo que los libros te dan y no había nada mejor que leer un buen libro en un lugar tranquilo y con helado a mi disposición, y ya luego de mi diagnóstico porque no hay nada mejor que creer que el tiempo no ha pasado y aun soy la niña que sentada en la esquina de siempre se mata la vista leyendo libros extensos de fantasía —tomó una buena cucharada de helado de chocolate y lo metió en su boca —. ¿Sabes? No tienes que pagar toda tu vida por haber tratado con tanto desprecio a una moribunda, quise aprovecharme hoy de tu lástima solo porque tenía ganas de helado.
—No es lástima—se apresuró a contestar.
—Culpa —resaltaba victoriosa.
—¡No! —decía seguro —. Bueno quizás, no sé — Nicole reía, verlo nervioso era más que lindo —. Lo cierto es que me gusta la versión que creaste de mí —pausó por unos segundos, tratando de ordenar en su mente que era lo que sentía —. En tu imaginación soy esa persona que quisiera ser. Me voy a casar sabes y no he tenido con Sandra aquellos momentos de verdadero amor que tú escribiste.
—Pero todos los amores son diferentes, ni el Daniel que escribí eres realmente tú, ni Sandra es yo, incluso el yo que escribí tampoco es en verdad Yo. Todo es una confusión —hizo una mueca rara y continuó comiendo su helado.
—Soy un completo egocéntrico —meneaba su cabeza —, aquí estoy hablándote de mis problemas sentimentales, debes estar pensando que soy un idiota.
—Aun ni cuando trataste a mi hermana mal lo pensé. Además me alegra que me cuentes tus problemas, así me doy cuenta que de verdad no tienes lástima. ¿No tienes que ir a trabajar?
—Sí, pero aún tengo tiempo. De todas formas ¿acaso no siempre hacía algo contigo antes de las dos de la tarde?
—Claro, como olvidarlo. ¿En serio leíste todo? — preguntaba apenada.
—Aun me falta algo.
—¡Qué vergüenza!—tapaba su cara con la servilleta —. Te digo que mi mente es bien ociosa.
—No, creo que es genial. Y, si estuvieras escribiendo en tu blog una entrada de esas de cuando aún éramos novios, ¿qué es lo que haríamos el día de hoy?
—Caminaríamos hasta el parque Oeste, hablaríamos durante todo el camino tomados de la mano, nos sentaríamos en uno de aquellos bancos en donde se puede ver el parque de niños, hablaríamos un rato más, para luego comenzar una guerra de pulgares, que yo ganaré y luego decirnos adiós. Pero por ahora pagaras la cuenta, nos acompañaremos hasta la otra esquina, yo agarraré el camino a mi casa y tú a tú trabajo.
Nicole deseó que la esquina estuviera más lejos, pero ya habían llegado, hacía frío y ella por su enfermedad no podía darse el lujo de resfriarse, llevaba puesto un gorro tejido, guantes y una gran chaqueta, bajó un poco más su gorro y sonriendo dijo "Adiós y Gracias". Daniel vió todo como en cámara lenta. Cuando Nicole le dio la espalda tuvo el impulso de tomar su mano.
—¡Espera! —gritó.
—¿Pasa algo? —Nicole algo asustada, miraba a todos lados buscando si es que algún carro la iba a atropellar por ella solo estar pensando en lo lindo que era su Daniel mientras cruzaba.
—¿Algún día te volveré a ver? —su mirada había cambiado, para Nicole aquella mirada solo buscaba que ella dijera "Sí" pero claro ella estaba enamorada de él y cualquier gesto lo transformaba a lo que quería, más no a lo que en verdad era.
—Quien sabe. Cada día desde que tenía catorce años pedía una sola cosa cada vez que me despertaba y acostaba a dormir, siempre decía "Que hoy vea a Daniel", eso fue cuando supe tu nombre, antes de saberlo decía "que hoy vea al buenote" —ambos sonrieron —, pero la vida ha sido mala muy mala. No obstante, dicen que, antes de la muerte la suerte llega, así que tal vez y sí volvamos a vernos —se dio la vuelta para irse, pero tuvo el impulso de hacer algo —. Por si no vuelvo a verte nunca más —se lanzó a abrazarlo, pasando sus manos alrededor de su cuello, Daniel al principio se quedó helado, pero de inmediato pasó sus manos alrededor de su cintura —... gracias por sin saberlo haber alegrado mi vida.
Le dio un beso en la mejilla y salió corriendo antes de que su cerebro comenzara a enviarle señales de vergüenza.
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« 20/05/2013
Hoy amanecí muy cansada, la noche que pasé no fue precisamente la mejor de mi vida. Cundo estas enfermo las noches pierden su encanto y se transforman en aquel horrible monstruo, cada mínimo dolor se intensifica, todo es peor bajo la oscuridad de la noche. Fingí mi mejor cara para que mis padres y mis hermanas se fueran al recital de Erika, me habría gustado verla, pero las fuerzas no me daban. A Daniel no le importó mis protestas de que me sentía mal y sin que yo lo consintiera se apareció en la puerta de mi casa, ni siquiera sabía que supiera con exactitud donde vivía, aunque actuó en contra de mi voluntad me alegré de verlo ahí, necesitaba abrazarme a alguien, sentirme protegida. Estaba en realidad horrible, con ojeras tan moradas que cubrían toda mi cara, con mi poco cabello despeinado y un gran suéter que cubría cualquier figura en mí. Aun así él dijo que estaba hermosa, claro que no le creí, se sentó en el sofá frente al televisor y yo me recosté a su lado cubriéndome con aquella vieja cobija de lana que me ha acompañado en toda mi enfermedad, pasó su brazo alrededor de mí y aspirando su perfume supe que tan solo eso basta para ser feliz»
« 8/06/2013
Saben que no soy la típica depresiva, no estoy pensando a cada rato ¡ME VOY A MORIR!, ni estoy llorando en los rincones por mi miseria, pero hoy tuve un ataque. Vi a una pareja muy linda casándose, ella lucía tan hermosa y feliz, pero lo que llamó más mi atención fue el novio, no solo porque estaba ¡BUENISIMO! (menos mal que Daniel no lee esto), sino porque se podía ver en su sonrisa, en su forma de mirarla, que la amaba, en serio la amaba, era como si su vida dependiera de siempre entrelazar su mano con la de ella. Cuando tenía catorce años y mi obsesión por Daniel comenzó, muchas veces me imaginé yendo al altar, con él en su gran traje esperándome, estirando su mano, esperando tomar la mía, aquello siempre fue un imposible y ahora es más imposible que nunca, me puse a pensar ¿A qué nos llevará estar juntos ahora? Creó que solo le estoy haciendo daño y comenzó ésta gran pelea de mejor déjame, no es sano para ti estar con alguien que tiene un pie en la tumba, que en vez de ver un vestido de novia, está escogiendo la mejor urna, ya saben drama, drama y más drama. Él tan solo se quedó callado escuchándome despotricar, cuando vencida me lancé en aquel duro banco de concreto, se sentó a mi lado y me dijo "Quieres un algodón de azúcar" me puse a reír de inmediato "Lo que necesito para ser feliz, eres tú, más tú y algo de azúcar", sonriendo puse mi cabeza en su pecho "¿y qué pasará cuando no esté?" su silencio me indicaba que lo estaba pensando mucho, quizás estaba mirando el cielo y mordiendo levemente su labio como hace siempre que está nervioso "no hay que preocuparse por el mañana, solo por el hoy. Hoy estás conmigo, hoy puedo besarte, abrazarte y estrujarte, así que vamos a intoxicarnos con azúcar" él tiene razón, seré egoísta pero por ahora me importa que soy feliz, Daniel superará mi ida, encontrará a alguien con quien volver a enamorarse, así que él estará bien.»
« 24/07/2013
Viva la Vida de Coldplay comenzó a sonar en la radio, es mi canción favorita, así que bajé el vidrio del auto, solté mi cabello que cada vez está más largo y agitándolo me puse a cantar como loca. Daniel me acompañó en el coro, fue hermoso ver las luces de la ciudad pasar a nuestro lado, sentir la fría brisa en mi rostro, verlo a él sonriendo a mi lado y por un pequeño momento no hubo malestar, no había leucemia en mi cuerpo, solo un caudal imparable de oxígeno»
« 1/08/2013
No voy a mentir me moría del miedo, amo la brisa, pero a aquella altura era asfixiante la fuerza del aire, miraba abajo y no podía distinguir nada, solo nubes, monte y tierra, recé una plegaría antes de lanzarme y con honestidad no me lancé, me empujaron. Comencé a gritar como desquiciada, pero luego nada pudo ser más perfecto, estaba cayendo en el paraíso, la brisa alrededor de mis oídos causaba un zumbido que me relajaba, estaba volando entre aquel azul celeste y esas nubes blancas de algodón, me relajé y supe que no podía tener miedo estaba amarrada a Daniel, con él nada me pasaría. Aunque cuando llegó el momento de aterrizar, el terror volvió a mí y bueno he de admitir que por mi culpa no aterrizamos de la mejor manera. Les digo a todos que si aún no se han lanzado en paracaídas ¿Qué esperan? No hay nada mejor»
« 20/08/2013
Ayer típico de mi enfermedad tuve una recaída, aún estoy mal en cama, mis defensas no pueden estar más bajas y me ordenaron no salir de casa por miedo a alguna infección. Todo el día estuve sintiéndome mal, intentaba reír y bromear, pero el cansancio era extremo, me costaba respirar y supe que la noche sería infernal. A la madrugada la hora especial de Leumi para hacer señales de vida dentro de mí, comencé a sentir ese líquido caliente, salado y amargo que cada vez es menos espeso subir por mi esófago, exhalé un "Ya está" cuando inmediatamente estaba desparramando sangre por mi nariz y hasta un poco por mis ojos. El vómito se hizo inmediato, la sensación de atragantarse con tu propia saliva ligada con sangre es indescriptible, no hay lugar por donde respirar. Recuerdo que cuando al principio todo aquello me pasó, me desesperaba tanto que corría intentando buscar la ayuda de alguien más, mi mamá se desesperaba junto conmigo, recuerdo que no hacía más que gritar y llorar, gritaba "¡mi hija se muere!" mi padre era el fuerte que la mandaba a callar, me sujetaba fuerte y me ordenaba que me tranquilizara, ponía sus manos alrededor de mi estómago y me decía "respira poco a poco, hay aire por todos lados, solo poco a poco", él lograba tranquilizarme un poco, pese a que la sangre no dejaba de salir. Luego de esa primera vez, Ahidianela no podía verme a la cara, no había notado que ella a un lado de la habitación miraba todo despavorida, mi padre le había gritado que llamara a una ambulancia, pero ella no pudo moverse de aquel lugar, mi padre más fuerte le gritaba que por un demonio llamara a una ambulancia, pero ella siguió sin poder dar un paso o exhalar una palabra, todo aquello lo vi en la confusión de mi mente y aún hoy lo recuerdo con una estela roja de sangre en el fondo. Ya en el hospital cuando estaba mejor, Ahidianela no hizo más que llorar y pedirme disculpas, yo tenía quince años y ella trece no tenía por qué ver a su hermana así. Desde ese día me propuse no dar más espectáculos, no traumaría más a mi pequeña hermana, ni asustaría a la pequeña Erika quien tan solo tenía dos años y, de seguro esos gritos que pegaba a mitad de noche eran solo porque en sueños veía a su hermana mayor en medio de sangre y dolor. Ahora creo que ya todos estamos acostumbrados, aunque ¿se puede uno acostumbrar a algo tan aterrador? Creo que el susto no se ha ido, solo que ahora lo controlo mejor.
Daniel está de viaje por eso no estuvo conmigo en el hospital, sin embargo, me llamó y estuvimos hablando largo rato, no sé qué piense él en momentos así. Aún creo que en realidad no me ama, tan solo me hace un favor, pero él se acercó a mí sin saber de mi enfermedad y se la oculté por un cierto tiempo, ustedes más que nadie lo saben, ustedes me instaron a que le contara la verdad, así que quizás, tan solo tal vez, un chico pueda amar a una chica leucémica con los días contados»
***
—¿Qué haces aquí? —decía desde aquel sillón sorprendida mientras trataba de arreglar un poco su cabello "por qué no me avisaste mamá, para aunque sea lavarme la cara".
—Me cansé de esperar a que la vida nos juntara fortuitamente —sonriendo se sentaba en el sillón contiguo —tus hermanas me dijeron que estabas en casa un poco decaída.
—Un poco decaída — sonreía irónica —. Sí, estoy decaída, pero ¿Cuándo hablaste con ellas? No me diga que fueron a buscarte —con la cobija tapaba su cara.
—No, yo fui a buscarte al colegio de Erika, pero ella iba con tu otra hermana, con... —miraba al techo buscando acordarse—... Ahidianela, les pregunté por ti y me dijeron que estabas en casa, les pedí la dirección y aquí estoy.
—¿Por qué?
—Porque quería hablar contigo —buscaba las palabras correctas, por suerte la mamá de Nicol entraba con chocolate caliente y galletas, el sonrío amablemente y tomó la taza entre sus manos —. Linda casa —observaba los grandes ventanales, las cortinas de un beige casi transparente moviéndose al ritmo de la brisa y los rayos del sol entrar y hacer contraste con el color crema de las paredes.
—Gracias, mi madre ha decorado todo muy bien —no volvió a decir nada más. Quería saber las razones por las que Daniel estaba ahí en su casa, y quizás para ello necesitara del silencio.
—¿No comes? — señalaba las galletas y aquella taza de chocolate intacta.
—No, sabes que cuando era niña pensaba que si me dieran a elegir hacer una sola cosa antes de morir habría elegido comer —reía —. Comería todo lo que se me antojara, me atiborraría en chocolates y malvaviscos, solían encantarme las mollejas de pollo.
—¿Mollejas de pollo? — no era una comida habitual.
—Ja, Ja. Sí, mollejas de pollo, me encantaban fritas y mi mamá las preparaba solo para mí. Lo cierto es que no debí haber hecho tanta dieta desde que cumplí los doce, debí haber comido todo cuanto quería. Debí haber comido mollejas, chocolate y malvaviscos hasta que llegara a aborrecerlos, porque ahora querer comerlos es solo un recuerdo. Sabes que no tienes remedio cuando el apetito se ha ido — intentó sonreír para quitarle sentimentalismo a la escena —, ya te dije que no hay razón para sentirte culpable.
—No vine antes porque precisamente sabía que dirías eso, que solo vine por lástima, por culpa de haber tratado mal a tu hermana y a ti, pero no es así —volvió en su mente a buscar las palabras correctas, pero no habían palabras correctas, solo tenía que decir lo que sentía su corazón —. Recuerdo que el día 13 de enero de 2007 llevabas puesto un traje deportivo de licra negro con rosa, tu largo cabello castaño permanecía suelto siendo adornado con un pequeño gancho de diamantes que mantenía tu cabello lejos de tu cara, eras bastante extravagante y unos largos sarcillos colgaban de tus orejas, sin mencionar las decenas de pulseritas llenas de cascabeles que engalanaban tus muñecas. Nunca supe que perfume usabas pero con tan solo pasar dejabas su aroma plasmado, te pintabas los ojos levemente de negro resaltando ese color miel.
—Fue el 13 de Enero de 2007 que tú me quitaste la varilla que sostenía las pesas de mi máquina —claro que se acordaba de esa fecha, de cómo estaba vestida ese día, y de cómo estaba vestido él. Fue ese día que pudo ver sus ojos grises en todo su esplendor, fue la primera vez que se quedó tartamuda ante alguien.
—¡Exacto! Lo hice para que la chica trigueña y exótica me hablara — aquello la hizo sonrojar de inmediato —pero, sin embargo, eso no pasó. Ella no me habló y reclamó que le devolviera su varilla de metal, ella fue...
—A buscar al entrenador acusándote para que él te la quitara —decía más que apenada, aunque sonriendo.
—Sí, y todavía cuando jugué diciendo que no quería dártela, no hiciste más que mirar al entrenador, como si él fuera a defenderte de mí.
—Y lo hizo, porque te arrancó la varilla de las manos —reía, recordar los pocos momentos con Daniel siempre le alegraba la existencia.
—Todos los chicos estaban locos por ti.
—Ja, mentira —aunque en verdad varios le habían dicho que era linda, pero siendo ella una niña, lo único que hacía en esos momentos era acelerar el paso "por eso siempre quedaste como odiosa" se reprendía.
—Lo digo en serio, a todos les gustabas, hasta que todos nos enteramos que eras una bebé de tan solo catorce años, desde ese momento te montamos la cruz y ya nadie habló de la cascabel.
—¡Oh por Dios! ¿Así me llamaban? En la escuela me decían campanita por lo de las pulseras chillonas, pero cascabel suena muy feo.
—Luego te convertiste en mi acosadora, y para ser sincero me divertía verte perseguirme en la calle. Había veces que me sentía mal y de pronto te veía por ahí siguiéndome según tú a escondidas —aquello la apenaba más y más, se sentía que con cada palabra se hacía más pequeña —. Aquella vez afuera del bar sí te vi, incluso creo que hasta te sonreí.
—Creí que aquella sonrisa solo había sido producto de mi imaginación por ello me di la vuelta apenada.
—Llevaba mucho tiempo sin verte y aunque estabas cambiada, sabía que eras tú. Siempre fue lindo saber que había alguien que se preocupaba por mí, que le alegraba verme por ahí, alguien que me quería. Tú me dijiste "GRACIAS POR HABER ALEGRADO MI VIDA SIN SABERLO" pero yo te digo "¡GRACIAS POR HABERME AMADO COMO NADIE LO HA HECHO!" —un nudo grande en la garganta amenazaba con hacer que Nicol explotara en lágrimas y, aunque comenzó a respirar profundo e intentó pensar en otra cosa, igual sus ojos se enrojecieron y unas tres lágrimas se deslizaron por sus pálidas mejillas —. Gracias porque aunque todo en mi vida estuviera de cabeza, sabía que una niña estaría ahí para apoyarme, siempre supe que tan solo necesitaba hablarte, pero siempre creí que no era el momento, eras una niña y ahora me arrepiento de haber tenido esos prejuicios. Aun eres hermosa —dijo sentándose a su lado y despejando un mechón de cabello mojado por las lágrimas de su rostro.
—Hermosa pese a las ojeras, al poco cabello, a mi palidez —sonreía mientras las lágrimas desbordaban de sus ojos sin control.
—Hermosa porque pese a los años aun eres la niña de catorce años que siempre reía, que jugaba con su hermana, que hablaba tan alto que todos la escuchaban, que pese a tener dos pies izquierdos para el baile siempre lo intentaba — era cierto el aerobic y las clases de baile no eran lo suyo, pero cómo le gustaba entrar a esas clases de todas formas —. Hermosa porque aun tus ojos tienen esa luz, y aun en tu imaginación eres una niña soñadora.
—Una luz que pronto se apagará —alcanzó a decir.
—Una luz que aún sigue aquí.
Sin esperar un segundo más tomó su pequeña cabeza con su mano, acarició su mejilla con la otra y acercándose lentamente besó sus labios. Nicol solo había cerrado los ojos en el momento exacto que sus narices se rozaron, su corazón estaba agitado, pero ésta vez no por sentirse mal, sino porque por primera vez su gran sueño se haría realidad. Sintió lo suave de sus labios, en un beso en el que el sabor de las lágrimas se mezclaba para hacerlos entrar en el éxtasis del amor y el sufrimiento, una mezcla que siempre va ligada, unos amigos que fueron hechos el uno para el otro. Llevada por la pasión comenzó a hundir sus dedos en los cabellos castaños y levemente ondulados de Daniel, quería perderse para siempre en ese beso, no quería que acabara nunca y si era de morir en ese mismo instante lo haría dichosa, porque sabía que no había mejor forma de decirle adiós a éste mundo. Sentía que con cada embestida de corriente eléctrica que recorría su cuerpo le quitaba algo de vida a Daniel, pero no le importaba, él tenía mucho, ella casi nada, tampoco quería pensar en si lo hacía por lastima o no, quería ser egoísta y simplemente dejarse llevar por lo que su boca y todo su ser experimentaba. Ya había tenido su primer beso y había sido mejor de lo que había imaginado.
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« El adiós Eterno 05/01/2014
Me temo que es hora de decir adiós, ahora sí para siempre. No puedo quejarme de la vida que he tenido, incluso en mis últimos días pude pasar la navidad y el año nuevo con mi familia y con Daniel. En las películas siempre que alguien va a morir piensa en todo lo que no ha hecho, pues no es cierto, tan solo piensas en quienes no volverás a ver. No fui a Europa o a Estados Unidos, nunca gané un trofeo, no fui la mejor en ningún deporte, no escribí una novela famosa, no descubrí algo novedoso para la ciencia, tan siquiera escribí una canción, solo ustedes saben quién fue Nicol Ramírez, pero mi vida fue buena, mi vida fue genial, mis padres y mis hermanas hicieron todo para alegrarla y Daniel vino a darme el toque extra. Extrañaré ver a mi mamá intentando hacer un buen pastel, extrañaré a mi papá y esos intentos de convertirse en un niño más. Extrañaré a Ahidianela y las incontables veces que nos acostábamos hasta tarde contándonos cosas de chicas, las veces que siendo más niñas no hacíamos más que jugar a jalarnos de los cabellos y gritábamos y reíamos tanto que mi mamá mandaba a callarnos, todas aquellas veces que ya siendo señoritas coqueteábamos con los chicos, todas las idas al cine, todas las risas y sueños compartidos, porque si hubo alguien que me conoció esa fuiste tú mi querida mejor amiga y hermana Ahidianela. Extrañaré a mi pequeña terremoto Erika, porque ella hizo que tuviera ganas de vivir, cada momento desde que naciste quise que fueras feliz, por eso te inventaba aquellos cuentos de fantasía, por eso con Ahidianela inventábamos canciones y te bailábamos para que tu sonrisa fuera nuestra máxima alegría, pero creciste demasiado pronto y nuestras tonterías ya no te gustaban, aun así tus palabras fuertes me hacían entrar en razón, me hacían ver cuán tonta e inmadura estaba siendo, extrañaré que no podré ver como luces de hermosa en tus quince años, pero te pido un favor, cuida de Ahidianela y de nuestros padres, se esa luz de alegría que les hará falta en sus días, vive tu niñez porque no hay etapa mejor, imagina un mundo mejor y piérdete en él en las noches, confía en que la magia si existe en éste mundo y en que los sueños se hacen realidad, porque tu hermana Nicol creyó en ello toda su vida y mira, ahora le digo adiós a este mundo de la mejor manera, porque aun en mi urna verás una sonrisa en mí. Extrañaré a Daniel quien creo fue enviado a mi vida por algún ángel, siempre supe que algún día verías mis ojos y te darías cuenta que era la chica de tu vida, pues tu siempre fuiste el chico de la mía, creo que queda de más decir ¡TE AMO!
Éste de seguro no sea el final que todos esperaban, yo misma cuando tenía quince años y escribí mi primera entrada, me veía a mí misma escribiendo una en donde diría ¡LLEVO CINCO AÑOS SIN CÁNCER!, eso no se dio pero solo me queda decirles ¡NO PIERDAN LA ESPERANZA! El ser humano nació con amor a la vida y debemos luchar por ello. Si tienes cáncer recuerda que la vida te tumba, pero también te da el colchón con el cual amortiguar el golpe. Si estas sano solo recuerda decir a tus seres queridos cuanto los quieres cada día de tu vida, disfruta, vive, ¡COME!, es lo más importante, pasé desde los doce años hasta los quince en una dieta en busca del cuerpo perfecto y si de algo me arrepiento es de ello.
Ahora por fin ha llegado el momento del adiós, estoy a vísperas de mi operación, ya con la bata blanca característica, con aquella vía en mi mano y con aquel catéter que volvió a ese lugar habitual. Recuerden que la vida es bella y la mía fue hermosa, el nombre de éste blog es Viviendo a las Puertas de la Muerte, y les digo un secreto estuve por mucho tiempo disfrutando de las cosas magnificas que tiene la vida cuando está a punto de ser extinguida, es como una estrella cuando va a morir, su brillo y esplendor aumenta antes del punto final, yo fui la estrella de mi vida y gracias por haberme dejado ser parte de las suyas.
Adiós querido mundo, adiós a cada cosa de la tierra, adiós a mis amigos. Gracias Dios por haberme dejado existir, por haberme traído a éste mundo un 17 de Junio de 1993 y por haberme dejado en la mejor familia del mundo. Dicen que el final siempre es un nuevo comienzo, me temo que en mi caso no será así. Aunque espero que mi final sea un nuevo comienzo para otros, no creo haber hecho nada grandioso como para ser un ejemplo, pero algo bueno he de tener. Existe la posibilidad de que sobreviva a la operación y toda la historia cambie, sin embargo, después de tanto tiempo llegas a conocer tu cuerpo, me siento débil y creo que ya le he robado más del tiempo que debía a la muerte, por eso me despido, porque no quería irme sin que supieran lo mucho que los amo. Dicen que cuando mueres toda tu vida pasa frente a ti como una película, en esa película sin duda estarán ustedes, cada uno de sus comentarios, cada conversación en privado, ustedes que no se conformaron con solo leerme sino que fueron a conocerme, que me dieron consejos sobre como sobrellevar los estragos de las quimio y radioterapias, ¡LOS AMOOOO!!!!. Bye mis vivientes lectores, y me despido con una frase de Rabindranath Tagore
"Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando" »
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