¿Quien de los dos perdió?

Tu eres mi razón  de vivir, solias decir.
Sin embargo todo se derrumbó como un castillo de naipes.
Pusiste tus cartas delante de mi.
No me di cuenta que guardabas un as.
Y cuando más  enamorada estaba,
me diste una estocada que me alcanzó  de lleno.
Un precio tuve que pagar en este juego.
Pues alcancé  a saborear tu veneno.
Quizás  ganaste según  tú; pero jamás  sabrás que quien apuesta pierde un gran  amor, el más  sincero.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top