II. El llamado.


CAPÍTULO II: EL LLAMADO.

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Viveka y Ashmir caminaban uno al lado del otro; ya había amanecido y ahora se dirigían a la capital de Alfea.

Viveka seguía pensando en lo que Ashmir le había dicho sobre ese reino. Pero sus palabras no tenían ningún sentido para ella. Si alguien que no pertenecía a Alfea no podía entrar en el reino... ¿Cómo había llegado ella hasta allí?

¿Y si todo eso tenía que ver con la voz que había escuchado en Drudale... o con sus padres biológicos? No sabía nada de ellos, pero estaba dispuesta a averiguarlo todo. Así, quizá, entendería lo que le estaba pasando.

¡Ahora Viveka estaba muy intrigada! Además, en el fondo, ella sabía que de alguna forma u otra, era parte de todo eso, después de los sucesos extraños que le habían ocurrido los últimos días y todas esas pesadillas recurrentes que había tenido durante toda su vida; que, por algún motivo, se habían detenido al llegar a Alfea y eso debía significar algo.

Era como si ese lugar la estuviera llamando.

"¿No hay otra manera de llegar más rápido?" preguntó a Ashmir. Incluso en su pueblo había uno que otro medio de transporte. Le sorprendió que en un reino tan grande como Alfea, como lo había descrito Ashmir, no hubiese algo como eso.

"No en Alfea" respondió él negando con la cabeza.

"¿Y nunca se cansan?" preguntó Viveka con curiosidad.

Todos tienen un límite. Incluso los pescadores de Drudale descansaban a veces los fines de semana.

"Las cosas en Alfea funcionan diferente al lugar de dónde vienes" susurró Ashmir. "A pesar de todo".

¿A qué se refería Ashmir con a pesar de todo? ¿Algo malo estaba pasando en el Reino de Alfea?

"¿Qué quieres decir?". Viveka le preguntó deteniéndose por un momento.

"Si paras nunca llegaremos" advirtió Ashmir. Parecía que estaba haciendo tiempo para no responder la pregunta de Viveka, ella lo notó.

"¿Está todo bien en Alfea?" Viveka volvió a preguntar al respecto. Se sorprendió cuando Ashmir le cubrió la boca con una de sus manos.

"No deben saber que estás aquí. Alfea no tiene visitantes desde hace siglos".

"¿Y por qué me llevas a la capital?" lo cuestionó. ¿Sería alguna especie de trampa?

"Porque hasta que hayamos llegado no es seguro hablar del tema" dijo él. ¿Entonces, qué le quedaba a Viveka? ¿Caminar durante días con un extraño que no era sincero con ella y le ocultaba cosas?

Frunció los labios. No podía permitírselo. "Dime lo que está pasando o no iré a ninguna parte contigo".

Ashmir pateó una roca que estaba en el camino y suspiró frustrado. "La magia de Alfea se está consumiendo. La profecía dice que un día llegará una chica con ojos y cabello de fuego a llevar a Alfea nuevamente a su gloria".

Ella saltó de sorpresa. ¿Acaso Ashmir creía que ella era esa chica? No, no podía ser... ¡Magia, voces misteriosas, viajes hacia mundos desconocidos! ¿Cuándo su vida se había convertido en todo esto?

Recordó esa madrugada frente a su espejo y los ojos rojos que se habían reflejado en el cristal. No había forma de que esa fuera ella, ¿verdad?

"¿En qué estás pensando?" preguntó Ashmir a Viveka.

"En nada", respondió, sin darle más explicaciones, ya que no estaba segura de confiar en él después de que omitiera ciertas cosas, como que tal vez podría ser la salvación de todo un reino que contaba con ella y que hace unas horas no sabía que existía.

¡Cero presiones!

"¿Me lo contarás todo al llegar a la ciudad?" Ashmir asintió con una sonrisa ladeada y caminó hacia un lugar rodeado por cascadas, árboles frondosos y unos animales extraños con alas. Se veían como las criaturas que había visto después de cruzar esa cueva.

"¿Cómo atravesaremos este río a pie?" preguntó Viveka sobándose el mentón. Por más que hubiera crecido en un pueblo costero, ella no era una buena nadadora. De hecho, no sabía nadar.

"¿Quién dijo algo de viajar a pie?". Viveka frunció el ceño. ¿Entonces no se irían caminando?

"Iremos en eso". Ashmir señaló a los animales.

"Te dije que las cosas no son cómo en ese lugar de dónde vienes".

Viveka se llevó las manos a su boca sorprendida. Ashmir tenía razón, esto no era algo que se pudiera ver en Drudale o en algún otro lugar al que ya habría visitado.

"¿Qué son estas cosas?" le preguntó.

Él le sonrió antes de acercarse a las criaturas y acariciarles el lomo "Son dragones". Los ojos de Viveka se iban a salir de sus órbitas.

"¡No pienso subir en eso!" gritó asustada "¡Parecen hambrientos!". Ashmir soltó una carcajada y arrastró a Viveka hacia una de las criaturas.

"Pon tu mano en él" dijo tomándola entre la suya y acercando más a Viveka al lomo de un dragón colorido. Parecía estar pintado con todos los colores del arcoiris.

"¿Y si me muerde?" Ashmir negó.

"Los dragones de Alfea son protectores de la magia en nuestro reino" hizo una pausa y continuó "Si eres de corazón puro, ellos lo sabrán".

Viveka suspiró profundo y acercó sus dedos a las escamas de la criatura. Apenas hicieron contacto con su lomo, el animal comenzó a brillar y Viveka pudo ver cómo de su cuerpo volvía a salir ese resplandor. Ashmir lucía perplejo.

"¿Qué es lo que pasa?" preguntó ella. El brillo seguía creciendo cada segundo hasta que Ashmir tiró de Viveka hacía sí con todas sus fuerzas y rompió el enlace que se había creado entre los dos.

"El Yin y el Yang" murmuró Ashmir sin poder creerlo aún.

"¿Qué acaba de pasar?". Ashmir tomó del brazo a Viveka y la arrastró hacia una pequeña cueva que había allí.

"Tenemos que pensar en otra manera de llegar a la capital" dijo él "No es seguro ir en ellos".

"¿Viste lo que pasó, verdad?" Viveka movió su cabeza afirmativamente.

"Si te montas en alguno de esos dragones enviarás una señal a todo el reino de Alfea y todos vendrán por ti".

¿Cómo?

"¿Por qué?" gritó ella atemorizada. ¿Ahora qué estaba pasando?

Ashmir suspiró y volvió a hablar "Tienes el poder del fénix corriendo en tu sangre. Subirte en eso hará que todos en Alfea lo sepan".

Entonces Ashmir le contó a Viveka una antigua leyenda sobre el dragón y el ave fénix.

"Hace mucho tiempo, en una tierra lejana, un feroz dragón y un majestuoso ave fénix vivían en armonía. El dragón era la personificación del Yin, la fuerza oscura y misteriosa, mientras que el ave fénix representaba el Yang, la energía brillante y poderosa. Juntos, estos dos seres encarnaban el equilibrio perfecto del Yin y Yang, la ley de la complementariedad.

Un día, sin embargo, la tranquilidad del reino fue interrumpida por un grupo de invasores que buscaban la clave de la inmortalidad. En su búsqueda, destruyeron pueblos enteros y mataron a muchos habitantes. El dragón, en su furia, decidió enfrentar directamente a los invasores, despreciando la ayuda del ave fénix.

La batalla fue terrible y larga, pero finalmente el dragón fue herido gravemente y cayó al suelo, incapaz de levantarse. El ave fénix, que había observado la lucha desde lejos, se acercó al dragón moribundo y, con su pico, arrancó una de sus plumas brillantes para dársela al dragón. -Toma esta pluma, y te dará la fuerza para volar y luchar de nuevo, le dijo el ave fénix al dragón.

El dragón tomó la pluma y, al hacerlo, sintió cómo su cuerpo se llenaba de un poder inmenso. Tomando impulso, se levantó en el aire y se precipitó sobre los invasores con una furia renovada. Mientras tanto, el ave fénix había desaparecido misteriosamente, dejando sólo su canto que resonaba en todo el valle.

Los invasores fueron finalmente derrotados gracias al poder del dragón, pero éste nunca olvidó el significado detrás de la acción del ave fénix. Desde entonces, el dragón y el ave fénix se convirtieron en los guardianes de la ley del Yin y Yang, la ley del equilibrio en todas las cosas. Aunque los dos seres siguen honrando su individualidad, nunca olvidan que sólo en unión pueden proteger y preservar la armonía en el mundo".


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"¿Qué fue lo que sentiste al tocarlo?" le preguntó Ashmir a Viveka tras haber terminado su relato.

"Como una especie de fuerza recorriéndome, creo que nunca antes había sentido algo así" comentó ella dejándose deslizar por la pared de la cueva hasta terminar en el suelo frío.

Él imitó su acción y se sentó a su lado "Siento que todo esto sea tan confuso y repentino y puede que me arrepienta de decírtelo aquí y ahora" dijo él poniéndole una mano sobre su hombro. "Pero creo que nunca has sido una humana corriente como te hicieron creer, eres una de nosotros; una Alfeana, la última de un linaje extinto de Fénix".

Viveka llenó sus pulmones de aire y suspiró con todas sus fuerzas ¡Ni siquiera era humana! ¡Por Dios! Pero cada vez que lo pensaba tenía más y más sentido ¡Los humanos no brillaban como ella lo hacía! ¡Ni se transportaban a mundos mágicos solo con caer al mar!

Volvió a pensar en sus padres biológicos, quería saber más de ellos. Ahora que sabía que su vida se había basado en una mentira ella debía saber qué había pasado con ellos. Debían ser Alfeanos, porque no había otra explicación.

"¿Y ahora qué?" preguntó Viveka. Ahora ni siquiera sabía si debía volver a Drudale.

"Debemos llegar a la Capital" Viveka se levantó y se puso en toda la salida de la cueva. Ashmir frunció el ceño.

"¿Ya lo sabías, verdad?".

Él se mordió el labio y asintió "Lo supuse, cuando te toqué sentí algo que no había sentido antes; una fuerza curativa impresionante".

"¿Entonces estamos yendo a la Capital para buscar a alguien que nos guíe hasta Drudale?". Viveka lo cuestionó.

Ashmir negó con la cabeza "Estamos yendo al palacio real de Alfea, por ayuda".

Ella se frotó la cien. "¿Por qué mentiste?".

"Porque si te lo decía ibas a decir que no", dijo él.

"¿Crees que en el palacio me puedan ayudar?" Ashmir asintió.

"Ahí han protegido el secreto de la Orden del Fénix durante todos estos años. Fue ahí dónde pasó todo" habló.

"¿Dónde pasó qué cosa?".

"Donde todos los Fénix se extinguieron".

¡Hola! ⛧♛ ♛

Lo prometido es deuda ¡Nos vemos el miércoles con otro nuevo capítulo! ⛧♛ ♛

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